Ante la reacción de las industrias, economías regionales y mandatarios de las provincias afectadas por los cambios en la aplicación de los impuestos internos al consumo que implementará la reforma tributaria, en Hacienda indicaron que en el neto, las empresas gozarán de rebajas de costos e incluso que las habilitaría a una baja en los precios. En tanto, las promueve a exportar.
Según indicaron fuentes de la cartera, al considerar la reducción de las contribuciones patronales; del impuesto a las ganancias reinvertidas; la devolución de los saldos técnicos de IVA; del impuesto al cheque, y la futura rebaja de Ingresos Brutos para la industria, el agro y el transporte, las empresas compensarán la suba de los impuestos internos o la menor protección impositiva.
«Sumando y restando, la reforma es buena para el país», indicaron. «Estamos para maximizar el bienestar de la sociedad, no para responder a intereses sectoriales», agregaron.
En tanto, el fisco obtendrá 0,12% del PBI en cinco años por elevar impuestos internos; en cambio, le costará 0,25% del PBI por año rebajar las cargas patronales.
En 2018 la reforma costará 0,23% del PBI si se empieza a aplicar en enero del año que viene. Y ascenderá a 1,5% del PBI al cabo de cinco años (que se compensará con un crecimiento de 1,2% del PBI).
Respecto de las preocupaciones de las economías regionales, en Hacienda consideran que responde a una «mirada parcial de la reforma».
En el caso de la producción de vino y gaseosas, entienden que si el 70% del costo es laboral y se recorta un 17%, implica una baja del costo general de más del 10%.
¿Si un montón de costos bajan, por qué se va a afectar el precio de mercado?», indicaron, sino que explicaron que la inflación es «un fenómeno monetario» y que no se prevé un cambio significativo en los precios relativos porque la reforma afecte cuatro bienes.
Por el contrario, consideraron que la baja de costos permitirá a las empresas vender sus productos más barato. «Si no baja el precio significa que la industria es más rentable, y que habrá más competencia», explicaron.
En el caso de los autos y motos de gama media, prevén una baja de los precios porque ya no se cobrará el impuesto interno, al igual que sucedió con las computadoras cuando se redujeron los aranceles.
Para el sector del tabaco, que paga siete impuestos diferentes y se migró parcialmente a un impuesto fijo en vez de ad valorem, indicaron que la carga tributaria se mantiene igual.
Respecto del régimen de Tierra del Fuego, donde residen los productores de electrónicos que dejarán de tributar impuestos internos, Hacienda estuvo trabajando con Producción «para desandar protección excesiva del sector que distorsiona al resto de la economía». El gobierno entiende que la «política tributaria no puede, por beneficiar a un sector, afectar la competitividad de toda la economía», prefiere «favorecer vía el gasto y no vía los impuestos».
La reforma, que llegará al Congreso en dos semanas, aún tiene que ser aprobada por el Legislativo -anteayer en la reunión de Hacienda con los líderes de los bloques legislativos las preguntas fueron técnicas, más que conceptuales sobre el proyecto-, pero la negociación con los diferentes sectores afectados y los mandatarios provinciales estará a cargo de funcionarios de Hacienda, Producción e Interior.
La reforma tributaria apunta a mejorar la competitividad, la productividad y el empleo (con las rebajas en Ganancias, IVA, contribuciones patronales e Ingresos Brutos); que el sistema impositivo sea más equitativo (al gravar la renta financiera y las ganancias por venta de inmuebles), y modificar impuestos internos.
«¿Por qué impuestos internos si paga IVA?», porque un bien es considerado de lujo, porque la aplicación del gravamen estaba desorganizado (los celulares pagaban más que las aeronaves o el agua pagaba y el vino no) y sobre los bienes que generan externalidades negativas en temas de salud. Y recordaron que los impuestos internos se aplican sólo para los consumos en Argentina: «No va a exportación».
Según indicaron fuentes de la cartera, al considerar la reducción de las contribuciones patronales; del impuesto a las ganancias reinvertidas; la devolución de los saldos técnicos de IVA; del impuesto al cheque, y la futura rebaja de Ingresos Brutos para la industria, el agro y el transporte, las empresas compensarán la suba de los impuestos internos o la menor protección impositiva.
«Sumando y restando, la reforma es buena para el país», indicaron. «Estamos para maximizar el bienestar de la sociedad, no para responder a intereses sectoriales», agregaron.
En tanto, el fisco obtendrá 0,12% del PBI en cinco años por elevar impuestos internos; en cambio, le costará 0,25% del PBI por año rebajar las cargas patronales.
En 2018 la reforma costará 0,23% del PBI si se empieza a aplicar en enero del año que viene. Y ascenderá a 1,5% del PBI al cabo de cinco años (que se compensará con un crecimiento de 1,2% del PBI).
Respecto de las preocupaciones de las economías regionales, en Hacienda consideran que responde a una «mirada parcial de la reforma».
En el caso de la producción de vino y gaseosas, entienden que si el 70% del costo es laboral y se recorta un 17%, implica una baja del costo general de más del 10%.
¿Si un montón de costos bajan, por qué se va a afectar el precio de mercado?», indicaron, sino que explicaron que la inflación es «un fenómeno monetario» y que no se prevé un cambio significativo en los precios relativos porque la reforma afecte cuatro bienes.
Por el contrario, consideraron que la baja de costos permitirá a las empresas vender sus productos más barato. «Si no baja el precio significa que la industria es más rentable, y que habrá más competencia», explicaron.
En el caso de los autos y motos de gama media, prevén una baja de los precios porque ya no se cobrará el impuesto interno, al igual que sucedió con las computadoras cuando se redujeron los aranceles.
Para el sector del tabaco, que paga siete impuestos diferentes y se migró parcialmente a un impuesto fijo en vez de ad valorem, indicaron que la carga tributaria se mantiene igual.
Respecto del régimen de Tierra del Fuego, donde residen los productores de electrónicos que dejarán de tributar impuestos internos, Hacienda estuvo trabajando con Producción «para desandar protección excesiva del sector que distorsiona al resto de la economía». El gobierno entiende que la «política tributaria no puede, por beneficiar a un sector, afectar la competitividad de toda la economía», prefiere «favorecer vía el gasto y no vía los impuestos».
La reforma, que llegará al Congreso en dos semanas, aún tiene que ser aprobada por el Legislativo -anteayer en la reunión de Hacienda con los líderes de los bloques legislativos las preguntas fueron técnicas, más que conceptuales sobre el proyecto-, pero la negociación con los diferentes sectores afectados y los mandatarios provinciales estará a cargo de funcionarios de Hacienda, Producción e Interior.
La reforma tributaria apunta a mejorar la competitividad, la productividad y el empleo (con las rebajas en Ganancias, IVA, contribuciones patronales e Ingresos Brutos); que el sistema impositivo sea más equitativo (al gravar la renta financiera y las ganancias por venta de inmuebles), y modificar impuestos internos.
«¿Por qué impuestos internos si paga IVA?», porque un bien es considerado de lujo, porque la aplicación del gravamen estaba desorganizado (los celulares pagaban más que las aeronaves o el agua pagaba y el vino no) y sobre los bienes que generan externalidades negativas en temas de salud. Y recordaron que los impuestos internos se aplican sólo para los consumos en Argentina: «No va a exportación».