En medio de una pulseada por establecer un piso mínimo de competitividad para la cotización del dólar, el Gobierno apeló a empresarios para reforzar la demanda
El Gobierno pide a empresarios que adelanten giros de dividendos afuera
Mientras todas las expectativas están puestas en el próximo blanqueo de capitales, muy lejos parecen haber quedado los u$s 13.000 millones virtualmente congelados que las empresas no podían girar al extranjero en concepto de utilidades hasta fines de 2015 por falta de divisas. En la Argentina del revés, el dato de las últimas horas es el llamado telefónico de algunos funcionarios del Banco Central que empujan a las empresas a aprovechar las compras de dólares en la plaza cambiaria para capitalizar la cotización de la divisa estadounidense en niveles mínimos. En rigor fue noticia esta misma semana que la cotización del dólar vulneró la barrera de los $ 14 para rebotar horas después en forma marginal y quedar muy cerca de esa marca. El pedido del Palacio de Hacienda es para que, si está previsto, las empresas adelanten las compras de dólares para girar sus utilidades al exterior o, en todo caso, se pongan al día.
De fondo, al Gobierno lo corre el momentum del mercado cambiario. El fuerte ingreso de dólares de la cosecha -que se había demorado fruto de un rezago en las operaciones comerciales por las inundaciones y las dificultades para llegar al puerto- y la entrada de inversiones que buscan lo elevado de las tasas de interés autóctonas, parecen haber generado una situación impar pero previsible, con mayor oferta.
Por otro lado, en la City señalan que la demanda de divisas permanece muy acotada y no se muestra como una alternativa útil para equilibrar la ecuación cambiaria. A la vez comentan que la cotización del dólar ha retrocedido en los últimos días y se acomodó en un rango muy similar al de enero de este año. Sostienen que, si se lo piensa, luce cada vez más lejano de los máximos alcanzados en febrero pasado cuando acariciaron el nivel de los $ 16.
Un sector que parece haber sido permeable al mensaje del Gobierno es el de los productores metalíferos. Si bien podían enviar hasta u$s 2 millones por día fuera del país, en lo que va del año ese límite pareció ampliarse.
«La libre disponibilidad de ganancias es uno de los grandes requerimientos del capital privado para recuperar su confianza en la Argentina», señala un banquero de la City.
Hay que recordar que durante la segunda quincena de diciembre, apenas unos días después del cambio de gobierno, el Ministerio de Hacienda y Finanzas encaró un relevamiento entre las empresas mineras para calcular a cuánto ascendía el total de utilidades congeladas en pesos que los privados querían remesar a sus casas matrices.
Algunos brokers de la City recuerdan que fueron llamados telefónicos informales de la cartera que lidera Alfonso Prat Gay y que, un mes más tarde, con la salida del cepo cambiario, se materializaron en una acción concreta de gobierno para que estas compañías comenzaran a girar sus dividendos.
Empresas como Barrick, que explota la mina de oro Veladero; Glencore, que es accionista mayoritario de Bajo La Alumbrera; Yamana Gold (Gualcamayo); y Goldcorp (Cerro Negro), entre otros, han acelerado sus giros al exterior.
Pero también hay otros sectores que han recibido señales para que aceleren sus procesos de envío de divisas. Para las entidades financieras, el dato es que deben esperar sus asambleas con el fin de determinar cuál será la distribución de los dividendos y qué porcentaje deberá girarse. En los últimos años, el cepo hizo que muchos de los bancos se decidieran a invertir en el mercado inmobiliario con la construcción de edificios de oficinas.
Con todo, dos son los datos emergentes que parecen ocupar el centro de la escena. Por un lado, el virtual atraso cambiario que comienza a registrarse, fruto del ingreso de dólares. Por otro, lo alto de la tasa de interés que le quita atractivo al billete.
En la consultora Ecolatina sostienen que «volvemos a entrar en un ciclo de atraso cambiario, con el inconveniente que si bien el BCRA presenta un esquema de flotación de no intervenir en el mercado de cambios y de aumentar el flujo de divisas, la reducción del tipo de cambio real tendería a deteriorarse aún más». Desde Econviews, el economista Miguel Kiguel sostuvo que «si lo dejaran flotar libremente, el dólar caería todavía más».
Según datos del Banco Central (BCRA), con el dólar cotizando en la zona de los $14, el tipo de cambio real volvió a niveles de fines de 2014, un escenario donde la inflación había licuado la competitividad ganada por la devaluación impulsada por Axel Kicillof. Analistas coinciden en que pese a la foto es la misma, el panorama actual en materia de tipo de cambio y competitividad es distinto que en aquel entonces. La mejora competitiva obtenida en diciembre, del 38%, ya se redujo a la mitad. Por otro lado, la reciente baja de la tasa de interés de referencia también abre interrogantes sobre el futuro, ya que la entidad que conduce Federico Sturzenegger parece privilegiar el hecho de un retroceso en mayo de la inflación núcleo, que es la que no está alcanzada por el aumento de tarifas.
El Gobierno pide a empresarios que adelanten giros de dividendos afuera
Mientras todas las expectativas están puestas en el próximo blanqueo de capitales, muy lejos parecen haber quedado los u$s 13.000 millones virtualmente congelados que las empresas no podían girar al extranjero en concepto de utilidades hasta fines de 2015 por falta de divisas. En la Argentina del revés, el dato de las últimas horas es el llamado telefónico de algunos funcionarios del Banco Central que empujan a las empresas a aprovechar las compras de dólares en la plaza cambiaria para capitalizar la cotización de la divisa estadounidense en niveles mínimos. En rigor fue noticia esta misma semana que la cotización del dólar vulneró la barrera de los $ 14 para rebotar horas después en forma marginal y quedar muy cerca de esa marca. El pedido del Palacio de Hacienda es para que, si está previsto, las empresas adelanten las compras de dólares para girar sus utilidades al exterior o, en todo caso, se pongan al día.
De fondo, al Gobierno lo corre el momentum del mercado cambiario. El fuerte ingreso de dólares de la cosecha -que se había demorado fruto de un rezago en las operaciones comerciales por las inundaciones y las dificultades para llegar al puerto- y la entrada de inversiones que buscan lo elevado de las tasas de interés autóctonas, parecen haber generado una situación impar pero previsible, con mayor oferta.
Por otro lado, en la City señalan que la demanda de divisas permanece muy acotada y no se muestra como una alternativa útil para equilibrar la ecuación cambiaria. A la vez comentan que la cotización del dólar ha retrocedido en los últimos días y se acomodó en un rango muy similar al de enero de este año. Sostienen que, si se lo piensa, luce cada vez más lejano de los máximos alcanzados en febrero pasado cuando acariciaron el nivel de los $ 16.
Un sector que parece haber sido permeable al mensaje del Gobierno es el de los productores metalíferos. Si bien podían enviar hasta u$s 2 millones por día fuera del país, en lo que va del año ese límite pareció ampliarse.
«La libre disponibilidad de ganancias es uno de los grandes requerimientos del capital privado para recuperar su confianza en la Argentina», señala un banquero de la City.
Hay que recordar que durante la segunda quincena de diciembre, apenas unos días después del cambio de gobierno, el Ministerio de Hacienda y Finanzas encaró un relevamiento entre las empresas mineras para calcular a cuánto ascendía el total de utilidades congeladas en pesos que los privados querían remesar a sus casas matrices.
Algunos brokers de la City recuerdan que fueron llamados telefónicos informales de la cartera que lidera Alfonso Prat Gay y que, un mes más tarde, con la salida del cepo cambiario, se materializaron en una acción concreta de gobierno para que estas compañías comenzaran a girar sus dividendos.
Empresas como Barrick, que explota la mina de oro Veladero; Glencore, que es accionista mayoritario de Bajo La Alumbrera; Yamana Gold (Gualcamayo); y Goldcorp (Cerro Negro), entre otros, han acelerado sus giros al exterior.
Pero también hay otros sectores que han recibido señales para que aceleren sus procesos de envío de divisas. Para las entidades financieras, el dato es que deben esperar sus asambleas con el fin de determinar cuál será la distribución de los dividendos y qué porcentaje deberá girarse. En los últimos años, el cepo hizo que muchos de los bancos se decidieran a invertir en el mercado inmobiliario con la construcción de edificios de oficinas.
Con todo, dos son los datos emergentes que parecen ocupar el centro de la escena. Por un lado, el virtual atraso cambiario que comienza a registrarse, fruto del ingreso de dólares. Por otro, lo alto de la tasa de interés que le quita atractivo al billete.
En la consultora Ecolatina sostienen que «volvemos a entrar en un ciclo de atraso cambiario, con el inconveniente que si bien el BCRA presenta un esquema de flotación de no intervenir en el mercado de cambios y de aumentar el flujo de divisas, la reducción del tipo de cambio real tendería a deteriorarse aún más». Desde Econviews, el economista Miguel Kiguel sostuvo que «si lo dejaran flotar libremente, el dólar caería todavía más».
Según datos del Banco Central (BCRA), con el dólar cotizando en la zona de los $14, el tipo de cambio real volvió a niveles de fines de 2014, un escenario donde la inflación había licuado la competitividad ganada por la devaluación impulsada por Axel Kicillof. Analistas coinciden en que pese a la foto es la misma, el panorama actual en materia de tipo de cambio y competitividad es distinto que en aquel entonces. La mejora competitiva obtenida en diciembre, del 38%, ya se redujo a la mitad. Por otro lado, la reciente baja de la tasa de interés de referencia también abre interrogantes sobre el futuro, ya que la entidad que conduce Federico Sturzenegger parece privilegiar el hecho de un retroceso en mayo de la inflación núcleo, que es la que no está alcanzada por el aumento de tarifas.