jueves 03 de octubre de 2013
El control del mensaje es vital para la campaña de la candidata de la Nueva Mayoría. Se apega estrictamente a un libreto diseñado para minimizar errores. Restricción a la prensa, retrasar el programa de gobierno y manejar las expectativas, éstas son las claves de la estrategia de la ex presidenta.
• UNA CAMPAÑA «FOME»
La candidata está afónica. El sábado, tras una gira por la Región de Los Lagos, Michelle Bachelet amaneció resfriada y se mantuvo así toda la semana. Pero a sólo un mes y medio de las elecciones presidenciales, la decisión del comando fue no suspender la apretada agenda de trabajo y se mantuvo con varias actividades diarias. “Perdónenme la voz, pero para mí la parte más importante de la campaña es estar con ustedes”, dijo ronca y con un hilo de voz al iniciar sus discursos en Macul, La Reina, La Florida, Osorno y otras localidades que visitó estos días y donde repitió de memoria sus tres ejes programáticos: gratuidad en educación, reforma tributaria y nueva constitución. Un libreto del que no se sale.
“Nuestra máxima es hacer una campaña fome. Es decir, sin polémicas, sin dimes y diretes, sin conflictos ni divisiones. Por ello todo es muy plano y controlado”, confiesa un alto miembro del comando. Para esto se restringe al máximo la exposición de la candidata evitando algún error de última hora en una carrera que estiman ganada. La estrategia del equipo bacheletista es reducir el contacto con la prensa, retrasar la presentación del programa presidencial y privilegiar las visitas a regiones y las reuniones con organizaciones que efectivamente puedan movilizar votantes el 17 de noviembre. Así se desechó la participación de la candidata en el debate presidencial del 9 de octubre organizado por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP). Se calculó que el costo de recibir críticas por su ausencia era menor que el riesgo de exponerse a ser enfrentada por los otros ocho candidatos en un formato que le acomodaba menos que el pactado con Anatel para el 29 y 30 de octubre al que sí irá.
Detrás del diseño y control comunicacional de la campaña de Bachelet se encuentra el cientista político, Robinson Pérez. Con 66 años, es la persona de mayor edad en el comando, y coincidió con Bachelet en Alemania Oriental a fines de los 70. Tras ser expulsado del PS en 1984 debido a sus posturas radicales, en los 90 se reencontró con la ex mandataria, siendo uno de los colaboradores de su gobierno e integrando su círculo de confianza. Aunque su rostro es desconocido, él es el jefe directo de los voceros Álvaro Elizalde y Javiera Blanco, supervisa las informaciones que salen del comando y mantiene vínculo con los dirigentes políticos.
• PROGRAMA POR GOTEO
“Hemos decidido más que lanzar un mamotreto, un ladrillo, como programa de gobierno, que nadie se lo lee finalmente, ir lanzando propuestas en cada área”. Así explicó el lunes Bachelet la decisión de su comando de retrasar al máximo la entrega de un programa oficial de gobierno. En cambio durante estos días se dan a conocer propuestas sectoriales emanadas de las comisiones que trabajaron en el comando. La semana anterior se informó sobre los proyectos en materia de salud y seguridad ciudadana y en ésta los lineamientos en ciudad y territorio y cultura. Esto en contraste con el comando de Evelyn Matthei, que lanzó el martes su programa consolidado en un acto formal. Un importante asesor de Bachelet sostiene que en política existe un teorema muy conocido y que se repite en todas las campañas del mundo, y es que el candidato que va ganando hace menos propuestas que el que va perdiendo. “Nosotros ya estamos trabajando como si fuéramos gobierno, por lo que cada cosa que prometa Bachelet, tiene que ser posible de ser cumplida”, señala. Según agrega el miembro del comando -que pide expresamente hablar en off the record- en los temas complejos como la economía, el jefe programático Alberto Arenas ya ganó la partida e impuso sus términos en temas controvertidos como la eliminación del FUT, no así en reformas políticas donde existen discrepancias en la Nueva Mayoría. “Otra máxima aquí es no dividir”, señala. Por ello en los temas donde no hay acuerdo se ordenó postergarlos incluso para después de las elecciones y que los informes programáticos de las comisiones contengan distintas alternativas aunque estas sean contradictorias entre sí.
A través de la prensa escrita se han filtrado ideas en estas materias como los proyectos de reforma constitucional y temas energéticos. Esto le ha permitido al comando testear el impacto de las medidas en la opinión pública. Las filtraciones son un tema que se investiga al interior del equipo bacheletista. Tras el escándalo de la minuta que se repartió a los parlamentarios para obstaculizar la agenda legislativa del gobierno, el comando inició una investigación interna para saber de dónde salió la información, llegando a un asesor del Congreso. Destacados miembros de las comisiones han recibido advertencias por hablar con la prensa e incluso los presidentes de las comisiones tienen prohibición de hacerlo.
• «ESTUDIAR Y EVALUAR»
“Apenas lleguemos al gobierno voy a iniciar los estudios de factibilidad para que el Metro pueda llegar a Quilicura”, anunció el 2 de septiembre Bachelet, siendo ovacionada por los habitantes de la comuna. Al día siguiente, en el extremo opuesto de Santiago, en San Bernardo, hizo un compromiso similar: “haremos todos los estudios para que el Metro pueda llegar hasta acá, al Hospital El Pino, en San Bernardo”, indicó. Lo mismo hizo para la comuna de El Bosque. Y aunque la candidata sólo se refirió al inicio de estudios técnicos, sus palabras fueron celebradas por los vecinos y los alcaldes como una promesa concreta y así lo entendieron varios medios de comunicación que titularon erróneamente: “Bachelet anuncia que extenderá línea 3 del Metro”, “Bachelet prometió Metro a San Bernardo” o “Bachelet compromete extensión de línea 3”.
Una cuestión de lenguaje. “Estudiaremos”, “evaluaremos” y “revisaremos” son palabras comunes en los discursos de la ex mandataria. Así sale al paso en los temas donde no tiene una postura definida o generan divisiones en la Nueva Mayoría. El lunes pasado durante una intervención en el Círculo Español indicó que “vamos a estudiar un sistema que sea mejor que las AFP”, pese a que esa es una materia que no tiene resuelta y que le ha generado diferencias con la CUT, así como ocurre con la reforma laboral. Ejemplos sobran, sobre todo ante las demandas puntuales que recibe en sus visitas a provincia: “Haremos todos los estudios para determinar si Aconcagua puede ser región”, dijo en Los Andes; “entiendo la necesidad y me comprometo a estudiar el proyecto con cariño”, dijo sobre la viabilidad de un tren a Quillota; en Aysén señaló que “me han entregado un baúl de propuestas que estudiaremos para trabajarlas con ustedes”.
Y si en su campaña de 2005 y durante su gobierno se caracterizó por anunciar la creación de múltiples comisiones, lo que era criticado por la derecha, ahora compromete además para problemas locales el nombramiento de delegados presidenciales con rango de ministro en caso de ser electa. Así lo hizo por los problemas de escasez de agua en Combarbalá o para la reconstrucción en San Clemente. La idea es manejar las expectativas.
• GESTOS A POSTURAS EXTREMAS
El 16 de agosto Bachelet recibió en su comando a un grupo de 12 obispos y pastores de la Iglesia Evangélica. La candidata les dijo que leería detenidamente su propuesta. A la salida Emiliano Soto, quien representa a un sector de los evangélicos y quien antes había emplazado a la candidata contra el matrimonio gay, manifestó el apoyo de su iglesia a la ex presidenta. “Nos parece que Michelle Bachelet recoge de mejor manera las propuestas del mundo evangélico”, indicó.
Pocos días después, el 22 de agosto la candidata se reunió con Acción Gay y un grupo de organizaciones de derechos homosexuales como la Fundación Iguales, Movilh, Mums, entre otras. “He dicho públicamente que soy partidaria del matrimonio igualitario y sobre todo de un debate plural que entregue a Chile una legislación integral que sea capaz de reconocer, proteger y asegurar los derechos de todas las personas que viven en pareja, sin importar su orientación sexual”, indicó. Días después Pablo Simonetti, dirigente de la Fundación Iguales, se sumó al equipo de cultura de la candidata.
Así en menos de un mes, logró reunirse con dos sectores antagónicos y dar una señal de transversalidad. En un marco de voto voluntario, la estrategia de Bachelet apunta a hacer gestos a agrupaciones organizadas que garanticen la movilización de votantes en la elección presidencial. Para las nuevas campañas ya no sirve el votante apático de centro, sino que el discurso apunta a extender lo más amplio posible el abanico de votantes.
La candidata ocupó la misma fórmula el 6 de agosto cuando se reunió con los economistas liberales de su comando, varios DC y con estudios en el MIT dando una señal de tranquilidad a los mercados. Dos días después el 8 de agosto se congregó en el Parque Forestal con las Juventudes Comunistas y los líderes estudiantiles. Allí estaban Camila Vallejo, Camilo Ballestero y Karol Cariola entre otros.
• MANEJO DE PRENSA
El miércoles se publicó el barómetro anual de acceso a información que realiza ANP con Adimark y donde periodistas de todo el país evalúan la transparencia y respuestas de las instituciones a sus requerimientos. El comando de Bachelet sacó nota roja. Fue el peor evaluado en su relación con la prensa. Con sólo un 26% de aprobación quedó a distancia de las otras candidaturas (Evelyn Matthei obtiene un 43,9%, Franco Parisi un 48,4% y Marco Enríquez-Ominami un 60,7%). El equipo bacheletista también quedó en último lugar en confiabilidad y precisión de la información (31,6%), disposición a entregar información (26,5%) y entrega oportuna de información (19,9%).
Las cifras no sorprendieron a los periodistas que habitualmente cubren la campaña. Han mantenido una relación tensa con el comando. Bachelet es reacia a hablar con la prensa y sólo responde preguntas una o dos veces a la semana. Al comienzo de la campaña los profesionales asignados por los canales de televisión para cubrir la candidatura la bombardeaban de preguntas en cada actividad, pero ella se negaba a responder. Finalmente acordaron con los encargados de prensa del comando -que encabeza la periodista Paula Walker- que la abanderada aceptaría responder brevemente una o dos preguntas previamente acordadas, dándole un trato idéntico al que tenía cuando era presidenta de la República. La mayoría de las veces se limita a hacer sus discursos sin hablar con los periodistas, así ocurrió por ejemplo el lunes 30, cuando presentó sus propuestas de urbanismo en San Joaquín, luego se reunió con la Fundación para la Superación de la Pobreza en el comando y más tarde fue proclamada por la Asociación de Feriantes en Santiago Centro. En ninguna aceptó preguntas, ni siquiera de la temática de las actividades. Los encargados de responder los temas polémicos son el jefe programático Alberto Arenas y los voceros Elizalde y Blanco quienes esta semana se refirieron a la ley de presupuesto y otras materias.
El control del mensaje es vital para la campaña de la candidata de la Nueva Mayoría. Se apega estrictamente a un libreto diseñado para minimizar errores. Restricción a la prensa, retrasar el programa de gobierno y manejar las expectativas, éstas son las claves de la estrategia de la ex presidenta.
• UNA CAMPAÑA «FOME»
La candidata está afónica. El sábado, tras una gira por la Región de Los Lagos, Michelle Bachelet amaneció resfriada y se mantuvo así toda la semana. Pero a sólo un mes y medio de las elecciones presidenciales, la decisión del comando fue no suspender la apretada agenda de trabajo y se mantuvo con varias actividades diarias. “Perdónenme la voz, pero para mí la parte más importante de la campaña es estar con ustedes”, dijo ronca y con un hilo de voz al iniciar sus discursos en Macul, La Reina, La Florida, Osorno y otras localidades que visitó estos días y donde repitió de memoria sus tres ejes programáticos: gratuidad en educación, reforma tributaria y nueva constitución. Un libreto del que no se sale.
“Nuestra máxima es hacer una campaña fome. Es decir, sin polémicas, sin dimes y diretes, sin conflictos ni divisiones. Por ello todo es muy plano y controlado”, confiesa un alto miembro del comando. Para esto se restringe al máximo la exposición de la candidata evitando algún error de última hora en una carrera que estiman ganada. La estrategia del equipo bacheletista es reducir el contacto con la prensa, retrasar la presentación del programa presidencial y privilegiar las visitas a regiones y las reuniones con organizaciones que efectivamente puedan movilizar votantes el 17 de noviembre. Así se desechó la participación de la candidata en el debate presidencial del 9 de octubre organizado por la Asociación Nacional de la Prensa (ANP). Se calculó que el costo de recibir críticas por su ausencia era menor que el riesgo de exponerse a ser enfrentada por los otros ocho candidatos en un formato que le acomodaba menos que el pactado con Anatel para el 29 y 30 de octubre al que sí irá.
Detrás del diseño y control comunicacional de la campaña de Bachelet se encuentra el cientista político, Robinson Pérez. Con 66 años, es la persona de mayor edad en el comando, y coincidió con Bachelet en Alemania Oriental a fines de los 70. Tras ser expulsado del PS en 1984 debido a sus posturas radicales, en los 90 se reencontró con la ex mandataria, siendo uno de los colaboradores de su gobierno e integrando su círculo de confianza. Aunque su rostro es desconocido, él es el jefe directo de los voceros Álvaro Elizalde y Javiera Blanco, supervisa las informaciones que salen del comando y mantiene vínculo con los dirigentes políticos.
• PROGRAMA POR GOTEO
“Hemos decidido más que lanzar un mamotreto, un ladrillo, como programa de gobierno, que nadie se lo lee finalmente, ir lanzando propuestas en cada área”. Así explicó el lunes Bachelet la decisión de su comando de retrasar al máximo la entrega de un programa oficial de gobierno. En cambio durante estos días se dan a conocer propuestas sectoriales emanadas de las comisiones que trabajaron en el comando. La semana anterior se informó sobre los proyectos en materia de salud y seguridad ciudadana y en ésta los lineamientos en ciudad y territorio y cultura. Esto en contraste con el comando de Evelyn Matthei, que lanzó el martes su programa consolidado en un acto formal. Un importante asesor de Bachelet sostiene que en política existe un teorema muy conocido y que se repite en todas las campañas del mundo, y es que el candidato que va ganando hace menos propuestas que el que va perdiendo. “Nosotros ya estamos trabajando como si fuéramos gobierno, por lo que cada cosa que prometa Bachelet, tiene que ser posible de ser cumplida”, señala. Según agrega el miembro del comando -que pide expresamente hablar en off the record- en los temas complejos como la economía, el jefe programático Alberto Arenas ya ganó la partida e impuso sus términos en temas controvertidos como la eliminación del FUT, no así en reformas políticas donde existen discrepancias en la Nueva Mayoría. “Otra máxima aquí es no dividir”, señala. Por ello en los temas donde no hay acuerdo se ordenó postergarlos incluso para después de las elecciones y que los informes programáticos de las comisiones contengan distintas alternativas aunque estas sean contradictorias entre sí.
A través de la prensa escrita se han filtrado ideas en estas materias como los proyectos de reforma constitucional y temas energéticos. Esto le ha permitido al comando testear el impacto de las medidas en la opinión pública. Las filtraciones son un tema que se investiga al interior del equipo bacheletista. Tras el escándalo de la minuta que se repartió a los parlamentarios para obstaculizar la agenda legislativa del gobierno, el comando inició una investigación interna para saber de dónde salió la información, llegando a un asesor del Congreso. Destacados miembros de las comisiones han recibido advertencias por hablar con la prensa e incluso los presidentes de las comisiones tienen prohibición de hacerlo.
• «ESTUDIAR Y EVALUAR»
“Apenas lleguemos al gobierno voy a iniciar los estudios de factibilidad para que el Metro pueda llegar a Quilicura”, anunció el 2 de septiembre Bachelet, siendo ovacionada por los habitantes de la comuna. Al día siguiente, en el extremo opuesto de Santiago, en San Bernardo, hizo un compromiso similar: “haremos todos los estudios para que el Metro pueda llegar hasta acá, al Hospital El Pino, en San Bernardo”, indicó. Lo mismo hizo para la comuna de El Bosque. Y aunque la candidata sólo se refirió al inicio de estudios técnicos, sus palabras fueron celebradas por los vecinos y los alcaldes como una promesa concreta y así lo entendieron varios medios de comunicación que titularon erróneamente: “Bachelet anuncia que extenderá línea 3 del Metro”, “Bachelet prometió Metro a San Bernardo” o “Bachelet compromete extensión de línea 3”.
Una cuestión de lenguaje. “Estudiaremos”, “evaluaremos” y “revisaremos” son palabras comunes en los discursos de la ex mandataria. Así sale al paso en los temas donde no tiene una postura definida o generan divisiones en la Nueva Mayoría. El lunes pasado durante una intervención en el Círculo Español indicó que “vamos a estudiar un sistema que sea mejor que las AFP”, pese a que esa es una materia que no tiene resuelta y que le ha generado diferencias con la CUT, así como ocurre con la reforma laboral. Ejemplos sobran, sobre todo ante las demandas puntuales que recibe en sus visitas a provincia: “Haremos todos los estudios para determinar si Aconcagua puede ser región”, dijo en Los Andes; “entiendo la necesidad y me comprometo a estudiar el proyecto con cariño”, dijo sobre la viabilidad de un tren a Quillota; en Aysén señaló que “me han entregado un baúl de propuestas que estudiaremos para trabajarlas con ustedes”.
Y si en su campaña de 2005 y durante su gobierno se caracterizó por anunciar la creación de múltiples comisiones, lo que era criticado por la derecha, ahora compromete además para problemas locales el nombramiento de delegados presidenciales con rango de ministro en caso de ser electa. Así lo hizo por los problemas de escasez de agua en Combarbalá o para la reconstrucción en San Clemente. La idea es manejar las expectativas.
• GESTOS A POSTURAS EXTREMAS
El 16 de agosto Bachelet recibió en su comando a un grupo de 12 obispos y pastores de la Iglesia Evangélica. La candidata les dijo que leería detenidamente su propuesta. A la salida Emiliano Soto, quien representa a un sector de los evangélicos y quien antes había emplazado a la candidata contra el matrimonio gay, manifestó el apoyo de su iglesia a la ex presidenta. “Nos parece que Michelle Bachelet recoge de mejor manera las propuestas del mundo evangélico”, indicó.
Pocos días después, el 22 de agosto la candidata se reunió con Acción Gay y un grupo de organizaciones de derechos homosexuales como la Fundación Iguales, Movilh, Mums, entre otras. “He dicho públicamente que soy partidaria del matrimonio igualitario y sobre todo de un debate plural que entregue a Chile una legislación integral que sea capaz de reconocer, proteger y asegurar los derechos de todas las personas que viven en pareja, sin importar su orientación sexual”, indicó. Días después Pablo Simonetti, dirigente de la Fundación Iguales, se sumó al equipo de cultura de la candidata.
Así en menos de un mes, logró reunirse con dos sectores antagónicos y dar una señal de transversalidad. En un marco de voto voluntario, la estrategia de Bachelet apunta a hacer gestos a agrupaciones organizadas que garanticen la movilización de votantes en la elección presidencial. Para las nuevas campañas ya no sirve el votante apático de centro, sino que el discurso apunta a extender lo más amplio posible el abanico de votantes.
La candidata ocupó la misma fórmula el 6 de agosto cuando se reunió con los economistas liberales de su comando, varios DC y con estudios en el MIT dando una señal de tranquilidad a los mercados. Dos días después el 8 de agosto se congregó en el Parque Forestal con las Juventudes Comunistas y los líderes estudiantiles. Allí estaban Camila Vallejo, Camilo Ballestero y Karol Cariola entre otros.
• MANEJO DE PRENSA
El miércoles se publicó el barómetro anual de acceso a información que realiza ANP con Adimark y donde periodistas de todo el país evalúan la transparencia y respuestas de las instituciones a sus requerimientos. El comando de Bachelet sacó nota roja. Fue el peor evaluado en su relación con la prensa. Con sólo un 26% de aprobación quedó a distancia de las otras candidaturas (Evelyn Matthei obtiene un 43,9%, Franco Parisi un 48,4% y Marco Enríquez-Ominami un 60,7%). El equipo bacheletista también quedó en último lugar en confiabilidad y precisión de la información (31,6%), disposición a entregar información (26,5%) y entrega oportuna de información (19,9%).
Las cifras no sorprendieron a los periodistas que habitualmente cubren la campaña. Han mantenido una relación tensa con el comando. Bachelet es reacia a hablar con la prensa y sólo responde preguntas una o dos veces a la semana. Al comienzo de la campaña los profesionales asignados por los canales de televisión para cubrir la candidatura la bombardeaban de preguntas en cada actividad, pero ella se negaba a responder. Finalmente acordaron con los encargados de prensa del comando -que encabeza la periodista Paula Walker- que la abanderada aceptaría responder brevemente una o dos preguntas previamente acordadas, dándole un trato idéntico al que tenía cuando era presidenta de la República. La mayoría de las veces se limita a hacer sus discursos sin hablar con los periodistas, así ocurrió por ejemplo el lunes 30, cuando presentó sus propuestas de urbanismo en San Joaquín, luego se reunió con la Fundación para la Superación de la Pobreza en el comando y más tarde fue proclamada por la Asociación de Feriantes en Santiago Centro. En ninguna aceptó preguntas, ni siquiera de la temática de las actividades. Los encargados de responder los temas polémicos son el jefe programático Alberto Arenas y los voceros Elizalde y Blanco quienes esta semana se refirieron a la ley de presupuesto y otras materias.