La Comisión de Acuerdos del Senado, al aprobar ayer el dictamen. Foto: DyN
La voz de Ernesto Sanz (UCR-Mendoza) retumbó como un relámpago en el salón: «No entiendo cómo desde la militancia justicialista se puede avanzar con esto, están entregando banderas muy profundas». Lejos de amilanarse, aunque incómodos por la contundencia de los argumentos de la oposición y por tener que cumplir una orden que muchos no comparten, los nueve miembros kirchneristas de la Comisión de Acuerdos firmaron ayer dictamen favorable al ascenso del jefe del Ejército, general de división César Milani.
Denunciado en tres causas por violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura militar, Milani quedó ayer en condiciones de obtener su promoción al grado de teniente general el miércoles de la semana próxima, fecha en la que el oficialismo tiene previsto llevar al recinto el pliego enviado por Cristina Kirchner.
Fuentes oficialistas aseguraron a LA NACION que ya tienen asegurados los votos, aunque antes tendrá que asegurarse el quórum que permitirá iniciar la sesión.
El Poder Ejecutivo envió al Senado el pliego de Milani a mediados de año, pero su tratamiento legislativo quedó empantanado en julio, luego de que el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) revelara la existencia de las acusaciones en sede judicial contra el militar.
La decisión del kirchnerismo de firmar dictamen ayer, desoyendo el informe del CELS, rompió con una tradición de más de 20 años en la Comisión de Acuerdos del Senado, según la cual esos reportes tenían carácter vinculante cuando se trataba de denuncias por violaciones de los derechos humanos o del orden constitucional que involucraban a efectivos de las Fuerzas Armadas. Así se los hizo notar el peronista disidente Carlos Verna (La Pampa).
«Nuestro bloque va a acompañar el pliego como venimos acompañando los lineamientos de nuestro gobierno», justificó Miguel Pichetto (Río Negro) el aval al jefe del Ejército, desnudando que, otra vez, los senadores oficialistas actuaban en respuesta a las presiones de la Casa Rosada por avanzar con el ascenso del polémico general y especialista en el área de inteligencia.
Para fundamentar su postura, Pichetto aseguró que no había «ninguna imputación firme en ninguna de las causas» en las que el jefe del Ejército aparece involucrado. El senador oficialista también aseguró que, en el caso de que la Justicia llegara a procesarlo, la Presidenta podría pasar a retiro a Milani, y citó como antecedentes los casos de los jefes de la Marina Jorge Godoy y del Ejército Roberto Bendini.
Minutos antes, el radical Gerardo Morales (Jujuy) había revelado que la Comisión había recibido información de último momento con las testimoniales de los testigos en dos de esos procesos, que involucraban aún más al militar.
Morales contó que en uno de esos casos los hermanos Ramón y Alfredo Olivera habían reconocido a Milani como uno de los militares que detuvieron a su padre y que lo llevó por la fuerza a declarar ante la Justicia, al extremo de destacar que «llevaba un arma corta» durante el operativo.
Partícipe de la represión
«Los testimonios dan cuenta de que Milani ha sido partícipe de la represión de Estado y que no puede ser jefe del Ejército», sentenció Morales, quien tras calificar como «muy complicada» la situación judicial del oficial casi les rogó a los senadores oficialistas que revieran su decisión de avanzar con el dictamen. «Tienen que parar esto, se lo pido por favor», imploró.
El discurso más duro que debió soportar el kirchnerismo fue el de Sanz, que además de cuestionar a sus senadores por estar bajando la bandera de los derechos humanos les advirtió: «Le van a dar su acuerdo a una persona sospechada de torturar y desaparecer personas en la dictadura y de haberse enriquecido ilícitamente en la democracia».
El mismo camino siguió el cordobés Luis Juez (FAP). «Milani no merece que ustedes paguen semejante costo político», pidió ante el silencio incómodo del oficialismo.
En el final, Verna recordó el caso de los marinos Juan Carlos Rolón y Antonio Pernías, cuyos ascensos fueron negados por la Comisión de Acuerdos a partir del reporte del CELS, a pesar de que no tenían un proceso judicial en su contra. «Ahí no hubo obediencia debida», agregó, irónico, el peronista disidente, quien concluyó su exposición pidiéndoles a los kirchneristas que no se olvidaran de invitarlo «cuando bajen el cuadro de Milani» del Colegio Militar.
El impuesto a los autos, con dictamen
En un rápido trámite, el kirchnerismo volvió a sacar dictamen favorable en el Senado al proyecto de ley que aumenta en hasta 50 por ciento la alícuota de impuestos internos de autos, embarcaciones y aeronaves considerados de lujo.
La oposición pidió modificaciones, como el establecimiento de una escala gradual y la actualización por valor dólar, pero el oficialismo lo rechazó. «Esta medida ni la pueden disfrazar de progresista, le están sacando la moto al pizzero», se quejó Laura Montero (UCR-Mendoza). .
La voz de Ernesto Sanz (UCR-Mendoza) retumbó como un relámpago en el salón: «No entiendo cómo desde la militancia justicialista se puede avanzar con esto, están entregando banderas muy profundas». Lejos de amilanarse, aunque incómodos por la contundencia de los argumentos de la oposición y por tener que cumplir una orden que muchos no comparten, los nueve miembros kirchneristas de la Comisión de Acuerdos firmaron ayer dictamen favorable al ascenso del jefe del Ejército, general de división César Milani.
Denunciado en tres causas por violaciones de los derechos humanos durante la última dictadura militar, Milani quedó ayer en condiciones de obtener su promoción al grado de teniente general el miércoles de la semana próxima, fecha en la que el oficialismo tiene previsto llevar al recinto el pliego enviado por Cristina Kirchner.
Fuentes oficialistas aseguraron a LA NACION que ya tienen asegurados los votos, aunque antes tendrá que asegurarse el quórum que permitirá iniciar la sesión.
El Poder Ejecutivo envió al Senado el pliego de Milani a mediados de año, pero su tratamiento legislativo quedó empantanado en julio, luego de que el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) revelara la existencia de las acusaciones en sede judicial contra el militar.
La decisión del kirchnerismo de firmar dictamen ayer, desoyendo el informe del CELS, rompió con una tradición de más de 20 años en la Comisión de Acuerdos del Senado, según la cual esos reportes tenían carácter vinculante cuando se trataba de denuncias por violaciones de los derechos humanos o del orden constitucional que involucraban a efectivos de las Fuerzas Armadas. Así se los hizo notar el peronista disidente Carlos Verna (La Pampa).
«Nuestro bloque va a acompañar el pliego como venimos acompañando los lineamientos de nuestro gobierno», justificó Miguel Pichetto (Río Negro) el aval al jefe del Ejército, desnudando que, otra vez, los senadores oficialistas actuaban en respuesta a las presiones de la Casa Rosada por avanzar con el ascenso del polémico general y especialista en el área de inteligencia.
Para fundamentar su postura, Pichetto aseguró que no había «ninguna imputación firme en ninguna de las causas» en las que el jefe del Ejército aparece involucrado. El senador oficialista también aseguró que, en el caso de que la Justicia llegara a procesarlo, la Presidenta podría pasar a retiro a Milani, y citó como antecedentes los casos de los jefes de la Marina Jorge Godoy y del Ejército Roberto Bendini.
Minutos antes, el radical Gerardo Morales (Jujuy) había revelado que la Comisión había recibido información de último momento con las testimoniales de los testigos en dos de esos procesos, que involucraban aún más al militar.
Morales contó que en uno de esos casos los hermanos Ramón y Alfredo Olivera habían reconocido a Milani como uno de los militares que detuvieron a su padre y que lo llevó por la fuerza a declarar ante la Justicia, al extremo de destacar que «llevaba un arma corta» durante el operativo.
Partícipe de la represión
«Los testimonios dan cuenta de que Milani ha sido partícipe de la represión de Estado y que no puede ser jefe del Ejército», sentenció Morales, quien tras calificar como «muy complicada» la situación judicial del oficial casi les rogó a los senadores oficialistas que revieran su decisión de avanzar con el dictamen. «Tienen que parar esto, se lo pido por favor», imploró.
El discurso más duro que debió soportar el kirchnerismo fue el de Sanz, que además de cuestionar a sus senadores por estar bajando la bandera de los derechos humanos les advirtió: «Le van a dar su acuerdo a una persona sospechada de torturar y desaparecer personas en la dictadura y de haberse enriquecido ilícitamente en la democracia».
El mismo camino siguió el cordobés Luis Juez (FAP). «Milani no merece que ustedes paguen semejante costo político», pidió ante el silencio incómodo del oficialismo.
En el final, Verna recordó el caso de los marinos Juan Carlos Rolón y Antonio Pernías, cuyos ascensos fueron negados por la Comisión de Acuerdos a partir del reporte del CELS, a pesar de que no tenían un proceso judicial en su contra. «Ahí no hubo obediencia debida», agregó, irónico, el peronista disidente, quien concluyó su exposición pidiéndoles a los kirchneristas que no se olvidaran de invitarlo «cuando bajen el cuadro de Milani» del Colegio Militar.
El impuesto a los autos, con dictamen
En un rápido trámite, el kirchnerismo volvió a sacar dictamen favorable en el Senado al proyecto de ley que aumenta en hasta 50 por ciento la alícuota de impuestos internos de autos, embarcaciones y aeronaves considerados de lujo.
La oposición pidió modificaciones, como el establecimiento de una escala gradual y la actualización por valor dólar, pero el oficialismo lo rechazó. «Esta medida ni la pueden disfrazar de progresista, le están sacando la moto al pizzero», se quejó Laura Montero (UCR-Mendoza). .