El profeta Miqueas y las villas miseria, Alicia Dujovne Ortiz, La Nación.
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Acerca de Patricio
Patricio es profesor universitario de sociología. Trabaja sobre desigualdad y movimientos sociales. Se crió en un conventillo de la calle Olavarría, pero toda su vida ha sido hincha de River.
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La única forma que tengo de leer un artículo de LA NACION es a través de INTERNET o en estas inteligentes selecciones del blog AP.
Está prohibido el ingreso del diario en papel a mi casa porque hay niños y es material ideológicamente pornogràfico. Especialmente en el ùltimo año y en vìsperas electorales.
La visiòn de ALICIA DUJOVNE ORTIZ sobre la relaciòn entre desigualdad social e inseguridad, entre violencia delictiva y represiòn cubierta o encubierta del Estado, es brillante y de un poder sugestivo en el relato, que prescinde de toda invocaciòn panfletaria en un tema que no siempre se puede abordar con tanto cuidado.
Desvirtùa y contraria abiertamente la línea editorial de LA NACION y el alineamiento de sus principales columnistas con un pensamiento de derecha, mucho más cercano a los exabruptos del rabino BERGMAN o el conocido ingeniero con título en tràmite.
Entre uno de los temas que destaca, es lamentablemente rescatable la idea de que podría gozar de fuerte consenso el llamado a la mano dura y que el oportunismo de los políticos determina que se abstengan de condenar las reacciones del tipo propiciado por figuras mediàticas de la televisiòn.
Vale tambièn esta menciòn para el contexto del artículo, en cuanto a las reflexiones del rabino Goldman sobre la convivencia de los curas y su solidaridad efectiva con los oprimidos, al situarse cotidianamente a su lado.
Quise tirar estas lìneas antes de ver los comentarios que suelen asolar cual una letrina a estas digresiones que de tanto en tanto publica LA NACION, para no privarme de una sorpresa.
Ninguna sorpresa con los comentarios.
Cada diario tiene los lectores que se merece.
Excelente artículo. Sensible, sereno, inteligente. Además a mí me ilustra sobre cuestiones más específicas de la comunidad judía, de la que tengo pocas noticias.
luisk: a propósito de los comentarios de los lectores de LN, acabo de responderle esto a uno de ellos.
«Su interpretación de la ley del Talión es la acostumbradamente errónea manera de tomarla como un punto de partida. Así «por un ojo, por lo menos otro ojo, y por un diente, un mínimo de otro diente». El Talmud dice que esa ley marca un límite, y que debe leerse como «por un ojo, no más que otro ojo, y por un diente, sólo otro diente». Está claro que usted favorece la pena de muerte como castigo mínimo por una muerte. Lamentablemente no está solo. Demasiados interpretan_como usted_ la ley del Talión como un asunto de venganza y no de justicia.»