El padre Molina, junto a Capitanich, en una sede que la Fundación Valdocco tiene en Chaco. Foto: @juanka_molina
En otro cambio de estrategia política, la presidenta Cristina Kirchner designó ayer al sacerdote salesiano Juan Carlos Molina, de su estrecha confianza, nuevo titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), que desde ahora se volcará más a la recuperación de adictos , como política social y territorial, que a la lucha específica contra el narcotráfico.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , formuló ayer el anuncio en la Casa Rosada y señaló los principales lineamientos de la nueva política. «Vamos a hacer una política muy activa para cuidar el rebaño» , aseguró en tono pastoral. «Ése sería el ejercicio más activo de la parábola del Buen Pastor para quienes han incurrido en algún tipo de adicción, en una estrategia para su recuperación de carácter integral», agregó.
Por ese motivo, Capitanich aclaró luego que la Sedronar no tendrá injerencia en el combate efectivo a las bandas del narcotráfico, área que quedará sólo bajo la órbita del secretario de Seguridad, Sergio Berni. «Hay una división. De la lucha contra el delito se encargará Berni», aseguró.
Existe en la Sedronar una Subsecretaría de Lucha Contra el Narcotráfico, que se ocupa de la planificación estratégica y la relación con los organismos internacionales en el intercambio de información. Es posible que esa área se desdoble y pase a la Secretaría de Seguridad.
Los funcionarios de la Sedronar estaban ayer sorprendidos y desorientados por el nuevo enfoque de la Presidenta, según pudo saber la nacion. Precisamente, la incógnita era la futura cooperación con organismos de inteligencia e instituciones contra las drogas en el exterior.
Molina es un cura muy cercano a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner , y de gran confianza de la propia Cristina. «La designación la resolvió la Presidenta», señaló Capitanich a los periodistas.
El nombramiento procuró enviar una señal positiva a la Iglesia e involucrarla en las políticas sobre las drogas. Es una clara respuesta al último documento de la Conferencia Episcopal, del 7 de noviembre, en el cual se formuló una fuerte crítica de las políticas oficiales en materia de lucha contra el narcotráfico. Allí, los obispos cuestionaron concretamente que el Gobierno no había designado al sucesor de Rafael Bielsa, que había dejado la Sedronar en marzo.
Tras el documento, la Corte Suprema también difundió una acordada para reclamar políticas oficiales dirigidas a ayudar a los jueces que debían actuar en contra de los narcos.
Con la salida de Bielsa, el organismo quedó a cargo de Julio Postiglioni, subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas. Nadie lo consultó sobre el nombramiento de Molina, pese a que Capitanich se había reunido con él dos veces en las últimas horas para planificar el año 2014.
Consultado sobre la permanencia de Postiglioni, el jefe de Gabinete contestó lacónicamente: «Hoy está». Pero dejó entrever que eso se analizará hoy con Molina. Capitanich explicó que Cristina Kirchner le dio instrucciones de realizar «un nuevo abordaje» en el tratamiento de las drogas. Por ese motivo, el jefe de Gabinete se reunirá hoy con el designado jefe de la Sedronar para delinear las nuevas políticas.
Se estima que Molina imprimirá una clara política contra la despenalización del consumo de drogas y que afianzará la relación con los curas villeros. Pero no se sabe si se ocupará de las políticas de control de precursores químicos. «Mañana nos reuniremos con Molina para definir muchas cosas», dijo Capitanich a la nacion.
«Su nombramiento no viene de la Iglesia», aclaró el funcionario. También en el Episcopado negaron que haya habido consultas. La Iglesia tomó distancia del nombramiento de Molina, que siempre fue identificado como un cura militante del kirchnerismo, junto con el padre Lito Álvarez, en Santa Cruz. Tuvo, además, discrepancias con el ex obispo de Río Gallegos Juan Carlos Romanín.
Desde 2003, manejó en Santa Cruz la Casa Valdocco, una fundación ubicada en la localidad de Cañadón Seco, en el norte provincial, dedicada a la recuperación de adictos y de allí cultivó su relación con Cristina. Y en 2008 acompañó a Cristina Kirchner en su viaje a Roma, cuando se reunió con Benedicto XVI. .
Del editor: qué significa.
Astuta movida del Gobierno. Suma a la Iglesia a la lista de responsables de enfrentar el del narcotráfico, un drama que los propios obispos advirtieron
En otro cambio de estrategia política, la presidenta Cristina Kirchner designó ayer al sacerdote salesiano Juan Carlos Molina, de su estrecha confianza, nuevo titular de la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar), que desde ahora se volcará más a la recuperación de adictos , como política social y territorial, que a la lucha específica contra el narcotráfico.
El jefe de Gabinete, Jorge Capitanich , formuló ayer el anuncio en la Casa Rosada y señaló los principales lineamientos de la nueva política. «Vamos a hacer una política muy activa para cuidar el rebaño» , aseguró en tono pastoral. «Ése sería el ejercicio más activo de la parábola del Buen Pastor para quienes han incurrido en algún tipo de adicción, en una estrategia para su recuperación de carácter integral», agregó.
Por ese motivo, Capitanich aclaró luego que la Sedronar no tendrá injerencia en el combate efectivo a las bandas del narcotráfico, área que quedará sólo bajo la órbita del secretario de Seguridad, Sergio Berni. «Hay una división. De la lucha contra el delito se encargará Berni», aseguró.
Existe en la Sedronar una Subsecretaría de Lucha Contra el Narcotráfico, que se ocupa de la planificación estratégica y la relación con los organismos internacionales en el intercambio de información. Es posible que esa área se desdoble y pase a la Secretaría de Seguridad.
Los funcionarios de la Sedronar estaban ayer sorprendidos y desorientados por el nuevo enfoque de la Presidenta, según pudo saber la nacion. Precisamente, la incógnita era la futura cooperación con organismos de inteligencia e instituciones contra las drogas en el exterior.
Molina es un cura muy cercano a la ministra de Desarrollo Social, Alicia Kirchner , y de gran confianza de la propia Cristina. «La designación la resolvió la Presidenta», señaló Capitanich a los periodistas.
El nombramiento procuró enviar una señal positiva a la Iglesia e involucrarla en las políticas sobre las drogas. Es una clara respuesta al último documento de la Conferencia Episcopal, del 7 de noviembre, en el cual se formuló una fuerte crítica de las políticas oficiales en materia de lucha contra el narcotráfico. Allí, los obispos cuestionaron concretamente que el Gobierno no había designado al sucesor de Rafael Bielsa, que había dejado la Sedronar en marzo.
Tras el documento, la Corte Suprema también difundió una acordada para reclamar políticas oficiales dirigidas a ayudar a los jueces que debían actuar en contra de los narcos.
Con la salida de Bielsa, el organismo quedó a cargo de Julio Postiglioni, subsecretario de Control de Sustancias Psicoactivas. Nadie lo consultó sobre el nombramiento de Molina, pese a que Capitanich se había reunido con él dos veces en las últimas horas para planificar el año 2014.
Consultado sobre la permanencia de Postiglioni, el jefe de Gabinete contestó lacónicamente: «Hoy está». Pero dejó entrever que eso se analizará hoy con Molina. Capitanich explicó que Cristina Kirchner le dio instrucciones de realizar «un nuevo abordaje» en el tratamiento de las drogas. Por ese motivo, el jefe de Gabinete se reunirá hoy con el designado jefe de la Sedronar para delinear las nuevas políticas.
Se estima que Molina imprimirá una clara política contra la despenalización del consumo de drogas y que afianzará la relación con los curas villeros. Pero no se sabe si se ocupará de las políticas de control de precursores químicos. «Mañana nos reuniremos con Molina para definir muchas cosas», dijo Capitanich a la nacion.
«Su nombramiento no viene de la Iglesia», aclaró el funcionario. También en el Episcopado negaron que haya habido consultas. La Iglesia tomó distancia del nombramiento de Molina, que siempre fue identificado como un cura militante del kirchnerismo, junto con el padre Lito Álvarez, en Santa Cruz. Tuvo, además, discrepancias con el ex obispo de Río Gallegos Juan Carlos Romanín.
Desde 2003, manejó en Santa Cruz la Casa Valdocco, una fundación ubicada en la localidad de Cañadón Seco, en el norte provincial, dedicada a la recuperación de adictos y de allí cultivó su relación con Cristina. Y en 2008 acompañó a Cristina Kirchner en su viaje a Roma, cuando se reunió con Benedicto XVI. .
Del editor: qué significa.
Astuta movida del Gobierno. Suma a la Iglesia a la lista de responsables de enfrentar el del narcotráfico, un drama que los propios obispos advirtieron