D’Hondt, lista «espejo» y elección despegada, tres nudos críticos K

Política Miércoles 16 de Julio de 2014
Entre reservas políticas y legales
• EL ESQUEMA ELECTORAL QUE USARÁ EL OFICIALISMO EN 2015 GENERA DISCUSIONES Y TENSIONES HACIA DENTRO DEL DISPOSITIVO
Por: Pablo Ibáñez
Interna modelo 88. El entrevero que Carlos Menem y Antonio Cafiero protagonizaron el 10 de julio de 1988, hasta hoy la única interna grande del PJ en casi 70 años de historia, reapareció fantasmal en la brumosa cotidianeidad del peronismo K.
Como un buscapié, a modo de testeo provocador, desde el PJ bonaerense se echó a rondar la hipótesis de despegar la elección de la provincia de Buenos Aires de la presidencial. «Que la interna de presidente no nos arrastre a todos» es el mantra de los promotores de separar la votación.
En rigor, la mayoría de las provincias -Córdoba, Capital, Santa Fe y, entre otros, Salta- tiene calendario propio y no ensambla su primaria con la nacional. Pero en Buenos Aires, donde se apiña un tercio del padrón electoral, resiste un estorbo legal pergeñado por Néstor Kirchner.
En 2009, cuando se votó la ley de primarias bonaerenses -llamadas EPAOS-, el pingüino intervino en persona ante Horacio González, jefe de la Cámara de Diputados provincial, para que retoque el texto motorizado por Alberto Balestrini en el Senado. Kirchner ordenó fijar una simultaneidad explícita entre las EPAOS provincial y las PASO nacional.
El registro Menem-Cafiero, que se coronó con la victoria del riojano aunque la estructura peronista respaldaba al bonaerense, es uno de los tres puntos de debate más intenso que rondan las mesas y laboratorios del peronismo K sobre el modelo electoral que se usará en 2015.
Las otras dos son igual de complejas pero, a diferencia del cambio de calendario, no requieren reformas legislativas como sí es imprescindible si se quiere separar la primaria en Buenos Aires de las PASO previstas, por ley, para el 9 de agosto de 2015.
Tres nudos
Parecen detalles accesorios, pero son determinantes. Refieren al sistema de reparto que se usará el peronismo K -está bastante extendido en la dirigencia que la marca electoral ya no será Frente para la Victoria (FpV)- y así se permitirán boletas «espejos» y «múltiples» o se marcha a dos listas que presenten candidatos propios en todos los renglones, de presidente a concejales. Veamos los ítems, sus beneficios y perjuicios, así como sus promotores y detractores:
I. Calendario. En 2011, sólo cuatro provincias tuvieron primarias para gobernador junto a la presidencial. Despegarse otorga autonomía, juego propio y limita el factor arrastre que podrían beneficiar a postulantes de Sergio Massa o Mauricio Macri en el interior por sólo ir colgados de esos dirigentes. Entre los caciques bonaerenses se afirma que les convendría ir despegados por la misma razón, pero Scioli quiere elección simultánea porque de ese modo compromete a toda la estructura. La referencia a Cafiero es puntual: una de las condiciones que puso Menem para competir fue que sólo se vote la candidatura presidencial para que no influya el armado territorial para que ningún dirigente ponga en «juego» la suya. Le dio resultado:
II. Reparto. Cada frente electoral diseña su propio reglamento y dispone cómo distribuirá los cargos entre las listas que compiten. En Capital, en 2013, UNEN armó su modelo: los sectores que superaban el 22% entraban al reparto por sistema D’Hondt, más conveniente para las minorías que el método histórico del PJ o la UCR que otorga el 75% de los cargos al ganador, 25% al segundo y 0 al tercero aunque haya 10 votos de diferencia entre unos y otros. Meses atrás, en una cumbre del PJ, Agustín Rossi pidió reformar ese mecanismo, idea que impulsa La Cámpora y la JP bonaerense con el mismo énfasis que lo resisten los intendentes porque con sistema D’Hondt y un piso accesible, será más fácil entrar en las listas de concejales, lo único que importa a los alcaldes cuando hablan de supervivencia. El modo de reparto aparece, a la vez, ligado al expediente más urticante: si habrá boletas cruzadas y múltiples o el peronismo K marcha a una disputa entre dos candidatos presidenciables que tengan listas propias en todos los renglones, tanto a nivel nacional como legisladores y cargos municipales.
III. «Espejo». Para eso hay una duda jurídica porque las PASO teóricamente eliminaron las «colectoras» y las listas «espejo», aquellas que tienen los mismos candidatos con otra marca electoral. Pero habilitó adhesiones, que se usó como «falsa» colectora en 2011 y 2013, y que lleva a proyectar un modelo en que un candidato a intendente x pueda ir colgado de las boletas de diferentes candidatos a gobernador y a presidente, al punto de que varias listas aparezcan con su nombre en el cuarto oscuro aunque más arriba estén pegadas a postulantes que se enfrentan y combaten entre sí. Es lo que pretenden los alcaldes y el sciolismo mira de reojo porque eso habilitaría el «doble» juego de los caciques locales, mientras que un sector del peronismo K analiza el escenario de tener además de candidatos a presidente y a gobernador bonaerense, un postulante propio a intendente en cada municipio y además listas de concejales para que la disputa sea en todos los niveles.

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