En estos diez años de gobierno, el kirchnerismo ha sido el actor central de la vida política argentina. Pero, a diferencia de otras etapas de la historia, este actor principal no ha tenido enfrente a un antagonista principal con la capacidad de sostenerse en el tiempo. Así, mientras Eduardo Duhalde fue el adversario de peso en 2005, Elisa Carrió ocupó ese lugar en 2007 cuando fue la segunda candidata más votada a la Presidencia. Ese capital fue dilapidado rápidamente y en 2011 la segunda fuerza más votada fue el Frente Amplio Progresista de Hermes Binner, con menos votos y con muchos problemas para sostener su esquema de alianzas.
Beatriz Sarlo analizó el rol de los distintos conglomerados opositores
En esta segunda parte de la entrevista conINFOnews, Beatriz Sarlo analizó el comportamiento de las principales fuerzas políticas de la oposición: la Unión Cívica Radical, el PRO, un ala del Frente Amplio Progresista, la Coalición Cívica y hasta el Partido Obrero.
INFOnews: A diferencia de otros momentos en que gobernó el peronismo, los gobiernos kirchneristas no debieron enfrentarse a una oposición sólida representada por la Unión Cívica Radical. Más bien, a lo largo de estos diez años han tenido en la vereda de enfrente a líderes intermitentes sin capacidad de mantener un lugar de centralidad.
Beatriz Sarlo:En principio, hay que pensar que hay un panperonismo peleado entre sí a muerte, pero hay un universo panperonista que es el que mantiene más sus estructuras territoriales y que posiblemente se enfrente en las próximas elecciones. Y quebró, desapareció, lo que mantenía era el sistema político aun bajo dictaduras militares, que era un sistema tendiente al bipartidismo. El partido radical fue quebrado por sus propios problemas, por la forma en que (Raúl) Alfonsín terminó su gobierno después de haber empezado muy bien, pero básicamente fue quebrado por el establecimiento de líneas que fugaban hacia fuera. Es decir, los radicales K para empezar. Ahora, (Julio) Cobos ha vuelto a ser entronizado en la Catedral, pero yo estuve en el acto de Gualeguaychú cuando apareció e iba a ser vicepresidente de Cristina, y fue un impacto eso. Me causó un impacto verlo a Cobos, pésimo orador por otra parte. Cobos fue el que inauguró una línea de radicales K, en general con gente exitosa. Cuando se había ido (Elisa) Carrió, el radicalismo no había perdido tanto. Perdió cuando se quedó con menos territorialidad: los partidos pierden cuando se quedan sin territorios; a lo mejor dentro de 20 años pierden con hashtags en Twitter, pero hoy es así.
Con los radicales K, los radicales perdieron varias intendencias de la provincia de Buenos Aires y la administración de provincias. Después, la persistencia de cierto radicalismo tendiente a negociar con los peronismos como puede ser Nosigilia, que se mantiene aunque uno no lo ve, porque no lo vimos nunca. Entonces, el radicalismo desapareció como partido. Sigue teniendo implantación territorial, pero no es un partido. Nadie se pregunta en ese partido qué piensa la presidencia del Comité Nacional. Antes, se disputaba por la presidencia del Comité Nacional y el radicalismo mantiene esos rituales. Te pueden interesar o no, pero el partido se organizaba a través de esos rituales.
De hecho, cuando el partido ya parecía al borde del colapso es cuando Morales hace ese gesto de mantener al partido unido, llamarlo a Lavagna a ver qué se puede establecer en la herencia de Perón y Balbín, no sé qué, pero hace un gesto de unir al partido. Sino, es un conjunto de feudos: Moreau, que te va a parar en la provincia de Buenos Aires cualquier cosa que te quieran hacer los K y los no K, etcétera. Ese partido está destruido, ya no es instrumento político. Ernesto Sanz sí piensa en términos de poder, es el único que tiene una cierta idea de cómo puede organizarse pero no sé si le va a salir.
IN: ¿Y cuáles son los otros partidos con peso dentro del sistema político?
BS:Después lo que hay son bases distritales de partidos, en algunos casos simpáticos y en otros casos, como el PRO de Buenos Aires, nada simpáticos. Esas bases distritales están tratando de la manera más caótica yCelebritylandde tener representación. En el PRO, tienen un solo parlamentario con una especie de discurso bien planteado, que es Federico Pinedo, que es un tipo al que le funciona la cabeza, pero que nunca repite el discurso de Macri. Dice otras cosas, dentro de lo que es un tipo de derecha liberal. ¡Ojalá en la Argentina pudiéramos tener una derecha liberal así! Pero después tienen inventos. Gabriela Michetti, ¿quién la vio trabajar? Es un invento absoluto, un invento publicitario. Lo único que yo conozco del trabajo de Gabriela Michetti es que cuando Macri ganó, le llevó un candidato a secretario de Cultura (Luis Rodríguez Felder, editor católico y ex titiritero) que tuvimos que salir a la calle y cortarlo. Después de eso, los nombramientos fueron razonables, pero eso es lo único que le conozco en el currículum a Gabriela Michetti.
IN: Es amiga del Papa también…
BS:Muy amiga del Papa. El titiritero que estamos evocando era, según todo el mundo dijo, una sugerencia de Bergoglio. Pero bueno, el PRO no tiene cuadros. Y después lo que hay son partidos distritales con dificultades de inserción nacional. El socialismo está armando una alianza que parece relativamente estable con Humberto Tumini y con Victoria Donda. Ellos son dos dirigentes bien interesantes a mi juicio.
IN: ¿Y cómo ves en la actualidad a Elisa Carrió? Hace un tiempo, me pareció percibir que sentías simpatía por ella.
BS:Yo la respeto muchísimo hasta hoy. El lunes pasado estuve en el Instituto Hannah Arendt en un diálogo con ella. Creo que es el tipo de político que un país tiene que tener, no necesariamente para ganar las elecciones, pero es un político que evoca de algún modo la figura de Lisandro de la Torre. Creo que es muy inteligente, lo cual es un rasgo que en el político me tranquiliza.
IN: ¿No te parece que es una dirigente irresponsable?
BS:¿De qué la tengo que responsabilizar? ¿De que no supo acarrear cuatro millones de votos durante dos años contra todas las posibilidades? Entonces también tengo que responsabilizar al radicalismo de que no supo acarrear la victoria del 83. ¿De qué la tengo que responsabilizar, de que es muy rupturista? Yo creo que no sea una política de construcción política de un partido; no la veo construyendo un partido político. La veo como alguien que descubre algunas cosas y, como no tiene que construir un partido, las dice a la mañana, a la tarde y la noche sin fijarse los nombres. En este momento, no me parece nada mal tenerla en Argentina. Y, como se está demostrando, tiene muy buena información: ella viene hablando de la corrupción de funcionarios y amigos del Estado desde hace cinco o seis años. Creo que por momentos es muy buena analista, como si se sustrajera. Es muy buena no cuando habla de sí sino cuando se sustrae y mira el escenario. Se han burlado de mí eternamente de mí porque yo puse eso por escrito y yo digo: sentate a mirar un análisis político de Carrió.
IN: Cuando hablo de la irresponsabilidad de Carrió como dirigente me refiero a su discurso. En su última intervención en TN, dijoque estamos en una «dictadura avasallante de la que sólo nos puede salvar el Grupo Clarín». No fue una edición tergiversada de 678; fueron sus propias palabras, y me parece peligroso.
BS:Es muy peligroso eso, sí. Es un problema de caracterización, y ahí me vuelvo marxista nuevamente: si vos caracterizás de un modo a un gobierno, después tenés que ser coherente con todo lo demás que decís. Si vos decís que este gobierno es una dictadura, cosa que yo estoy muy lejos de decir porque conozco las dictaduras y viví dictaduras, ya todo va de suyo. Entonces, vos decís: “tengo un periódico que me va a dar tribuna”, voy a ese periódico. Hago un frente único con Clarín. El problema es la caracterización. Yo no estoy de acuerdo en que este gobierno sea una dictadura; tiene elementos autoritarios en cantidad, tiene socios provinciales que con la democracia tienen poco que ver –el caso de Gildo Insfrán es uno de ellos, pero se pueden mencionar más-, coopta a troche y moche, sí, pero esto no lo convierte en una dictadura. Ni siquiera podría decir que ya el régimen es autoritario: Cristina es profundamente autoritaria, su transformación es autoritaria, pero yo no diría que hay un régimen autoritario porque está la Corte. Y vos sabés que en la Corte podés presentar recursos de hábeas corpus, por decirlo rápido. En cuanto alguien dice que esto es una dictadura, la caracterización te lleva solito a Clarín. Este gobierno tiene a una Presidenta con tendencias profundamente autoritarias, reforzadas por su narcisismo político, muy parecido en eso al narcisismo de Elisa. Pero yo no quisiera perder una figura política como Carrió en el parlamento. Para mí, en el próximo parlamento tienen que estar ella y Jorge Altamira.
IN: ¿Por qué Altamira?
BS:Porque es un tipo de setenta y pico de años respetable, que ha tenido una coherencia, porque representa a una filosofía política y social que quizás hoy todos pensemos que hay que retocar enormemente o abandonar y reemplazar, pero que no es malo que esté esa voz. No es algo malo que alguien recuerde permanentemente que el capitalismo es así. Y, más que tener un diputado del Partido Obrero que podría cumplir el mismo rol, me parece que es como un reconocimiento. Es uno de los pocos que ha hecho toda esta larga marcha, digamos. Quisiera poder llevarlos a ambos, lo cual va a ser un problema para mí en las elecciones (risas).
Beatriz Sarlo analizó el rol de los distintos conglomerados opositores
En esta segunda parte de la entrevista conINFOnews, Beatriz Sarlo analizó el comportamiento de las principales fuerzas políticas de la oposición: la Unión Cívica Radical, el PRO, un ala del Frente Amplio Progresista, la Coalición Cívica y hasta el Partido Obrero.
INFOnews: A diferencia de otros momentos en que gobernó el peronismo, los gobiernos kirchneristas no debieron enfrentarse a una oposición sólida representada por la Unión Cívica Radical. Más bien, a lo largo de estos diez años han tenido en la vereda de enfrente a líderes intermitentes sin capacidad de mantener un lugar de centralidad.
Beatriz Sarlo:En principio, hay que pensar que hay un panperonismo peleado entre sí a muerte, pero hay un universo panperonista que es el que mantiene más sus estructuras territoriales y que posiblemente se enfrente en las próximas elecciones. Y quebró, desapareció, lo que mantenía era el sistema político aun bajo dictaduras militares, que era un sistema tendiente al bipartidismo. El partido radical fue quebrado por sus propios problemas, por la forma en que (Raúl) Alfonsín terminó su gobierno después de haber empezado muy bien, pero básicamente fue quebrado por el establecimiento de líneas que fugaban hacia fuera. Es decir, los radicales K para empezar. Ahora, (Julio) Cobos ha vuelto a ser entronizado en la Catedral, pero yo estuve en el acto de Gualeguaychú cuando apareció e iba a ser vicepresidente de Cristina, y fue un impacto eso. Me causó un impacto verlo a Cobos, pésimo orador por otra parte. Cobos fue el que inauguró una línea de radicales K, en general con gente exitosa. Cuando se había ido (Elisa) Carrió, el radicalismo no había perdido tanto. Perdió cuando se quedó con menos territorialidad: los partidos pierden cuando se quedan sin territorios; a lo mejor dentro de 20 años pierden con hashtags en Twitter, pero hoy es así.
Con los radicales K, los radicales perdieron varias intendencias de la provincia de Buenos Aires y la administración de provincias. Después, la persistencia de cierto radicalismo tendiente a negociar con los peronismos como puede ser Nosigilia, que se mantiene aunque uno no lo ve, porque no lo vimos nunca. Entonces, el radicalismo desapareció como partido. Sigue teniendo implantación territorial, pero no es un partido. Nadie se pregunta en ese partido qué piensa la presidencia del Comité Nacional. Antes, se disputaba por la presidencia del Comité Nacional y el radicalismo mantiene esos rituales. Te pueden interesar o no, pero el partido se organizaba a través de esos rituales.
De hecho, cuando el partido ya parecía al borde del colapso es cuando Morales hace ese gesto de mantener al partido unido, llamarlo a Lavagna a ver qué se puede establecer en la herencia de Perón y Balbín, no sé qué, pero hace un gesto de unir al partido. Sino, es un conjunto de feudos: Moreau, que te va a parar en la provincia de Buenos Aires cualquier cosa que te quieran hacer los K y los no K, etcétera. Ese partido está destruido, ya no es instrumento político. Ernesto Sanz sí piensa en términos de poder, es el único que tiene una cierta idea de cómo puede organizarse pero no sé si le va a salir.
IN: ¿Y cuáles son los otros partidos con peso dentro del sistema político?
BS:Después lo que hay son bases distritales de partidos, en algunos casos simpáticos y en otros casos, como el PRO de Buenos Aires, nada simpáticos. Esas bases distritales están tratando de la manera más caótica yCelebritylandde tener representación. En el PRO, tienen un solo parlamentario con una especie de discurso bien planteado, que es Federico Pinedo, que es un tipo al que le funciona la cabeza, pero que nunca repite el discurso de Macri. Dice otras cosas, dentro de lo que es un tipo de derecha liberal. ¡Ojalá en la Argentina pudiéramos tener una derecha liberal así! Pero después tienen inventos. Gabriela Michetti, ¿quién la vio trabajar? Es un invento absoluto, un invento publicitario. Lo único que yo conozco del trabajo de Gabriela Michetti es que cuando Macri ganó, le llevó un candidato a secretario de Cultura (Luis Rodríguez Felder, editor católico y ex titiritero) que tuvimos que salir a la calle y cortarlo. Después de eso, los nombramientos fueron razonables, pero eso es lo único que le conozco en el currículum a Gabriela Michetti.
IN: Es amiga del Papa también…
BS:Muy amiga del Papa. El titiritero que estamos evocando era, según todo el mundo dijo, una sugerencia de Bergoglio. Pero bueno, el PRO no tiene cuadros. Y después lo que hay son partidos distritales con dificultades de inserción nacional. El socialismo está armando una alianza que parece relativamente estable con Humberto Tumini y con Victoria Donda. Ellos son dos dirigentes bien interesantes a mi juicio.
IN: ¿Y cómo ves en la actualidad a Elisa Carrió? Hace un tiempo, me pareció percibir que sentías simpatía por ella.
BS:Yo la respeto muchísimo hasta hoy. El lunes pasado estuve en el Instituto Hannah Arendt en un diálogo con ella. Creo que es el tipo de político que un país tiene que tener, no necesariamente para ganar las elecciones, pero es un político que evoca de algún modo la figura de Lisandro de la Torre. Creo que es muy inteligente, lo cual es un rasgo que en el político me tranquiliza.
IN: ¿No te parece que es una dirigente irresponsable?
BS:¿De qué la tengo que responsabilizar? ¿De que no supo acarrear cuatro millones de votos durante dos años contra todas las posibilidades? Entonces también tengo que responsabilizar al radicalismo de que no supo acarrear la victoria del 83. ¿De qué la tengo que responsabilizar, de que es muy rupturista? Yo creo que no sea una política de construcción política de un partido; no la veo construyendo un partido político. La veo como alguien que descubre algunas cosas y, como no tiene que construir un partido, las dice a la mañana, a la tarde y la noche sin fijarse los nombres. En este momento, no me parece nada mal tenerla en Argentina. Y, como se está demostrando, tiene muy buena información: ella viene hablando de la corrupción de funcionarios y amigos del Estado desde hace cinco o seis años. Creo que por momentos es muy buena analista, como si se sustrajera. Es muy buena no cuando habla de sí sino cuando se sustrae y mira el escenario. Se han burlado de mí eternamente de mí porque yo puse eso por escrito y yo digo: sentate a mirar un análisis político de Carrió.
IN: Cuando hablo de la irresponsabilidad de Carrió como dirigente me refiero a su discurso. En su última intervención en TN, dijoque estamos en una «dictadura avasallante de la que sólo nos puede salvar el Grupo Clarín». No fue una edición tergiversada de 678; fueron sus propias palabras, y me parece peligroso.
BS:Es muy peligroso eso, sí. Es un problema de caracterización, y ahí me vuelvo marxista nuevamente: si vos caracterizás de un modo a un gobierno, después tenés que ser coherente con todo lo demás que decís. Si vos decís que este gobierno es una dictadura, cosa que yo estoy muy lejos de decir porque conozco las dictaduras y viví dictaduras, ya todo va de suyo. Entonces, vos decís: “tengo un periódico que me va a dar tribuna”, voy a ese periódico. Hago un frente único con Clarín. El problema es la caracterización. Yo no estoy de acuerdo en que este gobierno sea una dictadura; tiene elementos autoritarios en cantidad, tiene socios provinciales que con la democracia tienen poco que ver –el caso de Gildo Insfrán es uno de ellos, pero se pueden mencionar más-, coopta a troche y moche, sí, pero esto no lo convierte en una dictadura. Ni siquiera podría decir que ya el régimen es autoritario: Cristina es profundamente autoritaria, su transformación es autoritaria, pero yo no diría que hay un régimen autoritario porque está la Corte. Y vos sabés que en la Corte podés presentar recursos de hábeas corpus, por decirlo rápido. En cuanto alguien dice que esto es una dictadura, la caracterización te lleva solito a Clarín. Este gobierno tiene a una Presidenta con tendencias profundamente autoritarias, reforzadas por su narcisismo político, muy parecido en eso al narcisismo de Elisa. Pero yo no quisiera perder una figura política como Carrió en el parlamento. Para mí, en el próximo parlamento tienen que estar ella y Jorge Altamira.
IN: ¿Por qué Altamira?
BS:Porque es un tipo de setenta y pico de años respetable, que ha tenido una coherencia, porque representa a una filosofía política y social que quizás hoy todos pensemos que hay que retocar enormemente o abandonar y reemplazar, pero que no es malo que esté esa voz. No es algo malo que alguien recuerde permanentemente que el capitalismo es así. Y, más que tener un diputado del Partido Obrero que podría cumplir el mismo rol, me parece que es como un reconocimiento. Es uno de los pocos que ha hecho toda esta larga marcha, digamos. Quisiera poder llevarlos a ambos, lo cual va a ser un problema para mí en las elecciones (risas).
terribles las confusiones en la que esta y nos conduce doña Beatriz,en materia politica,solo aceptables relativamente por la confusion exietente en todos nosotros y aun en el mundo posmo.El mayor problema esta en que esta señora confunde personas-candidatos con proyectos de pais-tendencias politicas.Asi nunca se va a ubicar,como lo demostro con Montenegro en TV.
La gente que le interesa (Donda, Carrió, Altamira) me parece un desastre absoluto, lo que me hace dudar de la seriedad de sus afirmaciones (que parecen serias); por otro lado, pobre, nunca la pegó mucho en sus análisis políticos, excepto, claro, los retrospectivos.
«[Carrió]Creo que es el tipo de político que un país tiene que tener, no necesariamente para ganar las elecciones, pero es un político que evoca de algún modo la figura de Lisandro de la Torre.»
Bety es una humorista de primera. Bah, en la misma respuesta dice que estuvo en el AH con Carrió, si le garpan por unas charlas / seminarios pedorros, entonces se entiende.