En las mesas de los bancos se comenzó a hablar de un nuevo «cepo normativo» del Banco Central para frenar la fuga hormiga de las importaciones. A partir de ahora deben informar toda apertura de carta de crédito indicando empresa, monto y plazo. «Es para hacer un seguimiento más detallado de cada importador», dicen en el sector.
De este modo, la fuga hormiga de algunos importadores fue parada. Antes, armaban varias cartas de crédito, y en varios bancos a la vez, de modo de transferir u$s 149.900 todos los días a través de muchas entidades al mismo tiempo, como fue el caso de una automotriz. Si lo hacían con diez bancos, lograban enviar u$s 1,5 millón diario. En rigor, el Central detectó maniobras de fraccionamiento de operaciones en montos inferiores al piso establecido para informar (u$s 150.000). El BCRA también verificó que algunas empresas solicitaron a bancos locales la apertura de cartas de crédito de importación a plazos muy cortos e inusuales en el comercio exterior, por montos superiores a las pautas acordadas. Así, al cumplirse el plazo de la carta de crédito, los fondos se debitaban automáticamente de las cuentas corresponsales del exterior de los bancos locales que actuaban como garantes. Para controlar estas acciones, ahora las entidades deben informar al regulador todas las cartas de crédito que abran, indicando empresa, plazo y monto.
Según cuentan en el ambiente, se creaban documentos comerciales y cartas de crédito con bancos en dólares. Contra eso giraban al exterior para pagar, por ejemplo, deuda con proveedores, como el caso de las automotrices. Luego, el banco compraba entre u$s 100.000 y u$s 150.000 para cubrir ese documento comercial al BCRA. Ahora ya no se puede hacer, porque el Central pide detalles sobre ese crédito a bancos, así cruzan datos de la empresa importadora girando de manera hormiga. «Pero las automotrices están siendo ahogadas porque el BCRA sospecha que ellas querían saltearse las limitaciones de la primera quincena de febrero. La escasez de insumos automotrices está a la vuelta de la esquina. Ahora pasar u$s 500.000 de impo te lleva al menos una semana», advierten en la plaza.
«Se amplió la información para cada registro importador para evitar filtros al corralito importador. Por eso las automotrices pararon todo: tendremos en ese sector graves problemas. Es la próxima guerra», vaticina Mauro Mazza, analista de Puerto Finanzas.
Miguel Ponce, director del Centro de Estudios para el Comercio Exterior del Siglo XXI, observa que «los más afectados son las empresas industriales grandes y medianas, mayoritariamente exportadoras (industria automotriz, alimenticia, el agro y sus insumos para aumentar los rindes), que presentan DJAIs aprobadas por montos mayores a u$s 150.000». Diego Pérez Santisteban, presidente de la Cámara de Importadores, recalca que los u$s 150.000 han operado como un límite de consulta al BCRA por parte de los bancos comerciales, y no como un tope fijo de pago: «De hecho, importadores han podido girar importes mayores recibiendo autorización para hacerlo».
El corredor José Nogueira coincide: «Si el pago al exterior debe ser por montos superiores a u$s 150.000, debe solicitarse la autorización correspondiente y, según las mercaderías que se compren, el BCRA puede autorizarlos o poder hacerlo en varias cuotas semanales, aunque esta alternativa no es segura en cuanto a su aprobación en el plazo requerido».