Pablo Waisberg
El sistema financiero argentino tuvo una rentabilidad creciente entre el 2003 y el 2012 que le aseguró un incremento patrimonial del 158% en los primeros seis años y del 213% en los últimos cuatro. Sin embargo, en el primer período aportó sólo un 2,07% de lo recaudado por Impuesto a las Ganancias y esa proporción apenas llegó al 7,11% el año pasado. Se trata de uno de los sectores de la economía que, a pesar de las quejas por la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, mejor aprovecharon las líneas directrices del modelo económico: en marzo volvió a crecer al 15,4% anual y quedó en el primer lugar del ranking de los distintos sectores. “El aporte que realiza no tiene relación con los números de su rentabilidad”, advirtió un informe del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (Cemop).
“En términos impositivos, el aporte que hace dentro del Impuesto a las Ganancias no tiene relación con los números de rentabilidad creciente entre el 2003-2012. El sistema financiero aportó en el 2003 sólo un 2,07% del total de lo recaudado por el concepto de Impuestos a las Ganancias. Esto se mantuvo hasta el 2008 y se pasó al 8% en el 2009. Ese porcentaje bajó al 7% en el 2010, y a 6% en el 2011, para luego aumentar en un punto, 7,11% para el 2012”, detalló el economista Ernesto Mattos, integrante del equipo del Cemop.
El Impuesto a las Ganancias es un tributo que representa el 20% del total de la recaudación entre el 2003 y el 2012, y se conforma con el aporte de tres sectores: Personas Jurídicas, Corporaciones y otras empresas y Otros sobre ingresos no clasificados. “El mayor aporte viene por el concepto Corporaciones y otras empresas que aporta el 70% en promedio entre el 2003 y el 2012”, indicó Mattos, y precisó que el sistema financiero aportó el 2% promedio entre el 2003 y el 2008; que desde ese año hasta el 2011 el promedio de participación subió al 7 por ciento. “Si tenemos en cuenta el 2012, el promedio de recaudación fue de $57.444 millones, podemos inferir entonces que durante el 2012 su participación se mantuvo alrededor del 7%”, agregó.
Sin embargo, a pesar del buen comportamiento de su rentabilidad –“continúa siendo el de mayor crecimiento”, precisó Orlando Ferreres en su Índice General de Actividad de marzo– y su baja proporción de tributación, el sector elevó voces de protesta el año pasado. Fue cuando el Gobierno impulsó un plan para que los principales bancos privados nacionales y extranjeros presten hasta el 5% de sus depósitos –unos $15.000 millones– a la producción a una tasa preferencial.
Esa política, que estuvo montada en la nueva carta orgánica, no implicaba costos mayores porque el sistema financiero tenía una rentabilidad en términos de patrimonio neto del 25%, según datos de la autoridad monetaria y del FMI. Ese nivel, ubica al sistema argentino por encima del promedio latinoamericano (23,2%) y por arriba de China (19%), Chile (23%) y Perú (23 por ciento).
Además, de acuerdo con el último informe de la consultora de Ferreres, el sector financiero tuvo un crecimiento en marzo (15,4% anual) que quedó por encima del resto de los rubros de la economía: Electricidad, agua y gas (3,1%), Comercio (1,8%), Transporte (1,5%) e Industria manufacturera (1 por ciento).
A pesar de estos niveles de crecimiento, Mattos apuntó que la participación del sistema financiero fue de unos $2.900 millones anuales promedio, lo que implicaría un promedio para el período 2003-2012 de 4% anual mientras que Corporaciones y Otras Empresas (resto de los sectores económicos) aportó el 63% y Personas Jurídicas el 33 por ciento.
La rentabilidad según el FMI
El Banco Central y el Fondo Monetario Internacional coinciden en que el sistema financiero argentino tiene una rentabilidad sobre patrimonio neto que lo ubica por encima del promedio latinoamericano:
Argentina: 25%
Prom. Latinoamérica: 23,2%
Perú: 23%
Chile: 23%
China: 19%
El sistema financiero argentino tuvo una rentabilidad creciente entre el 2003 y el 2012 que le aseguró un incremento patrimonial del 158% en los primeros seis años y del 213% en los últimos cuatro. Sin embargo, en el primer período aportó sólo un 2,07% de lo recaudado por Impuesto a las Ganancias y esa proporción apenas llegó al 7,11% el año pasado. Se trata de uno de los sectores de la economía que, a pesar de las quejas por la reforma de la Carta Orgánica del Banco Central, mejor aprovecharon las líneas directrices del modelo económico: en marzo volvió a crecer al 15,4% anual y quedó en el primer lugar del ranking de los distintos sectores. “El aporte que realiza no tiene relación con los números de su rentabilidad”, advirtió un informe del Centro de Estudios Económicos y Monitoreo de las Políticas Públicas (Cemop).
“En términos impositivos, el aporte que hace dentro del Impuesto a las Ganancias no tiene relación con los números de rentabilidad creciente entre el 2003-2012. El sistema financiero aportó en el 2003 sólo un 2,07% del total de lo recaudado por el concepto de Impuestos a las Ganancias. Esto se mantuvo hasta el 2008 y se pasó al 8% en el 2009. Ese porcentaje bajó al 7% en el 2010, y a 6% en el 2011, para luego aumentar en un punto, 7,11% para el 2012”, detalló el economista Ernesto Mattos, integrante del equipo del Cemop.
El Impuesto a las Ganancias es un tributo que representa el 20% del total de la recaudación entre el 2003 y el 2012, y se conforma con el aporte de tres sectores: Personas Jurídicas, Corporaciones y otras empresas y Otros sobre ingresos no clasificados. “El mayor aporte viene por el concepto Corporaciones y otras empresas que aporta el 70% en promedio entre el 2003 y el 2012”, indicó Mattos, y precisó que el sistema financiero aportó el 2% promedio entre el 2003 y el 2008; que desde ese año hasta el 2011 el promedio de participación subió al 7 por ciento. “Si tenemos en cuenta el 2012, el promedio de recaudación fue de $57.444 millones, podemos inferir entonces que durante el 2012 su participación se mantuvo alrededor del 7%”, agregó.
Sin embargo, a pesar del buen comportamiento de su rentabilidad –“continúa siendo el de mayor crecimiento”, precisó Orlando Ferreres en su Índice General de Actividad de marzo– y su baja proporción de tributación, el sector elevó voces de protesta el año pasado. Fue cuando el Gobierno impulsó un plan para que los principales bancos privados nacionales y extranjeros presten hasta el 5% de sus depósitos –unos $15.000 millones– a la producción a una tasa preferencial.
Esa política, que estuvo montada en la nueva carta orgánica, no implicaba costos mayores porque el sistema financiero tenía una rentabilidad en términos de patrimonio neto del 25%, según datos de la autoridad monetaria y del FMI. Ese nivel, ubica al sistema argentino por encima del promedio latinoamericano (23,2%) y por arriba de China (19%), Chile (23%) y Perú (23 por ciento).
Además, de acuerdo con el último informe de la consultora de Ferreres, el sector financiero tuvo un crecimiento en marzo (15,4% anual) que quedó por encima del resto de los rubros de la economía: Electricidad, agua y gas (3,1%), Comercio (1,8%), Transporte (1,5%) e Industria manufacturera (1 por ciento).
A pesar de estos niveles de crecimiento, Mattos apuntó que la participación del sistema financiero fue de unos $2.900 millones anuales promedio, lo que implicaría un promedio para el período 2003-2012 de 4% anual mientras que Corporaciones y Otras Empresas (resto de los sectores económicos) aportó el 63% y Personas Jurídicas el 33 por ciento.
La rentabilidad según el FMI
El Banco Central y el Fondo Monetario Internacional coinciden en que el sistema financiero argentino tiene una rentabilidad sobre patrimonio neto que lo ubica por encima del promedio latinoamericano:
Argentina: 25%
Prom. Latinoamérica: 23,2%
Perú: 23%
Chile: 23%
China: 19%