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Los ruralistas lo pescaron enseguida y desde que comenzaron a frecuentarlo resaltan que el flamante ministro Norberto Yauhar es de esos tipos que no se fían de nadie. En las reuniones previas al multitudinario encuentro de ayer de la Comisión de Emergencia Agropecuaria, Yauhar observaba con desdén las cifras que le acercaban sobre los daños que ya habría producido la sequía.
Pero ahora le cayó la ficha , dijo Carlos Garetto, el titular de Coninagro a Clarín , cuando lo descubrió flexible y dispuesto a aumentar los $ 500 millones de ayuda al campo . Fue una reunión larga. Y detrás de este cambio de actitud se esconde un informe del INTA.
El relevamiento del Instituto de Clima y Agua del organismo con fecha 16 de enero señala: La falta de agua o registros muy escasos durante todo diciembre y hasta el 8 de enero y los altos niveles térmicos ocasionaron en muchos casos daños irreversibles a cultivos de maíz de siembra temprana y también, aunque de menor grado, a la soja y otros grano de verano; además de verse sumamente afectada la oferta forrajera en general. En el caso del maíz, muchas áreas tienen una caracterización con estado de regular a malo del cultivo que, aún con las lluvias recientes, no se podrán recuperar.
En un informe anterior, del 9 de enero, ya había advertido: A mplias zonas productivas de casi todo el territorio nacional presentan una situación grave en el estado y condición de los cultivos, pasturas, pastizales y disponibilidad de agua para bebida de la hacienda. Hay áreas en las que se ha agravado sensiblemente la situación.
El Instituto de Clima del INTA goza de prestigio y consulta mundial, lleva 60 años de experiencia en la toma de datos agro-meteorológicos, cuenta con un sistema de redes de radares y sensores remotos, además del trabajo de los extensionistas. Yauhar lo sabe y eso convirtió en irrefutable su diagnóstico.
Como su antecesor, el actual jefe de la bancada oficialista en Diputados Julián Domínguez, Yauhar se propuso borrar las heridas del pasado con el campo. Tal vez por ese motivo no temió en resucitar a la Mesa de Enlace, que agrupa a las entidades del campo, que acaba de revivir al compás de la esta adversidad climática.
Con la excepción de Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria, ayer asistieron los conductores de las otras entidades.
Buzzi comunicó a sus pares que debían concurrir los técnicos en una estrategia que contempla reservarse para otras peleas ( ver más información en esta página).
Sin embargo, su actitud no fue compartida por sus homólogos. Hugo Biolcati, de la Rural, Garetto y Rubén Ferrero de CRA, contaron que fueron los propios productores quienes les pidieron que se pusieran al frente del problema y negociaran velozmente con el Gobierno la asistencia, ante la perspectiva de no contar con fondos para levantar la magra cosecha en marzo. En este tironeo, Yauhar los forzó a guardar para otro momento los reclamos por retenciones. Varias veces les colgó el teléfono con la sugerencia. Aunque se comprometió a agilizar la exportación del trigo y a liberar la del maíz.
La emergencia agropecuaria contempla la postergación del pago de impuestos y préstamos.
Se declara cuando el daño supera el 50%. Si llega al 80% se considera desastre y en ese caso no se paga nada. Agricultura cuenta con $ 500 millones para este fin en su presupuesto . Ayer las entidades presionaron por más fondos. Yauhar los ilusionó: No se preocupen, yo tengo llegada directa a Cristina.
Los ruralistas lo pescaron enseguida y desde que comenzaron a frecuentarlo resaltan que el flamante ministro Norberto Yauhar es de esos tipos que no se fían de nadie. En las reuniones previas al multitudinario encuentro de ayer de la Comisión de Emergencia Agropecuaria, Yauhar observaba con desdén las cifras que le acercaban sobre los daños que ya habría producido la sequía.
Pero ahora le cayó la ficha , dijo Carlos Garetto, el titular de Coninagro a Clarín , cuando lo descubrió flexible y dispuesto a aumentar los $ 500 millones de ayuda al campo . Fue una reunión larga. Y detrás de este cambio de actitud se esconde un informe del INTA.
El relevamiento del Instituto de Clima y Agua del organismo con fecha 16 de enero señala: La falta de agua o registros muy escasos durante todo diciembre y hasta el 8 de enero y los altos niveles térmicos ocasionaron en muchos casos daños irreversibles a cultivos de maíz de siembra temprana y también, aunque de menor grado, a la soja y otros grano de verano; además de verse sumamente afectada la oferta forrajera en general. En el caso del maíz, muchas áreas tienen una caracterización con estado de regular a malo del cultivo que, aún con las lluvias recientes, no se podrán recuperar.
En un informe anterior, del 9 de enero, ya había advertido: A mplias zonas productivas de casi todo el territorio nacional presentan una situación grave en el estado y condición de los cultivos, pasturas, pastizales y disponibilidad de agua para bebida de la hacienda. Hay áreas en las que se ha agravado sensiblemente la situación.
El Instituto de Clima del INTA goza de prestigio y consulta mundial, lleva 60 años de experiencia en la toma de datos agro-meteorológicos, cuenta con un sistema de redes de radares y sensores remotos, además del trabajo de los extensionistas. Yauhar lo sabe y eso convirtió en irrefutable su diagnóstico.
Como su antecesor, el actual jefe de la bancada oficialista en Diputados Julián Domínguez, Yauhar se propuso borrar las heridas del pasado con el campo. Tal vez por ese motivo no temió en resucitar a la Mesa de Enlace, que agrupa a las entidades del campo, que acaba de revivir al compás de la esta adversidad climática.
Con la excepción de Eduardo Buzzi, presidente de la Federación Agraria, ayer asistieron los conductores de las otras entidades.
Buzzi comunicó a sus pares que debían concurrir los técnicos en una estrategia que contempla reservarse para otras peleas ( ver más información en esta página).
Sin embargo, su actitud no fue compartida por sus homólogos. Hugo Biolcati, de la Rural, Garetto y Rubén Ferrero de CRA, contaron que fueron los propios productores quienes les pidieron que se pusieran al frente del problema y negociaran velozmente con el Gobierno la asistencia, ante la perspectiva de no contar con fondos para levantar la magra cosecha en marzo. En este tironeo, Yauhar los forzó a guardar para otro momento los reclamos por retenciones. Varias veces les colgó el teléfono con la sugerencia. Aunque se comprometió a agilizar la exportación del trigo y a liberar la del maíz.
La emergencia agropecuaria contempla la postergación del pago de impuestos y préstamos.
Se declara cuando el daño supera el 50%. Si llega al 80% se considera desastre y en ese caso no se paga nada. Agricultura cuenta con $ 500 millones para este fin en su presupuesto . Ayer las entidades presionaron por más fondos. Yauhar los ilusionó: No se preocupen, yo tengo llegada directa a Cristina.