La presidenta brasileña Dilma Rousseff dijo que la economía del país tiene que crecer como mínimo 4% al año. Adelantó que la gran prioridad de su gobierno será la inversión en educación.
La mandataria presentará, en el ámbito del Plan Nacional de Educación, el destino que dará a los royalties de petróleo, que irán integralmente a esa área. Dilma también destacó la importancia del pragmatismo en la gestión gubernamental y, en especial, en relación al trípode macroeconómico que componen el superávit fiscal, el régimen de cambio fluctuante y la meta de inflación.
Creo que todo gobierno tiene que ser pragmático, afirmó. Un gobierno no puede pensar que tiene una receta y que va a seguir adelante con esa receta a cualquier costo, agregó.
Después de almorzar el lunes con el rey de España, Juan Carlos I, y de mantener un encuentro con el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, Rousseff participó de un seminario organizado por Valor y por el diario El País, en Madrid.
Antes de abrir el seminario «Brasil en el Camino del Desarrollo», Dilma recibió a Valor para una entrevista, en la que destacó la importancia de la competitividad para que la industria brasileña pueda sustentar el crecimiento del país.
La presidenta anunció que el gobierno prepara un conjunto de medidas enfocadas hacia el desarrollo del mercado de capitales y dijo que su gobierno mantiene el consenso acerca de la vital importancia de la industria por el efecto multiplicador de su crecimiento sobre toda la economía.
Países latinoamericanos se quejan de las barreras aduaneras brasileñas y otros países se están uniendo en bloques dirigidos hacia el Pacífico. ¿Le preocupa?
Están cerrando esa alianza porque creen que tendrán una oportunidad mayor allá y hubo una cierta inducción de Estados Unidos. Nosotros no levantamos barreras. Somos uno de los países que sufrieron las consecuencias más dramáticas, y la Unión Europea también, de todos los quantitative easing, porque nadie puede afrontar una desvalorización de la moneda en la proporción que la hicieron ellos. No existe ninguna política de proteccionismo más eficaz que la que se hizo, no solo por la desvalorización del dólar, sino también por la reducción del costo del capital.
¿La salida al Pacífico es viable?
Creo que intentan esa salida. ¿Pero la salida para el Pacífico es compleja porque es una salida hacia dónde, hacia China? Nosotros tenemos una relación con China de otra calidad, queremos mantener el comercio, las commodities, pero queremos -y los chinos reconocieron que es posible-aumentar las ventas de productos elaborados y agregar valor.
Cuando se dice que habrá una modificación en el modelo chino, no significa que reducirán las inversiones, van a disminuir la formación bruta de capital fijo vinculada a la producción de infraestructura y van a aumentar la producción industrial vinculada al consumo más sofisticado. No darán un salario más alto, van a aumentar las inversiones, tendrán que tener manufacturas más sofisticadas. Nosotros queremos participar de ese esfuerzo porque ellos van a producir, pero también van a importar. Creo que hay lugar para todos. Los países que hacen la Alianza del Pacífico tienen ventajas en hacerla y tengo la impresión que es una alianza más para Estados Unidos. Pero eso no es un problema para la economía brasileña. Tenemos que tener una relación con Estados Unidos y yo estoy segura de que a partir de la relección de (Barack) Obama vamos a poder acelerar esa relación, pero nosotros no somos un países de bienes primarios. Y pueden estar seguros de una cosa: dentro del gobierno existe la convicción de que no recorreremos un camino de desarrollo si no le damos importancia a la industria.
¿Por qué?
La industria es importante para articular los demás sectores. Tiene un poder de innovación que se extiende a la economía, es decisiva para nuestra necesidad de aumentar la formación bruta de capital fijo, que precisamos aumentar nuestra tasa de inversión. Tenemos la obligación de mirar hacia la industria. No es que tengamos que proteger nuestra industria, lo que tenemos que hacer es tornarla cada vez más competitiva. Y la industria no será competitiva si no tenemos una asociación público-privada; lo que quiere decir que el Estado y el sector privado brasileños tendrán que hacer un esfuerzo inaudito.
¿La desvalorización de la tasa de cambio que tuvo lugar en los últimos meses sería una forma de hacer esa transición hacia una industria más competitiva?
Rousseff: Estamos buscando un cambio que no sea ese de un dólar desvalorizado y el real supervalorizado. Estábamos con un cambio supervalorizado, nadie duda acerca de eso, ya sea por la relación interés/cambio, como por el efecto de la política de «quantiative easing», que vertió sobre nuestra cabeza más de u$s 9 billones. Hubo una reacción después de que dijera eso en la ONU: «Pero no tiene ese efecto el quantitative easing», dijeron. ¿No? Se hace mensualmente y va acumulando sus efectos. Son, en total, cerca de u$s 85.000 millones mensuales que, multiplicados por doce meses da cerca de u$s 1 billón en el año. Si no se esteriliza ese billón, va hacia algunos lugares, entre ellos Brasil. Y tiene un efecto depresivo sobre la moneda. Ni siquiera voy a hablar de la entrada de capital especulativo en Brasil, porque es nuestra obligación defendernos de eso. El efecto es garantizar una moneda desvalorizada y simplificar el ajuste de Estados Unidos. Detrás de eso gira la conversación acerca de que los otros son proteccionistas. Si tirásemos u$s 1 billón en nuestra economía, primero seríamos inflacionarios y después estaríamos desvalorizando artificialmente nuestra moneda. Estados Unidos, tenemos que reconocer, tiene una inmensa capacidad de pragmatismo.
¿Su gobierno también es pragmático?
Creo que todo gobierno debe ser pragmático. Un gobierno no puede creer que tiene una receta y que va a seguir esa receta. Un ejemplo: Voy a hacer el ajuste más austero del mundo y saldrá bien. ¿Qué sucederá? Cae mi crecimiento y, entonces, aumenta mi déficit. Porque se desploma el denominador, el PBI cae y sube la relación deuda pública/PBI. Es lo que están viviendo aquí en Europa. Nosotros ya lo vivimos y sabemos como es. Cuando comienza a crecer el Producto Bruto Interno, el ajuste será más fácil.
¿Por qué la economía brasileña tarda en reaccionar y crecer?
Porque tenemos que esforzarnos en el área de competitividad. Es real, no es algo retórico. Tenemos que disminuir el costo del capital, estamos intentando hacerlo. Tenemos que aumentar las fuentes de financiamiento de inversiones de largo plazo, no podemos hacerlo solo con el BNDES. Tenemos que tener capital más barato, proveniente del mercado de capitales. Brasil tendrá que ser más sofisticado, tenemos que tener capitales, tenemos que tener productos financieros que viabilicen la inversión.
¿El gobierno está preparando medidas dirigidas al mercado de capitales para este año?
El gobierno está preparando, pero no estoy segura de que salgan ahora. No voy a decir de qué se trata porque todavía están en preparación. Tenemos que cambiar las condiciones de financiamiento de la economía brasileña. También tenemos que aumentar la presencia de las empresas en varias actividades. Por ejemplo, en el área de infraestructura tenemos que llevar adelante asociaciones, PPPs, y vamos a hacerlo. Tendremos que hacer un gran esfuerzo en el área de educación, sobre todo en la educación profesional. Precisamos eso. Tenemos que reducir el costo de la mano de obra. Por eso estamos desgravando la nómina salarial. Vamos a tener que avanzar, dentro de las posibilidades de los diferentes agentes involucrados, en la desgravación fiscal. Comenzamos la desgravación de la nómina salarial, empezamos con 15 sectores, subimos a 40, y haremos más. Tenemos que resolver el problema del ICMS (Impuesto sobre la Circulación de Mercancías y Servicios), pero no podemos hacerlo sin la compensación a los estados. Y tampoco tenemos todo el dinero del mundo para hacer todo simultáneamente. Tenemos que invertir en educación. Nosotros queremos destinar los royalties (del petróleo) a la educación. Tendremos que esforzarnos para persuadir
Porque el Congreso no es el único responsable, es toda la sociedad. Sin educación no iremos lejos. Preciso hacer eso y los próximos gobernantes de este país tendrán que apostar fuertemente a la educación. Necesitamos alfabetizar en la edad correcta, porque 15% de los niños de ocho años no saben leer, no saben escribir, ni tienen capacidad de interpretación. Eso hay que cambiarlo. Tenemos que tener educación en período integral y hay que dar educación profesional. No estoy hablando del programa Ciencia Sin Fronteras, o de investigación. Buscamos colocar todos los esfuerzos, cualquiera sea la repartición, para la educación hasta 2020.
¿Usted propone destinar la parte de los royalties del petróleo del gobierno federal a educación?
Sí. La nuestra y la de ellos, porque los municipios y estados son los grandes responsables de la educación. ¿Dónde sino, colocar el dinero? Noruega resolvió con sus royalties un problema gravísimo que tenía, el de la previsión social. Nuestro problema gravísimo es el educacional. Después presentaremos el Plan Nacional de Educación, el PNE. Y tenemos que hacer lo posible e imposible para que el país crezca. Brasil tiene que crecer, como mínimo, 4% al año.
¿Y que más hará el gobierno para impulsar ese crecimiento?
No puedo decirlo, pero haremos otras cosas. Tenemos algunos buenos resultados, como el (programa) Mi Casa, Mi Vida. Entregamos un millón de casas y vamos a hacer dos millones.
¿Y los problemas de infraestructura?
Tenemos varios problemas de infraestructura. Resolvimos muchos con el régimen de contratación especial, el RDC. Brasil tiene que tener un banco de proyectos, y estamos intentando solucionar eso. Y precisamos hacer que estados y municipios se tornen más eficientes en muchos aspectos. Porque no tenemos cómo invertir en saneamiento, por ejemplo. Nuestro problema no es el dinero, es la ejecución. Pregúntenle a Miriam (Belchior, ministra de Planificación) si falta dinero.
¿El tema macroeconómico hoy es menos relevante?
No. Es absolutamente equivocado pensar que terminamos los tres pilares.
¿Pero el cambio no está administrado?
No creo.
¿No cotiza entre R$ 2 y R$ 2,04 el dólar?
No creo, por la situación internacional, incluso está hasta Está manteniendo un nivel, a veces sube, ahí dicen «Tombini hará swap». Entonces cae y la gente del mercado dice «va a caer»
¿Usted diría que el trípode superávit fiscal, meta de inflación y cambio fluctuante también puede administrarse con pragmatismo?
No existe política que no sea pragmática. ¿Dígame cuál? ¿Vio épocas en la historia en que el pueblo fue muy ortodoxo? Lo estamos viendo ahora, aquí. En Estados Unidos no lo son nunca. El Fondo Monetario Internacional en nuestra época (en los años 80 y 90) era absolutamente rígido. Ahora decidió hacer una evaluación de indicadores de los efectos de los ajustes y percibió el efecto negativo que tiene sobre el crecimiento. El problema de aquí (de los países de la zona del euro) es que también tienen un problema político. El euro no es una obra completa. Se comienza por la moneda, la moneda exige Estado y exige un prestador de última instancia y exige emisión de título. Mientras no hubo crisis, lo mantuvieron. Pero ahora hay que negociar. ¿Y cómo se negocia con 17 Parlamentos? Tienen un problema político. Es la llamada «trampa del consenso». Creo que hay una especulación muy fuerte contra el euro.
¿Brasil presentará un candidato al comando de la OMC (Organización Mundial de Comercio)?
No necesariamente. Podemos presentarlo o apoyar a uno de los que eventualmente se presenten.
¿Quién podría ser el candidato brasileño?
No te diría quién. Nadie lo sabe todavía. Tenemos que mirar eso en relación a todas las otras cosas que están sobre la mesa. No tenemos solo esa decisión sobre la mesa, tenemos que ver ventajas y desventajas.
Y el tema de la energía. Hay una gran confusión y Eletrobras se está quejando
¿Usted cree que quiero quebrar Eletrobras? Ahora, entre quebrar Eletrobras y que ella quiera ganar una renta que no es de ella, que es de las empresas brasileñas y de la población
La mandataria presentará, en el ámbito del Plan Nacional de Educación, el destino que dará a los royalties de petróleo, que irán integralmente a esa área. Dilma también destacó la importancia del pragmatismo en la gestión gubernamental y, en especial, en relación al trípode macroeconómico que componen el superávit fiscal, el régimen de cambio fluctuante y la meta de inflación.
Creo que todo gobierno tiene que ser pragmático, afirmó. Un gobierno no puede pensar que tiene una receta y que va a seguir adelante con esa receta a cualquier costo, agregó.
Después de almorzar el lunes con el rey de España, Juan Carlos I, y de mantener un encuentro con el jefe del Gobierno español, Mariano Rajoy, Rousseff participó de un seminario organizado por Valor y por el diario El País, en Madrid.
Antes de abrir el seminario «Brasil en el Camino del Desarrollo», Dilma recibió a Valor para una entrevista, en la que destacó la importancia de la competitividad para que la industria brasileña pueda sustentar el crecimiento del país.
La presidenta anunció que el gobierno prepara un conjunto de medidas enfocadas hacia el desarrollo del mercado de capitales y dijo que su gobierno mantiene el consenso acerca de la vital importancia de la industria por el efecto multiplicador de su crecimiento sobre toda la economía.
Países latinoamericanos se quejan de las barreras aduaneras brasileñas y otros países se están uniendo en bloques dirigidos hacia el Pacífico. ¿Le preocupa?
Están cerrando esa alianza porque creen que tendrán una oportunidad mayor allá y hubo una cierta inducción de Estados Unidos. Nosotros no levantamos barreras. Somos uno de los países que sufrieron las consecuencias más dramáticas, y la Unión Europea también, de todos los quantitative easing, porque nadie puede afrontar una desvalorización de la moneda en la proporción que la hicieron ellos. No existe ninguna política de proteccionismo más eficaz que la que se hizo, no solo por la desvalorización del dólar, sino también por la reducción del costo del capital.
¿La salida al Pacífico es viable?
Creo que intentan esa salida. ¿Pero la salida para el Pacífico es compleja porque es una salida hacia dónde, hacia China? Nosotros tenemos una relación con China de otra calidad, queremos mantener el comercio, las commodities, pero queremos -y los chinos reconocieron que es posible-aumentar las ventas de productos elaborados y agregar valor.
Cuando se dice que habrá una modificación en el modelo chino, no significa que reducirán las inversiones, van a disminuir la formación bruta de capital fijo vinculada a la producción de infraestructura y van a aumentar la producción industrial vinculada al consumo más sofisticado. No darán un salario más alto, van a aumentar las inversiones, tendrán que tener manufacturas más sofisticadas. Nosotros queremos participar de ese esfuerzo porque ellos van a producir, pero también van a importar. Creo que hay lugar para todos. Los países que hacen la Alianza del Pacífico tienen ventajas en hacerla y tengo la impresión que es una alianza más para Estados Unidos. Pero eso no es un problema para la economía brasileña. Tenemos que tener una relación con Estados Unidos y yo estoy segura de que a partir de la relección de (Barack) Obama vamos a poder acelerar esa relación, pero nosotros no somos un países de bienes primarios. Y pueden estar seguros de una cosa: dentro del gobierno existe la convicción de que no recorreremos un camino de desarrollo si no le damos importancia a la industria.
¿Por qué?
La industria es importante para articular los demás sectores. Tiene un poder de innovación que se extiende a la economía, es decisiva para nuestra necesidad de aumentar la formación bruta de capital fijo, que precisamos aumentar nuestra tasa de inversión. Tenemos la obligación de mirar hacia la industria. No es que tengamos que proteger nuestra industria, lo que tenemos que hacer es tornarla cada vez más competitiva. Y la industria no será competitiva si no tenemos una asociación público-privada; lo que quiere decir que el Estado y el sector privado brasileños tendrán que hacer un esfuerzo inaudito.
¿La desvalorización de la tasa de cambio que tuvo lugar en los últimos meses sería una forma de hacer esa transición hacia una industria más competitiva?
Rousseff: Estamos buscando un cambio que no sea ese de un dólar desvalorizado y el real supervalorizado. Estábamos con un cambio supervalorizado, nadie duda acerca de eso, ya sea por la relación interés/cambio, como por el efecto de la política de «quantiative easing», que vertió sobre nuestra cabeza más de u$s 9 billones. Hubo una reacción después de que dijera eso en la ONU: «Pero no tiene ese efecto el quantitative easing», dijeron. ¿No? Se hace mensualmente y va acumulando sus efectos. Son, en total, cerca de u$s 85.000 millones mensuales que, multiplicados por doce meses da cerca de u$s 1 billón en el año. Si no se esteriliza ese billón, va hacia algunos lugares, entre ellos Brasil. Y tiene un efecto depresivo sobre la moneda. Ni siquiera voy a hablar de la entrada de capital especulativo en Brasil, porque es nuestra obligación defendernos de eso. El efecto es garantizar una moneda desvalorizada y simplificar el ajuste de Estados Unidos. Detrás de eso gira la conversación acerca de que los otros son proteccionistas. Si tirásemos u$s 1 billón en nuestra economía, primero seríamos inflacionarios y después estaríamos desvalorizando artificialmente nuestra moneda. Estados Unidos, tenemos que reconocer, tiene una inmensa capacidad de pragmatismo.
¿Su gobierno también es pragmático?
Creo que todo gobierno debe ser pragmático. Un gobierno no puede creer que tiene una receta y que va a seguir esa receta. Un ejemplo: Voy a hacer el ajuste más austero del mundo y saldrá bien. ¿Qué sucederá? Cae mi crecimiento y, entonces, aumenta mi déficit. Porque se desploma el denominador, el PBI cae y sube la relación deuda pública/PBI. Es lo que están viviendo aquí en Europa. Nosotros ya lo vivimos y sabemos como es. Cuando comienza a crecer el Producto Bruto Interno, el ajuste será más fácil.
¿Por qué la economía brasileña tarda en reaccionar y crecer?
Porque tenemos que esforzarnos en el área de competitividad. Es real, no es algo retórico. Tenemos que disminuir el costo del capital, estamos intentando hacerlo. Tenemos que aumentar las fuentes de financiamiento de inversiones de largo plazo, no podemos hacerlo solo con el BNDES. Tenemos que tener capital más barato, proveniente del mercado de capitales. Brasil tendrá que ser más sofisticado, tenemos que tener capitales, tenemos que tener productos financieros que viabilicen la inversión.
¿El gobierno está preparando medidas dirigidas al mercado de capitales para este año?
El gobierno está preparando, pero no estoy segura de que salgan ahora. No voy a decir de qué se trata porque todavía están en preparación. Tenemos que cambiar las condiciones de financiamiento de la economía brasileña. También tenemos que aumentar la presencia de las empresas en varias actividades. Por ejemplo, en el área de infraestructura tenemos que llevar adelante asociaciones, PPPs, y vamos a hacerlo. Tendremos que hacer un gran esfuerzo en el área de educación, sobre todo en la educación profesional. Precisamos eso. Tenemos que reducir el costo de la mano de obra. Por eso estamos desgravando la nómina salarial. Vamos a tener que avanzar, dentro de las posibilidades de los diferentes agentes involucrados, en la desgravación fiscal. Comenzamos la desgravación de la nómina salarial, empezamos con 15 sectores, subimos a 40, y haremos más. Tenemos que resolver el problema del ICMS (Impuesto sobre la Circulación de Mercancías y Servicios), pero no podemos hacerlo sin la compensación a los estados. Y tampoco tenemos todo el dinero del mundo para hacer todo simultáneamente. Tenemos que invertir en educación. Nosotros queremos destinar los royalties (del petróleo) a la educación. Tendremos que esforzarnos para persuadir
Porque el Congreso no es el único responsable, es toda la sociedad. Sin educación no iremos lejos. Preciso hacer eso y los próximos gobernantes de este país tendrán que apostar fuertemente a la educación. Necesitamos alfabetizar en la edad correcta, porque 15% de los niños de ocho años no saben leer, no saben escribir, ni tienen capacidad de interpretación. Eso hay que cambiarlo. Tenemos que tener educación en período integral y hay que dar educación profesional. No estoy hablando del programa Ciencia Sin Fronteras, o de investigación. Buscamos colocar todos los esfuerzos, cualquiera sea la repartición, para la educación hasta 2020.
¿Usted propone destinar la parte de los royalties del petróleo del gobierno federal a educación?
Sí. La nuestra y la de ellos, porque los municipios y estados son los grandes responsables de la educación. ¿Dónde sino, colocar el dinero? Noruega resolvió con sus royalties un problema gravísimo que tenía, el de la previsión social. Nuestro problema gravísimo es el educacional. Después presentaremos el Plan Nacional de Educación, el PNE. Y tenemos que hacer lo posible e imposible para que el país crezca. Brasil tiene que crecer, como mínimo, 4% al año.
¿Y que más hará el gobierno para impulsar ese crecimiento?
No puedo decirlo, pero haremos otras cosas. Tenemos algunos buenos resultados, como el (programa) Mi Casa, Mi Vida. Entregamos un millón de casas y vamos a hacer dos millones.
¿Y los problemas de infraestructura?
Tenemos varios problemas de infraestructura. Resolvimos muchos con el régimen de contratación especial, el RDC. Brasil tiene que tener un banco de proyectos, y estamos intentando solucionar eso. Y precisamos hacer que estados y municipios se tornen más eficientes en muchos aspectos. Porque no tenemos cómo invertir en saneamiento, por ejemplo. Nuestro problema no es el dinero, es la ejecución. Pregúntenle a Miriam (Belchior, ministra de Planificación) si falta dinero.
¿El tema macroeconómico hoy es menos relevante?
No. Es absolutamente equivocado pensar que terminamos los tres pilares.
¿Pero el cambio no está administrado?
No creo.
¿No cotiza entre R$ 2 y R$ 2,04 el dólar?
No creo, por la situación internacional, incluso está hasta Está manteniendo un nivel, a veces sube, ahí dicen «Tombini hará swap». Entonces cae y la gente del mercado dice «va a caer»
¿Usted diría que el trípode superávit fiscal, meta de inflación y cambio fluctuante también puede administrarse con pragmatismo?
No existe política que no sea pragmática. ¿Dígame cuál? ¿Vio épocas en la historia en que el pueblo fue muy ortodoxo? Lo estamos viendo ahora, aquí. En Estados Unidos no lo son nunca. El Fondo Monetario Internacional en nuestra época (en los años 80 y 90) era absolutamente rígido. Ahora decidió hacer una evaluación de indicadores de los efectos de los ajustes y percibió el efecto negativo que tiene sobre el crecimiento. El problema de aquí (de los países de la zona del euro) es que también tienen un problema político. El euro no es una obra completa. Se comienza por la moneda, la moneda exige Estado y exige un prestador de última instancia y exige emisión de título. Mientras no hubo crisis, lo mantuvieron. Pero ahora hay que negociar. ¿Y cómo se negocia con 17 Parlamentos? Tienen un problema político. Es la llamada «trampa del consenso». Creo que hay una especulación muy fuerte contra el euro.
¿Brasil presentará un candidato al comando de la OMC (Organización Mundial de Comercio)?
No necesariamente. Podemos presentarlo o apoyar a uno de los que eventualmente se presenten.
¿Quién podría ser el candidato brasileño?
No te diría quién. Nadie lo sabe todavía. Tenemos que mirar eso en relación a todas las otras cosas que están sobre la mesa. No tenemos solo esa decisión sobre la mesa, tenemos que ver ventajas y desventajas.
Y el tema de la energía. Hay una gran confusión y Eletrobras se está quejando
¿Usted cree que quiero quebrar Eletrobras? Ahora, entre quebrar Eletrobras y que ella quiera ganar una renta que no es de ella, que es de las empresas brasileñas y de la población