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21.03.2013 | OPINIÓN
Es importante comprender el proceso observado estos días en el mercado cambiario con la dinámica del dólar ilegal, conocido en la jerga mediática como dólar blue, como una situación estrictamente especulativa de un pequeño grupo que obtiene grandes ganancias a partir del incremento de los niveles de incertidumbre.
Por:
Agustín D’Attellis
Este mercado es muy pequeño, en cuanto a cantidad de participantes y volumen operado, aunque logra magnitud a partir de la difusión mediática. El riesgo que se presenta es que el público internalice estos precios ampliamente difundidos de manera que ocurra un traslado a precios o ciertas distorsiones de la dinámica macroeconómica frente a esta situación. Frente a este escenario resulta importante actuar sobre la formación de expectativas de parte del público, con el objetivo de que estas no terminen siendo funcionales a la jugada especulativa de un pequeño grupo, que en pos de obtener grandes ganancias puede poner en riesgo la estabilidad del sistema económico para el conjunto. En primer lugar aclarar esta situación con el objetivo de comprender la jugada especulativa para evitar que el público sea funcional a la misma es importante, y en segundo lugar es importante también avanzar en el control de este mercado y quienes se encuentran detrás de estos movimientos. Esto último no es una tarea sencilla, considerando la dinámica de escape que toda actividad informal posee.
Es importante destacar que el tipo de cambio denominado blue no tiene nada que ver con un nivel de equilibrio macroeconómico, sino que resulta exclusivamente a partir de la situación de especulación descripta. La política económica actual defiende un tipo de cambio administrado en función del proceso de crecimiento económico nacional, y que es el que rige para las importaciones necesarias para sostener el proceso de industrialización de la economía.
Esta variable presenta ciertos controles en función de trabajar sobre la restricción externa, causa de las recurrentes reversiones en los ciclos económicos nacionales.
Por su parte, la restricción a la venta de dólares con el objetivo de atesoramiento responde a la puesta en marcha de un proceso de estímulo del ahorro en moneda nacional, con el objetivo de que sea canalizado a través del nuevo mercado de capitales hacia inversión productiva de largo plazo, condición necesaria de todo proceso de desarrollo económico.
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21.03.2013 | OPINIÓN
Es importante comprender el proceso observado estos días en el mercado cambiario con la dinámica del dólar ilegal, conocido en la jerga mediática como dólar blue, como una situación estrictamente especulativa de un pequeño grupo que obtiene grandes ganancias a partir del incremento de los niveles de incertidumbre.
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Este mercado es muy pequeño, en cuanto a cantidad de participantes y volumen operado, aunque logra magnitud a partir de la difusión mediática. El riesgo que se presenta es que el público internalice estos precios ampliamente difundidos de manera que ocurra un traslado a precios o ciertas distorsiones de la dinámica macroeconómica frente a esta situación. Frente a este escenario resulta importante actuar sobre la formación de expectativas de parte del público, con el objetivo de que estas no terminen siendo funcionales a la jugada especulativa de un pequeño grupo, que en pos de obtener grandes ganancias puede poner en riesgo la estabilidad del sistema económico para el conjunto. En primer lugar aclarar esta situación con el objetivo de comprender la jugada especulativa para evitar que el público sea funcional a la misma es importante, y en segundo lugar es importante también avanzar en el control de este mercado y quienes se encuentran detrás de estos movimientos. Esto último no es una tarea sencilla, considerando la dinámica de escape que toda actividad informal posee.
Es importante destacar que el tipo de cambio denominado blue no tiene nada que ver con un nivel de equilibrio macroeconómico, sino que resulta exclusivamente a partir de la situación de especulación descripta. La política económica actual defiende un tipo de cambio administrado en función del proceso de crecimiento económico nacional, y que es el que rige para las importaciones necesarias para sostener el proceso de industrialización de la economía.
Esta variable presenta ciertos controles en función de trabajar sobre la restricción externa, causa de las recurrentes reversiones en los ciclos económicos nacionales.
Por su parte, la restricción a la venta de dólares con el objetivo de atesoramiento responde a la puesta en marcha de un proceso de estímulo del ahorro en moneda nacional, con el objetivo de que sea canalizado a través del nuevo mercado de capitales hacia inversión productiva de largo plazo, condición necesaria de todo proceso de desarrollo económico.
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