La inflación y la escalada del dólar hicieron estragos en Dypsa, una de las desarrolladoras inmobiliarias más grandes y más reconocidas del mercado argentino. Y ahora sale a flote tras un largo proceso de ingeniería financiera.
Había iniciado la construcción y la pre-venta de la segunda Torre Renoir, todo un símbolo del Dique 3 de Puerto Madero, pero la falta de recursos se comenzó a hacer cada vez más fuerte. Y cuando se había realizado menos de la mitad de la obra, los fondos disponibles se agotaron, por lo que se frenaron los trabajos en ese desarrollo.
El centro del problema radicaba en que el 75% de la obra ya se encontraba vendida. Esto, sumado a otras cuestiones, había provocado en la compañía un rojo de más de 30 millones de dólares.
Tras varios meses de incertidumbre, Dypsa Desarrollos y Proyectos SA. logró salir del pozo a través de una estrategia financiera compleja, pero que hoy le permite volver a respirar.
La desarrolladora logró cerrar con éxito un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), mediante el cual el 93% de quienes habían comprado departamentos en la Torre Renoir 2, que luego se convirtieron en acreedores de la firma, ahora se transformaron en socios gracias a este acuerdo financiero.
Fue la mejor variante que encontramos para poder salir de esa complicada situación. Las opciones más fáciles hubieran sido concursar a la empresa o que yo presentara la quiebra, pero preferimos ir por otro lado y por suerte todo nos salió muy bien, reveló a El Cronista Issel Kiperszmid, presidente de Dypsa.
Nuestro problema comenzó cuando la inflación se hizo cada vez más evidente y el dólar comenzó a escalar. Vendíamos a precios fijos en dólares, pero el incremento de los costos nos terminó por matar. Hubo un punto en el que la situación se hizo realmente insostenible, comentó Kiperszmid.
Como parte del proceso de reestructuración, se determinó que quienes figuraban en la lista de acreedores se convertirían en socios. En total, son cerca de 50 los nuevos integrantes del capital accionario.
Sin embargo, para alcanzar ese objetivo los, por entonces acreedores, debieron inyectar en conjunto algo más de u$s 10 millones, dinero que se utilizó luego para que la Torre Renoir 2 se volviera a poner en marcha. Ese total, según el empresario, equivale a un tercio de Dypsa.
El ejecutivo añadió que el nuevo grupo de socios ahora incorporará un representante al directorio de la firma.
Además, había que saldar deudas bancarias, que se acercaban a los seis millones de dólares.
En medio de este proceso, la empresa se debió desprender de la gran mayoría de los activos con los que contaba, de modo de reunir el dinero necesario. Así, vendió desde emprendimientos hoteleros hasta de viviendas. Sólo se quedó justamente con la Torre Renoir 2 la Torre Renoir 1 fue terminada y entregada sin problemas, y el Shopping de San Justo. Ahora, Dypsa encara nuevos trabajos para terceros y analiza algunos para sí misma.
Según las nuevas estimaciones que circulan en la empresa desarrolladora, la Torre Renoir 2 debería estar finalizada para dentro de próximos 14 meses.
Había iniciado la construcción y la pre-venta de la segunda Torre Renoir, todo un símbolo del Dique 3 de Puerto Madero, pero la falta de recursos se comenzó a hacer cada vez más fuerte. Y cuando se había realizado menos de la mitad de la obra, los fondos disponibles se agotaron, por lo que se frenaron los trabajos en ese desarrollo.
El centro del problema radicaba en que el 75% de la obra ya se encontraba vendida. Esto, sumado a otras cuestiones, había provocado en la compañía un rojo de más de 30 millones de dólares.
Tras varios meses de incertidumbre, Dypsa Desarrollos y Proyectos SA. logró salir del pozo a través de una estrategia financiera compleja, pero que hoy le permite volver a respirar.
La desarrolladora logró cerrar con éxito un Acuerdo Preventivo Extrajudicial (APE), mediante el cual el 93% de quienes habían comprado departamentos en la Torre Renoir 2, que luego se convirtieron en acreedores de la firma, ahora se transformaron en socios gracias a este acuerdo financiero.
Fue la mejor variante que encontramos para poder salir de esa complicada situación. Las opciones más fáciles hubieran sido concursar a la empresa o que yo presentara la quiebra, pero preferimos ir por otro lado y por suerte todo nos salió muy bien, reveló a El Cronista Issel Kiperszmid, presidente de Dypsa.
Nuestro problema comenzó cuando la inflación se hizo cada vez más evidente y el dólar comenzó a escalar. Vendíamos a precios fijos en dólares, pero el incremento de los costos nos terminó por matar. Hubo un punto en el que la situación se hizo realmente insostenible, comentó Kiperszmid.
Como parte del proceso de reestructuración, se determinó que quienes figuraban en la lista de acreedores se convertirían en socios. En total, son cerca de 50 los nuevos integrantes del capital accionario.
Sin embargo, para alcanzar ese objetivo los, por entonces acreedores, debieron inyectar en conjunto algo más de u$s 10 millones, dinero que se utilizó luego para que la Torre Renoir 2 se volviera a poner en marcha. Ese total, según el empresario, equivale a un tercio de Dypsa.
El ejecutivo añadió que el nuevo grupo de socios ahora incorporará un representante al directorio de la firma.
Además, había que saldar deudas bancarias, que se acercaban a los seis millones de dólares.
En medio de este proceso, la empresa se debió desprender de la gran mayoría de los activos con los que contaba, de modo de reunir el dinero necesario. Así, vendió desde emprendimientos hoteleros hasta de viviendas. Sólo se quedó justamente con la Torre Renoir 2 la Torre Renoir 1 fue terminada y entregada sin problemas, y el Shopping de San Justo. Ahora, Dypsa encara nuevos trabajos para terceros y analiza algunos para sí misma.
Según las nuevas estimaciones que circulan en la empresa desarrolladora, la Torre Renoir 2 debería estar finalizada para dentro de próximos 14 meses.