Los avances en las negociaciones con los holdouts y la aceptación de la oferta por parte del fondo de Kenneth Dart y Montreax provocaron un ánimo exultante en el Gobierno: muchos funcionarios, sobre todo en el Palacio de Hacienda, ya hablan de un “veranito” a partir de mayo y se entusiasman con que la recuperación económica podría insinuarse incluso antes del segundo semestre. Estos pronósticos contrastan con los que la mayoría de los economistas, empresarios, el propio mercado financiero y hasta el Fondo Monetario barajaban hasta ahora, según los cuales incluso con un acuerdo con los fondos buitre y cerrado definitivamente el capítulo del default, el impacto sería insuficiente para remontar una caída de la actividad en torno al 1%. Pero a partir de los anuncios de ayer, en el Gobierno ahora alientan otras proyecciones. Se basan en una supuesta combinación del fin del “capítulo buitre” con las medidas que anunciará Macri en la apertura de la Asamblea Legislativa tendientes a mejorar el poder adquisitivo y también el humor social tras el tarifazo y el salto inflacionario por la devaluación.
Concretamente, el análisis es el siguiente:
◆ Se aspira a que el paquete de leyes económicas –reducción de Ganancias, rebaja del IVA a la canasta básica y también Ley Cerrojo, entre otras– tengan un tratamiento exprés en el Congreso. El impacto de estas medidas, particularmente Ganancias, difícilmente llegue en abril pero ya se sentiría en mayo, cuando empezarían a regir las modificaciones, que incluirían además el cobro retroactivo a enero.
◆ Esta mejora en el salario de bolsillo de una parte de los asalariados coincidiría con el cierre de las primeras negociaciones paritarias entre mayo y junio, lo cual aportaría algo de alivio al menos inicialmente también a aquellos que no están alcanzados por el impuesto. Ambas mejoras ocurrirían cuando el mayor impacto en los precios ya se habría producido, asumiendo que el primer trimestre es el que se considera será el de mayor inflación del año.
◆ En Economía aspiran a que este cuadro reconfigure las perspectivas respecto del nivel de consumo y, eventualmente, otorgue algo de impulso a la actividad.
◆ Para que este “veranito” sea sostenible, admiten, resulta imprescindible un acuerdo más temprano que tarde: ocurre que el segundo trimestre no suele implicar dificultades respecto del ingreso de dólares por la mayor liquidación de exportaciones, pero el efecto se acaba en junio. “Si para esa fecha no hubiera señales concretas de una solución cercana, volveríamos a pensar en una economía con escasez de dólares, como era hasta diciembre”, explica Luciano Cohan, director de la consultora Elypsis. “Hoy la sensación es que ese tema, la escasez de dólares y el bajo nivel de reservas, está resuelto. Pero lo cierto es que no es así y sin un acuerdo a la vista que despeje el camino para el acceso al financiamiento van a volver las dudas y las presiones cambiarias”, dice.
Los avances logrados ayer por el secretario de Finanzas, Luis Caputo, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, fueron previsiblemente bien recibidos entre los analistas del mercados, incluso entre aquellos que eran un poco escépticos. Es el caso de Mauro Roca, de Goldman Sachs: “Todavía hay que ver los términos y la respuesta de los otros holdouts que aún no aceptaron, pero parecería que la resolución podría alcanzarse antes de fin de año. De cualquier forma, es claramente el principio del fin de este conflicto”, dijo anoche a PERFIL desde la helada Nueva York.
Si bien todos los analistas coinciden en que un acuerdo con los holdouts allana el camino para el financiamiento externo y las inversiones, única vía que podría alentar una recuperación económica, los efectos recién serían notorios el próximo año, pero sin embargo esa perspectiva explica la celeridad que desde la Casa Rosada se imprimió a las tratativas, al punto que hasta hubo un llamado de Mauricio Macri, que se juega todo a un acuerdo rápido.
Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.
Concretamente, el análisis es el siguiente:
◆ Se aspira a que el paquete de leyes económicas –reducción de Ganancias, rebaja del IVA a la canasta básica y también Ley Cerrojo, entre otras– tengan un tratamiento exprés en el Congreso. El impacto de estas medidas, particularmente Ganancias, difícilmente llegue en abril pero ya se sentiría en mayo, cuando empezarían a regir las modificaciones, que incluirían además el cobro retroactivo a enero.
◆ Esta mejora en el salario de bolsillo de una parte de los asalariados coincidiría con el cierre de las primeras negociaciones paritarias entre mayo y junio, lo cual aportaría algo de alivio al menos inicialmente también a aquellos que no están alcanzados por el impuesto. Ambas mejoras ocurrirían cuando el mayor impacto en los precios ya se habría producido, asumiendo que el primer trimestre es el que se considera será el de mayor inflación del año.
◆ En Economía aspiran a que este cuadro reconfigure las perspectivas respecto del nivel de consumo y, eventualmente, otorgue algo de impulso a la actividad.
◆ Para que este “veranito” sea sostenible, admiten, resulta imprescindible un acuerdo más temprano que tarde: ocurre que el segundo trimestre no suele implicar dificultades respecto del ingreso de dólares por la mayor liquidación de exportaciones, pero el efecto se acaba en junio. “Si para esa fecha no hubiera señales concretas de una solución cercana, volveríamos a pensar en una economía con escasez de dólares, como era hasta diciembre”, explica Luciano Cohan, director de la consultora Elypsis. “Hoy la sensación es que ese tema, la escasez de dólares y el bajo nivel de reservas, está resuelto. Pero lo cierto es que no es así y sin un acuerdo a la vista que despeje el camino para el acceso al financiamiento van a volver las dudas y las presiones cambiarias”, dice.
Los avances logrados ayer por el secretario de Finanzas, Luis Caputo, y el vicejefe de Gabinete, Mario Quintana, fueron previsiblemente bien recibidos entre los analistas del mercados, incluso entre aquellos que eran un poco escépticos. Es el caso de Mauro Roca, de Goldman Sachs: “Todavía hay que ver los términos y la respuesta de los otros holdouts que aún no aceptaron, pero parecería que la resolución podría alcanzarse antes de fin de año. De cualquier forma, es claramente el principio del fin de este conflicto”, dijo anoche a PERFIL desde la helada Nueva York.
Si bien todos los analistas coinciden en que un acuerdo con los holdouts allana el camino para el financiamiento externo y las inversiones, única vía que podría alentar una recuperación económica, los efectos recién serían notorios el próximo año, pero sin embargo esa perspectiva explica la celeridad que desde la Casa Rosada se imprimió a las tratativas, al punto que hasta hubo un llamado de Mauricio Macri, que se juega todo a un acuerdo rápido.
Nota publicada en la edición impresa del Diario PERFIL.