Desde sus orígenes como reino unificado, Arabia Saudita selló una alianza con Estados Unidos que sobrevivió a todo, incluyendo los atentados del 11 de septiembre de 2001, en el que los perpetradores eran en su mayoría sauditas. El asesinato del periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudita en Estambul pone en cuestión las intenciones modernizadoras y reformistas del joven príncipe heredero Mohamed bin Salman y alienta un juego geopolítico en Oriente Medio, mientras crecen los cuestionamientos en Occidente al permanente encubrimiento del régimen saudita a cambio de negocios millonarios.