No fue la mejor inversión, pero marcó el paso del mercado. Repercutió en la suba del Boden y en el mercado informal.
El dólar despidió junio con un alza de un centavo, a 4,54 pesos para la venta, mientras que en el mes acumuló una apreciación de cinco centavos, o 1,1 por ciento. La suba en la cotización de la divisa se dio en un contexto reducido de operaciones, donde el Banco Central no pudo mantener el ritmo de compras habitual para esta parte del año. Recién esta semana logró recobrar protagonismo. Ayer compró 150 millones, que elevó a 530 millones el monto adquirido en la semana y a 750 millones en el mes. Las reservas internacionales se ubicaron en 46.341 millones. La respuesta a los mayores controles a la compra de dólares apalancó a los bonos nominados en esa moneda, como el Boden 2012, que acumula un ganancia de 38 por ciento en el año. Las acciones líderes cerraron ayer con una suba de 3,5 por ciento, que permitió al Merval arrojar una diferencia positiva de 3,9 por ciento en el mes. Por su parte, la salida de depósitos en dólares durante la semana del 18 al 22 fue de 274 millones (ver aparte).
Esta semana el mercado cambiario evidenció un aumento en la oferta, que responde a una necesidad de pesos debido a la estacionalidad propia de fines del primer semestre, con el pago de aguinaldos. También colaboró una mayor liquidación de los exportadores de granos, luego del lockout agropecuario que se registró en la segunda y tercera semana de junio. El viraje no fue menor, ya que permitió al Central retomar un alto volumen de compras, el cual no logró reflejarse en el monto de reservas, algo que se repitió en todo el año.
La diferencia entre la absorción de divisas y el incremento en las reservas se explica por distintos factores. El principal es el pago de deuda. Por ejemplo, ayer el organismo compró 150 millones, pero las reservas retrocedieron 126 millones. Esto se debe al pago de 300 millones de dólares en obligaciones especiales, según explicaron desde la entidad a Página/12. De ese monto, unos 230 millones correspondieron a vencimientos del bono Discount. Y pasado mañana el BCRA enfrenta vencimientos por 350 millones.
Otro factor de pérdida de reservas es la salida de depósitos en dólares del sistema bancario, debido a la desintegración de los encajes que las entidades tienen en el Central sobre las colocaciones de sus clientes. La sangría de depósitos se intensificó a partir del endurecimiento en los controles que aplicó la AFIP a la compra de moneda extranjera. Estas restricciones renovaron la fiebre especulativa por el dólar, lo que se reflejó en el aumento en la brecha entre la cotización oficial y el precio en el paralelo, la cual ronda el 38 por ciento. El dólar blue que se vende en las cuevas se retrajo unos puntos a 5,94 pesos, tras haber tocado los 6 pesos en la víspera.
El renovado interés por los dólares explica también el comportamiento de los títulos públicos. La preferencia de los inversores se volvió entonces a papeles nominados en dólares, particularmente en emisiones cortas, con el objetivo de recibir el pago de los vencimientos en esa moneda. La tendencia se acentuó luego de que Cristina Fernández de Kirchner confirmara en dos oportunidades que el país abonará los compromisos de deuda en la moneda en que fueron pactados. El más beneficiado fue el Boden 2012, que se entregó a los ahorristas por sus depósitos atrapados en el corralito y que se terminará de pagar el mes próximo. Este papel retrocedió 0,5 por ciento, pero acumuló una suba de 6,7 en el mes. Le sigue el cupón de PIB, con un alza de 2,6 por ciento ayer, y de 2,1 para junio.
Por su parte, las acciones líderes cerraron el semestre con una baja de 4,7 por ciento. Entre los commodities, el precio del petróleo, tras tocar su mínimo en nueve meses, ayer avanzó 9,3 por ciento para el crudo ligero WTI. Mientras, la soja cerró en el Mercado de Chicago con un nuevo máximo del año, en 555,84 dólares la tonelada para entrega en julio, superando los 553 dólares de abril.
El dólar despidió junio con un alza de un centavo, a 4,54 pesos para la venta, mientras que en el mes acumuló una apreciación de cinco centavos, o 1,1 por ciento. La suba en la cotización de la divisa se dio en un contexto reducido de operaciones, donde el Banco Central no pudo mantener el ritmo de compras habitual para esta parte del año. Recién esta semana logró recobrar protagonismo. Ayer compró 150 millones, que elevó a 530 millones el monto adquirido en la semana y a 750 millones en el mes. Las reservas internacionales se ubicaron en 46.341 millones. La respuesta a los mayores controles a la compra de dólares apalancó a los bonos nominados en esa moneda, como el Boden 2012, que acumula un ganancia de 38 por ciento en el año. Las acciones líderes cerraron ayer con una suba de 3,5 por ciento, que permitió al Merval arrojar una diferencia positiva de 3,9 por ciento en el mes. Por su parte, la salida de depósitos en dólares durante la semana del 18 al 22 fue de 274 millones (ver aparte).
Esta semana el mercado cambiario evidenció un aumento en la oferta, que responde a una necesidad de pesos debido a la estacionalidad propia de fines del primer semestre, con el pago de aguinaldos. También colaboró una mayor liquidación de los exportadores de granos, luego del lockout agropecuario que se registró en la segunda y tercera semana de junio. El viraje no fue menor, ya que permitió al Central retomar un alto volumen de compras, el cual no logró reflejarse en el monto de reservas, algo que se repitió en todo el año.
La diferencia entre la absorción de divisas y el incremento en las reservas se explica por distintos factores. El principal es el pago de deuda. Por ejemplo, ayer el organismo compró 150 millones, pero las reservas retrocedieron 126 millones. Esto se debe al pago de 300 millones de dólares en obligaciones especiales, según explicaron desde la entidad a Página/12. De ese monto, unos 230 millones correspondieron a vencimientos del bono Discount. Y pasado mañana el BCRA enfrenta vencimientos por 350 millones.
Otro factor de pérdida de reservas es la salida de depósitos en dólares del sistema bancario, debido a la desintegración de los encajes que las entidades tienen en el Central sobre las colocaciones de sus clientes. La sangría de depósitos se intensificó a partir del endurecimiento en los controles que aplicó la AFIP a la compra de moneda extranjera. Estas restricciones renovaron la fiebre especulativa por el dólar, lo que se reflejó en el aumento en la brecha entre la cotización oficial y el precio en el paralelo, la cual ronda el 38 por ciento. El dólar blue que se vende en las cuevas se retrajo unos puntos a 5,94 pesos, tras haber tocado los 6 pesos en la víspera.
El renovado interés por los dólares explica también el comportamiento de los títulos públicos. La preferencia de los inversores se volvió entonces a papeles nominados en dólares, particularmente en emisiones cortas, con el objetivo de recibir el pago de los vencimientos en esa moneda. La tendencia se acentuó luego de que Cristina Fernández de Kirchner confirmara en dos oportunidades que el país abonará los compromisos de deuda en la moneda en que fueron pactados. El más beneficiado fue el Boden 2012, que se entregó a los ahorristas por sus depósitos atrapados en el corralito y que se terminará de pagar el mes próximo. Este papel retrocedió 0,5 por ciento, pero acumuló una suba de 6,7 en el mes. Le sigue el cupón de PIB, con un alza de 2,6 por ciento ayer, y de 2,1 para junio.
Por su parte, las acciones líderes cerraron el semestre con una baja de 4,7 por ciento. Entre los commodities, el precio del petróleo, tras tocar su mínimo en nueve meses, ayer avanzó 9,3 por ciento para el crudo ligero WTI. Mientras, la soja cerró en el Mercado de Chicago con un nuevo máximo del año, en 555,84 dólares la tonelada para entrega en julio, superando los 553 dólares de abril.