por MARIANO GORODISCH
El teléfono sonó en el amplio despacho presidencial del Banco Nación. Era Luis Caputo, el secretario de Finanzas, para preguntarle a Carlos Melconian qué margen tenía la entidad para ayudar al Tesoro a financiar el déficit fiscal.
«Por ahora nada», fue la respuesta, ya que el llamado fue el mes pasado, y con $ 40.000 millones que venían de la gestión anterior, ya estaban en el tope. Pero a partir de septiembre, podrían estar en condiciones de darles entre $ 10.000 y $ 15.000 millones. El Nación puede prestar al Tesoro hasta 30% de los depósitos del sector público: si aumentan, crece el margen para prestar; si bajan, sucede lo contrario.
Las vías de financiamiento pueden ser un préstamo o descubierto en cuenta corriente, o bien a través de la compra de activos del sector público. Según pudo saber este diario de fuentes al tanto de la gestión, lo más factible es que en lugar de aumentar el crédito, el BNA adquiera títulos en pesos que emita el Tesoro, que tiene planes de seguir fondeándose en el mercado doméstico.
Agustín Bruno, director de LCG, explica que durante el gobierno anterior se habían generado dos líneas de préstamos a 24 meses a tasas bajísimas para financiar al Tesoro: «El Nación puede asistir al Tesoro hasta un tope, en función de su patrimonio, pero al ser la mitad del sistema financiero es súper líquido, al punto que tiene mucha tenencia de Lebac, por lo que sería natural que salga a financiar al Tesoro. Lo que lo limita es su exposición al sector público, pero la tenencia de Lebac no cuenta como sector público».
Según LCG, el Estado requiere de $ 9000 millones mensuales de acá a fin de año para financiar el déficit, sin considerar los vencimientos de Letras en dólares que tienen este año. Con el freno a la suba de tarifas, lo más probable es que salgan a ajustar presupuesto de la obra pública.
Se pasan de rosca
Para Sebastián Maril, de Research for Traders, «el Gobierno se está pasando de rosca emitiendo tanta deuda, por más que haga falta y sea lo más razonable. El mercado está preocupado por la alta emisión de dólares a niveles récord históricos, que ya equivale al 7% del PBI. Cada vez que emitimos por arriba del 10% del PBI hubo lío, como en el Plan Brady, que fue el 11% del PBI, o con el megacanje que fue el 12% del PBI».
Desde la asunción de Mauricio Macri, la Argentina emitió u$s 19.250 millones Ley Nueva York, de los cuales u$s 12.000 millones fueron para pagar a los holdouts y u$s 2700 millones para recomprar el cupón PBI a fin de año. El restante es caja, u$s 4550 millones, que equivale a menos de lo que emitieron todas las provincias en conjunto (u$s 5800 millones entre las ocho): «Esto marca a las claras cómo las provincias están abusando de las emisiones en dólares con ley Nueva York. Santa Fe tenía que haber salido en agosto, pero sólo autorizaron a Chaco, porque a Macri no le gusta nada aprobar tanta deuda provincial. Una cosa es que las provincias se endeuden para hacer autopistas y cloacas, pero Macri sabe que lo hacen para pagar sueldos, ya que no muestran suficientes señales de que estén bajando el gasto público, por más que hagan rutas para justificar, el 90% de lo que colocan es para pagar el déficit», advierte Maril.
Santa Fe será la próxima que saldrá, con suerte el 12 de septiembre, a una tasa por debajo de Chaco, que es la más frágil, que salió cerca de 9% de tasa.
El teléfono sonó en el amplio despacho presidencial del Banco Nación. Era Luis Caputo, el secretario de Finanzas, para preguntarle a Carlos Melconian qué margen tenía la entidad para ayudar al Tesoro a financiar el déficit fiscal.
«Por ahora nada», fue la respuesta, ya que el llamado fue el mes pasado, y con $ 40.000 millones que venían de la gestión anterior, ya estaban en el tope. Pero a partir de septiembre, podrían estar en condiciones de darles entre $ 10.000 y $ 15.000 millones. El Nación puede prestar al Tesoro hasta 30% de los depósitos del sector público: si aumentan, crece el margen para prestar; si bajan, sucede lo contrario.
Las vías de financiamiento pueden ser un préstamo o descubierto en cuenta corriente, o bien a través de la compra de activos del sector público. Según pudo saber este diario de fuentes al tanto de la gestión, lo más factible es que en lugar de aumentar el crédito, el BNA adquiera títulos en pesos que emita el Tesoro, que tiene planes de seguir fondeándose en el mercado doméstico.
Agustín Bruno, director de LCG, explica que durante el gobierno anterior se habían generado dos líneas de préstamos a 24 meses a tasas bajísimas para financiar al Tesoro: «El Nación puede asistir al Tesoro hasta un tope, en función de su patrimonio, pero al ser la mitad del sistema financiero es súper líquido, al punto que tiene mucha tenencia de Lebac, por lo que sería natural que salga a financiar al Tesoro. Lo que lo limita es su exposición al sector público, pero la tenencia de Lebac no cuenta como sector público».
Según LCG, el Estado requiere de $ 9000 millones mensuales de acá a fin de año para financiar el déficit, sin considerar los vencimientos de Letras en dólares que tienen este año. Con el freno a la suba de tarifas, lo más probable es que salgan a ajustar presupuesto de la obra pública.
Se pasan de rosca
Para Sebastián Maril, de Research for Traders, «el Gobierno se está pasando de rosca emitiendo tanta deuda, por más que haga falta y sea lo más razonable. El mercado está preocupado por la alta emisión de dólares a niveles récord históricos, que ya equivale al 7% del PBI. Cada vez que emitimos por arriba del 10% del PBI hubo lío, como en el Plan Brady, que fue el 11% del PBI, o con el megacanje que fue el 12% del PBI».
Desde la asunción de Mauricio Macri, la Argentina emitió u$s 19.250 millones Ley Nueva York, de los cuales u$s 12.000 millones fueron para pagar a los holdouts y u$s 2700 millones para recomprar el cupón PBI a fin de año. El restante es caja, u$s 4550 millones, que equivale a menos de lo que emitieron todas las provincias en conjunto (u$s 5800 millones entre las ocho): «Esto marca a las claras cómo las provincias están abusando de las emisiones en dólares con ley Nueva York. Santa Fe tenía que haber salido en agosto, pero sólo autorizaron a Chaco, porque a Macri no le gusta nada aprobar tanta deuda provincial. Una cosa es que las provincias se endeuden para hacer autopistas y cloacas, pero Macri sabe que lo hacen para pagar sueldos, ya que no muestran suficientes señales de que estén bajando el gasto público, por más que hagan rutas para justificar, el 90% de lo que colocan es para pagar el déficit», advierte Maril.
Santa Fe será la próxima que saldrá, con suerte el 12 de septiembre, a una tasa por debajo de Chaco, que es la más frágil, que salió cerca de 9% de tasa.