El cargo que Kirchner logró devaluar

El día que Roberto Lavagna abandonó el Gobierno de Néstor Kirchner, el 28 de noviembre de 2005, se cerró una era, la de los “súper ministros” de Economía. Lavagna fue el último de esa categoría de la que forman parte nombres como José Alfredo Martínez de Hoz (dictadura de Videla), Domingo Cavallo (gobiernos de Menem y De la Rúa) y no muchos más. Tal vez Juan Sourruille durante el gobierno de Alfonsín.
Se trataba de funcionarios que expandían su poder más allá de los límites del Palacio de Hacienda y se convertían en piezas clave de las administraciones de las que formaban parte.
Eso se acabó . Se hizo común escuchar que “el verdadero ministro de Economía es Kirchner” . Una manera simple y contundente de decir que la política se imponía sobre la economía .
Boudou llegó a su cargo prometiendo normalizar la relación con el FMI, normalizar el INDEC, regularizar la deuda en default y, si se podía, volver a los mercados de capitales.
Solo le permitieron hacer el canje de bonos . Su tarea se enfocó en conseguir fondos frescos. No fue poco. Una idea suya – renacionalizar los fondos previsionales – posiblemente lo lleve a la vicepresidencia de la Nación.
Después, cuando ese dinero no fue suficiente, impulsó el plan para pagar parte de los vencimientos de la deuda con las reservas del Banco Central. Le dieron el OK y en el camino sacó del medio al por entonces titular del BCRA, Martín Redrado.
Heredó y obedeció otra decisión de Kirchner: mantener el peso devaluado. No tuvo ni tiene injerencia en la voluminosa masa de subsidios que ponen en jaque el superávit fiscal. Las cuestiones comerciales las maneja Guillermo Moreno con su método para dosificar las importaciones. Los asuntos de inversiones, los anuncia Debora Giorgi.
No habla de inflación .
Será por eso que Boudou tiene tanto tiempo para dar recitales de campaña con la mira puesta en el 23 de octubre?

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