Por Patricia Valli (*)
Tras la euforia de verse como la niña mimada en su regreso al Foro Económico Mundial en Davos –aunque el presidente Mauricio Macri reconociera que es “una moda”–, la administración de la Argentina regresó al país y a la realidad donde debe equilibrar el ingreso de dólares con reactivar la actividad, domar la inflación y sostener el empleo.
Entre la herencia y los errores propios, como la fallida colocación del Bonar 2020, el equipo económico podría enfrentarse a una demora en el ingreso de los fondos de los bancos por el retraso en la negociación con los fondos buitre que reconoció el mismo Macri en Davos.
Los créditos por US$ 6 mil millones prometidos por las entidades financieras siguen esperando un acuerdo para blindarse frente a los eventuales reclamos de los fondos buitre.
Ayer, tras su regreso al país, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, admitió que la falta de un acuerdo con los acreedores “pone trabas en terminar de estar en el circuito de crédito internacional y, al final del día, termina perjudicando a la posibilidad de poner en marcha la economía”. “Hay que sacarse rápido el tema holdouts de encima para avanzar en la agenda de la pobreza cero, del desarrollo y de las inversiones”, reconoció Peña a Continental.
También la idea de convertirse en parte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), anunciada con bombos y platillos en Suiza, incluso podría demorarse más allá del mandato de Macri. Según indicó el director de Relaciones Globales del organismo, Marcos Bonturi, el proceso de ingreso llevaría al menos tres años. La idea es comenzar con los pasos formales en la próxima reunión del G20, a fines de febrero en Pekín, según anticipó el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Pero más allá de los pasos formales, otro de los requisitos es el de intercambiar datos estadísticos entre los países.
Y para eso, las cifras deben ser confiables, según la OCDE. En ese marco, el nuevo equipo que desembarcó en el Indec, a cargo de Jorge Todesca, intenta que el bache sin estadísticas sea lo más breve posible. Juan Carlos Abril, presidente del Instituto Interamericano de Estadísticas, un especialista nacido en Tucumán y reconocido internacionalmente, estimó que llevará entre ocho y diez años que el organismo estadístico vuelva a tener credibilidad. En ese contexto, el Gobierno decidió volver a abrirle la puerta –las cuentas– a las revisiones del FMI, que había dado el visto bueno inicial a los índices reelaborados por el ex ministro de Economía, Axel Kicillof. Pese al OK del FMI, los índices fueron descartados por los nuevos viejos técnicos del Indec, aunque sirvieron al menos para asegurarse los créditos del Banco Mundial que nunca se interrumpieron.
BM: el ‘veto’ que no fue
La delegación argentina festejó, tras la reunión con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Jack Lew, la reactivación de los créditos del Banco Mundial y el fin del veto de los Estados Unidos.
Sin embargo, Washington no tiene poder para frenar un préstamos en sí mismo, según aclararon desde el organizmo financiero. Y si bien la presión internacional llevó a que el Gobierno de Cristina Fernández reformulara las estadísticas en 2013 (tras la intervención del Indec en 2007), el BM nunca dejó aprobar el programa financiero para la Argentina. “El voto de los Estados Unidos representa el 16%”, indicaron fuentes del organismo. Si bien es el que más vale, necesita “armar un bloque” con otros países para evitar que se apruebe un programa. En 2011, a partir de los reiterados cuestionamientos del FMI a las estadísticas argentinas, Washington y otros países empezaron a abstenerse. Y una vez que coordinó con el Fondo un nuevo índice de precios y estimaciones de Producto Bruto Interno, los préstamos se reactivaron. En 2014, se aprobaron seis, según detallaron desde el BM. Incluso, Estados Unidos votó a favor de un crédito para energías renovables en abril del año pasado. Así, según el programa financiero actual hay US$ 3.500 millones designados en préstamos del Banco Mundial para la Argentina en los próximos tres años. En promedio, son unos US$ 1.200 millones anuales. Pese al cambio de administración, los proyectos de largo plazo se mantienen y hoy el Gobierno de Mauricio Macri dialoga con el organismo crediticio para definir qué proyectos se marcarán como prioritarios en este año fiscal.
Dudas por el desembolso de los bancos
Por Paola Quain
Ejecutivos del sistema financiero se mostraron preocupados sobre el esperado anuncio que el gobierno nacional tiene previsto para la semana próxima por unos US$ 6 mil millones que un grupo de bancos prestará por el plazo de un año con el fin de incrementar el nivel de reservas del Banco Central. El acuerdo, que fue mencionado por primera vez en diciembre pasado cuando se levantó el cepo, no logró materializarse hasta la fecha y, en el sector financiero, la espera es inquieta. La duda surgió el viernes, después de que el presidente Mauricio Macri señalara que la negociación con los fondos buitre “no avanza”. Llegar a un principio de acuerdo con los fondos litigantes para lograr restablecer un “stay” en la causa, que permita al país emitir deuda en los mercados internacionales, es la clave para evitar embargos de las líneas de crédito que bancos privados abran para el país. “Es posible que en el equipo económico hayan esperado un panorama menos complejo en la negociación del que encontraron cuando hicieron el anuncio”, dijo un ejecutivo del sector que no espera grandes anuncios hasta después del 1º de febrero, encuentro en el que la Argentina realizará una oferta de pago. Hasta tanto se conozca un resultado de la oferta, banqueros locales consideran que los departamentos de “compliance” –cumplimiento de normas de cada banco que participe– se mostrarán muy cautos. “Sin una medida legal que los ampare, una operación de esta naturaleza podría ser considerada una ayuda para eludir el fallo del juez Griesa. Las dificultades son idénticas a las del año pasado porque quieren evitar sanciones”, dijo un referente del sector, porque si se entiende que el Banco Central actúa como un álter ego de la República emitiendo bonos, estos títulos podrían estar sujetos a las sanciones de pari passu. Si el Central actúa en forma independiente, la entidad no debería ser atacada. Sin embargo, depositan plena confianza en Luis Caputo, secretario de Finanzas a cargo de la presentación.
(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.
Tras la euforia de verse como la niña mimada en su regreso al Foro Económico Mundial en Davos –aunque el presidente Mauricio Macri reconociera que es “una moda”–, la administración de la Argentina regresó al país y a la realidad donde debe equilibrar el ingreso de dólares con reactivar la actividad, domar la inflación y sostener el empleo.
Entre la herencia y los errores propios, como la fallida colocación del Bonar 2020, el equipo económico podría enfrentarse a una demora en el ingreso de los fondos de los bancos por el retraso en la negociación con los fondos buitre que reconoció el mismo Macri en Davos.
Los créditos por US$ 6 mil millones prometidos por las entidades financieras siguen esperando un acuerdo para blindarse frente a los eventuales reclamos de los fondos buitre.
Ayer, tras su regreso al país, el jefe de Gabinete, Marcos Peña, admitió que la falta de un acuerdo con los acreedores “pone trabas en terminar de estar en el circuito de crédito internacional y, al final del día, termina perjudicando a la posibilidad de poner en marcha la economía”. “Hay que sacarse rápido el tema holdouts de encima para avanzar en la agenda de la pobreza cero, del desarrollo y de las inversiones”, reconoció Peña a Continental.
También la idea de convertirse en parte de la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE), anunciada con bombos y platillos en Suiza, incluso podría demorarse más allá del mandato de Macri. Según indicó el director de Relaciones Globales del organismo, Marcos Bonturi, el proceso de ingreso llevaría al menos tres años. La idea es comenzar con los pasos formales en la próxima reunión del G20, a fines de febrero en Pekín, según anticipó el ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay. Pero más allá de los pasos formales, otro de los requisitos es el de intercambiar datos estadísticos entre los países.
Y para eso, las cifras deben ser confiables, según la OCDE. En ese marco, el nuevo equipo que desembarcó en el Indec, a cargo de Jorge Todesca, intenta que el bache sin estadísticas sea lo más breve posible. Juan Carlos Abril, presidente del Instituto Interamericano de Estadísticas, un especialista nacido en Tucumán y reconocido internacionalmente, estimó que llevará entre ocho y diez años que el organismo estadístico vuelva a tener credibilidad. En ese contexto, el Gobierno decidió volver a abrirle la puerta –las cuentas– a las revisiones del FMI, que había dado el visto bueno inicial a los índices reelaborados por el ex ministro de Economía, Axel Kicillof. Pese al OK del FMI, los índices fueron descartados por los nuevos viejos técnicos del Indec, aunque sirvieron al menos para asegurarse los créditos del Banco Mundial que nunca se interrumpieron.
BM: el ‘veto’ que no fue
La delegación argentina festejó, tras la reunión con el secretario del Tesoro de los Estados Unidos, Jack Lew, la reactivación de los créditos del Banco Mundial y el fin del veto de los Estados Unidos.
Sin embargo, Washington no tiene poder para frenar un préstamos en sí mismo, según aclararon desde el organizmo financiero. Y si bien la presión internacional llevó a que el Gobierno de Cristina Fernández reformulara las estadísticas en 2013 (tras la intervención del Indec en 2007), el BM nunca dejó aprobar el programa financiero para la Argentina. “El voto de los Estados Unidos representa el 16%”, indicaron fuentes del organismo. Si bien es el que más vale, necesita “armar un bloque” con otros países para evitar que se apruebe un programa. En 2011, a partir de los reiterados cuestionamientos del FMI a las estadísticas argentinas, Washington y otros países empezaron a abstenerse. Y una vez que coordinó con el Fondo un nuevo índice de precios y estimaciones de Producto Bruto Interno, los préstamos se reactivaron. En 2014, se aprobaron seis, según detallaron desde el BM. Incluso, Estados Unidos votó a favor de un crédito para energías renovables en abril del año pasado. Así, según el programa financiero actual hay US$ 3.500 millones designados en préstamos del Banco Mundial para la Argentina en los próximos tres años. En promedio, son unos US$ 1.200 millones anuales. Pese al cambio de administración, los proyectos de largo plazo se mantienen y hoy el Gobierno de Mauricio Macri dialoga con el organismo crediticio para definir qué proyectos se marcarán como prioritarios en este año fiscal.
Dudas por el desembolso de los bancos
Por Paola Quain
Ejecutivos del sistema financiero se mostraron preocupados sobre el esperado anuncio que el gobierno nacional tiene previsto para la semana próxima por unos US$ 6 mil millones que un grupo de bancos prestará por el plazo de un año con el fin de incrementar el nivel de reservas del Banco Central. El acuerdo, que fue mencionado por primera vez en diciembre pasado cuando se levantó el cepo, no logró materializarse hasta la fecha y, en el sector financiero, la espera es inquieta. La duda surgió el viernes, después de que el presidente Mauricio Macri señalara que la negociación con los fondos buitre “no avanza”. Llegar a un principio de acuerdo con los fondos litigantes para lograr restablecer un “stay” en la causa, que permita al país emitir deuda en los mercados internacionales, es la clave para evitar embargos de las líneas de crédito que bancos privados abran para el país. “Es posible que en el equipo económico hayan esperado un panorama menos complejo en la negociación del que encontraron cuando hicieron el anuncio”, dijo un ejecutivo del sector que no espera grandes anuncios hasta después del 1º de febrero, encuentro en el que la Argentina realizará una oferta de pago. Hasta tanto se conozca un resultado de la oferta, banqueros locales consideran que los departamentos de “compliance” –cumplimiento de normas de cada banco que participe– se mostrarán muy cautos. “Sin una medida legal que los ampare, una operación de esta naturaleza podría ser considerada una ayuda para eludir el fallo del juez Griesa. Las dificultades son idénticas a las del año pasado porque quieren evitar sanciones”, dijo un referente del sector, porque si se entiende que el Banco Central actúa como un álter ego de la República emitiendo bonos, estos títulos podrían estar sujetos a las sanciones de pari passu. Si el Central actúa en forma independiente, la entidad no debería ser atacada. Sin embargo, depositan plena confianza en Luis Caputo, secretario de Finanzas a cargo de la presentación.
(*) Publicado en la edición impresa del Diario PERFIL.