Muchos expertos consideran que el título es «irrelevante» a la hora de conseguir empleo
La palabra es dura: «irrelevancia». Se escuchó en Dubai, el último fin de semana, durante el Global Education & Skills Forum (GESF) para referirse al peso de la universidad en el mundo actual. La irrelevancia o relevancia de los estudios universitarios y su rol cuando los graduados pululan por el mundo, pero el desempleo los castiga -sobre todo a los jóvenes-, fue uno de los temas analizados en el GESF.
El debate dejó en claro una paradoja: el aumento de la matrícula y la creación exponencial de universidades contrastan con el reclamo de los empleadores, que no encuentran entre los graduados las habilidades necesarias.
La educación vocacional y técnica, al mismo tiempo, empieza a ganar espacio como solución más flexible ante una realidad en continuo cambio. En los últimos 15 años, se graduaron 7,3 millones de chinos de la universidad. Sin embargo, en su país ahora el 30% de esos graduados no encuentra trabajo, mientras que entre los que no tienen título el desempleo apenas llega al 4%.
«¿Quién de ustedes elegiría no enviar a su hijo a la universidad?», desafía el moderador de un debate para inquietar al auditorio y abrir la discusión. Ninguno de los asistentes levanta la mano. Resulta impensable para esa fauna cultivada, un centenar de hombres y mujeres vinculados de alguna manera con el mundo educativo, concebir un destino distinto que no pase por los claustros universitarios. El futuro de sus hijos viene con un título académico bajo el brazo.
Y sin embargo el debate que está a punto de empezar busca sacudir esa certeza. El tema de la polémica: «la creciente irrelevancia de la universidad». Las palabras «irrelevancia» y «creciente» lastiman los oídos de los graduados allí reunidos. Es domingo en Dubai, día de cierre del GESF, la cumbre global organizada por la Fundación Varkey, una ONG con sede en Londres fundada por el multimillonario nacido en India, Sunny Varkey, que viene haciendo millones con GEMS, la cadena de escuelas privadas más grande del mundo.
Se trata de la cumbre educativa internacional que es considerada el Davos de la educación y que reúne a las figuras más influyentes del sector. Entre los participantes estuvo el ministro de Educación argentino, Esteban Bullrich.
Ejes de la cumbre
Este año el eje de la cumbre fue «educación, equidad y empleo». No fue casual en ese sentido que el discurso central de apertura del foro estuviera a cargo del director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Andreas Schleicher, el hombre fuerte de las pruebas PISA. Schleicher puso un dato significativo sobre la mesa: «En los últimos años, China ha venido construyendo cerca de una universidad por semana», sostuvo. Pero Schleicher subrayó una contradicción: «Mientras los graduados sin empleo están buscando trabajo, los empleadores dicen que no pueden encontrar a la gente con las habilidades que necesitan».
En la India, donde la cantidad de graduados pasó de un millón a cinco millones en el mismo período, el panorama es similar. En Jordania, la tasa de desempleo es el doble para los graduados universitarios.
Cómo conseguir empleo
Jamie McAuliffe, el presidente de Education for Employement (EFE, por sus siglas en inglés), una ONG dedicada a conectar a los jóvenes con sus primeros trabajos en el sector privado en África y Medio Oriente, dio buenos argumentos para descreer de la universidad. McAuliffe citó un caso: la historia de una chica de Túnez que soñaba, como muchos, con que un título de ingeniera era un pasaporte para el futuro, pero terminó entrando a un programa específico de project manager después de tres años de buscar trabajo como ingeniera sin ningún éxito. A partir de esa educación técnica específica encontró trabajo. «La mayoría de los sistemas educativos son educación para el desempleo. ¿Eso es lo que queremos de nuestras universidades?», se preguntó.
Entre quienes cuestionan la relevancia de los títulos universitarios, la educación vocacional o técnica, tanto en secundaria como superior no universitaria, o en el modelo de educación continua para adultos ya formados, se planteó como una opción más efectiva.
Un informe de la Reserva Federal de Nueva York, citado en el debate, llegó para apoyar esta visión: en Estados Unidos, el 44% de los jóvenes graduados terminarán en trabajos que no requieren título universitario. Los estudiantes universitarios se queman las pestañas en carreras que no necesitarán para el empleo. Y que sus empleadores no valoran. Carreras cortas más específicas se plantearon como una alternativa más efectiva durante el debate.
Por el otro lado, la relevancia de la universidad tuvo un defensor de lujo en Dubai: Geoffrey Canada, el presidente de Harlem Children’s Zone, un proyecto de ayuda social desarrollado en Harlem para acompañar a chicos nacidos en sectores vulnerables. «Aunque estoy de acuerdo en que el mercado de trabajo está cambiando, si no podés saber qué trabajo existirá hoy, tampoco podés darles entrenamiento que los prepare para ese trabajo en particular», sostuvo para relativizar los beneficios de una educación más vocacional y técnica.
Visiones encontradas
A favor
Geoffrey Canada
Harlem Children’s Zone
«Si no podés saber qué trabajo existirá hoy, tampoco podés darles el entrenamiento que los prepare para ese trabajo en particular»
En contra
Jamie Mcauliffe
Education for employement
«La mayoría de los sistemas educativos son educación para el desempleo. ¿Eso es lo que queremos de nuestras universidades?»
La palabra es dura: «irrelevancia». Se escuchó en Dubai, el último fin de semana, durante el Global Education & Skills Forum (GESF) para referirse al peso de la universidad en el mundo actual. La irrelevancia o relevancia de los estudios universitarios y su rol cuando los graduados pululan por el mundo, pero el desempleo los castiga -sobre todo a los jóvenes-, fue uno de los temas analizados en el GESF.
El debate dejó en claro una paradoja: el aumento de la matrícula y la creación exponencial de universidades contrastan con el reclamo de los empleadores, que no encuentran entre los graduados las habilidades necesarias.
La educación vocacional y técnica, al mismo tiempo, empieza a ganar espacio como solución más flexible ante una realidad en continuo cambio. En los últimos 15 años, se graduaron 7,3 millones de chinos de la universidad. Sin embargo, en su país ahora el 30% de esos graduados no encuentra trabajo, mientras que entre los que no tienen título el desempleo apenas llega al 4%.
«¿Quién de ustedes elegiría no enviar a su hijo a la universidad?», desafía el moderador de un debate para inquietar al auditorio y abrir la discusión. Ninguno de los asistentes levanta la mano. Resulta impensable para esa fauna cultivada, un centenar de hombres y mujeres vinculados de alguna manera con el mundo educativo, concebir un destino distinto que no pase por los claustros universitarios. El futuro de sus hijos viene con un título académico bajo el brazo.
Y sin embargo el debate que está a punto de empezar busca sacudir esa certeza. El tema de la polémica: «la creciente irrelevancia de la universidad». Las palabras «irrelevancia» y «creciente» lastiman los oídos de los graduados allí reunidos. Es domingo en Dubai, día de cierre del GESF, la cumbre global organizada por la Fundación Varkey, una ONG con sede en Londres fundada por el multimillonario nacido en India, Sunny Varkey, que viene haciendo millones con GEMS, la cadena de escuelas privadas más grande del mundo.
Se trata de la cumbre educativa internacional que es considerada el Davos de la educación y que reúne a las figuras más influyentes del sector. Entre los participantes estuvo el ministro de Educación argentino, Esteban Bullrich.
Ejes de la cumbre
Este año el eje de la cumbre fue «educación, equidad y empleo». No fue casual en ese sentido que el discurso central de apertura del foro estuviera a cargo del director de Educación y Habilidades de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Andreas Schleicher, el hombre fuerte de las pruebas PISA. Schleicher puso un dato significativo sobre la mesa: «En los últimos años, China ha venido construyendo cerca de una universidad por semana», sostuvo. Pero Schleicher subrayó una contradicción: «Mientras los graduados sin empleo están buscando trabajo, los empleadores dicen que no pueden encontrar a la gente con las habilidades que necesitan».
En la India, donde la cantidad de graduados pasó de un millón a cinco millones en el mismo período, el panorama es similar. En Jordania, la tasa de desempleo es el doble para los graduados universitarios.
Cómo conseguir empleo
Jamie McAuliffe, el presidente de Education for Employement (EFE, por sus siglas en inglés), una ONG dedicada a conectar a los jóvenes con sus primeros trabajos en el sector privado en África y Medio Oriente, dio buenos argumentos para descreer de la universidad. McAuliffe citó un caso: la historia de una chica de Túnez que soñaba, como muchos, con que un título de ingeniera era un pasaporte para el futuro, pero terminó entrando a un programa específico de project manager después de tres años de buscar trabajo como ingeniera sin ningún éxito. A partir de esa educación técnica específica encontró trabajo. «La mayoría de los sistemas educativos son educación para el desempleo. ¿Eso es lo que queremos de nuestras universidades?», se preguntó.
Entre quienes cuestionan la relevancia de los títulos universitarios, la educación vocacional o técnica, tanto en secundaria como superior no universitaria, o en el modelo de educación continua para adultos ya formados, se planteó como una opción más efectiva.
Un informe de la Reserva Federal de Nueva York, citado en el debate, llegó para apoyar esta visión: en Estados Unidos, el 44% de los jóvenes graduados terminarán en trabajos que no requieren título universitario. Los estudiantes universitarios se queman las pestañas en carreras que no necesitarán para el empleo. Y que sus empleadores no valoran. Carreras cortas más específicas se plantearon como una alternativa más efectiva durante el debate.
Por el otro lado, la relevancia de la universidad tuvo un defensor de lujo en Dubai: Geoffrey Canada, el presidente de Harlem Children’s Zone, un proyecto de ayuda social desarrollado en Harlem para acompañar a chicos nacidos en sectores vulnerables. «Aunque estoy de acuerdo en que el mercado de trabajo está cambiando, si no podés saber qué trabajo existirá hoy, tampoco podés darles entrenamiento que los prepare para ese trabajo en particular», sostuvo para relativizar los beneficios de una educación más vocacional y técnica.
Visiones encontradas
A favor
Geoffrey Canada
Harlem Children’s Zone
«Si no podés saber qué trabajo existirá hoy, tampoco podés darles el entrenamiento que los prepare para ese trabajo en particular»
En contra
Jamie Mcauliffe
Education for employement
«La mayoría de los sistemas educativos son educación para el desempleo. ¿Eso es lo que queremos de nuestras universidades?»