Un mundo volátil.
(Artículo del economista Nicolás Dujovne)
Hay que remontarse 18 años, hasta 1993 para encontrar un ciclo económico descoordinado entre
los Estados Unidos y europa. Durante aquel año, la Eurozona se contrajo 0,8%, en gran medida debido al alza en las tasas de interés que se produjo ante el comienzo de la unión monetaria, mientras que la economía norteamericana se expandía 2,9%. En la crisis de 2008 y 2009 la crisis generó una recesión global que implicó en 2009 contracciones en los PIB de la eurozona y Estados Unidos de 4,3% y 3,5% respectivamente.
Con un ajuste fiscal muy duro por delante y con tasas de interés elevadas en casi toda la zona del euro a excepción de Alemania y los Países Bajos, Europa se encamina a una recesión en 2012.
¿Podrá Estados Unidos en particular, y el mundo en general crecer con Europa en recesión? Desde el punto de vista aritmético está claro que sí. Europa pesa en el PIB mundial (medido en términos
nominales) cerca de 20%. Pasar de un crecimiento de 1% a una caída de 1% le resta a la economía global 0,4% en el crecimiento anual. El gran desafío para la economía mundial será navegar la recesión europea manteniendo la expansión que se iniciara en el segundo semestre de 2009 y que, aunque a un ritmo muy lento, se ha mantenido en 2011. La única forma de lograr que ello ocurra es evitar una crisis de crédito global que empeore las ya de por sí muy malas condiciones de crédito que se observan desde el tercer trimestre de 2011.
Europa se encuentra hoy atrapada en un mal equilibrio. El Banco Central Europeo todavía no se anima a anunciar que su poder de fuego para defender el rendimiento de los bonos soberanos va a ser usado en forma ilimitada. Al mostrar un arsenal de intervención escaso, los mercados
desconfían, las tasas de interés suben, el crédito se contrae y el crecimiento se transforma en contracción. En lo que va de 2011 el Banco Central Europeo ya ha comprado 144.000 millones de euros en bonos soberanos con muy poco éxito en términos de lo que ha logrado en cuanto a reducción de tasas de interés. Si hubiera anunciado, en cambio, que estaba dispuesto a comprar un trillón de euros, probablemente no habría tenido que comprar ni uno solo. El mercado se habría encargado de hacerlo por él y las tasas a las que hoy se financian Italia, España y otros países de la eurozona serían otras.
Como en la película “Sexto Sentido”, en la que el niño está muerto pero no lo sabe, en Europa, el Banco Central jugará en algún momento un rol más activo que el actual, aunque no lo sepa. Es que esa será la única forma de evitar la debacle de la eurozona y la aparición de daños mucho mayores para economías supuestamente blindadas, como Alemania. Hasta que ello ocurra, la volatilidad
será la regla. Pero luego, podremos esperar un debilitamiento del euro contra el dólar, combinado
con una baja en las tasas de interés en Europa que le permitiría volver a una senda de crecimiento modesto en 2013.
Cuando ceda la volatilidad, las tasas en Estados Unidos tenderán a subir. Es que hoy, con una inflación en 3,5%, solo se explica la vigencia de bonos del Tesoro a diez años con tasas cercanas al 2% por el “fly to quality” que provoca el riesgo europeo. ¿Podremos ver un euro por debajo de 1,2 dólares en 2012? Mi percepción es que sí. Con respecto a la evolución del dólar contra las restantes monedas, es probable que no veamos grandes movimientos. Es que con el euro cayendo, los commodities no deberían tener un gran movimiento alcista. Y con el mundo creciendo más cerca de 2,5% que de 4%, las tasas de los principales países emergentes deberían mantenerse bajas, generando pocas presiones hacia la apreciación nominal de sus monedas.
(De la edición impresa)
(Artículo del economista Nicolás Dujovne)
Hay que remontarse 18 años, hasta 1993 para encontrar un ciclo económico descoordinado entre
los Estados Unidos y europa. Durante aquel año, la Eurozona se contrajo 0,8%, en gran medida debido al alza en las tasas de interés que se produjo ante el comienzo de la unión monetaria, mientras que la economía norteamericana se expandía 2,9%. En la crisis de 2008 y 2009 la crisis generó una recesión global que implicó en 2009 contracciones en los PIB de la eurozona y Estados Unidos de 4,3% y 3,5% respectivamente.
Con un ajuste fiscal muy duro por delante y con tasas de interés elevadas en casi toda la zona del euro a excepción de Alemania y los Países Bajos, Europa se encamina a una recesión en 2012.
¿Podrá Estados Unidos en particular, y el mundo en general crecer con Europa en recesión? Desde el punto de vista aritmético está claro que sí. Europa pesa en el PIB mundial (medido en términos
nominales) cerca de 20%. Pasar de un crecimiento de 1% a una caída de 1% le resta a la economía global 0,4% en el crecimiento anual. El gran desafío para la economía mundial será navegar la recesión europea manteniendo la expansión que se iniciara en el segundo semestre de 2009 y que, aunque a un ritmo muy lento, se ha mantenido en 2011. La única forma de lograr que ello ocurra es evitar una crisis de crédito global que empeore las ya de por sí muy malas condiciones de crédito que se observan desde el tercer trimestre de 2011.
Europa se encuentra hoy atrapada en un mal equilibrio. El Banco Central Europeo todavía no se anima a anunciar que su poder de fuego para defender el rendimiento de los bonos soberanos va a ser usado en forma ilimitada. Al mostrar un arsenal de intervención escaso, los mercados
desconfían, las tasas de interés suben, el crédito se contrae y el crecimiento se transforma en contracción. En lo que va de 2011 el Banco Central Europeo ya ha comprado 144.000 millones de euros en bonos soberanos con muy poco éxito en términos de lo que ha logrado en cuanto a reducción de tasas de interés. Si hubiera anunciado, en cambio, que estaba dispuesto a comprar un trillón de euros, probablemente no habría tenido que comprar ni uno solo. El mercado se habría encargado de hacerlo por él y las tasas a las que hoy se financian Italia, España y otros países de la eurozona serían otras.
Como en la película “Sexto Sentido”, en la que el niño está muerto pero no lo sabe, en Europa, el Banco Central jugará en algún momento un rol más activo que el actual, aunque no lo sepa. Es que esa será la única forma de evitar la debacle de la eurozona y la aparición de daños mucho mayores para economías supuestamente blindadas, como Alemania. Hasta que ello ocurra, la volatilidad
será la regla. Pero luego, podremos esperar un debilitamiento del euro contra el dólar, combinado
con una baja en las tasas de interés en Europa que le permitiría volver a una senda de crecimiento modesto en 2013.
Cuando ceda la volatilidad, las tasas en Estados Unidos tenderán a subir. Es que hoy, con una inflación en 3,5%, solo se explica la vigencia de bonos del Tesoro a diez años con tasas cercanas al 2% por el “fly to quality” que provoca el riesgo europeo. ¿Podremos ver un euro por debajo de 1,2 dólares en 2012? Mi percepción es que sí. Con respecto a la evolución del dólar contra las restantes monedas, es probable que no veamos grandes movimientos. Es que con el euro cayendo, los commodities no deberían tener un gran movimiento alcista. Y con el mundo creciendo más cerca de 2,5% que de 4%, las tasas de los principales países emergentes deberían mantenerse bajas, generando pocas presiones hacia la apreciación nominal de sus monedas.
(De la edición impresa)