No hubo salto alarmante. Ni estamos frente a una dolarización salvaje como la que precedió a los comicios del 2011. Pero el blue volvió a los $ 13. Y esa barrera vulnerada resume bien la inquietud que hoy recorre a un mercado que había apostado de lleno por el cambio, incluso en clave oficialista, y que hoy ve a un Scioli más “continuista” de lo que se venía descontando.
No es ningún secreto que el mercado lo prefiere a Macri. Y en la fórmula Scioli-Zannini avizora dos escenarios: mayores chances de una victoria K en primera vuelta y más continuidad en la gestión económica.
El mercado ve diluirse la expectativa de un Scioli dispuesto a implementar políticas racionales, de un tono más gradualista que el shock del macrismo, pero no tan distintas en lo medular.
Así, el blue aturdido y quieto de los últimos tiempos se contagió finalmente de las subas que ya venían mostrando el resto de los dólares de la City. El dólar bolsa sube 5% en junio, mientras que el contado con liquidación avanza 4,2%. No parece ser éste el fin de la paz cambiaria ni mucho menos. Pero sí un movimiento que quiebra la calma chicha que venía imperando.
Quizás un Scioli menos dócil o complaciente de lo que algunos temen pruebe el error de este nerviosismo. Pero en un mercado muy comprado, que se había posicionado convencido del cambio, es un momento que llama a repensar escenarios.
No es ningún secreto que el mercado lo prefiere a Macri. Y en la fórmula Scioli-Zannini avizora dos escenarios: mayores chances de una victoria K en primera vuelta y más continuidad en la gestión económica.
El mercado ve diluirse la expectativa de un Scioli dispuesto a implementar políticas racionales, de un tono más gradualista que el shock del macrismo, pero no tan distintas en lo medular.
Así, el blue aturdido y quieto de los últimos tiempos se contagió finalmente de las subas que ya venían mostrando el resto de los dólares de la City. El dólar bolsa sube 5% en junio, mientras que el contado con liquidación avanza 4,2%. No parece ser éste el fin de la paz cambiaria ni mucho menos. Pero sí un movimiento que quiebra la calma chicha que venía imperando.
Quizás un Scioli menos dócil o complaciente de lo que algunos temen pruebe el error de este nerviosismo. Pero en un mercado muy comprado, que se había posicionado convencido del cambio, es un momento que llama a repensar escenarios.
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