El año 2014 fue trascendental para la Unidad de los Procesos Estudiantiles de Secundaria por el desarrolló el Séptimo Congreso Nacional de Estudiantes de Secundaria, entre otras acciones unitarias de movilización y acción. Conversamos con Deisy Aparicio de la Secretaría Técnica de la Asociación Nacional de Estudiantes de Secundaria -Andes- sobre las proyecciones del trabajo de los secundaristas en 2015.
Colombia Informa: ¿Cuál es la discusión que, para el 2015, coloca sobre la mesa el Ministerio de Educación Nacional para la formación básica y media?
Deisy Aparicio: Más que una coyuntura, se trata de la continuidad de una política que pretende aumentar la inversión a las concesiones educativas. Es decir, se relega la educación pública, ya sea por medio de concesiones religiosas o multinacionales como lo hemos visto en varias regiones, pero más allá de eso hay otro factor fundamental y es el debate sobre la Ley de Trasferencias que ha puesto a la educación básica y media en una crisis profunda durante los últimos 10 años. Esta ha propiciado cierres de establecimientos públicos y en general ha transformado un derecho social en una mercancía transable que impulsa el lucro de los empresarios sin garantizar, realmente, el acceso, la calidad, la gratuidad y la permanencia de niñas, niños y jóvenes en la educación nacional.
C. I.: ¿En qué consiste la Ley de Transferencias?
D. A: La Ley de Trasferencias se basa en el decreto 001 de 2001, el cual plantea una reforma a las trasferencias gubernamentales que se destinan a las regiones del país. Es decir, se trata de una reducción significativa en la que cada región tiene que soportar los gastos de salud, vivienda, saneamiento básico y educación. En este sentido, lo que ha generado es que el Estado evada la responsabilidad de garantizar el derecho a la educación para poder fortalecer otras inversiones como la guerra y la deuda externa.
C. I.: ¿En qué luchas han avanzado los Procesos de Secundaria?
D. A.: Hemos avanzado en la creación de una agenda conjunta a partir del Séptimo Congreso Nacional de Secundaria que establece la unidad como un elemento fundamental para la lucha y la incidencia política y, también, a la apuesta de acercar mucho más a las regiones procesos como Pizarrón Rebelde.
También nos hemos acercado a procesos como la Asociación de Estudiantes de la Orinoquía colombiana, que son estudiantes de zonas rurales del país, la Coordinadora Distrital de Estudiantes de Secundaria en el caso de Bogotá y de procesos locales en el Valle del Cauca y el Caribe y hemos coincidido en apostar por el movimiento estudiantil en el que se defina un pliego nacional unitario con tres elementos fundamentales: el primero es la exigencia a un mayor presupuesto para la educación pública ligada directamente a su garantía como derecho y a la derogación del decreto 2355. El segundo elemento es el debate de la objeción por conciencia como una garantía efectiva del derecho a decir no a participar en la guerra. A su vez, generar una campaña en la que se desarrolle el tema de una educación para la paz. Por último, la necesidad de buscar la unidad con el movimiento estudiantil universitario en el debate del acceso a la educación superior; hoy el estudiante no quiere becas sino que se le garantice, de verdad, el acceso, puesto que solo uno de cada diez estudiantes puede ingresar a la educación superior. El Estado colombiano tiene que garantizar no solo el ingreso a la universidad sino la permanencia del estudiante en la vida escolar tanto básica como superior.
C. I.: En varias ocasiones hemos encontrado que las expresiones secundaristas han intentado unirse, como el caso del Frente Nacional Secundarista en 2011, pero que, finalmente, no han podido ser ese espacio cohesionador que se espera ¿Qué alcances puede tener este nuevo intento?
D. A.: Primero, ratificamos un pliego de peticiones de secundaria. El Frente Nacional tenía una plataforma y sin la suficiente confianza en ese trabajo conjunto para, de alguna manera, garantizar el desarrollo de ese pliego. Sin embargo, este año hubo avances significativos como la caracterización de la educación que queremos. Es decir, lineamientos antipatriarcales, holísticos, integrales, laicos, entre otros.
Además, logramos avanzar en propuestas dirigidas a mejorar la educación rural ya que hoy la puesta en marcha del Gobierno Nacional del programa de Cátedras de la Nueva Escuela ha generado una degradación y un nivel muy bajo en la formación rural. Otro de los logros fue reconocer que hay jóvenes estudiantes en la ruralidad y este también es un reto que nos proponemos agitar el próximo año en la Tercera Marcha Nacional de Secundaria y, en este sentido, avanzamos en decidir una acción conjunta: en 2015 saldremos a la calle a defender la educación como un derecho, a instalar el debate en la sociedad como en su momento lo hizo el Movimiento Estudiantil Universitario frente a qué tipo de educación básica y media queremos y, además, garantizarla como derecho y no como mercancía.
Finalmente, Deisy Aparicio concluyó con el siguiente mensaje: “es necesario hacer un llamado a la convergencia local y nacional, es un llamado a la unidad desde lo local para empezar a disputarnos pliegos puesto que, de esta manera, se va fortaleciendo ese gran pliego nacional. Es necesario entender que hoy es fundamental poner la discusión junto al Magisterio ya que es la unión, más allá del Movimiento Estudiantil, se torna urgente. Por todo esto, hago un llamado también a los educadores para que no solo luchen por sus reivindicaciones salariales sino que, también, se preocupen otra vez por los cambios estructurales de la educación pública colombiana y, en ese sentido, el mensaje central es poder unirnos para esta lucha y participar juntos de la Tercera Marcha Estudiantil Nacional”.