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19.12.2012 |La entidad empresaria se quejó por la pérdida de la competitividad
Aseguraron que la presión tributaria se incrementó entre 11 y 12 puntos en la última década. Quieren pagar menos Ganancias y defendieron las prebendas fiscales que otorga el Estado.
Por:
Nicolás Furfaro
Vamos a morir con lo puesto, insistiendo.» La frase de Carlos Abeledo, presidente del departamento de política tributaria de la Unión Industrial Argentina (UIA), marca una hoja de ruta para las negociaciones entre los industriales y el gobierno nacional en 2013: la recuperación del ritmo de crecimiento va a elevar los reclamos y el peso de los impuestos va a estar en el centro de la discusión. En la jornada «Sistema tributario argentino, propuestas para el desarrollo productivo» que se desarrolló ayer en el edificio de la central empresaria, se cuestionó el estado actual de los gravámenes y se hicieron propuestas para promover cambios que «den más confianza e incentiven la inversión». El titular de la entidad, José Ignacio De Mendiguren, expresó preocupación por la pérdida de competitividad y asumió la responsabilidad de generar propuestas que muestren que los industriales tienen claro dónde está el conflicto. «El tema tributario es uno de los problemas más grandes porque trae mayores costos e incertidumbre. La relación con la administración es buena, pero difícil, a veces nos gustaría ser más escuchados», subrayó. Diego Coatz, economista jefe de la entidad, abrió el día con un análisis de la coyuntura que se centró en el aumento de la presión tributaria de entre 11 y 12 puntos en los últimos diez años, que para la entidad se ubicará en el 36% al finalizar el año. Este ascenso, explicó Coatz, responde a los gravámenes a créditos y débitos, los derechos a las exportaciones, la seguridad social y otros como IVA, Ganancias e Ingresos Brutos. Entre los desafíos generales los industriales anotan pensar el presupuesto como lineamiento estratégico para el desarrollo a largo plazo, promover la progresividad tributaria, mejorar el gasto, fortalecer el monitoreo y gestión de control, potenciar la agregación de valor, el desarrollo regional y las exportaciones industriales y otorgar mayor certidumbre en la relación nación–provincias. Para llegar a estos objetivos, en los paneles se realizaron una serie de propuestas fiscales que, desde la mirada empresaria, incentivarían el desarrollo privado a través de la disminución de la presión. Matías Olivero Vila, vicepresidente del departamento de Política Tributaria de la entidad, señaló la necesidad de avanzar hacia un régimen simple de deducción de interés sobre el capital propio de las empresas, similar al de Brasil y Bélgica. Lo que molesta a los industriales es que la «alícuota real» de Ganancias es elevada y la sufren mucho más las empresas que se financian con capital propio que las que toman deuda y se benefician con deducciones. «El costo fiscal no afectaría la recaudación en más del 1% e indirectamente promovería inversiones», señaló Olviero Vila. La inexistencia del «ajuste por inflación» fue otro de los ejes de las quejas que se escucharon en la jornada. Andrés Edelstein, del departamento de política tributaria de la UIA, pidió una actualización de valores que hoy en día derivan una recaudación extra que recae sobre la espalda de las empresas. Además, propuso eliminar el Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta y disminuir progresivamente la el impuesto al cheque. Ante la pregunta de si el ajuste por inflación genera aún más inflación, Edelstein lo negó y planteó que Chile y Venezuela tienen el sistema. Gabriela Tozzini, presidente del departamento de Política Tributaria de FISFE, opinó que «Lo más urgente es crear un sistema más justo en el que la evasión genere alarma social. Cuanta más confianza hay más cumplimiento, en cambio, si hay más presión hay más evasión». Alejandro Martínez Villera, de la UIA, pidió «limitar la alícuota sobre los Ingresos Brutos que gravan la actividad industrial», criticó el camino que toman las jurisdicciones subnacionales ante los problemas de caja y pidió entender que con los incentivos fiscales se genera desarrollo y beneficios para la economía en general. «
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19.12.2012 |La entidad empresaria se quejó por la pérdida de la competitividad
Aseguraron que la presión tributaria se incrementó entre 11 y 12 puntos en la última década. Quieren pagar menos Ganancias y defendieron las prebendas fiscales que otorga el Estado.
Por:
Nicolás Furfaro
Vamos a morir con lo puesto, insistiendo.» La frase de Carlos Abeledo, presidente del departamento de política tributaria de la Unión Industrial Argentina (UIA), marca una hoja de ruta para las negociaciones entre los industriales y el gobierno nacional en 2013: la recuperación del ritmo de crecimiento va a elevar los reclamos y el peso de los impuestos va a estar en el centro de la discusión. En la jornada «Sistema tributario argentino, propuestas para el desarrollo productivo» que se desarrolló ayer en el edificio de la central empresaria, se cuestionó el estado actual de los gravámenes y se hicieron propuestas para promover cambios que «den más confianza e incentiven la inversión». El titular de la entidad, José Ignacio De Mendiguren, expresó preocupación por la pérdida de competitividad y asumió la responsabilidad de generar propuestas que muestren que los industriales tienen claro dónde está el conflicto. «El tema tributario es uno de los problemas más grandes porque trae mayores costos e incertidumbre. La relación con la administración es buena, pero difícil, a veces nos gustaría ser más escuchados», subrayó. Diego Coatz, economista jefe de la entidad, abrió el día con un análisis de la coyuntura que se centró en el aumento de la presión tributaria de entre 11 y 12 puntos en los últimos diez años, que para la entidad se ubicará en el 36% al finalizar el año. Este ascenso, explicó Coatz, responde a los gravámenes a créditos y débitos, los derechos a las exportaciones, la seguridad social y otros como IVA, Ganancias e Ingresos Brutos. Entre los desafíos generales los industriales anotan pensar el presupuesto como lineamiento estratégico para el desarrollo a largo plazo, promover la progresividad tributaria, mejorar el gasto, fortalecer el monitoreo y gestión de control, potenciar la agregación de valor, el desarrollo regional y las exportaciones industriales y otorgar mayor certidumbre en la relación nación–provincias. Para llegar a estos objetivos, en los paneles se realizaron una serie de propuestas fiscales que, desde la mirada empresaria, incentivarían el desarrollo privado a través de la disminución de la presión. Matías Olivero Vila, vicepresidente del departamento de Política Tributaria de la entidad, señaló la necesidad de avanzar hacia un régimen simple de deducción de interés sobre el capital propio de las empresas, similar al de Brasil y Bélgica. Lo que molesta a los industriales es que la «alícuota real» de Ganancias es elevada y la sufren mucho más las empresas que se financian con capital propio que las que toman deuda y se benefician con deducciones. «El costo fiscal no afectaría la recaudación en más del 1% e indirectamente promovería inversiones», señaló Olviero Vila. La inexistencia del «ajuste por inflación» fue otro de los ejes de las quejas que se escucharon en la jornada. Andrés Edelstein, del departamento de política tributaria de la UIA, pidió una actualización de valores que hoy en día derivan una recaudación extra que recae sobre la espalda de las empresas. Además, propuso eliminar el Impuesto a la Ganancia Mínima Presunta y disminuir progresivamente la el impuesto al cheque. Ante la pregunta de si el ajuste por inflación genera aún más inflación, Edelstein lo negó y planteó que Chile y Venezuela tienen el sistema. Gabriela Tozzini, presidente del departamento de Política Tributaria de FISFE, opinó que «Lo más urgente es crear un sistema más justo en el que la evasión genere alarma social. Cuanta más confianza hay más cumplimiento, en cambio, si hay más presión hay más evasión». Alejandro Martínez Villera, de la UIA, pidió «limitar la alícuota sobre los Ingresos Brutos que gravan la actividad industrial», criticó el camino que toman las jurisdicciones subnacionales ante los problemas de caja y pidió entender que con los incentivos fiscales se genera desarrollo y beneficios para la economía en general. «
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