Mervyn King y otros funcionarios del Banco de Inglaterra advirtieron esta semana en una reunión con los miembros del Parlamento británico que la situación económica del país se ha deteriorado tanto que han decidido modificar los pronósticos que se hicieron hace apenas seis semanas.
En uno de sus comentarios más sombríos hasta la fecha, el presidente del Banco recomendó al público que no piense siquiera que Gran Bretaña ha logrado salir a medias de la crisis que empezó hace casi cinco años.
Estas palabras pesimistas sobre la economía británica fueron compartidas por otros tres funcionarios y alimentaron la expectativa de que el Banco de Inglaterra pueda aconsejarle al organismo que regula los servicios financieros británicos (FSA, por la sigla en inglés) que este viernes haga menos estrictos los requisitos sobre liquidez para los bancos. También podrían reiniciar la impresión de dinero a principios del mes próximo.
El Reino Unido dio a conocer cifras débiles sobre sus finanzas. El endeudamiento neto del sector público fue más alto en mayo que en el mismo mes del año previo pero, según opinión de los analistas, el elemento más preocupante en las cifras que se dieron a conocer el martes pasado es el indicio de desaceleración en el crecimiento de la recaudación. Este es un dato que tiene menos probabilidades de estar distorsionado por los altibajos momentáneos que el gasto público.
King señaló que es improbable que se produzca una recuperación económica sustentable en el Reino Unido antes que se resuelva la crisis de la eurozona. Cuando esta crisis comenzó entre 2007 y 2008, la mayoría de la gente lo mismo que nosotros no creía que íbamos a estar todavía en el medio de esto a estas alturas, le dijo el presidente del Banco de Inglaterra a los miembros de la Comisión del Tesoro del Parlamento.
Todo el tiempo le he dicho a esta Comisión que no creía que hubiéramos llegado siquiera a la mitad de esta situación; siempre lo dije y todavía lo estoy diciendo, agregó King, quien informó que había pedido que se imprimiera más dinero para comprar títulos bajo los términos del programa que se aprobó y que considera un total de 325.000 millones de libras (u$s 505.906 millones).
Esta decisión se tomó porque la situación se deterioró mucho desde el pronóstico de mayo de la Comisión de Política Monetaria. Estoy muy impresionado por lo mucho que han cambiado las cosas en las últimas seis semanas, resumió el presidente del Banco, quien se describió como pesimista con respecto a lo que ocurre en la eurozona.
King no se mostró dispuesto a vaticinar cuándo la economía británica puede volver a la normalidad.
La confianza que falta ahora es la confianza para invertir hoy en lugar de esperar y ver qué ocurre en el área del euro y con otras cuestiones en los próximos dos años, concluyó el funcionario.
En uno de sus comentarios más sombríos hasta la fecha, el presidente del Banco recomendó al público que no piense siquiera que Gran Bretaña ha logrado salir a medias de la crisis que empezó hace casi cinco años.
Estas palabras pesimistas sobre la economía británica fueron compartidas por otros tres funcionarios y alimentaron la expectativa de que el Banco de Inglaterra pueda aconsejarle al organismo que regula los servicios financieros británicos (FSA, por la sigla en inglés) que este viernes haga menos estrictos los requisitos sobre liquidez para los bancos. También podrían reiniciar la impresión de dinero a principios del mes próximo.
El Reino Unido dio a conocer cifras débiles sobre sus finanzas. El endeudamiento neto del sector público fue más alto en mayo que en el mismo mes del año previo pero, según opinión de los analistas, el elemento más preocupante en las cifras que se dieron a conocer el martes pasado es el indicio de desaceleración en el crecimiento de la recaudación. Este es un dato que tiene menos probabilidades de estar distorsionado por los altibajos momentáneos que el gasto público.
King señaló que es improbable que se produzca una recuperación económica sustentable en el Reino Unido antes que se resuelva la crisis de la eurozona. Cuando esta crisis comenzó entre 2007 y 2008, la mayoría de la gente lo mismo que nosotros no creía que íbamos a estar todavía en el medio de esto a estas alturas, le dijo el presidente del Banco de Inglaterra a los miembros de la Comisión del Tesoro del Parlamento.
Todo el tiempo le he dicho a esta Comisión que no creía que hubiéramos llegado siquiera a la mitad de esta situación; siempre lo dije y todavía lo estoy diciendo, agregó King, quien informó que había pedido que se imprimiera más dinero para comprar títulos bajo los términos del programa que se aprobó y que considera un total de 325.000 millones de libras (u$s 505.906 millones).
Esta decisión se tomó porque la situación se deterioró mucho desde el pronóstico de mayo de la Comisión de Política Monetaria. Estoy muy impresionado por lo mucho que han cambiado las cosas en las últimas seis semanas, resumió el presidente del Banco, quien se describió como pesimista con respecto a lo que ocurre en la eurozona.
King no se mostró dispuesto a vaticinar cuándo la economía británica puede volver a la normalidad.
La confianza que falta ahora es la confianza para invertir hoy en lugar de esperar y ver qué ocurre en el área del euro y con otras cuestiones en los próximos dos años, concluyó el funcionario.