Ricardo Forster
El fuego amigo
Ala ofensiva previsible y machacante de la derecha mediática se le agregó, en estas últimas semanas, lo que algunos llaman “el fuego amigo”, esos disparos que vienen de las propias filas y que hacen, a veces, más daño que los que provienen del bando contrario.
El fuego amigo
Disparos que por inesperados dejan sin reacción a quienes son sus víctimas. Tal vez cierto espíritu triunfalista impidió ver lo amenazante que se ocultaba en algunos lugares poco visibles. Cuando se piensa que se gana con sólo hacer la plancha suele suceder lo contrario y las aguas, antes calmas, se vuelven turbulentas.
El kirchnerismo mostró su mejor forma cuando fue desafiado e, incluso, cuando recibió algunos golpes duros. Cuando, por el contrario, todo parece ir viento en popa y lo único que se aguarda es la oficialización de la candidatura de Cristina y se siente apenas curiosidad por quién la acompañará en la fórmula, es cuando comienzan los problemas.
Nada peor que el aburguesamiento para un proyecto que se quiere de transformación y que ha venido produciendo acontecimientos políticamente decisivos. Nada peor que la emergencia de disputas por el poder al interior de un espacio que se ha mostrado capacitado para sortear momentos muy difíciles.
De los errores, y ése ha sido un rasgo de estos años, el kirchnerismo ha aprendido. Esperemos que lo siga haciendo. Primero fue el caso de los hermanos Schoklender que tocó de lleno el corazón de la Asociación Madres de Plaza de Mayo abriendo el camino para que los buitres se lanzaran sobre el proyecto de Hebe de Bonafini.
Con una sincronía digna de mejor causa gran parte de los medios de comunicación dominantes y sus periodistas “independientes” se ocuparon profusamente de buscar las conexiones entre lo que constituye una estafa y una profunda traición de los hermanos Schoklender a quienes les transfirieron su amor y su confianza, y la política de derechos humanos del Gobierno nacional.
Intentaron, y lo seguirán haciendo, lastimar una de las acciones más importantes y decisivas de reconstrucción de la vida argentina que tuvo como punto de partida la derogación de las leyes de impunidad y los indultos. Su objetivo no es otro que el de regresar al escenario previo al del 25 de mayo de 2003, allí donde el espíritu de la “reconciliación” espuria y mentirosa dominó el discurso y la práctica del establishment económico, jurídico y político.
Han aprovechado el engaño y el abuso de poder de unos miserables para intentar manchar la historia virtuosa de las madres. Pero también es cierto que supieron aprovechar las debilidades de la propia Hebe y de quienes, alertados por algunas señales preocupantes que venían de lejos, no supieron o no pudieron intervenir a tiempo, antes de que males mayores se desencadenaran sobre una iniciativa que, lo reitero, es loable desde todos los puntos desde los que se la mire.
La defensa de Hebe, que sostengo contra viento y marea, no supone desconocer las equivocaciones y la discrecionalidad de algunas decisiones y de algunos manejos que encontraron, en el propio carácter de Hebe, su zona problemática allí donde siempre resultó difícil plantearle alguna crítica o señalarle algún problema como el que finalmente se desató en relación con los manejos oscuros y seguramente delictivos de los Schoklender.
Alguien debía haber hablado con Hebe, alertarla y aconsejarla aunque sólo se tuvieran sospechas no del todo fundadas. Mucho más dañino fue, finalmente, el estallido del escándalo. Tal vez, y ésta es otra posibilidad, Hebe tenía que atravesar su propia experiencia para poder ver lo que algunos le señalaban, pero que ella se negaba a ver.
La ceguera de quien ha transferido su amor suele ser absoluta. Se trata, ahora, de proteger la iniciativa de las madres, de cuidar a Hebe y de esclarecer el laberinto doloso por el que se internaron quienes buscaron enriquecerse engañando y estafando a la fundación y al Proyecto Sueños Compartidos. El Gobierno también aprenderá, seguramente, de esta dolorosa experiencia.
El segundo “fuego amigo”, aunque menor en sus connotaciones, provino de la pelea con ribetes de escándalo que tuvo como protagonistas estelares a Claudio Morgado y a María Rachid. Desde un comienzo, y eso se sabía entre quienes suelen escuchar las conversaciones de pasillo, que uno y otro no se llevaban muy bien y que la segunda venía a serrucharle el piso al primero.
Resulta insólito que en medio de una decisiva campaña por reconquistar la Ciudad de Buenos Aires, centro neurálgico de la Nación y, por eso mismo especialmente sensible ante ciertos conflictos, se desencadene el escándalo absurdo del INADI llevando la pelea entre Morgado y Rachid hasta los tribunales.
Ni siquiera el enemigo hubiera desplegado una estrategia mejor para horadar las posibilidades, ciertas, de ganarle a la derecha macrista. Más allá de quién de los dos sea el supuesto portador de la razón, el daño ya está hecho y, de nuevo, la prensa canalla sabrá sacarle el jugo a tanto desvarío.
Resulta inverosímil que se insista con introducir la lógica del caballo de Troya en el interior de los espacios gubernamentales con la salvedad, no menor, de que los introductores no provienen del campo adversario sino de las filas amigas. Haber nombrado a Rachid como segunda de Morgado, y eso más allá, insisto, de las cualidades de una y otro que prefiero no discutir acá, sabiendo que respondían a perspectivas diferentes, constituyó, para decirlo con suavidad, un error absoluto.
Hay que tener mucho cuidado con los comisarios políticos y con los armados en los que cada nombramiento se hace para equilibrar supuestamente a quien puede acumular, de acuerdo a cierta óptica, mucho poder. De nuevo es esperable que la fallida experiencia del INADI, el vodevil de cuarta que se desarrolló delante de nuestros ojos y para beneplácito de la derecha macrista, sirva como experiencia de lo que no se debe volver a hacer.
“Fuego amigo” que nos recuerda que haciendo la plancha no se llega a ningún lado y menos otorgándole a los medios hegemónicos carne podrida con la que seguir descargando su malicia. Que los meses que faltan para las elecciones de octubre serán complejos y cargados de fuego cruzado (y seguir beneficiando a los enemigos de siempre con el fuego amigo sería, a esta altura del partido, un absurdo impresentable).
Esperamos que de una vez por todas levante vuelo la campaña, hasta ahora muy apagada, del Frente para la Victoria porque es nuestra obligación impedir que el macrismo logre perpetuar su proyecto de avasallamiento de Buenos Aires; y para eso es fundamental enfocar correctamente dónde está el adversario y dónde los amigos.
El fuego amigo
Ala ofensiva previsible y machacante de la derecha mediática se le agregó, en estas últimas semanas, lo que algunos llaman “el fuego amigo”, esos disparos que vienen de las propias filas y que hacen, a veces, más daño que los que provienen del bando contrario.
El fuego amigo
Disparos que por inesperados dejan sin reacción a quienes son sus víctimas. Tal vez cierto espíritu triunfalista impidió ver lo amenazante que se ocultaba en algunos lugares poco visibles. Cuando se piensa que se gana con sólo hacer la plancha suele suceder lo contrario y las aguas, antes calmas, se vuelven turbulentas.
El kirchnerismo mostró su mejor forma cuando fue desafiado e, incluso, cuando recibió algunos golpes duros. Cuando, por el contrario, todo parece ir viento en popa y lo único que se aguarda es la oficialización de la candidatura de Cristina y se siente apenas curiosidad por quién la acompañará en la fórmula, es cuando comienzan los problemas.
Nada peor que el aburguesamiento para un proyecto que se quiere de transformación y que ha venido produciendo acontecimientos políticamente decisivos. Nada peor que la emergencia de disputas por el poder al interior de un espacio que se ha mostrado capacitado para sortear momentos muy difíciles.
De los errores, y ése ha sido un rasgo de estos años, el kirchnerismo ha aprendido. Esperemos que lo siga haciendo. Primero fue el caso de los hermanos Schoklender que tocó de lleno el corazón de la Asociación Madres de Plaza de Mayo abriendo el camino para que los buitres se lanzaran sobre el proyecto de Hebe de Bonafini.
Con una sincronía digna de mejor causa gran parte de los medios de comunicación dominantes y sus periodistas “independientes” se ocuparon profusamente de buscar las conexiones entre lo que constituye una estafa y una profunda traición de los hermanos Schoklender a quienes les transfirieron su amor y su confianza, y la política de derechos humanos del Gobierno nacional.
Intentaron, y lo seguirán haciendo, lastimar una de las acciones más importantes y decisivas de reconstrucción de la vida argentina que tuvo como punto de partida la derogación de las leyes de impunidad y los indultos. Su objetivo no es otro que el de regresar al escenario previo al del 25 de mayo de 2003, allí donde el espíritu de la “reconciliación” espuria y mentirosa dominó el discurso y la práctica del establishment económico, jurídico y político.
Han aprovechado el engaño y el abuso de poder de unos miserables para intentar manchar la historia virtuosa de las madres. Pero también es cierto que supieron aprovechar las debilidades de la propia Hebe y de quienes, alertados por algunas señales preocupantes que venían de lejos, no supieron o no pudieron intervenir a tiempo, antes de que males mayores se desencadenaran sobre una iniciativa que, lo reitero, es loable desde todos los puntos desde los que se la mire.
La defensa de Hebe, que sostengo contra viento y marea, no supone desconocer las equivocaciones y la discrecionalidad de algunas decisiones y de algunos manejos que encontraron, en el propio carácter de Hebe, su zona problemática allí donde siempre resultó difícil plantearle alguna crítica o señalarle algún problema como el que finalmente se desató en relación con los manejos oscuros y seguramente delictivos de los Schoklender.
Alguien debía haber hablado con Hebe, alertarla y aconsejarla aunque sólo se tuvieran sospechas no del todo fundadas. Mucho más dañino fue, finalmente, el estallido del escándalo. Tal vez, y ésta es otra posibilidad, Hebe tenía que atravesar su propia experiencia para poder ver lo que algunos le señalaban, pero que ella se negaba a ver.
La ceguera de quien ha transferido su amor suele ser absoluta. Se trata, ahora, de proteger la iniciativa de las madres, de cuidar a Hebe y de esclarecer el laberinto doloso por el que se internaron quienes buscaron enriquecerse engañando y estafando a la fundación y al Proyecto Sueños Compartidos. El Gobierno también aprenderá, seguramente, de esta dolorosa experiencia.
El segundo “fuego amigo”, aunque menor en sus connotaciones, provino de la pelea con ribetes de escándalo que tuvo como protagonistas estelares a Claudio Morgado y a María Rachid. Desde un comienzo, y eso se sabía entre quienes suelen escuchar las conversaciones de pasillo, que uno y otro no se llevaban muy bien y que la segunda venía a serrucharle el piso al primero.
Resulta insólito que en medio de una decisiva campaña por reconquistar la Ciudad de Buenos Aires, centro neurálgico de la Nación y, por eso mismo especialmente sensible ante ciertos conflictos, se desencadene el escándalo absurdo del INADI llevando la pelea entre Morgado y Rachid hasta los tribunales.
Ni siquiera el enemigo hubiera desplegado una estrategia mejor para horadar las posibilidades, ciertas, de ganarle a la derecha macrista. Más allá de quién de los dos sea el supuesto portador de la razón, el daño ya está hecho y, de nuevo, la prensa canalla sabrá sacarle el jugo a tanto desvarío.
Resulta inverosímil que se insista con introducir la lógica del caballo de Troya en el interior de los espacios gubernamentales con la salvedad, no menor, de que los introductores no provienen del campo adversario sino de las filas amigas. Haber nombrado a Rachid como segunda de Morgado, y eso más allá, insisto, de las cualidades de una y otro que prefiero no discutir acá, sabiendo que respondían a perspectivas diferentes, constituyó, para decirlo con suavidad, un error absoluto.
Hay que tener mucho cuidado con los comisarios políticos y con los armados en los que cada nombramiento se hace para equilibrar supuestamente a quien puede acumular, de acuerdo a cierta óptica, mucho poder. De nuevo es esperable que la fallida experiencia del INADI, el vodevil de cuarta que se desarrolló delante de nuestros ojos y para beneplácito de la derecha macrista, sirva como experiencia de lo que no se debe volver a hacer.
“Fuego amigo” que nos recuerda que haciendo la plancha no se llega a ningún lado y menos otorgándole a los medios hegemónicos carne podrida con la que seguir descargando su malicia. Que los meses que faltan para las elecciones de octubre serán complejos y cargados de fuego cruzado (y seguir beneficiando a los enemigos de siempre con el fuego amigo sería, a esta altura del partido, un absurdo impresentable).
Esperamos que de una vez por todas levante vuelo la campaña, hasta ahora muy apagada, del Frente para la Victoria porque es nuestra obligación impedir que el macrismo logre perpetuar su proyecto de avasallamiento de Buenos Aires; y para eso es fundamental enfocar correctamente dónde está el adversario y dónde los amigos.
«Alguien debía haber hablado con Hebe, alertarla y aconsejarla aunque sólo se tuvieran sospechas no del todo fundadas.»dice Forster, volviendo del bosque con su canastita llena de flores. A esta Caperucita de la politologia, que nos deja en claro que el es de los «buenos» contra la «malicia» de los otros, se ve que no le suena el apellido Zito Lema, conocido traidor para los recienllegados a la defensa de los derchos humanos.
«Fuego amigo» (que) «Ni siquiera el enemigo…»
Ricardo: ¿Por qué se insiste con ese lenguaje propio de la guerra y no de la política?
Daio: para colmo, y viniendo del barrilete cosmico de la politologia K, es una calificacion moral de los adversarios en «el Bien» y «el Mal», una cosmovision que no se veia desde Hijitus y el Profesor Neurus. Uno se lo imagina a Forster probandose la capa y el sombrerito frente al espejo en su casa antes de salir para el laburo.
Tal vez sea en respuesta a la adjetivación habitual de Carrió.
Puede ser. Según Forster la culpa de los affaire «Sueños Compartidos» e INADI, la tienen los periodistas y los opositores.-
Moraleja: chicos: la ropa sucia se lava en la fundación.-
Me parece que no entendió nada, Daio. En ningún momento forster dice tal cosa.
Lo leí de vuelta y tienes razón, Forster acusa realmente al gobierno como culpable de esos acontecimientos, simplemente se enoja porque oposición/prensa lo hayan difundido con inconfesables intenciones, y tiene sus razones, puesto que si no hubieres sido por la denuncia de las diputadas de la C.C. y las denuncias mediáticas, todo hubiera quedado en familia y doña Hebe hubiera podido estar presente en primera filas en los últimos actos presidenciales, especialmente el de ayer.
Está mejorando su comprensión de textos, Daio. Basicamente lo que Forster dice es que el gobierno debería tratar de no hacer macanas.
«Macanas», ojalá fueren sólo macanas.
Mi más sentido pésame a Daio, Quintín y demás integrantes del Club de Fans de la paciente psiquiátrica ambulatoria: No falló en sus (acertadísimas) predicciones: Fue vilmente engañada por la perfidia K.
Sigan los éxitos.
Realmente nos engaño a todos. Durante meses se la veía llorosa, derrumbada, llena de quejas y lamentos, diciendo que no se hicieren los rulos con la reelección, que estaba cansada, que ya había dado todo lo que podía, que no le iba a pasar lo que le ocurrió a Néstor, etc., etc., que uno realmente se asustó. Pero no, no había nada de ello, era pura actuación. Esperamos que cuando Florencia se reciba de directora de cine se acuerde que tiene una extraordinaria actriz dramática en su familia.-
asi que en realidad esto prueba no le dolio la muerte de su esposo, era una farsa, ok….segui embarrandote Daio
El tema no pasa por el dolor privado ante la muerte de un ser querido, pasa por utilizar ese dolor con fines de perpetuación en el poder, y vaya que le salió bien. (hasta ahora).
El derrape de Daio y de Carrió ya es espectacular.
Ahora la táctica de la sospecha (que va pareja con la de la profecía), utilizada para la ‘guerra psicológica’, se mete con los sentimientos íntimos de una persona.
No sé qué otra cosa que lo que hizo Cristina haría una persona que debe hacer un duelo y, mientras tanto (un detalle) seguir presidiendo la Nación.
Obviamente que se le van a mezclar las cosas, y eso va a ser evidente por su actuación pública.
Para Daio y Carrió debería haber renunciado en favor de (¿cómo se llamaba?) y hacerse monja de clausura.
Cosa que, por otra parte, deberían hacer todas las viudas del mundo.
Porque si no lo hacen ‘el duelo fue mentira’.
¿Y desde cuándo UNA reelección es ‘perpetuación’?
Mucho desgaste, Daio. ¡Vacaciones de invierno, ya! Para volver con alguna idea digna de escribirse y de leerse.
Vacaciones de invierno ya: ¿En Villa La Angostura, Bariloche? Linda forma de eliminar opositores. Gracias, pero paso.-
Esta respuesta, unida a la ecuación ‘reelección = perpetuación’ confirma la necesidad de desenchufarse por unas semanas.
¿O será que hasta las elecciones no hay vacaciones para nadie en la oficina, aunque se les esté quemando el cerebro? Eso no es derecho. Ni humano.
Ricardo F.en este caso subordina su rol de militante al de critico,cosa que no percibi en otras ocasiones ,y tengo que celebrar.Los errores del kirchnerismo-peronismo surgen tal vez de su complejidad y falta de cohesion ideologica derivada.En el fondo,sin embargo,es siempre la avidez o la codicia de un mundo monetizado lo que inspira a los aprovechados e indigna a los que miran.
Lean estos dos artículos del turco Alaniz, en el diario El Litoral de Santa Fe. Lo mejor y más valiente escrito por alguien que estuvo varios años en la cana de la dictadura.
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2011/06/11/opinion/OPIN-04.html
http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2011/06/18/opinion/OPIN-03.html
Buenas, como siempre las notas del vecino Alaniz, pero habría que completar la conocida frase de Lord (perdón Timerman) Acton: «El poder tiende a corromper y el poder absoluto corrompe absolutamente», que continúa, y viene al caso: «Los grandes hombres son casi siempre malos, aún cuando ejerzan influencia y no autoridad: todavía más cuando la autoridad se superpone cobre la tendencia o la certeza de la corrupción».
Agrego lo que dice Natalio R. Botana, de cuyo libro extraigo la cita: «Para el punto de vista que estamos analizando, también se corrompen los poderosos, los que infringen los límites constitucionales del gobierno, los que usufructúan los privilegios de una mala legislación y los que en ausencia de un efectivo control entre las diferentes agencias del gobierno, se escudan tras los aparatos policiales y burocráticos para lucrar, enriquecerse y llegado el caso, matar.» En: El siglo de la libertad y el miedo. Sudamericana. Bs. As. 1998. Pág. 89.-
Recuerdo a otras «víctimas de la dictadura»: M*n*m, Triacca, Rucucu, el Galimba, la Piba Luro Pueyredón, etc. Se puede agregar aquí al Pepe Mujica.
Como si haber sido víctima de la dictadura fuera sinónimo de coherencia ideológica. La única que puede exhibir esos títulos es Hebe, que dice lo que decía hace 35 años.
Recordé que estuvo en cana, no porque fuera un mérito, sino porque u´ltimamente hay muchos «policías» a los que no les interesan las ideas sino quien y desde dónde las expresa. Por otro lado, tampoco creo que la coherencia «per se» sea un mérito a destacar aunque sí, es cierto, esta señora ha sido muy coherente. Y así está.