Tras la alianza conformada junto al PRO con miras a enfrentar las elecciones presidenciales con un proyecto opositor en común, ahora Sanz deberá definir los pasos a seguir para subir en las encuestas.
La fortaleza de los oficialismos provinciales, pronósticos sobredimensionados y cortocircuitos de última hora con socios políticos hicieron que la UCR esté, transcurrido ya medio almanaque, por debajo de las expectativas de expansión territorial que se había fijado a comienzos de año.
Con su candidato Ernesto Sanz corriendo detrás de Mauricio Macri en las primarias del Frente Cambiemos para la Presidencia, el partido de Alem, Yrigoyen y Alfonsín se había fijado como objetivo la recuperación de gobernaciones, intendencias y el incremento de las dotaciones legislativas en todo el país.
Número mágico
El número mágico para las boinas blancas era volver a gobernar desde el 10 de diciembre entre seis y nueve provincias yendo a la cabeza de sociedades electorales junto al PRO, el Frente Renovador y partidos locales. Hasta 2007, después del colapso de la Alianza, la UCR tenía cinco gobernaciones, pero el vendaval electoral kirchnerista sólo le dejó Corrientes.
Cosecha pobre
No obstante, la cosecha en los comicios desdoblados de los nacionales estuvo por debajo de las expectativas. Los radicales lograron arrebatarle Mendoza al PJ y consolidaron su poder en Corrientes -votó para cargos legislativos- pero no tuvieron la misma suerte en La Rioja, Tierra del Fuego, Córdoba, Chaco y Neuquén, donde tenía mayores o menores esperanzas de ser gobierno.
‘En Santa Fe somos parte del Gobierno del Frente Progresista que sigue en el poder, y tanto en La Rioja, Córdoba y Tierra del Fuego el desempeño de nuestros candidatos estuvo dentro de lo esperado, más allá de que en algunas teníamos la esperanza de coronar. El problema lo tuvimos en Chaco y ahora lo tenemos también en Entre Ríos’, desglosó un encumbrado operador radical.
En las primarias realizadas en Chaco, la intendenta de Resistencia, Aída Ayala, cosechó el 37,5% de los votos contra el casi 60% que obtuvo el candidato oficialista, Domingo Peppo, y es prácticamente imposible dar vuelta el resultado para las generales del 20 de septiembre. La UCR reconoce que la decisión de Jorge Capitanich de presentarse a la intendencia de Resistencia fue central para la preponderancia justicialista.
Las perspectivas también son negativas en Entre Ríos porque la alianza entre los radicales, el PRO y el Frente Renovador se rompió antes del cierre de las listas y la UCR no lleva un candidato propio a gobernador.
Si bien la UCR sigue encolumnada detrás de la candidatura a gobernador del macrista Alfredo de Angeli, el radical Atilio Benedetti decidió no postularse en la provincia -le impidieron a última hora llevar a Macri en su boleta- ni a diputado nacional.
En perspectiva, los radicales siguen siendo optimistas. Según sus estimaciones tienen posibilidades de encumbrar a un gobernador en Tucumán (José Cano), Jujuy (Gerardo Morales), Santa Cruz (Eduardo Costa), Catamarca (Eduardo Brizuela del Moral) y La Pampa (Francisco Torroba), aunque en todos los casos el PJ buscará defender su territorio con todo lo que tenga a mano.
Superar las 400 intendencias
Las metas de la fuerza centenaria también pasan por superar las 400 intendencias rojas y blancas en todo el país (actualmente gobierna 296 municipios) y engrosar sus fuerzas legislativas nacionales, provinciales y municipales.
El radicalismo pone en juego 13 diputados nacionales y aspira a obtener entre 18 y 22 para pasar de 36 a no menos de 41 bancas, mientras que también debe renovar senadores y las previsiones indican que obtendrán entre 8 y 11. Las diferencias entre ambas cámaras obedecen a que en Diputados se renueva la elección de 2011, cuando Cristina Kirchner obtuvo el 54% y en el Senado la de 2009, en la que hubo cosecha repartida.
La fortaleza de los oficialismos provinciales, pronósticos sobredimensionados y cortocircuitos de última hora con socios políticos hicieron que la UCR esté, transcurrido ya medio almanaque, por debajo de las expectativas de expansión territorial que se había fijado a comienzos de año.
Con su candidato Ernesto Sanz corriendo detrás de Mauricio Macri en las primarias del Frente Cambiemos para la Presidencia, el partido de Alem, Yrigoyen y Alfonsín se había fijado como objetivo la recuperación de gobernaciones, intendencias y el incremento de las dotaciones legislativas en todo el país.
Número mágico
El número mágico para las boinas blancas era volver a gobernar desde el 10 de diciembre entre seis y nueve provincias yendo a la cabeza de sociedades electorales junto al PRO, el Frente Renovador y partidos locales. Hasta 2007, después del colapso de la Alianza, la UCR tenía cinco gobernaciones, pero el vendaval electoral kirchnerista sólo le dejó Corrientes.
Cosecha pobre
No obstante, la cosecha en los comicios desdoblados de los nacionales estuvo por debajo de las expectativas. Los radicales lograron arrebatarle Mendoza al PJ y consolidaron su poder en Corrientes -votó para cargos legislativos- pero no tuvieron la misma suerte en La Rioja, Tierra del Fuego, Córdoba, Chaco y Neuquén, donde tenía mayores o menores esperanzas de ser gobierno.
‘En Santa Fe somos parte del Gobierno del Frente Progresista que sigue en el poder, y tanto en La Rioja, Córdoba y Tierra del Fuego el desempeño de nuestros candidatos estuvo dentro de lo esperado, más allá de que en algunas teníamos la esperanza de coronar. El problema lo tuvimos en Chaco y ahora lo tenemos también en Entre Ríos’, desglosó un encumbrado operador radical.
En las primarias realizadas en Chaco, la intendenta de Resistencia, Aída Ayala, cosechó el 37,5% de los votos contra el casi 60% que obtuvo el candidato oficialista, Domingo Peppo, y es prácticamente imposible dar vuelta el resultado para las generales del 20 de septiembre. La UCR reconoce que la decisión de Jorge Capitanich de presentarse a la intendencia de Resistencia fue central para la preponderancia justicialista.
Las perspectivas también son negativas en Entre Ríos porque la alianza entre los radicales, el PRO y el Frente Renovador se rompió antes del cierre de las listas y la UCR no lleva un candidato propio a gobernador.
Si bien la UCR sigue encolumnada detrás de la candidatura a gobernador del macrista Alfredo de Angeli, el radical Atilio Benedetti decidió no postularse en la provincia -le impidieron a última hora llevar a Macri en su boleta- ni a diputado nacional.
En perspectiva, los radicales siguen siendo optimistas. Según sus estimaciones tienen posibilidades de encumbrar a un gobernador en Tucumán (José Cano), Jujuy (Gerardo Morales), Santa Cruz (Eduardo Costa), Catamarca (Eduardo Brizuela del Moral) y La Pampa (Francisco Torroba), aunque en todos los casos el PJ buscará defender su territorio con todo lo que tenga a mano.
Superar las 400 intendencias
Las metas de la fuerza centenaria también pasan por superar las 400 intendencias rojas y blancas en todo el país (actualmente gobierna 296 municipios) y engrosar sus fuerzas legislativas nacionales, provinciales y municipales.
El radicalismo pone en juego 13 diputados nacionales y aspira a obtener entre 18 y 22 para pasar de 36 a no menos de 41 bancas, mientras que también debe renovar senadores y las previsiones indican que obtendrán entre 8 y 11. Las diferencias entre ambas cámaras obedecen a que en Diputados se renueva la elección de 2011, cuando Cristina Kirchner obtuvo el 54% y en el Senado la de 2009, en la que hubo cosecha repartida.
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