LA GRAN MAYORÍA SON DEL FRENTE PARA LA VICTORIA O ALIADOS K
28-07-1100:00 Sólo 21 de los 134 jefes comunales no irán por otro período. De ellos, tres buscan legar el poder en sus hijos. Pero tendrán competencia: en el Conurbano hay 410 precandidatos
sebastián Iñurrieta Buenos Aires
No es fácil alcanzar el poder. Aunque más difícil parece ser desprenderse de él. Esta podría ser la razón por la cual el 85% de los intendentes bonaerenses aspira a la reelección. Apenas 21 jefes comunales relegaron sus deseos de buscar un nuevo mandato en octubre.
Guiados por el ejemplo de la presidenta Cristina Kirchner, la abrumadora mayoría de los intendentes que sueñan con otros cuatro años al frente de sus municipios, representan al oficialista Frente para la Victoria o son aliados del Gobierno: suman 84. En general de origen radical, unos 21 pegarán su nombre a la boleta de Francisco De Narváez y Ricardo Alfonsín (Udeso). Apenas tres intentan renovar junto al Frente Amplio Progresista, del santafesino Hermes Binner; dos por la Coalición Cívica de Elisa Carrió; un ex ultra K (Jesús Cariglino de Malvinas Argentinas) que se pasó a Unión Popular con Eduardo Duhalde; y dos vecinalistas.
Las estadísticas envalentonan a los reeleccionistas. En los comicios de 1999, 70 de 134 intendentes obtuvieron un nuevo mandato; en 2003, tres de cada cuatro que lo intentaron; y en 2007, siete de cada diez revalidó su gestión.
Seis de los 113 postulantes a otro período son interinos que pretenden continuar su gestión con las urnas luego de quedar al frente del municipio por múltiples razones. Algunos porque sus jefes políticos asumieron otras funciones; como Ariel Franetovich que dejó Chivilcoy para trabajar en el gobierno bonaerense; o Martín Sabatella, que le cedió su sillón a Lucas Ghi en Morón, al lanzarse como diputado. Otros de la mano de destituciones (como la de Marcelo Coronel en General Rodríguez) e, incluso, por la muerte de su predecesor.
También están los que ya no quieren ir todos los días al municipio pero pretenden incluir el edificio en su testamento político, nombrando como herederos a candidatos de su propia sangre. Es el caso de Mussi, cuyo hijo Juan Patricio intentará preservar el apellido en el despacho comunal de Berazategui; Ricardo Ivoskus, en San Martín, que nombró a Daniel; y en el interior bonaerense, en Castelli, Edgardo Larraza, a su hija Delia.
Otros abandonarán su pago chico porque aspiran a un lugar en la Legislatura provincial y dos (en General Lavalle y Roque Pérez) que se conforman con ser concejales.
Ir por la re es tradición para los caciques del Conurbano, un territorio con siete millones de electores que resulta crucial para cualquier ambición presidencial. Raúl Othacehé, con algún tiempo de licencia en los 90 ya cumplió dos décadas al mando del ejecutivo en Merlo y si vuelve a ganar en octubre, para 2015 igualaría la marca del fallecido Manuel Quindimil con sus 24 años ininterrumpidos en Lanús. El mismo récord alcanzaría Hugo Curto en Tres de Febrero, quien también asumió en 1991 y, con 72 años, busca su quinta reelección consecutiva. El podio lo encabeza Enrique Japonés García, que con otro periodo ostentaría 28 años de mandato en Vicente López.
Pero contrincantes no les faltan. En los 24 distritos del Conurbano, competirán en las primarias de agosto 410 precandidatos a intendente, un promedio de 17 por cada uno. Los kirchneristas oficializados deberán enfrentarse a ajenos y propios, como la lista 678 del mandamás de José C. Paz, Mario Ishii, que competirá contra Daniel Scioli por la gobernación. En Quilmes, Francisco Barba Gutiérrez se las verá contra 25 postulantes; Fernando Espinoza contra 20 en La Matanza; al igual que Othacehé en Merlo. En San Martín, Lanús, José C. Paz y San Miguel se anotaron 19 en la carrera.
Lezama, el flamante distrito número 135 que obtuvo su autonomía en 1999, elegirá su primer intendente en octubre y aún está ajeno a la fiebre reeleccionista. Al menos por ahora.
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sebastián Iñurrieta Buenos Aires
No es fácil alcanzar el poder. Aunque más difícil parece ser desprenderse de él. Esta podría ser la razón por la cual el 85% de los intendentes bonaerenses aspira a la reelección. Apenas 21 jefes comunales relegaron sus deseos de buscar un nuevo mandato en octubre.
Guiados por el ejemplo de la presidenta Cristina Kirchner, la abrumadora mayoría de los intendentes que sueñan con otros cuatro años al frente de sus municipios, representan al oficialista Frente para la Victoria o son aliados del Gobierno: suman 84. En general de origen radical, unos 21 pegarán su nombre a la boleta de Francisco De Narváez y Ricardo Alfonsín (Udeso). Apenas tres intentan renovar junto al Frente Amplio Progresista, del santafesino Hermes Binner; dos por la Coalición Cívica de Elisa Carrió; un ex ultra K (Jesús Cariglino de Malvinas Argentinas) que se pasó a Unión Popular con Eduardo Duhalde; y dos vecinalistas.
Las estadísticas envalentonan a los reeleccionistas. En los comicios de 1999, 70 de 134 intendentes obtuvieron un nuevo mandato; en 2003, tres de cada cuatro que lo intentaron; y en 2007, siete de cada diez revalidó su gestión.
Seis de los 113 postulantes a otro período son interinos que pretenden continuar su gestión con las urnas luego de quedar al frente del municipio por múltiples razones. Algunos porque sus jefes políticos asumieron otras funciones; como Ariel Franetovich que dejó Chivilcoy para trabajar en el gobierno bonaerense; o Martín Sabatella, que le cedió su sillón a Lucas Ghi en Morón, al lanzarse como diputado. Otros de la mano de destituciones (como la de Marcelo Coronel en General Rodríguez) e, incluso, por la muerte de su predecesor.
También están los que ya no quieren ir todos los días al municipio pero pretenden incluir el edificio en su testamento político, nombrando como herederos a candidatos de su propia sangre. Es el caso de Mussi, cuyo hijo Juan Patricio intentará preservar el apellido en el despacho comunal de Berazategui; Ricardo Ivoskus, en San Martín, que nombró a Daniel; y en el interior bonaerense, en Castelli, Edgardo Larraza, a su hija Delia.
Otros abandonarán su pago chico porque aspiran a un lugar en la Legislatura provincial y dos (en General Lavalle y Roque Pérez) que se conforman con ser concejales.
Ir por la re es tradición para los caciques del Conurbano, un territorio con siete millones de electores que resulta crucial para cualquier ambición presidencial. Raúl Othacehé, con algún tiempo de licencia en los 90 ya cumplió dos décadas al mando del ejecutivo en Merlo y si vuelve a ganar en octubre, para 2015 igualaría la marca del fallecido Manuel Quindimil con sus 24 años ininterrumpidos en Lanús. El mismo récord alcanzaría Hugo Curto en Tres de Febrero, quien también asumió en 1991 y, con 72 años, busca su quinta reelección consecutiva. El podio lo encabeza Enrique Japonés García, que con otro periodo ostentaría 28 años de mandato en Vicente López.
Pero contrincantes no les faltan. En los 24 distritos del Conurbano, competirán en las primarias de agosto 410 precandidatos a intendente, un promedio de 17 por cada uno. Los kirchneristas oficializados deberán enfrentarse a ajenos y propios, como la lista 678 del mandamás de José C. Paz, Mario Ishii, que competirá contra Daniel Scioli por la gobernación. En Quilmes, Francisco Barba Gutiérrez se las verá contra 25 postulantes; Fernando Espinoza contra 20 en La Matanza; al igual que Othacehé en Merlo. En San Martín, Lanús, José C. Paz y San Miguel se anotaron 19 en la carrera.
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