Gustavo Sylvestre
Periodista
1 Nota
Los más importantes empresarios de nuestro país trabajan desde hace dos semanas, en el más absoluto de los secretos, junto a bancos internacionales, en la búsqueda de una solución para el conflicto de los holdouts, que reemplazaría al fracasado plan encabezado por el banquero Jorge Brito y los bancos privados del país, que iba en la misma dirección.
La operación internacional está siendo monitoreada por JP Morgan, institución que realizó la operatoria de los Bonos de Repsol. En la noche del lunes, un grupo de estos empresarios volvieron a reunirse y manifestaron su voluntad de seguir adelante con el intento de comprar la deuda a los Buitres más reacios a arreglar con nuestro país. Contrario al plan ideado por Brito, esta tendría algún visto bueno del Gobierno. Desde ciertos sectores del oficialismo, lo ven viable y sostienen que son cuatro bancos de primera línea, que manejan el sistema financiero. Son jugadores pesados del sistema. Todos tienen bonos de la Argentina. Y para ellos, se trata de poca plata la que esta en juego.
Esto viene diferente, es una propuesta más seria y tal vez posible. Y estando el JP Morgan, que realizó la operatoria de Repsol, ya tiene más factibilidad. Nosotros la vemos bien, sostenía ayer una alta fuente del Gobierno.
Pero lo interesante es contar porque fracasó el plan ideado por Brito, que en un momento llegó a contar con el aval oficial y que, en sus inicios, también fue bien visto por funcionarios de primera línea del Gobierno. Armaron todo un plan y resulta que no tenían la guita para afrontar la operatoria, y terminaron buscando un lugar de donde sacar ese dinero, cuenta un actor de las negociaciones, que da precisiones de como iba a ser la operatoria, con lujo de detalles.
La banca privada argentina tenía por objetivo comprar una suspensión de la sentencia del juez Thomas Griesa por un valor aproximado de 250 millones de dólares. Sin embargo, este dinero no sería entregado a los Fondos Buitres en efectivo sino en bonos argentinos que serían otorgados como una garantía a los Fondos Buitres para que una vez vencida la famosa cláusula RUFO, nuestro país pagara a los Fondos Buitres la totalidad del reclamos. Y de esa forma los bancos que participaban de la operatoria, recuperaban la garantía, completó.
La fuente cuenta porque fracasó la propuesta: El genio que armó la operatoria pensó que si la Argentina no llegaba a un acuerdo en enero de 2015 con los buitres ellos igual debían recuperar la garantía, y tuvieron la feliz idea de reasegurar esa garantía proponiéndole a Seguros de Depósitos S.A (SEDESA) la firma de un contrato por el cual se comprometía a utilizar su patrimonio para devolverle esos bonos a los bancos, sea cual fuera el final de la historia.
Nuestro informante exclama: Eso recontra disparaba la cláusula RUFO, porque por poco no pedían que la Presidenta firme su iniciativa. Hay que explicar que es Sedesa. Es una sociedad anónima creada en 1995 con el objetivo exclusivo de ejercer las funciones de Fiduciario del Fondo de Garantía de los depósitos (FGD), que oportunamente le encomienda el Estado nacional. Por este motivo fue rechazada la idea por el gobierno. Porque los banqueros se querían salvar con la plata que sirve para proteger a los ahorristas en caso de que una entidad bancaria quiebre o no cumpla con sus clientes.
El objetivo de SEDESA es velar por la estabilidad financiera del sistema bancario argentino, no la de otorgar fondos para que los Bancos puedan engordar sus balances a costa del ahorro de sus clientes. Terminaron siendo más buitres que los buitres, agrega un funcionario del Gobierno que tuvo el paper en sus manos.
Llamativamente, también quien encendió luces de alerta en la Casa Rosada sobre esta propuesta de los bancos, cuando estaba en pañales y se filtró a través de los medios, fue la diputada Elisa Carriò, quien ese día comentó: ¿De donde van a sacar la plata los bancos, de sus balances, de los encajes bancarios o del ahorro de la gente?, preguntó. Carrió, tantas veces vapuleada por el oficialismo, terminó alertando a los funcionarios del Ministerio de Economía que, hasta ese momento, se mantenían al margen de esa negociación y que cuando tomaron nota del paper, pusieron el grito en el cielo sobre el destino de los fondos.
No les dio el piné, no tenían espalda para semejante operación y querían pagarle a los buitres utilizando el ahorro de los argentinos y encima, quedarse con el vuelto, sostiene con dureza un funcionario deEconomía.
Periodista
1 Nota
Los más importantes empresarios de nuestro país trabajan desde hace dos semanas, en el más absoluto de los secretos, junto a bancos internacionales, en la búsqueda de una solución para el conflicto de los holdouts, que reemplazaría al fracasado plan encabezado por el banquero Jorge Brito y los bancos privados del país, que iba en la misma dirección.
La operación internacional está siendo monitoreada por JP Morgan, institución que realizó la operatoria de los Bonos de Repsol. En la noche del lunes, un grupo de estos empresarios volvieron a reunirse y manifestaron su voluntad de seguir adelante con el intento de comprar la deuda a los Buitres más reacios a arreglar con nuestro país. Contrario al plan ideado por Brito, esta tendría algún visto bueno del Gobierno. Desde ciertos sectores del oficialismo, lo ven viable y sostienen que son cuatro bancos de primera línea, que manejan el sistema financiero. Son jugadores pesados del sistema. Todos tienen bonos de la Argentina. Y para ellos, se trata de poca plata la que esta en juego.
Esto viene diferente, es una propuesta más seria y tal vez posible. Y estando el JP Morgan, que realizó la operatoria de Repsol, ya tiene más factibilidad. Nosotros la vemos bien, sostenía ayer una alta fuente del Gobierno.
Pero lo interesante es contar porque fracasó el plan ideado por Brito, que en un momento llegó a contar con el aval oficial y que, en sus inicios, también fue bien visto por funcionarios de primera línea del Gobierno. Armaron todo un plan y resulta que no tenían la guita para afrontar la operatoria, y terminaron buscando un lugar de donde sacar ese dinero, cuenta un actor de las negociaciones, que da precisiones de como iba a ser la operatoria, con lujo de detalles.
La banca privada argentina tenía por objetivo comprar una suspensión de la sentencia del juez Thomas Griesa por un valor aproximado de 250 millones de dólares. Sin embargo, este dinero no sería entregado a los Fondos Buitres en efectivo sino en bonos argentinos que serían otorgados como una garantía a los Fondos Buitres para que una vez vencida la famosa cláusula RUFO, nuestro país pagara a los Fondos Buitres la totalidad del reclamos. Y de esa forma los bancos que participaban de la operatoria, recuperaban la garantía, completó.
La fuente cuenta porque fracasó la propuesta: El genio que armó la operatoria pensó que si la Argentina no llegaba a un acuerdo en enero de 2015 con los buitres ellos igual debían recuperar la garantía, y tuvieron la feliz idea de reasegurar esa garantía proponiéndole a Seguros de Depósitos S.A (SEDESA) la firma de un contrato por el cual se comprometía a utilizar su patrimonio para devolverle esos bonos a los bancos, sea cual fuera el final de la historia.
Nuestro informante exclama: Eso recontra disparaba la cláusula RUFO, porque por poco no pedían que la Presidenta firme su iniciativa. Hay que explicar que es Sedesa. Es una sociedad anónima creada en 1995 con el objetivo exclusivo de ejercer las funciones de Fiduciario del Fondo de Garantía de los depósitos (FGD), que oportunamente le encomienda el Estado nacional. Por este motivo fue rechazada la idea por el gobierno. Porque los banqueros se querían salvar con la plata que sirve para proteger a los ahorristas en caso de que una entidad bancaria quiebre o no cumpla con sus clientes.
El objetivo de SEDESA es velar por la estabilidad financiera del sistema bancario argentino, no la de otorgar fondos para que los Bancos puedan engordar sus balances a costa del ahorro de sus clientes. Terminaron siendo más buitres que los buitres, agrega un funcionario del Gobierno que tuvo el paper en sus manos.
Llamativamente, también quien encendió luces de alerta en la Casa Rosada sobre esta propuesta de los bancos, cuando estaba en pañales y se filtró a través de los medios, fue la diputada Elisa Carriò, quien ese día comentó: ¿De donde van a sacar la plata los bancos, de sus balances, de los encajes bancarios o del ahorro de la gente?, preguntó. Carrió, tantas veces vapuleada por el oficialismo, terminó alertando a los funcionarios del Ministerio de Economía que, hasta ese momento, se mantenían al margen de esa negociación y que cuando tomaron nota del paper, pusieron el grito en el cielo sobre el destino de los fondos.
No les dio el piné, no tenían espalda para semejante operación y querían pagarle a los buitres utilizando el ahorro de los argentinos y encima, quedarse con el vuelto, sostiene con dureza un funcionario deEconomía.
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