Los niños en Finlandia empiezan la escuela a los 7 años, mucho más tarde que en la mayoría de los países del mundo.
No son los que más invierten en educación (menos del 7% del PIB), ni los que imponen la mayor carga horaria a los niños en las escuelas (608 horas lectivas en primaria en comparación con 875 de España, por ejemplo).
Tampoco se inclinan por dar cantidades excesivas de tarea para la casa; y, a la hora de evaluar formalmente el éxito del proceso de aprendizaje, un par de exámenes nacionales cuando los jóvenes dejan la escuela, a los 18 años, les basta.
Entonces, ¿cómo es posible que los alumnos finlandeses siempre ocupen los primeros puestos en las listas internacionales que evalúan los niveles educativos?
En el informe más reciente de PISA -siglas en inglés del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)- de 2009, Finlandia ocupa el puesto número dos en ciencia, el número tres en lectura y el número seis en matemáticas.
Esta evaluación se realiza cada tres años (los resultados de los exámenes de 2012 se publicarán en diciembre de 2013). En 2006, por ejemplo, Finlandia se estableció en los primeros dos puestos en las tres áreas.
Mientras en América Latina las protestas estudiantiles -más recientemente las de Chile y Colombia- ocurren con frecuencia, Finlandia parece haber encontrado un modelo -de educación gratuita de principio a fin y donde las escuelas privadas casi no existen- que tiene a los maestros y a los estudiantes contentos por igual.
clic Lea: América Latina tiene mala nota en educación
El orgullo de ser maestro
La educación a grandes rasgos
Idea básica: igualdad de oportunidades.
Los niños empiezan la escuela a los 7 años.
Casi todas las escuelas son públicas (el número de escuelas privadas es ínfimo).
Toda la educación es gratuita (desde el preescolar hasta la universidad)
La comida y los materiales de estudio también son gratuitos.
Durante los primeros seis años de primaria es el mismo maestro para casi todas las asignaturas.
Jornada escolar: de 8.30 – 9 a 15 hs., con media hora de almuerzo.
Exámenes nacionales cuando los alumnos tienen 18 años
Promedio de alumnos por clase: 23.
Clases mixtas (mujeres y varones, y diferentes grados de capacidad).
Maestros debe tener una maestría para ejercer la docencia.
Son muchos los factores que hacen que la educación en Finlandia sea una de las mejores del mundo, pero uno de los temas clave, según varios expertos consultados por BBC Mundo, es la calidad de los profesores.
«El profesorado tiene un nivel de formación extraordinaria, con una selección previa tan exigente que no se compara con ninguna otra en el mundo», le explica a BBC Mundo Xavier Melgarejo, un psicólogo y psicopedagogo español que empezó a estudiar el sistema educativo en Finlandia hace más de una década.
«Sólo entra en las facultades de educación gente con notas por encima de nueve, nueve y medio sobre diez. Son muy exigentes. Se les hacen pruebas de lectura, sensibilidad artística, de dominio de algún instrumento, de comunicación… Como resultado, las universidades sólo reclutan a un 10% de los estudiantes que se presentan.
Y para ejercer la docencia todos los maestros necesitan hacer una maestría.
La contraparte de esta exigencia es el reconocimiento. No necesariamente en términos económicos, ya que los sueldos de los educadores no presentan grandes diferencias con el resto de Europa (según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, el salario básico de una maestro de primaria es de entre US$29.000 y US$39.000 anuales), sino sociales.
«Los maestros son considerados profesionales académicos y tienen la responsabilidad de desarrollar su trabajo, por eso no se ejerce sobre ellos un control excesivo», le explica a BBC Mundo Anita Lehikoinen, Secretaria Permanente del Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia.
«Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas», dice Hilkka-Roosa Nurmi, profesora de idiomas.
«Esta profesión atrae a tanta gente porque ser maestro es un honor en Finlandia. Probablemente sea la profesión más valorada», acota Melgarejo.
«Yo no soñaba con ser profesora, pero ahora me dedico a esta profesión y me gusta mucho», explica Hilkka-Roosa Nurmi, una profesora de español e inglés que tiene experiencia como docente de estas lenguas en su país y en España.
«Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas. Podemos elegir cómo enseñamos. Tenemos más libertad. Pero esto significa también más responsabilidad», dice.
Tú vales lo que sabes
Otra de las razones por las que el sistema finlandés funciona es, en gran medida, porque la escuela es sólo uno de los engranajes del proceso educativo. Las otras variables de peso son la familia y la sociedad -de tradición luterana- donde hay un elevado sentido de la responsabilidad y donde se valora a las personas «por su formación y no por su situación socioeconómica», dice Melgarejo.
Para darnos una idea, «en la cultura luterana uno se salva cuando lee la Biblia, se llega a Dios a través de la palabra escrita». Y aunque hoy día las iglesias no estén muy llenas, el valor de aprender a leer y escribir ha quedado profundamente arraigado en la cultura finlandesa, agrega Melgarejo.
En esto coincide Lehikoinen: «la mayoría de los hogares están suscritos a uno o varios periódicos y ésta es una tradición que luego se pasa a los niños», señala.
El sentido de la responsabilidad está arraigado en la cultura finlandesa.
Los medios indirectamente también ayudan al aprendizaje de la lectura. «Todos los programas de televisión en lengua original, la mayoría en inglés, están subtitulados y eso impulsa a los niños a aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora», señala Melgarejo.
Pero también los finlandeses apuestan por la educación porque saben que como país pequeño, rodeado de vecinos poderosos como Rusia o Suecia y sin un arsenal de recursos naturales a su disposición, la cultura -su dominio en el ámbito del conocimiento- es lo que lo que les da la posibilidad de competir en una economía global.
Y puertas adentro, la excelencia en el nivel educativo se traduce «en un grado importante de cohesión social, que les permite a los finlandeses sentir que son parte de la sociedad, incluso en tiempos de crisis», explica Lehikoinen.
Lecciones para América Latina
«Cuando planteamos grandes reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos»
Anita Lehikoinen, Secretaria Permanente del Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia.
Cuando se dieron a conocer los resultados de la primera evaluación PISA en el año 2000, el gobierno se vio inundado de visitas de delegaciones extranjeras que acudían a Finlandia para descubrir los secretos de la maravilla nórdica e implementarlos en sus propios países.
Alemania por ejemplo, azorada por sus resultados mediocres en la prueba, tomó nota del programa finlandés e introdujo reformas en su sistema.
¿Pero qué posibilidad tienen los países de América Latina, donde la educación pública está lejos de ser un orgullo, donde el sueldo de los maestros no está a la altura de sus responsabilidades y donde no existe un estado de bienestar como en algunos países europeos, de implementar un sistema educativo como el de Finlandia?
«No puedes copiar y pegar el sistema entero», le dice a BBC Mundo Andreas Schleicher, responsable de las evaluaciones PISA, «pero puedes ver cómo los finlandeses saben quién es un buen maestro, cómo los reclutan, cómo les asignan las clases o cómo se aseguran de que cada niño se beneficie de lo que le enseñan».
A los niños no se les da mucha tarea escolar para la casa.
Melgarejo también cree que se pueden importar ciertos elementos, como mejorar la selección de buenos maestros, fomentar las bibliotecas públicas -ampliamente concurridas en Finlandia- y hacer que las familias contribuyan al proceso de escolarización.
Y quizá una lección útil para América Latina sea aprender cómo Finlandia afronta los cambios en el ámbito de la educación.
«Todo se basa en la confianza mutua y en la construcción de un consenso. Cuando planteamos grandes reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos», afirma Lehikoinen.
Después esta descripción de Lehikoinen, Melgarejo y Schleicher, uno podría tender a imaginarse una clase en Finlandia como una situación idílica: un grupo de niños obedientes escuchando embelesados una clase magistral que interrumpen de tanto en tanto con una pregunta inteligente.
Nada más lejos de la realidad. Los niños hacen las mismas travesuras que en cualquier parte del mundo. Incluso, a veces, «cuando hacen las mediciones de educación es una paradoja porque aunque les va muy bien, cuando les preguntan si les gusta la escuela, siempre dicen que no. Quizá eso se deba al espíritu independiente de nuestros niños», concluye Lehikoinen.
No son los que más invierten en educación (menos del 7% del PIB), ni los que imponen la mayor carga horaria a los niños en las escuelas (608 horas lectivas en primaria en comparación con 875 de España, por ejemplo).
Tampoco se inclinan por dar cantidades excesivas de tarea para la casa; y, a la hora de evaluar formalmente el éxito del proceso de aprendizaje, un par de exámenes nacionales cuando los jóvenes dejan la escuela, a los 18 años, les basta.
Entonces, ¿cómo es posible que los alumnos finlandeses siempre ocupen los primeros puestos en las listas internacionales que evalúan los niveles educativos?
En el informe más reciente de PISA -siglas en inglés del Programa Internacional para la Evaluación de Estudiantes de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos)- de 2009, Finlandia ocupa el puesto número dos en ciencia, el número tres en lectura y el número seis en matemáticas.
Esta evaluación se realiza cada tres años (los resultados de los exámenes de 2012 se publicarán en diciembre de 2013). En 2006, por ejemplo, Finlandia se estableció en los primeros dos puestos en las tres áreas.
Mientras en América Latina las protestas estudiantiles -más recientemente las de Chile y Colombia- ocurren con frecuencia, Finlandia parece haber encontrado un modelo -de educación gratuita de principio a fin y donde las escuelas privadas casi no existen- que tiene a los maestros y a los estudiantes contentos por igual.
clic Lea: América Latina tiene mala nota en educación
El orgullo de ser maestro
La educación a grandes rasgos
Idea básica: igualdad de oportunidades.
Los niños empiezan la escuela a los 7 años.
Casi todas las escuelas son públicas (el número de escuelas privadas es ínfimo).
Toda la educación es gratuita (desde el preescolar hasta la universidad)
La comida y los materiales de estudio también son gratuitos.
Durante los primeros seis años de primaria es el mismo maestro para casi todas las asignaturas.
Jornada escolar: de 8.30 – 9 a 15 hs., con media hora de almuerzo.
Exámenes nacionales cuando los alumnos tienen 18 años
Promedio de alumnos por clase: 23.
Clases mixtas (mujeres y varones, y diferentes grados de capacidad).
Maestros debe tener una maestría para ejercer la docencia.
Son muchos los factores que hacen que la educación en Finlandia sea una de las mejores del mundo, pero uno de los temas clave, según varios expertos consultados por BBC Mundo, es la calidad de los profesores.
«El profesorado tiene un nivel de formación extraordinaria, con una selección previa tan exigente que no se compara con ninguna otra en el mundo», le explica a BBC Mundo Xavier Melgarejo, un psicólogo y psicopedagogo español que empezó a estudiar el sistema educativo en Finlandia hace más de una década.
«Sólo entra en las facultades de educación gente con notas por encima de nueve, nueve y medio sobre diez. Son muy exigentes. Se les hacen pruebas de lectura, sensibilidad artística, de dominio de algún instrumento, de comunicación… Como resultado, las universidades sólo reclutan a un 10% de los estudiantes que se presentan.
Y para ejercer la docencia todos los maestros necesitan hacer una maestría.
La contraparte de esta exigencia es el reconocimiento. No necesariamente en términos económicos, ya que los sueldos de los educadores no presentan grandes diferencias con el resto de Europa (según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, OCDE, el salario básico de una maestro de primaria es de entre US$29.000 y US$39.000 anuales), sino sociales.
«Los maestros son considerados profesionales académicos y tienen la responsabilidad de desarrollar su trabajo, por eso no se ejerce sobre ellos un control excesivo», le explica a BBC Mundo Anita Lehikoinen, Secretaria Permanente del Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia.
«Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas», dice Hilkka-Roosa Nurmi, profesora de idiomas.
«Esta profesión atrae a tanta gente porque ser maestro es un honor en Finlandia. Probablemente sea la profesión más valorada», acota Melgarejo.
«Yo no soñaba con ser profesora, pero ahora me dedico a esta profesión y me gusta mucho», explica Hilkka-Roosa Nurmi, una profesora de español e inglés que tiene experiencia como docente de estas lenguas en su país y en España.
«Aquí no es como en otros sitios, no tenemos tantas normas. Podemos elegir cómo enseñamos. Tenemos más libertad. Pero esto significa también más responsabilidad», dice.
Tú vales lo que sabes
Otra de las razones por las que el sistema finlandés funciona es, en gran medida, porque la escuela es sólo uno de los engranajes del proceso educativo. Las otras variables de peso son la familia y la sociedad -de tradición luterana- donde hay un elevado sentido de la responsabilidad y donde se valora a las personas «por su formación y no por su situación socioeconómica», dice Melgarejo.
Para darnos una idea, «en la cultura luterana uno se salva cuando lee la Biblia, se llega a Dios a través de la palabra escrita». Y aunque hoy día las iglesias no estén muy llenas, el valor de aprender a leer y escribir ha quedado profundamente arraigado en la cultura finlandesa, agrega Melgarejo.
En esto coincide Lehikoinen: «la mayoría de los hogares están suscritos a uno o varios periódicos y ésta es una tradición que luego se pasa a los niños», señala.
El sentido de la responsabilidad está arraigado en la cultura finlandesa.
Los medios indirectamente también ayudan al aprendizaje de la lectura. «Todos los programas de televisión en lengua original, la mayoría en inglés, están subtitulados y eso impulsa a los niños a aprender a leer y a aumentar la velocidad lectora», señala Melgarejo.
Pero también los finlandeses apuestan por la educación porque saben que como país pequeño, rodeado de vecinos poderosos como Rusia o Suecia y sin un arsenal de recursos naturales a su disposición, la cultura -su dominio en el ámbito del conocimiento- es lo que lo que les da la posibilidad de competir en una economía global.
Y puertas adentro, la excelencia en el nivel educativo se traduce «en un grado importante de cohesión social, que les permite a los finlandeses sentir que son parte de la sociedad, incluso en tiempos de crisis», explica Lehikoinen.
Lecciones para América Latina
«Cuando planteamos grandes reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos»
Anita Lehikoinen, Secretaria Permanente del Ministerio de Educación y Cultura de Finlandia.
Cuando se dieron a conocer los resultados de la primera evaluación PISA en el año 2000, el gobierno se vio inundado de visitas de delegaciones extranjeras que acudían a Finlandia para descubrir los secretos de la maravilla nórdica e implementarlos en sus propios países.
Alemania por ejemplo, azorada por sus resultados mediocres en la prueba, tomó nota del programa finlandés e introdujo reformas en su sistema.
¿Pero qué posibilidad tienen los países de América Latina, donde la educación pública está lejos de ser un orgullo, donde el sueldo de los maestros no está a la altura de sus responsabilidades y donde no existe un estado de bienestar como en algunos países europeos, de implementar un sistema educativo como el de Finlandia?
«No puedes copiar y pegar el sistema entero», le dice a BBC Mundo Andreas Schleicher, responsable de las evaluaciones PISA, «pero puedes ver cómo los finlandeses saben quién es un buen maestro, cómo los reclutan, cómo les asignan las clases o cómo se aseguran de que cada niño se beneficie de lo que le enseñan».
A los niños no se les da mucha tarea escolar para la casa.
Melgarejo también cree que se pueden importar ciertos elementos, como mejorar la selección de buenos maestros, fomentar las bibliotecas públicas -ampliamente concurridas en Finlandia- y hacer que las familias contribuyan al proceso de escolarización.
Y quizá una lección útil para América Latina sea aprender cómo Finlandia afronta los cambios en el ámbito de la educación.
«Todo se basa en la confianza mutua y en la construcción de un consenso. Cuando planteamos grandes reformas educativas, por ejemplo, siempre involucramos a los maestros y a los alumnos, no se trata de órdenes del gobierno que los educadores tienen que acatar, son reformas que hemos preparado juntos», afirma Lehikoinen.
Después esta descripción de Lehikoinen, Melgarejo y Schleicher, uno podría tender a imaginarse una clase en Finlandia como una situación idílica: un grupo de niños obedientes escuchando embelesados una clase magistral que interrumpen de tanto en tanto con una pregunta inteligente.
Nada más lejos de la realidad. Los niños hacen las mismas travesuras que en cualquier parte del mundo. Incluso, a veces, «cuando hacen las mediciones de educación es una paradoja porque aunque les va muy bien, cuando les preguntan si les gusta la escuela, siempre dicen que no. Quizá eso se deba al espíritu independiente de nuestros niños», concluye Lehikoinen.
En el artículo hay un link a otro artículo sobre América Latina.
http://www.bbc.co.uk/mundo/noticias/2012/11/121127_educacion_ranking_america_latina_rg.shtml
Recomiendo mirar cómo estamos los latinoamericanos en el ránking. Cuando las pruebas PISA se combinan con otros logros educativos, surgen ‘sorpresas’.
Y si Raúl pero los maniqueos nunca van a entender que evalur un sistema educativo por una prueba de mierda no alcanza. El informe completo es un claro ejemplo.
Lo primero para abordar todo esto es la inclusión y darle guita que, de acuerdo a al informe, Finlandia aplica es un poco más que el nuestro y no lo marcan como uno de los que más invierte. Acá estamos en el umbral razonable de comienzo pero bueno, decididamente hay que avanzar en especialización y jerarquización pero algo que al menos no parece darse en otros países y es el boicoteo de los mismos maestros al sistema público.
El concepto de ‘selección’ es importante.
Si pero ahí te das de cabeza con la «realidad»…
En la PBA y docentes secundarios:
No pueden trabajar una cantidad mayor de 20 hs. reloj por Estatuto o reglamentación de la provincia lo cual en la práctica hace que un docente trabaje 4 días semanales desde ponele 7.15 hasta 1.30 hs. La cuestión es que te hace un sueldo ahí pero siempre y cuando al menos tengas 20 años de antiguedad (100%)
Por supuesto que esta situación que para mi es anti constitucional, la podés sortear con recursos de amparos ante situaciones relativamente graves (divorcios/separaciones donde el cónyuge -usualmente masculino- deja de pasar la cuota por hijo correspondiente, entre las más usuales)
De acuerdo a las leyendas urbanas esta limitación en horas es para permitir el ingreso de nuevos docentes por que los viejos te acaparan todo, andan de licencia en licencia y no largan nunca a pesar de tener que jubilarse inclusive.
De hecho un jubilado puede seguir trabajando con la única penalidad de quitarle toda la antiguedad (que para docentes con 25 años en el aula es del 120%)
Por eso, seleccionar quizás implique reducir y se podría pasando a retiro a los jubilados activos pero frente a lo magro de los sueldos en general no veo su factibilidad a pesar que su jublación es +- 82% del sueldo por que a ellos les descuentan el 20% y monedas por jubilación, tienen caja complementaria.
Habría que meter mano en las licencias -que hay mucha joda parece- y en los ausentismos en el estado, con los provados no joden y lo curioso es que es por la misma guita.
Es necesaria una limpieza «troden»
Estamos 35 sobre 40 paises. No cabe duda de que estamos condenados al exito!
Estamos igual o mejor que nuestros ‘super-exitosos’ vecinos, dejen de mistificar por unos minutos aunque sea.
Claro, Mariano T., el mundo tiene sólo 40 países.
Qué cosa, yo creía que había como 200 países más, me equivoqué.
¿Y no será que estamos 35 entre los mejores 40?
La táctica es así: cuando llega una semana en la que no se les ocurre algo demoníaco que haya hecho el gobierno, entonces atacan con que el país es una porquería.
La cadena del desánimo. Manipulación pura.
Interesantes tus comentarios, Silenoz. Mi hermano es docente en la PBA y corrobora lo que vos decís aquí y más abajo. Me pregunto: ¿no podría este gobierno, que desde Sarmiento es el que más se ha preocupado por la educación, haber hecho un «grand bargain» con los sindicatos docentes, y prometerles la inversión que ha hecho en educación y aún más, a cambio de eliminar las trabas que vos describís? ¿No se ha terminado dilapidando dinero, caso notebooks, porque la inversión no ha sido acompañada por planes para maximizar el beneficio?
En este contexto, creo que mediciones como la de PISA, tan defectuosas y unidimensionales como son, pueden ser una herramienta muy útil para enfocar los esfuerzos y premiar a los que muestren resultados.
De todos modos, me parece que educación es el área donde más resultados podría dar el «empoderamiento» del que habla Cristina. Los padres podrían tomar el asunto entre sus manos. Una amiga que pasó unos años en Ann Arbor con dos chiquitos comentaba al volver que le deprimía mucho el desinterés de la asociación de padres de la escuela comparado con la «militancia» de los padres en Ann Arbor… La democracia «realmente existente» está también (o sobre todo) en lo «micro»…
Si José, puede ser pero Nación acá pone la guita y los cursos de capacitación y no se si todos.
De acuerdo a lo que tengo entendido toda la «rosca» que se da en las escuelas depende de sindicatos y provincia.
Las notebooks son para los pibes, si vamos al caso, para algunos docentes es más laburo por que tienen que hacer cursos para poder utilizar todas las actividades que vienen en el soft.
Mi esposa ha visto algunas de estas actividades y para ella son muy piolas. Y otro tema, ella que no trabaja en escuelas públicas no puede hacer hacer los cursos, que son interesantes, por que puede acceder a algunos de los contenidos vía plugines o soft, pero algunos de estos son pagos. Además suponiendo que los pueda hacer, no los puede aplicar por que los alumnos no sólo deberían llevar sus propias notebooks sino que también se encontrarían con la misma limitación en cuanto a soft y contenidos.
O sea que acá ya tenés una divisoria que no se si es aconsejable.
Ojo, hay presiones del ministerio de educación (PBA) para que los pibes aprueben ehhh ojeime con este tema también
Y con respecto a los padres… de acuerdo a lo que me cuentan tenés de todo y de un extremo al otro, y en muchos casos, más de lo deseable a mi entender, la escuela termina siendo un consultorio siquiátrico de alumnos y padres. Hay padres que entienden a la escuela como un depósito de los hijos para que no anden paveando por ahí.
En fin hay mucho que corregir, creo que estamos en lo básico recién: plata e inclusión, bueno de poco veremos como se zarandea el asunto pero lo que es seguro que la mejora no depende solamente de nación, todos están involucrados y más de lo que nominalmente parece
http://thelearningcurve.pearson.com/content/wysiwyg/report/the_learning_curve__chart9_index.jpg
La realidad educativa argentina es peor de lo que uno podría imaginar
El problema es complejo.Empezando por la evaluacion que se hace de los sistemas,que puede ser criticada si la conocemos.No es mi caso.Luego hay que relacionar el fenomeno educativo con cada sociedad y con cada cultura.Hasta con el clima.La tradicion religiosa y la valoracion de la lectura(desde Lutero ese habito condiciona la salvacion).Y el trabajo docente,su apreciacion social,la responsabilidad vocacional,la formacion para el ejercicio del magisterio:todos factores
que entre nosotros merecen un analisis y un debate que nos debemos,despreciando el hecho de que mejorar la calidad educativa conduciria a que mejore todo el comportamiento de nuestra sociedad.
Este informe es joda no?
Explaye su parecer por favor..
tapones:no pienso que sea joda,pero no es cuestion de opinar sobre algo que no conocemos adecuadamente.Que nuestros pibes leen poco a nadie le escapa.Tampoco leen los adultos.Que las calculad0ras pretenden reemplazar a las neuronas es sabido.Que se valora menos lo intelectual y lo conceptual que la imagen y los sentidos es posmo.Que los climas frios fomentan habitos de estudio y entrenamiento artistico es historico.Que Europa y Asia tienen tradiciones culturales mas solidas y prolongadas es un hecho.Que la riqueza del hemisferio norte permite mejores catedraticos y maestros mejor pagos y jubilados es resultado de como se valora la cultura y tambien de como nos explotan a nosotros.Entre otras cosas.
Excelente comentario.
Finlandia tiene uno de los niveles de suicidio adolescente más alto del mundo, altos niveles de violencia de genero, alcoholismo y drogadicción. Eso si son muy inteligentes…
Lo que decimos siempre: La Tienen Adentro.
Isabel:muy bueno lo tuyo.
Evidentemente somos los mejores. Ellos La Tienen Adentro.
Nosotros no nos suicidamos, el Estado colabora activamente con el mismo fin.
Lo que decís corre por tu cuenta. Si te gusta mezclar, tené cuidado cuando manejas…