Los efectos de la política de desendeudamiento se apreciarán en la próxima década, cuando habrá una caída de los vencimientos a afrontar. 2012 es uno de los últimos años que demandan mayor esfuerzo al Estado. En los próximos meses vienen los pagos más fuertes.
El peso de la deuda en manos privadas se viene achicando año tras año. El último dato oficial muestra que los pasivos en moneda extranjera con esos acreedores representan sólo el 9,6 por ciento del PIB y, si se suman los compromisos en pesos, ascienden al 13,5 por ciento. En 2005, después de la reestructuración, la deuda pública externa equivalía al 34,8 por ciento del Producto. Los datos muestran los resultados de la política de desendeudamiento, cuya continuidad está garantizada para la próxima década: los vencimientos hasta 2021 se reducen en términos absolutos y seguramente también bajarán en relación con el PIB. Sin embargo, 2012 todavía es un año que exige un esfuerzo al Estado, y la parte más difícil está por venir.
Los compromisos totales para este año capital e intereses ascendían a 15.700 millones de dólares, sin computar los bonos que no entraron en los canjes de 2005 y 2010 ni el cupón atado al PIB. De ese número global, 7400 millones eran vencimientos con el sector privado, 2300 millones con organismos financieros internacionales y los 6000 millones restantes, con agencias públicas como el Banco Central o la Anses. Pasado el primer semestre, quedan por pagar el 58 por ciento de los vencimientos: 4400 millones con el sector privado y 1200 millones con organismos, más otros 3200 millones intra sector público, según cifras oficiales a las que accedió Página/12.
Para completar la cuenta de 2012 hay que sumar unos 3500 millones de dólares del cupón PIB, que se gatillan por el crecimiento de 9,2 por ciento de la economía el año pasado. En conclusión, el Gobierno deberá desembolsar cerca de 9000 millones de dólares hasta fin de año para cumplir con el sector privado y con instituciones como el FMI o el Banco Mundial. El Banco Central presupuestó 4165 millones para el Fondo de Desendeudamiento para este trimestre, y haría falta una cifra similar para el último cuarto del año. Eso pone una exigencia importante en un contexto de estancamiento de las reservas. El Central canceló en el primer semestre líneas que había tomado con el Banco Internacional de Pagos y otras entidades a fines de 2011, lo cual le regeneró la posibilidad de crédito para sostener las reservas en los próximos meses. Además, hay desembolsos pendientes de organismos de crédito en favor del país.
El esfuerzo que debe hacer el BCRA este año se transforma en un panorama más desahogado en 2013. Los vencimientos de capital suman 9300 millones de dólares y los de intereses, 5900 millones. En total son 15.200 millones, no mucho menos que los 15.700 millones de 2012. Sin embargo, baja la proporción de deuda con los acreedores privados, hasta 5500 millones (contra 7400 millones de este año) y con los organismos, hasta 2100 millones (contra 2300 millones), mientras que la deuda con agencias públicas sube a 7600 millones. Otro ítem que seguramente hará diferencia es el cupón PIB. El nivel de actividad de 2012 estará muy lejos de la expansión de 9,2 por ciento de 2011, lo que reducirá el monto de los pagos en este concepto. Y aún está en debate si la economía crecerá por arriba del 3,26 por ciento que se necesita para que los bonistas se hagan de ese premio, comprometido cuando se concretó el primer canje de deuda.
Los dos años siguientes, 2014 y 2015, la curva vuelve a subir levemente, y de ahí en más baja a niveles mínimos hasta 2021. Para 2014 están previstos en este momento vencimientos por 8700 millones de dólares con el sector privado y organismos financieros (eran 9700 millones en 2012 y 7600 millones en 2013), en tanto la cifra trepa un poco más, hasta 11.200 millones en 2015. En 2016 se produce una caída abrupta, hasta sólo 3200 millones de dólares, en tanto que en 2017 sube hasta 7100 millones. De ahí en más, todo va cuesta abajo, con 1900 millones en 2018, 1800 millones en 2019, 1900 millones en 2020 y 1700 millones en 2021. En todos los casos, no se estiman pagos para el cupón PIB ni los títulos públicos en manos de fondos buitres y otros holdouts.
El manejo de la deuda muestra una distancia sideral con la década del 90. Aquel proceso terminó en 2002 con una deuda pública bruta equivalente al 160,4 por ciento del PIB, mientras que la deuda pública externa representaba el 95,3. Hoy es el 41,8 y el 14,2 por ciento, respectivamente.