El 20% más rico de la población recibe el 29,5% de los subsidios a los servicios públicos, mientras el 20% más pobre del país percibe apenas el 12,1% de esos beneficios. En otras palabras, de los $ 134.114 millones que transfirió el Estado a la población para mantener bajas las tarifas de transporte, energía y agua potable, más de $ 39.500 millones fueron a los sectores de mayores ingresos, aquellos que concentran casi el 54% de la renta, y sólo $ 16.200 millones alcanzaron a los más vulnerables, que suman el 3,8% de los ingresos del país. La información se desprende de un informe elaborado por la Dirección Provincial de Estudios y Proyecciones Económicas de la provincia de Buenos Aires, a cargo de León Salim. Esta vez no fueron las consultoras privadas las que dieron cuenta de la inequidad de los subsidios, sino funcionarios de la provincia que gobierna Daniel Scioli. El reporte surge de cruzar las transferencias económicas de 2013 que consignó la Asociación Argentina de Presupuesto (ASAP) con la Encuesta Nacional de Gastos de Hogares (ENGHo) del Indec. Y deja en evidencia la inequidad en la distribución de los subsidios, la dificultad en la focalización de los mismos hacia las personas que más lo necesitan y, por ende, la necesidad de llevar a cabo una revisión del esquema de subsidios vigente. No obstante, remarca que excepto para los pasajes aéreos, el resto de los subsidios sí son progresivos, ya que el beneficio es proporcionalmente menor respecto del ingreso a medida que éste aumenta. En el caso del gas, existe una clara diferencia entre la garrafa y la red. El subsidio al gas envasado alcanza directamente a los sectores más pobres del país, mientras que en el gas de red los deciles más ricos tienen mayor participación. En conjunto, el 32,7% de los subsidios se concentra en los dos deciles más ricos, mientras que sólo 8,6% de los recursos van a los dos más pobres. Con la electricidad, al distribución es más pareja. Los dos deciles más pobres acaparan el 17,6% del consumo promedio y participan en el 17,4% de los subsidios, mientras que el 20% de más recursos suma el 23% del consumo y el 22,9% del subsidio. Aquí se nota más la progresividad: el subsidio es más importante en términos de ingreso para los sectores pobres. Con el agua pasa todo lo contrario. En el área Metropolitana, donde presta servicios la empresa AySA, el 20% de la población más pobre recibe el 5,8% de los recursos, mientras que el 20% más rico se llevó el 42,5% de los $ 7.167 millones que el Estado puso en esta compañía en 2013. Los subsidios al colectivo y al tren muestran marcada progresividad. Aún así, la tarifa planchada para todos hace que el 20% de la población de menores recursos reciba 12,3% de los subsidios al colectivo y el 10,3% en el caso de los trenes y los más ricos acaparen 20,7% de los subsidios al colectivo y 24,3% de los subsidios al tren. Pero los subsidios al transporte aéreo resultan altamente regresivos y pro-ricos, concluye el reporte: los dos deciles más ricos de la población, que concentran el 53,8% de los ingresos, disfrutan del 86% de esos recursos públicos.