Rocío Otoya
Sídney (Australia), 20 mar (EFECOM).- El canon aprobado en Australia a los beneficios extraordinarios que obtengan las compañías mineras suscita interés en gobiernos de países latinoamericanos que sopesan fórmulas para recaudar más dinero generado por esta industria.
El Impuesto a la Renta de los Recursos Minerales, que entrará en vigor en Australia el 1 de julio, grava en un 30 % los beneficios extraordinarios de la explotación del carbón y el hierro.
Además, esta medida aprobada por el Senado este lunes, supondrá para las arcas del Estado ingresos por valor de 11.213 millones de dólares (8.530 millones de euros) en los tres primeros años, según la estimación oficial.
Los beneficios considerados extraordinarios son aquellos que las empresas del sector obtienen en adición a los normales y se representan como la diferencia entre los ingresos y costos totales.
La intención del Gobierno laborista australiano es destinar la recaudación procedente de los pagos de multinacionales como BHP Billiton, Xtrata y Rio Tinto a aumentar el volumen del fondo de jubilación, desarrollar obras de infraestructura, y por otra parte, a compensar una reducción de los impuestos corporativos.
El diputado laborista del Parlamento del estado de Victoria y de origen hispano Telmo Languiller dijo a Efe que esta medida, que es innovadora, en «otros países la están sopesando con mucho entusiasmo», y al respecto citó a Brasil, Perú y Chile, además de otras naciones en Asia y África.
Latinoamérica es rica en recursos no renovables, pero también tiene grandes problemas de pobreza y subdesarrollo.
Chile, el principal productor y exportador de cobre del mundo y el segundo de molibdeno, aprobó en 2010 un impuesto específico a la gran minería.
Perú, cuya minería registró el año pasado el mayor volumen de inversión al sobrepasar la cifra de 7.202 millones de dólares, impuso nuevos aranceles al sector para financiar obras de desarrollo, también en 2011.
Bolivia, con unas exportaciones mineras que en 2011 representaron 3.415 millones de dólares, cantidad que supuso un aumento del 43 por ciento con relación a 2010, afronta reclamaciones internas de una distribución más justa de la riqueza minera.
Brasil, el segundo exportador mundial de hierro, prevé aumentar su producción minera entre un 5 y un 8 por ciento hasta 2013.
Australia espera que el monto de las inversiones mineras alcance los 140.000 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2012-13, volumen que supondrá el triple que durante el período 2010-11, a pesar del nuevo gravamen.
El Impuesto a la Renta de los Recursos Minerales ha sido objeto de un intenso debate público y político hasta ser aprobado por el Legislativo, donde la oposición conservadora se opuso de forma tajante.
La primera ministra australiana, Julia Gillard, dijo que el canon «será para los australianos una recompensa justa por los recursos que poseen al cien por cien», y reiteró que el gravamen afectará únicamente a las empresas con «súper beneficios».
La versión oficial del partido conservador es que esta medida «reducirá la competitividad internacional del sector minero y matará los incentivos para mayores inversiones».
Entretanto, las empresas mineras de Australia examinan recursos legales para interponer demandas para obligar a remodelar o anular esa ley impositiva.
El director ejecutivo de la Asociación de Minería y Compañías de Explotación, Simon Bennison, dijo a la emisora de radio ABC que el impuesto «está mal diseñado» y luchará a favor de enmiendas para que la ley sea «más justa».
Ian Verrender, columnista del periódico Sydney Morning Herald, cuestionó en un artículo que la medida dañe al sector al opinar que Australia es «virtualmente un paraíso tributario» para las empresas que explotan recursos no renovables.
Recordó este comentarista de temas económicos que desde hace 25 años la explotación del petróleo paga una tasa del 40 por ciento y eso no ha mermado las inversiones en esa industria. EFECOM
wat/ltm
Sídney (Australia), 20 mar (EFECOM).- El canon aprobado en Australia a los beneficios extraordinarios que obtengan las compañías mineras suscita interés en gobiernos de países latinoamericanos que sopesan fórmulas para recaudar más dinero generado por esta industria.
El Impuesto a la Renta de los Recursos Minerales, que entrará en vigor en Australia el 1 de julio, grava en un 30 % los beneficios extraordinarios de la explotación del carbón y el hierro.
Además, esta medida aprobada por el Senado este lunes, supondrá para las arcas del Estado ingresos por valor de 11.213 millones de dólares (8.530 millones de euros) en los tres primeros años, según la estimación oficial.
Los beneficios considerados extraordinarios son aquellos que las empresas del sector obtienen en adición a los normales y se representan como la diferencia entre los ingresos y costos totales.
La intención del Gobierno laborista australiano es destinar la recaudación procedente de los pagos de multinacionales como BHP Billiton, Xtrata y Rio Tinto a aumentar el volumen del fondo de jubilación, desarrollar obras de infraestructura, y por otra parte, a compensar una reducción de los impuestos corporativos.
El diputado laborista del Parlamento del estado de Victoria y de origen hispano Telmo Languiller dijo a Efe que esta medida, que es innovadora, en «otros países la están sopesando con mucho entusiasmo», y al respecto citó a Brasil, Perú y Chile, además de otras naciones en Asia y África.
Latinoamérica es rica en recursos no renovables, pero también tiene grandes problemas de pobreza y subdesarrollo.
Chile, el principal productor y exportador de cobre del mundo y el segundo de molibdeno, aprobó en 2010 un impuesto específico a la gran minería.
Perú, cuya minería registró el año pasado el mayor volumen de inversión al sobrepasar la cifra de 7.202 millones de dólares, impuso nuevos aranceles al sector para financiar obras de desarrollo, también en 2011.
Bolivia, con unas exportaciones mineras que en 2011 representaron 3.415 millones de dólares, cantidad que supuso un aumento del 43 por ciento con relación a 2010, afronta reclamaciones internas de una distribución más justa de la riqueza minera.
Brasil, el segundo exportador mundial de hierro, prevé aumentar su producción minera entre un 5 y un 8 por ciento hasta 2013.
Australia espera que el monto de las inversiones mineras alcance los 140.000 millones de dólares en el ejercicio fiscal 2012-13, volumen que supondrá el triple que durante el período 2010-11, a pesar del nuevo gravamen.
El Impuesto a la Renta de los Recursos Minerales ha sido objeto de un intenso debate público y político hasta ser aprobado por el Legislativo, donde la oposición conservadora se opuso de forma tajante.
La primera ministra australiana, Julia Gillard, dijo que el canon «será para los australianos una recompensa justa por los recursos que poseen al cien por cien», y reiteró que el gravamen afectará únicamente a las empresas con «súper beneficios».
La versión oficial del partido conservador es que esta medida «reducirá la competitividad internacional del sector minero y matará los incentivos para mayores inversiones».
Entretanto, las empresas mineras de Australia examinan recursos legales para interponer demandas para obligar a remodelar o anular esa ley impositiva.
El director ejecutivo de la Asociación de Minería y Compañías de Explotación, Simon Bennison, dijo a la emisora de radio ABC que el impuesto «está mal diseñado» y luchará a favor de enmiendas para que la ley sea «más justa».
Ian Verrender, columnista del periódico Sydney Morning Herald, cuestionó en un artículo que la medida dañe al sector al opinar que Australia es «virtualmente un paraíso tributario» para las empresas que explotan recursos no renovables.
Recordó este comentarista de temas económicos que desde hace 25 años la explotación del petróleo paga una tasa del 40 por ciento y eso no ha mermado las inversiones en esa industria. EFECOM
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