Todo muy medido, muy controlado, como si fuese la primera emisión cautelosa de un programa de preguntas y respuestas. Así se vio anoche Argentina Debate, el primer debate presidencial televisado de la historia del país, que se transmitió en vivo por América y la señal de cable Canal 26 de cara a las elecciones del 25 de octubre.
El envío especial arrancó un minuto antes de las 21, con imágenes desde el exterior de la Facultad de Derecho, donde se realizó. “No fue fácil llegar acá. Esperamos que sea una noche especial”, comenzó el periodista Marcelo Bonelli, uno de los moderadores, junto a Luis Novaresio y Rodolfo Barili. En ese momento, el rating era prometedor: medía 5,6 puntos y en sólo diez minutos ya se había acercado a los 8 (casi el doble de lo que promedió América el mes pasado).
Pero el comienzo de Independiente-River (a las 21.30, por la TV Pública) le jugó en contra. Aunque el número siguió creciendo, el fútbol lo superó rápidamente (tocó los 17 puntos). Lo mismo ocurrió con Periodismo Para Todos (El Trece, a las 22.20), que a las 23 ya había tenido un pico de más de 12.
El interés no sólo se notó en el buen rating que cosechó América (no ganó en su franja, pero rindió), también en las redes sociales: en las dos horas que duró el debate hubo cerca de medio millón de tuits con el hashtag #ArgentinaDebate.
Así las cosas, los candidatos comenzaron a exponer sus propuestas, divididas en 4 bloques. La dirección de cámaras fue ascética: plano medio a la hora de la exposición de cada candidato y pantalla dividida en las preguntas cruzadas.
Bonelli condujo el primer bloque televisivo. Novaresio, a cargo de Seguridad y Derechos Humanos, el segundo. Y el final quedó para Barili. Temas tabulados y candidatos que respetaron sus tiempos como alumnos aplicados. Todo muy medido en este Argentina Debate, que tuvo una fuerte competencia en el rating, pero fue correcto en materia televisiva.
El envío especial arrancó un minuto antes de las 21, con imágenes desde el exterior de la Facultad de Derecho, donde se realizó. “No fue fácil llegar acá. Esperamos que sea una noche especial”, comenzó el periodista Marcelo Bonelli, uno de los moderadores, junto a Luis Novaresio y Rodolfo Barili. En ese momento, el rating era prometedor: medía 5,6 puntos y en sólo diez minutos ya se había acercado a los 8 (casi el doble de lo que promedió América el mes pasado).
Pero el comienzo de Independiente-River (a las 21.30, por la TV Pública) le jugó en contra. Aunque el número siguió creciendo, el fútbol lo superó rápidamente (tocó los 17 puntos). Lo mismo ocurrió con Periodismo Para Todos (El Trece, a las 22.20), que a las 23 ya había tenido un pico de más de 12.
El interés no sólo se notó en el buen rating que cosechó América (no ganó en su franja, pero rindió), también en las redes sociales: en las dos horas que duró el debate hubo cerca de medio millón de tuits con el hashtag #ArgentinaDebate.
Así las cosas, los candidatos comenzaron a exponer sus propuestas, divididas en 4 bloques. La dirección de cámaras fue ascética: plano medio a la hora de la exposición de cada candidato y pantalla dividida en las preguntas cruzadas.
Bonelli condujo el primer bloque televisivo. Novaresio, a cargo de Seguridad y Derechos Humanos, el segundo. Y el final quedó para Barili. Temas tabulados y candidatos que respetaron sus tiempos como alumnos aplicados. Todo muy medido en este Argentina Debate, que tuvo una fuerte competencia en el rating, pero fue correcto en materia televisiva.