Por Alejandro Bercovich
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Apremiado por la corrida cambiaria en el mercado paralelo y por vencimientos para el año próximo que equivalen a la mitad de las reservas del Banco Central, el Gobierno volvió a estudiar en los últimos días la alternativa de refinanciar parte de esos vencimientos con una nueva emisión de deuda. Pese a la cesación de pagos parcial forzada por el fallo del juez Thomas Griesa, el Ministerio de Economía recibió ofertas de bancos europeos y fondos de inversión para hacerlo, confirmaron fuentes oficiales a BAE Negocios. Aunque lo seguirá evaluando por algunas semanas más, la idea de Economía es “mostrar acceso al mercado” y despejar las dudas respecto de su solvencia en el último tramo del mandato de Cristina Kirchner.
Según las fuentes, los bancos y fondos que se ofrecieron para colaborar en un rollover de los vencimientos en dólares de 2015 quieren que la emisión se concrete en Londres, la segunda plaza financiera mundial después de Wall Street. Los prestamistas no sólo buscan esquivar posibles embargos o bloqueos de Griesa a pedido de los fondos buitre, sino también -en especial los europeos- mostrar que la City londinense está a salvo de decisiones imprevisibles como las del juez neoyorquino.
“El mercado no está cerrado. Si vienen a ofrecernos tan insistentemente en privado la solución al problema, el problema no debe ser tan grave como ellos mismos lo quieren pintar en público”, dijo a este diario uno de los funcionarios que escuchó los ofrecimientos de la banca. En las últimas semanas, descartado un entendimiento con los buitres a través del mediador Dan Pollack, el secretario de Finanzas, Pablo López, retomó los contactos habituales que mantiene su equipo con los grandes players del rubro.
En 2015, entre capital e intereses, el Gobierno enfrenta vencimientos de deuda por u$s 13.200 millones a los que deben agregarse los primeros pagos comprometidos al Club de París, a las empresas que litigaron ante el CIADI y a Repsol por la expropiación de YPF. En total, las necesidades de financiamiento rondarían los u$s 14.500 millones. Ayer, las reservas del Central cerraron en u$s 28.213 millones, 55 millones menos que el viernes.
Tras seis años de autoimpuesto ostracismo del mundo de las emisiones primarias de deuda (su última salida internacional fue en 2008, cuando colocó bonos a Venezuela a cambio de una tasa del 14,9% anual), el gran interrogante es la tasa de interés que pagaría el Gobierno. De la cotización actual de los Bonar 24 se desprende una tasa implícita cercana al 12%, más del doble de la que paga Brasil pero también más barata que la que le pedía el mercado en los últimos años, sin “griefault” de por medio. Si se tratara de un rollover corto, a un año, la tasa podría acercarse a un dígito, especularon anoche fuentes de la City.
Economía también estudia otras alternativas, como la colocación de un bono en pesos dollar linked al estilo de las provinciales de los últimos meses. Pero en el equipo de Axel Kicillof aún no está saldado el debate sobre si eso se leería como una señal de que el Gobierno no volverá a tolerar una devaluación brusca en el mercado oficial o si, por el contrario, se interpretaría como una concesión sin la cual los financistas no aceptarían prestarle.
Aunque las fuentes oficiales no revelaron qué entidades acercaron las ofertas, dos operadores de la City comentaron a este diario que “para la banca con intereses más fuertes en Estados Unidos, la cuestión legal sigue siendo un obstáculo”. Bancos como el francés Lazard Frères, en cambio, sí tienen incentivos para tentar a Cristina con salir a captar fondos en Londres. Esa entidad no sólo participó en los dos canjes de deuda sino que posee un 4% de las acciones de YPF. El Deutsche, el HSBC o el Santander, todos con base en Europa, están más expuestos a eventuales represalias de Griesa por hacer negocios con Argentina ignorando sus órdenes de embargo.