Por Alejandro Bercovich
El gobierno de Barack Obama expresó en privado su apoyo a la nueva oferta argentina al Club de París, que en Washington consideran un nuevo paso hacia el regreso del Gobierno a los mercados voluntarios de deuda. Tal como informó en exclusiva el viernes BAE Negocios, la propuesta que giró semanas atrás el Ministerio de Economía fue bien recibida por el club de naciones ricas acreedoras, que reclaman unos 9.000 millones de dólares en deudas impagas desde el default de 2001. El apoyo de Washington resultó clave para superar las resistencias de países como Francia y Alemania, que se mantienen más duros respecto de la administración Kirchner.
La oferta argentina que sedujo a los estados acreedores (Alemania, Japón, España, Italia, Francia, Holanda y Estados Unidos, entre otros) es una vuelta de tuerca de la anterior, que habían considerado inaceptable. Al igual que aquella, según un non-paper diplomático al que accedió este diario, condiciona los pagos de la deuda a los socios del Club de París a que las compañías con casa matriz en esos países traigan dólares para invertir en Argentina.
Sin embargo, a diferencia de lo que se ofreció en 2010 y se discutió hasta mediados de este año, esta vez el Gobierno propuso constituir un fideicomiso en el Reino Unido con todas las divisas que giren esas empresas y empezar a pagar gradualmente con esos fondos las acreencias reclamadas por el Club, en la proporción que corresponda al monto que exige cada país acreedor. Esto último evitaría la condición que había impuesto tres años atrás Amado Boudou: que por cada dólar que se pague, llegue otro en inversiones de empresas con sede en cada país que cobre.
¿Por qué les resultó atractivo? Según el cable diplomático, porque “no incluye como condición que las agencias de crédito para exportaciones (ECAs) se comprometan a flujos de inversión directa proporcionales a la deuda con cada país”. En ese convencimiento general, según el mismo texto reservado, influyó que los representantes del Tesoro nortamericano llamaran a debatir más en profundidad la propuesta y no rechazarla de plano como en anteriores ocasiones.
El viraje de los funcionarios que reportan a Washington también se notó en los encuentros diplomáticos de fin de año. Los hombres del Departamento de Estado, según las fuentes consultadas en diversas embajadas, “se muestran mucho más amigables con el gobierno argentino desde el recambio en Economía y la Jefatura de Gabinete”. Su percepción es que la Casa Rosada se encamina a una nueva salida a los mercados voluntarios de deuda durante 2014 y a que en ese camino se inscriben los recientes acuerdos con empresas que habían iniciado juicios en el CIADI y con la mismísima Repsol, que reclamaba en tribunales internacionales una indemnización por la expropiación de la mayoría accionaria de YPF.
El gobierno de Barack Obama expresó en privado su apoyo a la nueva oferta argentina al Club de París, que en Washington consideran un nuevo paso hacia el regreso del Gobierno a los mercados voluntarios de deuda. Tal como informó en exclusiva el viernes BAE Negocios, la propuesta que giró semanas atrás el Ministerio de Economía fue bien recibida por el club de naciones ricas acreedoras, que reclaman unos 9.000 millones de dólares en deudas impagas desde el default de 2001. El apoyo de Washington resultó clave para superar las resistencias de países como Francia y Alemania, que se mantienen más duros respecto de la administración Kirchner.
La oferta argentina que sedujo a los estados acreedores (Alemania, Japón, España, Italia, Francia, Holanda y Estados Unidos, entre otros) es una vuelta de tuerca de la anterior, que habían considerado inaceptable. Al igual que aquella, según un non-paper diplomático al que accedió este diario, condiciona los pagos de la deuda a los socios del Club de París a que las compañías con casa matriz en esos países traigan dólares para invertir en Argentina.
Sin embargo, a diferencia de lo que se ofreció en 2010 y se discutió hasta mediados de este año, esta vez el Gobierno propuso constituir un fideicomiso en el Reino Unido con todas las divisas que giren esas empresas y empezar a pagar gradualmente con esos fondos las acreencias reclamadas por el Club, en la proporción que corresponda al monto que exige cada país acreedor. Esto último evitaría la condición que había impuesto tres años atrás Amado Boudou: que por cada dólar que se pague, llegue otro en inversiones de empresas con sede en cada país que cobre.
¿Por qué les resultó atractivo? Según el cable diplomático, porque “no incluye como condición que las agencias de crédito para exportaciones (ECAs) se comprometan a flujos de inversión directa proporcionales a la deuda con cada país”. En ese convencimiento general, según el mismo texto reservado, influyó que los representantes del Tesoro nortamericano llamaran a debatir más en profundidad la propuesta y no rechazarla de plano como en anteriores ocasiones.
El viraje de los funcionarios que reportan a Washington también se notó en los encuentros diplomáticos de fin de año. Los hombres del Departamento de Estado, según las fuentes consultadas en diversas embajadas, “se muestran mucho más amigables con el gobierno argentino desde el recambio en Economía y la Jefatura de Gabinete”. Su percepción es que la Casa Rosada se encamina a una nueva salida a los mercados voluntarios de deuda durante 2014 y a que en ese camino se inscriben los recientes acuerdos con empresas que habían iniciado juicios en el CIADI y con la mismísima Repsol, que reclamaba en tribunales internacionales una indemnización por la expropiación de la mayoría accionaria de YPF.
window.location = «http://essay-writ.org»;