Falta poco para que haya nuevos cambios en el gabinete de Mauricio Macri: las elecciones obligan.
En el oficialismo todos acatan la orden del jefe de Gabinete Marcos Peña. “No hay candidaturas confirmadas”, repiten. En algunos casos puede ser cierto, pero el verdadero motivo es mantener la el suspenso hasta el último momento. En cualquier caso, nadie duda de que el ministro de Defensa Julio Martínez será candidato en su provincia, La Rioja, que aspira a gobernar en 2019 y donde hoy Cambiemos se ilusiona con ganar a nivel local. En los últimos días empezó a cobrar fuerza el nombre del intendente de Neuquén Horacio “Pechi” Quiroga para sucederlo. En la UCR, el partido de origen de Quiroga, esa hipótesis no tiene asidero. En el Comité Nacional esperan que haya un consenso para definir a su sucesor y a apuntan a quedarse con esa Cartera. “Es un tema que -por definición- trasciende la ciudad de Buenos Aires, por eso no tienen muchas opciones propias”, explican referentes de peso del centenario partido. Apuntan a 15 o 20 funcionarios que ya están en Defensa, aunque el Presidente hasta ahora eligió a radicales con peso territorial. En la UCR se entusiasman con mantener la representación en los ministerios que hoy controlan: Defensa, Agroindustria, el Plan Belgrano y Comunicaciones, aunque a Oscar Aguad -discutido en algunos sectores del Gobierno- no lo sienten propio. “Más que los cupos queremos mantener el equilibrio. Eso no quiere decir una cantidad de cargos. No es razonable que el presidente lotee el gabinete”, señalan en el corazón de la UCR.
Jose Cano tampoco juega al misterio. Encabezará la lista de diputados de Cambiemos en Tucumán. La secretaría con rango ministerial depende directamente de jefatura de Gabinete. Desde hace tres semanas, hay reuniones periódicas con enviados de las 10 provincias involucradas. A Cano le gustaría mantener a alguien de su equipo, pero -otra vez- a Macri le serviría para apuntalar a algún referente provincial en el Norte, la región más esquiva para el oficialismo. Esa dependencia -que Peña no permitirá que desaparezca- sí podría perder rango ministerial. La decisión no está tomada.
Ricardo Buryaile es un caso extraño. Dirige la Cartera del sector más dinámico de la economía. Sin embargo, lo que más lo motiva es llegar a la gobernación de Formosa en 2019. Por esa razón pretendía competir en octubre para desbancar a su rival y correligionario y enemigo íntimo, Luis Naidenoff, que buscará revalidar su banca para conseguir el mismo objetivo final. Descartadas las internas, la Casa Rosada quiere que el ministro se quede y, a cambio, le promete su respaldo para 2019. “No compramos amor futuro”, dicen allegados del ministro, que preferirían que Naidenoff compitiera para diputado, algo más que improbable.
Si María Eugenia Vidal finalmente le da luz verde a Esteban Bullrich un técnico reemplazaría al ministro de Educación. Suena Alejandro Finocchiaro, que ganó terreno tras el conflicto con los gremios docentes en la Provincia o Mercedes Miguel, actual secretaria de Innovación Educativa.
La gobernadora bonaerense intercedió personalmente ante el Presidente para pedirle un lugar en el Ejecutivo nacional para Jorge Macri, sacrificado electoralmente por Elisa Carrió. La decisión quedaría para después de octubre. En Vicente López piensan en reunir algunas secretarías del ministerio del Interior para controlar la obra pública “pequeña” de las ciudades. La secretaria de Municipios Aida Ayala y su par de Vivienda Domingo Amaya serán candidatos en Chaco y Tucumán respectivamente.
La política de licencias no están definidas, aunque la decisión sería homogénea y -de mínima- habría licencias 30 días antes de cada elección. Algunos no descartan “licencias definitivas”.
En la Casa Rosada cobra fuerza la hipótesis de una reestructuración de las dependencias del Ejecutivo después de las elecciones. “Veintitrés ministerios son demasiados si querés reducir gastos”, aseguran. En jefatura de Gabinete lo niegan. “No hay nada en carpeta”, sentencian. Lo mismo decían antes de la salida de Alfonso Prat Gay y de Susana Malcorra.
Otro integrante de la reuniones periódicas de coordinación con el Presidente aporta que no hay cambios previstos, pero destaca que la paciencia de Macri empieza a agotarse con algunos de sus colaboradores. “Está mucho menos paciente y si no le responden, se pone más exigente”, afirma. Macri y algunos de sus colaboradores más cercanos no están conformes con todos los ministros.
En el oficialismo todos acatan la orden del jefe de Gabinete Marcos Peña. “No hay candidaturas confirmadas”, repiten. En algunos casos puede ser cierto, pero el verdadero motivo es mantener la el suspenso hasta el último momento. En cualquier caso, nadie duda de que el ministro de Defensa Julio Martínez será candidato en su provincia, La Rioja, que aspira a gobernar en 2019 y donde hoy Cambiemos se ilusiona con ganar a nivel local. En los últimos días empezó a cobrar fuerza el nombre del intendente de Neuquén Horacio “Pechi” Quiroga para sucederlo. En la UCR, el partido de origen de Quiroga, esa hipótesis no tiene asidero. En el Comité Nacional esperan que haya un consenso para definir a su sucesor y a apuntan a quedarse con esa Cartera. “Es un tema que -por definición- trasciende la ciudad de Buenos Aires, por eso no tienen muchas opciones propias”, explican referentes de peso del centenario partido. Apuntan a 15 o 20 funcionarios que ya están en Defensa, aunque el Presidente hasta ahora eligió a radicales con peso territorial. En la UCR se entusiasman con mantener la representación en los ministerios que hoy controlan: Defensa, Agroindustria, el Plan Belgrano y Comunicaciones, aunque a Oscar Aguad -discutido en algunos sectores del Gobierno- no lo sienten propio. “Más que los cupos queremos mantener el equilibrio. Eso no quiere decir una cantidad de cargos. No es razonable que el presidente lotee el gabinete”, señalan en el corazón de la UCR.
Jose Cano tampoco juega al misterio. Encabezará la lista de diputados de Cambiemos en Tucumán. La secretaría con rango ministerial depende directamente de jefatura de Gabinete. Desde hace tres semanas, hay reuniones periódicas con enviados de las 10 provincias involucradas. A Cano le gustaría mantener a alguien de su equipo, pero -otra vez- a Macri le serviría para apuntalar a algún referente provincial en el Norte, la región más esquiva para el oficialismo. Esa dependencia -que Peña no permitirá que desaparezca- sí podría perder rango ministerial. La decisión no está tomada.
Ricardo Buryaile es un caso extraño. Dirige la Cartera del sector más dinámico de la economía. Sin embargo, lo que más lo motiva es llegar a la gobernación de Formosa en 2019. Por esa razón pretendía competir en octubre para desbancar a su rival y correligionario y enemigo íntimo, Luis Naidenoff, que buscará revalidar su banca para conseguir el mismo objetivo final. Descartadas las internas, la Casa Rosada quiere que el ministro se quede y, a cambio, le promete su respaldo para 2019. “No compramos amor futuro”, dicen allegados del ministro, que preferirían que Naidenoff compitiera para diputado, algo más que improbable.
Si María Eugenia Vidal finalmente le da luz verde a Esteban Bullrich un técnico reemplazaría al ministro de Educación. Suena Alejandro Finocchiaro, que ganó terreno tras el conflicto con los gremios docentes en la Provincia o Mercedes Miguel, actual secretaria de Innovación Educativa.
La gobernadora bonaerense intercedió personalmente ante el Presidente para pedirle un lugar en el Ejecutivo nacional para Jorge Macri, sacrificado electoralmente por Elisa Carrió. La decisión quedaría para después de octubre. En Vicente López piensan en reunir algunas secretarías del ministerio del Interior para controlar la obra pública “pequeña” de las ciudades. La secretaria de Municipios Aida Ayala y su par de Vivienda Domingo Amaya serán candidatos en Chaco y Tucumán respectivamente.
La política de licencias no están definidas, aunque la decisión sería homogénea y -de mínima- habría licencias 30 días antes de cada elección. Algunos no descartan “licencias definitivas”.
En la Casa Rosada cobra fuerza la hipótesis de una reestructuración de las dependencias del Ejecutivo después de las elecciones. “Veintitrés ministerios son demasiados si querés reducir gastos”, aseguran. En jefatura de Gabinete lo niegan. “No hay nada en carpeta”, sentencian. Lo mismo decían antes de la salida de Alfonso Prat Gay y de Susana Malcorra.
Otro integrante de la reuniones periódicas de coordinación con el Presidente aporta que no hay cambios previstos, pero destaca que la paciencia de Macri empieza a agotarse con algunos de sus colaboradores. “Está mucho menos paciente y si no le responden, se pone más exigente”, afirma. Macri y algunos de sus colaboradores más cercanos no están conformes con todos los ministros.