Prepararse para la guerra no es divertido ni entretenido, dijeron Desmond Tutu y Pérez Esquivel, entre los galardonados, en una carta a la cadena NBC. En el programa los participantes entrenan en aguas frías y usan armas de largo alcance.
Desde Nueva York
El peso moral de nueve ganadores del Premio Nobel de la Paz no tiene parangón, parece, ante el poder comercial de una de las más grandes emisoras de Estados Unidos. NBC, recientemente sobrepuesta al oprobio de su cobertura de los Juegos Olímpicos de Londres, descartó los deseos del arzobispo sudafricano Desmond Tutu y otros premiados como el argentino Adolfo Pérez Esquivel que le rogaron que retirara un nuevo reality show que, dicen, compara la guerra con una competencia atlética.
NBC siguió adelante con la emisión de su show, Stars Earn Stripes (Las estrellas ganan galardones), en el que celebridades menores realizan un simulado entrenamiento militar, incluyendo descenso desde helicópteros en aguas frías y armas de fuego de largo alcance, todo bajo la dirección del general retirado y ex comandante de las fuerzas de la OTAN en Europa Wesley Clark.
Las estrellas, como tales, son las típicas del mundillo del reality televisivo; está Todd, el marido de la ex gobernadora de Alaska Sarah Palin, apodado Rambo en el show; el actor Dean Cain, nuevamente en prime time, quince años después de haber actuado como protagonista en la serie sobre Superman Lois y Clark; Laila Ali, hija del boxeador Muhammad Ali, y la esquiadora olímpica Picabo Street, entre otros. El elenco consta de cinco hombres y tres mujeres. Todos ellos concursan emparejados con miembros de las fuerzas especiales estadounidenses. El ganador del concurso destinará el dinero del premio a una ONG de su elección, algo que suscitó críticas.
La diferencia entre el show y la actividad militar real, como señalan los pacifistas, es que es improbable que alguna de las celebridades resulte muerta o traumatizada. Prepararse para la guerra no es ni divertido ni entretenido, escribieron los nueve laureados Premios Nobel en una carta abierta a NBC. Este programa no rinde tributo a nadie y continúa nuestra vergonzosa tradición de glorificar la guerra y la violencia armada. Tratar de dar una versión aséptica de la guerra al compararla con una competencia atlética pide cuestionar la moralidad y la ética de relacionar al ejército con la industria del entretenimiento en apenas velados esfuerzos para que la guerra y sus infinitos costos sean más agradables al público.
Junto con el arzobispo Tutu, la carta está firmada por otros ocho Premios Nobel, entre los que se cuentan Jody Williams, que ganó el premio de la Paz en 1997 por su trabajo para prohibir las minas terrestres antipersonales; el ex presidente de Costa Rica Oscar Arias, el argentino Adolfo Pérez Esquivel, la guatemalteca Rigoberta Menchú, las norirlandesas Betty Willims y Mairea Corrigan-Maguire y la iraní Shirin Ebadi. La verdadera guerra es mortal. Personas militares y civiles mueren de todas las formas imaginables, pero no entretenidas, dice la carta. Comunidades y sociedades quedan destrozadas por el conflicto armado y sus consecuencias. La publicidad de Stars Earn Stripes disfrazó el show como un homenaje a los hombres y mujeres que sirven en las fuerzas armadas de Estados Unidos, mientras que los oficiales de las Fuerzas Especiales de Operaciones involucrados en el show lo justificaron como una herramienta de reclutamiento. Pero aun algunos grupos veteranos han expresado su horror. Amy Fairweather, directora de política en la organización de veteranos Swords to Ploughshares (Espadas para los Arados), le dijo a la revista Radas la semana pasada que el show trivializaba la guerra, cuyas consecuencias reales no eran que uno pierde la competencia, las consecuencias son que uno no puede seguir con su vida.
En los medios estadounidenses también se cuestiona el sentido del programa estrenado el lunes. Quizás hubiera tenido más eco de haberse emitido durante los peores días de la guerra en Irak, señala The Washington Post. Para The New York Times, agradecer a las tropas su sacrificio es un gesto honrado, pero también algo fácil de explotar para cualquiera que busque aplausos, unos cuantos votos o, quizás, mejores datos de audiencia. El País de Madrid escribió que el general Clark justificó su participación en el reality porque ayuda a acercar al pueblo estadounidense a los individuos que tanto han sacrificado por todos nosotros,
Stars Earn Stripes, sin embargo, debutó con fuertes cifras 5,15 millones de espectadores, convirtiéndolo en el show número cinco en prime time el lunes en todas las redes y la NBC descartó las preocupaciones cuando la carta de los laureados llegó sólo horas antes de la prevista emisión. Un vocero de la cadena dijo: Este show no es una glorificación de la guerra, sino una glorificación del servicio.
* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.
Traducción: Celita Doyhambéhère.