24.06.2014 | Exitoso programa del hospital público de Florencio Varela
Desde junio de 2013, alquila viviendas que son especialmente acondicionadas para pacientes crónicos. De ese modo, se liberan camas en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica, que en un año atendió a 651 niños, 150 más que el anterior.
Llegar al hospital, atenderse y volver a casa no siempre es sencillo. A veces, el diagnóstico requiere internación, cuidados intensivos y, sobre todo, una cama. Cerca de 2 millones de personas se atienden en la red de hospitales que integran el Hospital El Cruce-Néstor Kirchner, de Florencio Varela, y otros ocho centros de atención. Y la demanda de camas para albergar a pacientes con enfermedades crónicas a veces es mayor a la disponibilidad. Ante este problema, una solución es liberar camas, más aún en esta época del año, cuando crece la cantidad de casos graves, por ejemplo, por bronquiolitis en lactantes. Por eso, el Ministerio de Salud de la Nación tomó cartas en el asunto, y la capacidad de internación en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica de El Cruce se incrementó en un 30% desde la puesta en marcha, en junio de 2013, del Programa de Atención Domiciliaria, destinado a liberar camas ocupadas por pacientes crónicos y en condiciones de ser trasladados a viviendas especialmente acondicionadas por carecer de un hogar propio en condiciones para ese tipo de tratamiento. Tras un año de vigencia del programa, se atendió a 651 niños, 150 más que entre junio 2012 y el mismo mes de 2013. «Es un programa que atiende a pacientes que se cronifican en la terapia intensiva, que a veces no tienen respuestas por parte del sistema de salud y que pueden estar atendidos perfectamente en una internación domiciliaria», afirmó a Tiempo Argentino el doctor Leonardo Busso, director de Procesos Técnicos Asistenciales, jefe de Pediatría del hospital de Varela y quien está a cargo del programa. En concreto, mediante subsidios del Ministerio de Salud, El Cruce les alquila viviendas para internación a los pacientes que requieren atención domiciliaria y así liberar camas para otros que las necesiten. Además, la institución sostiene la atención integral de los pacientes hasta tanto estén recuperados para volver a sus casas. Al mismo tiempo, el Estado reduce en un 70% el costo operativo de la terapia intensiva. En relación a qué tipo de casas se alquilan para tal fin, Busso contó: «Se requiere un lugar que tenga condiciones térmicas neutras, que la temperatura sea de 23 grados todo el año, con calefacción y aire, sin grietas, que no filtre el aire y no entren polvo ni tierra.» Actualmente, hay diez pacientes internados en la modalidad del Programa de Atención Domiciliaria, lo que supone el alquiler y acondicionamiento de departamentos en las cercanías del hospital. Estos están provistos de equipos de «bipap» –una forma de soporte respiratorio temporal para pacientes que tienen dificultades respiratorias, consistente en una pequeña máquina que se coloca al lado de la cama a la que se conecta un tubo y un máscara facial–, saturómetros, aspiradores y concentradores de oxígeno. Además, los pacientes son asistidos por enfermeros durante las 24 horas del día, mientras que los médicos pasan a realizar el control al menos una vez al día. Todos los pacientes tienen edad pediátrica y hay desde lactantes hasta chicos de 14 años. El equipo multidisciplinario que trabaja en este programa está integrado por médicos, kinesiólogos y psicólogos, pero quienes están todos los días con los niños atendiendo sus necesidades y educando a los familiares en su cuidado son los enfermeros. «Lo que se pretende es crear un ambiente similar al de sus viviendas», explicó Busso. «La diferencia es que acá se trabaja más con la familia que en el hospital –graficó Marcelo Beyante, enfermero–. Si bien en el hospital se va educando a la familia en el cuidado del paciente, acá eso se termina de redondear. La idea de este proyecto es educarlos, porque es como un espacio intermedio entre el alta hospitalaria y la internación domiciliaria definitiva. Es un trabajo social, si se quiere. Eso requiere de un plus en el trabajo.» También enfermera en los departamentos alquilados por el hospital, Irma Salazar aseguró: «Todos los días aprendemos algo nuevo, porque no todos los pacientes son iguales ni reaccionan de la misma manera. El mismo problema en pacientes diferentes se manifiesta de diferente forma; entonces todos los días tenemos que prestar mucha atención y aprender.» Antes, los chicos con enfermedades crónicas ocupaban un gran porcentaje de las camas de terapia. Y en época invernal, cuando proliferan las patologías respiratorias, es necesario liberarlas. Ahora, diez camas de las 26 destinadas a la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica de El Cruce, están libres. Arnaldo Medina, el director del establecimiento, celebró: «Esto profundiza los derechos que el Estado brinda a los pacientes. Cuando un nenito está enfermo, hay una disgregación en la familia que el programa de internación domiciliaria logra frenar. Las familias tienen la oportunidad de afrontar juntos estos problemas sin estar en el hospital, en donde existen menos condiciones para el acompañamiento familiar.» Además, destacó Medina que “creció la cantidad de pacientes que pudimos atender derivando a los pacientes crónicos a los departamentos: fueron 150 chicos más que en igual período del año anterior.» « «el programa nos ayudó muchísimo» La disgregación de la familia es una constante cuando un integrante padece una enfermedad grave. Por eso, el Programa de Atención Domiciliaria busca ayudar al reencuentro familiar. Evangelina Benítez es empleada doméstica y mamá de Iang, a quien en julio de 2013 le diagnosticaron bronquiolitis aguda por la que quedó internado en el Hospital Evita Pueblo de Berazategui. “Estuvimos una semana, Iang tenía cuatro meses, tuvo una neumonía severa y después lo trasladaron a El Cruce. Hace cuatro meses que estamos viviendo acá”, contó Evangelina. Dice que el Programa les fue de gran ayuda porque mientras Iang estuvo mal, tuvo que abandonar su casa. Evangelina tiene tres hijos más y asegura que “tener esta posibilidad de internación domiciliaria para la recuperación de Iang fue muy importante” porque aprendió a manejar el cuidado de su hijo y de su higiene para que no se contagie de nada. “En el hospital nunca hubiera podido cuidar a Iang sin descuidar a mis otros tres hijos”, explicó. 4298 cirugías se realizaron en El Cruce en 2013; 72 de ellas fueron cirugías cardiovasculares congénitas, y 52, trasplantes de órganos. Alta complejidad en red El Hospital El Cruce, que fue inaugurado en 2007 por el entonces presidente de la Nación Néstor Kirchner, es el primer centro de salud público de alta complejidad del país organizado para funcionar en red. Es un hospital autárquico, que se financia en forma conjunta con los aportes del Estado Nacional y de la provincia de Buenos Aires. El establecimiento tiene un área de influencia de más de 2 millones de personas. Cuenta con 130 camas de las cuales el 50% son de internación especializada en terapia intensiva, unidad coronaria, recuperación cardiovascular, entre otras. Está equipado con tecnología de última generación: tomógrafo de seis cortes; resonador magnético de imán abierto de 0,23 (único con estas características en establecimientos públicos del Conurbano); equipo de hemodinamia que permite la realización de cateterismo y un sistema de monitoreo con equipos modulares en terapias y quirófanos en red. «son parte de mi familia» Completar los trámites y la adecuación de viviendas para pacientes crónicos en condiciones de internación domiciliaria que no tienen obra social es muy dificultoso. «Durante este proceso vamos hablando con las familias, les presentamos el proyecto y las ventajas de la continuidad en la atención», explicó Lorena Moreno, pediatra del hospital. Así fue el camino que transitó Bianca, una nena que nació con hidrocefalia congénita y displasia broncopulmonar, y que hace pocas semanas falleció luego de una larga internación de más de un año en la terapia intensiva del hospital y luego en uno de los departamentos de internación domiciliaria. Fernanda Cuella, su madre, destacó «la hermosa atención» que siempre recibió su hija: «Tuvo un final triste, pero ellos hicieron todo lo que pudieron. Pasé a considerarlos parte de mi familia, porque era compartir el día a día con todos ellos.»
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Edición impresa completa Martes, 24 de Junio de 2014
Desde junio de 2013, alquila viviendas que son especialmente acondicionadas para pacientes crónicos. De ese modo, se liberan camas en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica, que en un año atendió a 651 niños, 150 más que el anterior.
Llegar al hospital, atenderse y volver a casa no siempre es sencillo. A veces, el diagnóstico requiere internación, cuidados intensivos y, sobre todo, una cama. Cerca de 2 millones de personas se atienden en la red de hospitales que integran el Hospital El Cruce-Néstor Kirchner, de Florencio Varela, y otros ocho centros de atención. Y la demanda de camas para albergar a pacientes con enfermedades crónicas a veces es mayor a la disponibilidad. Ante este problema, una solución es liberar camas, más aún en esta época del año, cuando crece la cantidad de casos graves, por ejemplo, por bronquiolitis en lactantes. Por eso, el Ministerio de Salud de la Nación tomó cartas en el asunto, y la capacidad de internación en la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica de El Cruce se incrementó en un 30% desde la puesta en marcha, en junio de 2013, del Programa de Atención Domiciliaria, destinado a liberar camas ocupadas por pacientes crónicos y en condiciones de ser trasladados a viviendas especialmente acondicionadas por carecer de un hogar propio en condiciones para ese tipo de tratamiento. Tras un año de vigencia del programa, se atendió a 651 niños, 150 más que entre junio 2012 y el mismo mes de 2013. «Es un programa que atiende a pacientes que se cronifican en la terapia intensiva, que a veces no tienen respuestas por parte del sistema de salud y que pueden estar atendidos perfectamente en una internación domiciliaria», afirmó a Tiempo Argentino el doctor Leonardo Busso, director de Procesos Técnicos Asistenciales, jefe de Pediatría del hospital de Varela y quien está a cargo del programa. En concreto, mediante subsidios del Ministerio de Salud, El Cruce les alquila viviendas para internación a los pacientes que requieren atención domiciliaria y así liberar camas para otros que las necesiten. Además, la institución sostiene la atención integral de los pacientes hasta tanto estén recuperados para volver a sus casas. Al mismo tiempo, el Estado reduce en un 70% el costo operativo de la terapia intensiva. En relación a qué tipo de casas se alquilan para tal fin, Busso contó: «Se requiere un lugar que tenga condiciones térmicas neutras, que la temperatura sea de 23 grados todo el año, con calefacción y aire, sin grietas, que no filtre el aire y no entren polvo ni tierra.» Actualmente, hay diez pacientes internados en la modalidad del Programa de Atención Domiciliaria, lo que supone el alquiler y acondicionamiento de departamentos en las cercanías del hospital. Estos están provistos de equipos de «bipap» –una forma de soporte respiratorio temporal para pacientes que tienen dificultades respiratorias, consistente en una pequeña máquina que se coloca al lado de la cama a la que se conecta un tubo y un máscara facial–, saturómetros, aspiradores y concentradores de oxígeno. Además, los pacientes son asistidos por enfermeros durante las 24 horas del día, mientras que los médicos pasan a realizar el control al menos una vez al día. Todos los pacientes tienen edad pediátrica y hay desde lactantes hasta chicos de 14 años. El equipo multidisciplinario que trabaja en este programa está integrado por médicos, kinesiólogos y psicólogos, pero quienes están todos los días con los niños atendiendo sus necesidades y educando a los familiares en su cuidado son los enfermeros. «Lo que se pretende es crear un ambiente similar al de sus viviendas», explicó Busso. «La diferencia es que acá se trabaja más con la familia que en el hospital –graficó Marcelo Beyante, enfermero–. Si bien en el hospital se va educando a la familia en el cuidado del paciente, acá eso se termina de redondear. La idea de este proyecto es educarlos, porque es como un espacio intermedio entre el alta hospitalaria y la internación domiciliaria definitiva. Es un trabajo social, si se quiere. Eso requiere de un plus en el trabajo.» También enfermera en los departamentos alquilados por el hospital, Irma Salazar aseguró: «Todos los días aprendemos algo nuevo, porque no todos los pacientes son iguales ni reaccionan de la misma manera. El mismo problema en pacientes diferentes se manifiesta de diferente forma; entonces todos los días tenemos que prestar mucha atención y aprender.» Antes, los chicos con enfermedades crónicas ocupaban un gran porcentaje de las camas de terapia. Y en época invernal, cuando proliferan las patologías respiratorias, es necesario liberarlas. Ahora, diez camas de las 26 destinadas a la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica de El Cruce, están libres. Arnaldo Medina, el director del establecimiento, celebró: «Esto profundiza los derechos que el Estado brinda a los pacientes. Cuando un nenito está enfermo, hay una disgregación en la familia que el programa de internación domiciliaria logra frenar. Las familias tienen la oportunidad de afrontar juntos estos problemas sin estar en el hospital, en donde existen menos condiciones para el acompañamiento familiar.» Además, destacó Medina que “creció la cantidad de pacientes que pudimos atender derivando a los pacientes crónicos a los departamentos: fueron 150 chicos más que en igual período del año anterior.» « «el programa nos ayudó muchísimo» La disgregación de la familia es una constante cuando un integrante padece una enfermedad grave. Por eso, el Programa de Atención Domiciliaria busca ayudar al reencuentro familiar. Evangelina Benítez es empleada doméstica y mamá de Iang, a quien en julio de 2013 le diagnosticaron bronquiolitis aguda por la que quedó internado en el Hospital Evita Pueblo de Berazategui. “Estuvimos una semana, Iang tenía cuatro meses, tuvo una neumonía severa y después lo trasladaron a El Cruce. Hace cuatro meses que estamos viviendo acá”, contó Evangelina. Dice que el Programa les fue de gran ayuda porque mientras Iang estuvo mal, tuvo que abandonar su casa. Evangelina tiene tres hijos más y asegura que “tener esta posibilidad de internación domiciliaria para la recuperación de Iang fue muy importante” porque aprendió a manejar el cuidado de su hijo y de su higiene para que no se contagie de nada. “En el hospital nunca hubiera podido cuidar a Iang sin descuidar a mis otros tres hijos”, explicó. 4298 cirugías se realizaron en El Cruce en 2013; 72 de ellas fueron cirugías cardiovasculares congénitas, y 52, trasplantes de órganos. Alta complejidad en red El Hospital El Cruce, que fue inaugurado en 2007 por el entonces presidente de la Nación Néstor Kirchner, es el primer centro de salud público de alta complejidad del país organizado para funcionar en red. Es un hospital autárquico, que se financia en forma conjunta con los aportes del Estado Nacional y de la provincia de Buenos Aires. El establecimiento tiene un área de influencia de más de 2 millones de personas. Cuenta con 130 camas de las cuales el 50% son de internación especializada en terapia intensiva, unidad coronaria, recuperación cardiovascular, entre otras. Está equipado con tecnología de última generación: tomógrafo de seis cortes; resonador magnético de imán abierto de 0,23 (único con estas características en establecimientos públicos del Conurbano); equipo de hemodinamia que permite la realización de cateterismo y un sistema de monitoreo con equipos modulares en terapias y quirófanos en red. «son parte de mi familia» Completar los trámites y la adecuación de viviendas para pacientes crónicos en condiciones de internación domiciliaria que no tienen obra social es muy dificultoso. «Durante este proceso vamos hablando con las familias, les presentamos el proyecto y las ventajas de la continuidad en la atención», explicó Lorena Moreno, pediatra del hospital. Así fue el camino que transitó Bianca, una nena que nació con hidrocefalia congénita y displasia broncopulmonar, y que hace pocas semanas falleció luego de una larga internación de más de un año en la terapia intensiva del hospital y luego en uno de los departamentos de internación domiciliaria. Fernanda Cuella, su madre, destacó «la hermosa atención» que siempre recibió su hija: «Tuvo un final triste, pero ellos hicieron todo lo que pudieron. Pasé a considerarlos parte de mi familia, porque era compartir el día a día con todos ellos.»
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Edición impresa completa Martes, 24 de Junio de 2014