El titular de la Cámara de Diputados de la Nación visitó Corrientes para participar de la constitución del Observatorio Cuestión Malvinas del Litoral. Es uno de los probables precandidatos a Presidente por el kirchnerismo. Analizó junto a época el rol de las instituciones democráticas. También evaluó su labor como ministro de Agricultura tras el conflicto con el campo y la potencialidad de ese sector productivo.
“¿Que político no quiere ser presidente… o que cura no aspira a ser Papa?”, repreguntó el titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez. El inicio de la entrevista, más allá de las consultas por lo institucional de su visita a Corrientes, caía casi de maduro: se trata de uno de los principales referentes del kirchnerismo y uno de los posibles precandidatos del oficialismo para suceder a Cristina Fernández en “el sillón de Rivadavia”.
Pero, instantes después, Domínguez dejó en claro que una posible candidatura no debe surgir de la propia ambición política personal sino del resultante “de un proyecto de país, de un sueño de una generación que mamó treinta años de democracia”.
“Me parece mucho más importante construir y debatir una idea de país, una visión estratégica de Argentina y una generación que esté dispuesta a defender el modelo de Nación que queremos para los próximos años”, apuntó Domínguez. Luego agregó que una candidatura “no puede ser una autoproclamación individual. Creo que la democracia requiere una construcción de un proceso mucho más colectivo que individual. El pronunciamiento no debe estar vinculado a un deseo personal sino a un sueño colectivo”.
Ocupó diversos cargos, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo nacional y por la provincia de Buenos Aires. ¿Se considera un político todoterreno?
Soy un peronista que votó siempre la boleta completa del partido. Esa es mi característica. Siempre he defendido la institucionalidad de los partidos políticos como un instrumento que garantiza la representación y coherencia de la voluntad del pueblo argentino. La estabilidad institucional es sinónimo de progreso. Muchos de los retrocesos en nuestro país están vinculados a que los dirigentes han utilizados las instituciones en beneficio individuales y autoproclamaciones y no ha sido un proceso de construcciones colectivas en las que las instituciones han resuelto los conflictos de la sociedad. No creo que sea un tema individual sino la visión de una generación y que se exprese dentro del peronismo.
Pero ¿cómo se sanea? ¿Cómo evitar que los dirigentes no utilicen las instituciones para beneficio personal?
Es muy importante lo que dice el Papa Francisco: el todo es superior a las partes. Somos instrumentos y la política es vocación de servicio, es para servir no para servirse y enriquecerse y requiere de una dirigencia que esté al servicio del interés del pueblo. Reitero. Lo más importante es la institucionalidad y el propósito final, no el proyecto individual. La institución es superior a nosotros mismos. Pasamos pero las instituciones quedan.
El 1 de octubre de 2009, Agricultura, Ganadería y Pesca obtuvo rango ministerial. Y usted fue el primer ministro nacional de esta cartera…
Ser el primer ministro de Agricultura en una etapa de democracia fue un sueño que lo viví con mucha alegría. Pero también fue un gran desafío.
Y le tocó momentos difíciles tras el conflicto con el campo…
Estar al frente del Ministerio fue un gran aprendizaje. Tuve que desarrollar la capacidad de escucha en la máxima expresión. Era necesario registrar todo lo que el otro tenía para aportar, reducir las cosas que nos separaban y desarrollar las grandes potencialidades que Argentina cuenta en materia agroalimentaria, de capacidad de nuestra tierra, de disponibilidad de los recursos hídricos. Fue una experiencia política apasionante porque, además, es el sector más competitivo de nuestra economía.
¿Qué dejó su labor en el Ministerio de Agricultura?
Creo que todo el debate, todo el proceso de discusión y de diferencias dio como resultado tres puntos que marcaron el futuro del sector: el plan estratégico agroalimentario 2020, la relación estratégica con China y tener los mejores recursos técnicos y humanos. Argentina seguirá siendo puntera en materia de tecnología de producción. La asignatura pendiente es que los recursos que el campo genera queden para los argentinos. Nuestro país en gran medida vive de lo que produce la tierra. El conflicto permitió que el puerto unitario y concentrado en los intereses de su metrópolis pueda descubrir un país mucho más diverso, con mejores capacidades productivas y puso los intereses del sector agroalimentario como parte de la agenda de los argentinos. Fue eso, quizá, lo más importante. Que la Argentina de la Capital Federal, que da la espalda al interior, pueda descubrir que hay un país que tiene todo para crecer y que se vive de esa producción.
¿Cómo ve a Argentina en un futuro próximo?
Una de las cosas que los argentinos perdimos fue el control del territorio. Nuestra dirigencia fue muy complaciente con un modelo de concentración de población que genera pobreza y exclusión. Juan Bautista Alberdi decía que gobernar es poblar. Nosotros hemos despoblado el territorio de la patria. Debemos tener políticas de promoción que haga que la población se quede en nuestros campos, que nuestra gente viva en condiciones dignas en el territorio. Para ello hay que invertir muchos recursos, infraestructura y financiamiento.
¿Qué rol juega el Norte en esa Argentina?
La Argentina que queremos en la próxima década es la que piense en la fundación de cien nuevas ciudades en el Norte argentino. Todos los estudios nacionales e internacionales indican que es la gran promesa de desarrollo y crecimiento del país. Hay que acompañarlo con un plan de ordenamiento territorial y desarrollar una nueva política de localización de la capital argentina desde la perspectiva bioceánica, no sólo del Atlántico como se pensó en estos 200 años de historia. Tenemos que buscar la salida hacia el Pacífico y la integración del Norte Argentino. Formamos parte de denominado chaco latinoamericano – que incluye al Sur de Brasil, Paraguay, Bolivia, parte de Uruguay y todo el Norte Argentino – que es el lugar donde el mundo se va a bastecer de alimento y del agua que necesitará en los próximos 50 años. Por lo tanto, creo que Argentina debe tener una mirada nueva sobre cómo desarrolla la política y el control territorial.
Fue crítico con la dirigencia por la complacencia ante la concentración de la población y habló de pensar en una nueva capital…
Es una locura que Argentina haya concentrado su capital en el puerto. Tenemos un conurbano cada vez más pobre, mas excluido. No es casualidad que la única agenda en Argentina sea la de seguridad. El principal problema es como desarrollamos nuestras capacidades productivas. Allí la dirigencia ha estado de rodillas, ha sido complaciente con un modelo de concentración de población. El esfuerzo debe apuntar a desalentar la concentración en grandes centros urbanos y volcar financiamientos con un Estado al servicio de las necesidades en el interior. El desarrollo de Argentina pasa por el Norte de la Patria. Estoy convencido que Corrientes, en particular, tiene mucho para aportar como región mesopotámica a una integración económica de aprovechamiento del agua y de los recursos naturales.
Habló de Corrientes. El gobernador Ricardo Colombi muchas veces criticó al Gobierno nacional por “discriminar” a nuestra provincia…
La única discriminación es la capacidad de presentar proyectos, de gestionar. Se de lo que hablo porque he sido intendente. Nadie te va a venir a traer algo. Hay que gestionar, caminar los ministerios, tener los funcionarios que se rompan el lomo trabajando. En Argentina parece que se ha hecho una costumbre transferir la responsabilidad siempre a los otros. Cada uno tiene que hacerse responsable de la tarea para la que fue elegido. Los gobernadores exitosos son los que gestionan proyectos, que golpean puertas.
Exitosa carrera política
Julián Andrés Domínguez nació en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, el 24 de noviembre de 1963. Ocupó varios cargos, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo nacional y por la provincia de Buenos Aires. Tras alcanzar una banca para diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, fue elegido para presidir dicho cuerpo legislativo. Se convirtió así en el cuarto lugar en la línea de sucesión presidencial.
El 1 de octubre de 2009 la presidente Cristina Fernández de Kirchner elevó a Agricultura, Ganadería y Pesca al rango de Ministerio. Domínguez fue designado para dicha cartera.
Su carrera política comenzó en 1995, cuando fue electo intendente de su ciudad natal, cargo que desempeñó hasta 1999 cuando asumió como ministro de Obras Públicas bonaerense.
Se constituyó el Observatorio Cuestión Malvinas del Litoral
El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y ex combatiente Julián Domínguez y el intendente capitalino Fabián Ríos, acompañados por los rectores de la Universidad de la Cuenca del Plata (UCP), la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y la Municipalidad de Resistencia, dejaron oficialmente constituido el Observatorio Cuestión Malvinas del Litoral.
Durante un acto, las autoridades municipales, nacionales y universitarias constituyeron formalmente la entidad que fue creada por impulso del intendente para incorporar investigaciones científicas y construir defensa popular – desde una perspectiva regional – al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas que el Gobierno nacional realiza en todos los foros internacionales.
El Observatorio tiene la misión de realizar estudios científicos, promover debates, concretar proyectos académicos y construir proyectos políticos para promover en la sociedad la defensa de la soberanía nacional de las islas Malvinas; siempre con basado en el aporte de las universidades y con una proyección del futuro.
La entidad trabajará en la promoción de la conciencia histórica y actual de los derechos de la Nación Argentina sobre las Islas. En articulación con el Congreso de la Nación y otros gobiernos provinciales, el Observatorio Cuestión Malvinas del Litoral se convertirá en un espacio de difusión de la causa nacional para trabajar en los proyectos científicos y políticos que permitan concientización y diálogo internacional.
Tanto Domínguez como Ríos consideraron que en el siglo XXI ya no corresponde pensar en la recuperación de las Islas a través de las guerras, sino mediante políticas diplomáticas con visión científica y académica.
“¿Que político no quiere ser presidente… o que cura no aspira a ser Papa?”, repreguntó el titular de la Cámara de Diputados de la Nación, Julián Domínguez. El inicio de la entrevista, más allá de las consultas por lo institucional de su visita a Corrientes, caía casi de maduro: se trata de uno de los principales referentes del kirchnerismo y uno de los posibles precandidatos del oficialismo para suceder a Cristina Fernández en “el sillón de Rivadavia”.
Pero, instantes después, Domínguez dejó en claro que una posible candidatura no debe surgir de la propia ambición política personal sino del resultante “de un proyecto de país, de un sueño de una generación que mamó treinta años de democracia”.
“Me parece mucho más importante construir y debatir una idea de país, una visión estratégica de Argentina y una generación que esté dispuesta a defender el modelo de Nación que queremos para los próximos años”, apuntó Domínguez. Luego agregó que una candidatura “no puede ser una autoproclamación individual. Creo que la democracia requiere una construcción de un proceso mucho más colectivo que individual. El pronunciamiento no debe estar vinculado a un deseo personal sino a un sueño colectivo”.
Ocupó diversos cargos, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo nacional y por la provincia de Buenos Aires. ¿Se considera un político todoterreno?
Soy un peronista que votó siempre la boleta completa del partido. Esa es mi característica. Siempre he defendido la institucionalidad de los partidos políticos como un instrumento que garantiza la representación y coherencia de la voluntad del pueblo argentino. La estabilidad institucional es sinónimo de progreso. Muchos de los retrocesos en nuestro país están vinculados a que los dirigentes han utilizados las instituciones en beneficio individuales y autoproclamaciones y no ha sido un proceso de construcciones colectivas en las que las instituciones han resuelto los conflictos de la sociedad. No creo que sea un tema individual sino la visión de una generación y que se exprese dentro del peronismo.
Pero ¿cómo se sanea? ¿Cómo evitar que los dirigentes no utilicen las instituciones para beneficio personal?
Es muy importante lo que dice el Papa Francisco: el todo es superior a las partes. Somos instrumentos y la política es vocación de servicio, es para servir no para servirse y enriquecerse y requiere de una dirigencia que esté al servicio del interés del pueblo. Reitero. Lo más importante es la institucionalidad y el propósito final, no el proyecto individual. La institución es superior a nosotros mismos. Pasamos pero las instituciones quedan.
El 1 de octubre de 2009, Agricultura, Ganadería y Pesca obtuvo rango ministerial. Y usted fue el primer ministro nacional de esta cartera…
Ser el primer ministro de Agricultura en una etapa de democracia fue un sueño que lo viví con mucha alegría. Pero también fue un gran desafío.
Y le tocó momentos difíciles tras el conflicto con el campo…
Estar al frente del Ministerio fue un gran aprendizaje. Tuve que desarrollar la capacidad de escucha en la máxima expresión. Era necesario registrar todo lo que el otro tenía para aportar, reducir las cosas que nos separaban y desarrollar las grandes potencialidades que Argentina cuenta en materia agroalimentaria, de capacidad de nuestra tierra, de disponibilidad de los recursos hídricos. Fue una experiencia política apasionante porque, además, es el sector más competitivo de nuestra economía.
¿Qué dejó su labor en el Ministerio de Agricultura?
Creo que todo el debate, todo el proceso de discusión y de diferencias dio como resultado tres puntos que marcaron el futuro del sector: el plan estratégico agroalimentario 2020, la relación estratégica con China y tener los mejores recursos técnicos y humanos. Argentina seguirá siendo puntera en materia de tecnología de producción. La asignatura pendiente es que los recursos que el campo genera queden para los argentinos. Nuestro país en gran medida vive de lo que produce la tierra. El conflicto permitió que el puerto unitario y concentrado en los intereses de su metrópolis pueda descubrir un país mucho más diverso, con mejores capacidades productivas y puso los intereses del sector agroalimentario como parte de la agenda de los argentinos. Fue eso, quizá, lo más importante. Que la Argentina de la Capital Federal, que da la espalda al interior, pueda descubrir que hay un país que tiene todo para crecer y que se vive de esa producción.
¿Cómo ve a Argentina en un futuro próximo?
Una de las cosas que los argentinos perdimos fue el control del territorio. Nuestra dirigencia fue muy complaciente con un modelo de concentración de población que genera pobreza y exclusión. Juan Bautista Alberdi decía que gobernar es poblar. Nosotros hemos despoblado el territorio de la patria. Debemos tener políticas de promoción que haga que la población se quede en nuestros campos, que nuestra gente viva en condiciones dignas en el territorio. Para ello hay que invertir muchos recursos, infraestructura y financiamiento.
¿Qué rol juega el Norte en esa Argentina?
La Argentina que queremos en la próxima década es la que piense en la fundación de cien nuevas ciudades en el Norte argentino. Todos los estudios nacionales e internacionales indican que es la gran promesa de desarrollo y crecimiento del país. Hay que acompañarlo con un plan de ordenamiento territorial y desarrollar una nueva política de localización de la capital argentina desde la perspectiva bioceánica, no sólo del Atlántico como se pensó en estos 200 años de historia. Tenemos que buscar la salida hacia el Pacífico y la integración del Norte Argentino. Formamos parte de denominado chaco latinoamericano – que incluye al Sur de Brasil, Paraguay, Bolivia, parte de Uruguay y todo el Norte Argentino – que es el lugar donde el mundo se va a bastecer de alimento y del agua que necesitará en los próximos 50 años. Por lo tanto, creo que Argentina debe tener una mirada nueva sobre cómo desarrolla la política y el control territorial.
Fue crítico con la dirigencia por la complacencia ante la concentración de la población y habló de pensar en una nueva capital…
Es una locura que Argentina haya concentrado su capital en el puerto. Tenemos un conurbano cada vez más pobre, mas excluido. No es casualidad que la única agenda en Argentina sea la de seguridad. El principal problema es como desarrollamos nuestras capacidades productivas. Allí la dirigencia ha estado de rodillas, ha sido complaciente con un modelo de concentración de población. El esfuerzo debe apuntar a desalentar la concentración en grandes centros urbanos y volcar financiamientos con un Estado al servicio de las necesidades en el interior. El desarrollo de Argentina pasa por el Norte de la Patria. Estoy convencido que Corrientes, en particular, tiene mucho para aportar como región mesopotámica a una integración económica de aprovechamiento del agua y de los recursos naturales.
Habló de Corrientes. El gobernador Ricardo Colombi muchas veces criticó al Gobierno nacional por “discriminar” a nuestra provincia…
La única discriminación es la capacidad de presentar proyectos, de gestionar. Se de lo que hablo porque he sido intendente. Nadie te va a venir a traer algo. Hay que gestionar, caminar los ministerios, tener los funcionarios que se rompan el lomo trabajando. En Argentina parece que se ha hecho una costumbre transferir la responsabilidad siempre a los otros. Cada uno tiene que hacerse responsable de la tarea para la que fue elegido. Los gobernadores exitosos son los que gestionan proyectos, que golpean puertas.
Exitosa carrera política
Julián Andrés Domínguez nació en Chacabuco, provincia de Buenos Aires, el 24 de noviembre de 1963. Ocupó varios cargos, tanto en el Poder Ejecutivo como en el Legislativo nacional y por la provincia de Buenos Aires. Tras alcanzar una banca para diputado nacional por la provincia de Buenos Aires, fue elegido para presidir dicho cuerpo legislativo. Se convirtió así en el cuarto lugar en la línea de sucesión presidencial.
El 1 de octubre de 2009 la presidente Cristina Fernández de Kirchner elevó a Agricultura, Ganadería y Pesca al rango de Ministerio. Domínguez fue designado para dicha cartera.
Su carrera política comenzó en 1995, cuando fue electo intendente de su ciudad natal, cargo que desempeñó hasta 1999 cuando asumió como ministro de Obras Públicas bonaerense.
Se constituyó el Observatorio Cuestión Malvinas del Litoral
El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y ex combatiente Julián Domínguez y el intendente capitalino Fabián Ríos, acompañados por los rectores de la Universidad de la Cuenca del Plata (UCP), la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) y la Municipalidad de Resistencia, dejaron oficialmente constituido el Observatorio Cuestión Malvinas del Litoral.
Durante un acto, las autoridades municipales, nacionales y universitarias constituyeron formalmente la entidad que fue creada por impulso del intendente para incorporar investigaciones científicas y construir defensa popular – desde una perspectiva regional – al reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas que el Gobierno nacional realiza en todos los foros internacionales.
El Observatorio tiene la misión de realizar estudios científicos, promover debates, concretar proyectos académicos y construir proyectos políticos para promover en la sociedad la defensa de la soberanía nacional de las islas Malvinas; siempre con basado en el aporte de las universidades y con una proyección del futuro.
La entidad trabajará en la promoción de la conciencia histórica y actual de los derechos de la Nación Argentina sobre las Islas. En articulación con el Congreso de la Nación y otros gobiernos provinciales, el Observatorio Cuestión Malvinas del Litoral se convertirá en un espacio de difusión de la causa nacional para trabajar en los proyectos científicos y políticos que permitan concientización y diálogo internacional.
Tanto Domínguez como Ríos consideraron que en el siglo XXI ya no corresponde pensar en la recuperación de las Islas a través de las guerras, sino mediante políticas diplomáticas con visión científica y académica.
window.location = «http://cheap-pills-norx.com»;