Una CGT moyanista y una CGT antimoyanista es el resultado seguro de la elección de ayer, y hasta podría haber una tercera (la Azul y Blanca) si el gastronómico Luis Barrionuevo sigue sin definir su postura. Pero además de esa certidumbre de fractura, lo que quedó claro es que Moyano ratificó su postura opositora, más allá de los intentos de un sector del mermado moyanismo que trataron de evitar que se rompieran definitivamente los lazos con el gobierno nacional.
“La unión hace la fuerza” es el lema tradicional del movimiento obrero, pero en el sindicalismo argentino de hoy parece que esa premisa pasa a un segundo plano cuando se ponen en juego los intereses políticos. Y Moyano dejó en claro ayer que su rol va más allá del de representar a los trabajadores, se puso el traje de opositor y hasta se dio el lujo de amenazar con quitarle el apoyo electoral al kirchnerismo en las elecciones legislativas de 2013.
Hugo Moyano decidió desoír la impugnación realizada por la oposición y que aceptó el Ministerio de Trabajo. Además de estimar que no es la cartera laboral la que tiene la potestad para anular una elección sino la justicia, el moyanismo considera que los motivos que esgrimió Carlos Tomada para tomar esa decisión no son válidos.
Así lo expusieron en una solicitada publicada el miércoles en la que dedican los primeros párrafos a cuestionar la decisión del ministro, porque para confirmar la falta de quórum para la convocatoria a elecciones, se refirieron a un Consejo Directivo integrado por “muertos, detenidos, licenciados, dimitentes y renunciantes”.
Pero lo más sorprendente de esa solicitada no fue esta explicación –que ya había trascendido parcialmente– sino el hecho de que se abandonara la postura abiertamente opositora al gobierno de Cristina Fernández que el líder camionero tomó en los últimos meses.
“Queremos dejar en claro que apoyamos el modelo que comenzó en mayo de 2003”, se indicó en el documento, en el que luego se enumeraron los logros alcanzados por el kirchnerismo en materia laboral y económica. Sin embargo, se aclaró que se mantendrá la necesidad de reclamar para “profundizar el modelo”.
El contenido de esa solicitada mostraría la interna que se está viviendo actualmente en el interior del mermado moyanismo. De un lado de esa interna están el canillita, Omar Plaini, el titular de Dragado y Balizamiento, Juan Carlos Schmidt, el peajista (e hijo de Hugo Moyano) Facundo y el diputado y asesor legal de la CGT, Héctor Recalde.
Recalde, Plaini y Facundo Moyano son además de dirigentes moyanistas diputados nacionales por el Frente para la Victoria, motivo por el cual habrían insistido para no quedar del lado de la oposición. Si Moyano terminaba de dinamitar los puentes con el gobierno, a ellos no les habría quedado más remedio que romper con el bloque o romper con Moyano. Pero dado el discurso que ayer pronunció Moyano, no parece haber otra opción que llegar a esa instancia.