En medio de la nueva escalada diplomática por la soberanía de las Islas Malvinas, la presidenta Cristina de Kirchner designó a Alicia Castro como embajadora ante el Reino Unido. Según informó la Cancillería, la designación fue aceptada por el gobierno británico, que le concedió este jueves el beneplácito correspondiente, por lo que iniciará sus funciones en los próximos días.
De esta forma, Castro, de origen sindical como secretaria general de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, cambiará su lugar como embajadora, que hasta diciembre pasado desempeñó ante Venezuela, donde cosechó una buena relación con el presidente Hugo Chávéz.
«En esta ocasión el gobierno argentino desea reiterar, nuevamente, su vocación de diálogo con el gobierno británico en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas sobre la Cuestión de las Islas Malvinas», señaló oficialmente la Cancillería tras confirmar la designación.
En medio de la tensión entre los gobiernos de la Argentina e Inglaterra por la profundización de la campaña de la Casa Rosada en su reclamo de soberanía del archipiélago, Castro desembarcará en una Embajada que no tiene representantes desde agosto de 2008.
En ese entonces, el diplomático de la Argentina Federico Mirré se jubiló y el Gobierno argentino decidió dejar vacante el cargo para manifestar su malestar ante la negativa de Gran Bretaña a negociar una salida al conflicto bilateral.
«Muy pronto vamos a tener embajador» en Inglaterra, había anticipado Cristina de Kirchner a los periodistas acreditados en la Casa Rosada durante un brindis de fin de año en la sede gubernamental, el 21 de diciembre pasado.
En 2010, el Gobierno envió el pliego del exsecretario de Cultura José Nun para esa representación diplomática, pero la oposición puso reparos porque entendía que ya se había superado la cantidad de embajadores políticos permitidos.
La designación de Castro al frente de la embajada argentina en Londres es toda una señal del Gobierno, que prefirió enviar una mujer con descendencia sindical antes que un diplomático de carrera.
Alicia Castro nació en Bahía Blanca hace 62 años y es «rosista» por herencia familiar, ya que es chozna de una tía y madrina de Juan Manuel de Rosas. A los 19 años inició su carrera de azafata en Aerolíneas Argentinas, que duraría más de dos décadas.
Entre 1991 y 2003 lideró el gremio de los aeronavegantes, y fue dos veces diputada nacional, primero por la Alianza y luego por el Polo Social.
Una de sus más recordadas actuaciones en el Congreso se produjo en mayo de 2002, cuando en medio del tratamiento de la ley de quiebras estacionó una bandera norteamericana en el estrado del presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño.
«Si el Congreso se va a limitar a ser la escribanía del FMI sugiero que sean honestos, arríen la Bandera Nacional y procedan a seguir legislando bajo esta bandera», le dijo Castro a Camaño, en un episodio recordado como «el banderazo».
De esta forma, Castro, de origen sindical como secretaria general de la Asociación Argentina de Aeronavegantes, cambiará su lugar como embajadora, que hasta diciembre pasado desempeñó ante Venezuela, donde cosechó una buena relación con el presidente Hugo Chávéz.
«En esta ocasión el gobierno argentino desea reiterar, nuevamente, su vocación de diálogo con el gobierno británico en cumplimiento de las resoluciones de Naciones Unidas sobre la Cuestión de las Islas Malvinas», señaló oficialmente la Cancillería tras confirmar la designación.
En medio de la tensión entre los gobiernos de la Argentina e Inglaterra por la profundización de la campaña de la Casa Rosada en su reclamo de soberanía del archipiélago, Castro desembarcará en una Embajada que no tiene representantes desde agosto de 2008.
En ese entonces, el diplomático de la Argentina Federico Mirré se jubiló y el Gobierno argentino decidió dejar vacante el cargo para manifestar su malestar ante la negativa de Gran Bretaña a negociar una salida al conflicto bilateral.
«Muy pronto vamos a tener embajador» en Inglaterra, había anticipado Cristina de Kirchner a los periodistas acreditados en la Casa Rosada durante un brindis de fin de año en la sede gubernamental, el 21 de diciembre pasado.
En 2010, el Gobierno envió el pliego del exsecretario de Cultura José Nun para esa representación diplomática, pero la oposición puso reparos porque entendía que ya se había superado la cantidad de embajadores políticos permitidos.
La designación de Castro al frente de la embajada argentina en Londres es toda una señal del Gobierno, que prefirió enviar una mujer con descendencia sindical antes que un diplomático de carrera.
Alicia Castro nació en Bahía Blanca hace 62 años y es «rosista» por herencia familiar, ya que es chozna de una tía y madrina de Juan Manuel de Rosas. A los 19 años inició su carrera de azafata en Aerolíneas Argentinas, que duraría más de dos décadas.
Entre 1991 y 2003 lideró el gremio de los aeronavegantes, y fue dos veces diputada nacional, primero por la Alianza y luego por el Polo Social.
Una de sus más recordadas actuaciones en el Congreso se produjo en mayo de 2002, cuando en medio del tratamiento de la ley de quiebras estacionó una bandera norteamericana en el estrado del presidente de la Cámara baja, Eduardo Camaño.
«Si el Congreso se va a limitar a ser la escribanía del FMI sugiero que sean honestos, arríen la Bandera Nacional y procedan a seguir legislando bajo esta bandera», le dijo Castro a Camaño, en un episodio recordado como «el banderazo».