Un equipo de politólogos, antropólogos, filósofos, psicólogos, expertos en comunicación y semántica, ayudados por un programa informático, ha analizado, desde un punto de vista científico y para EL PAÍS, los discursos de los candidatos a la presidencia del Gobierno, Mariano Rajoy y Alfredo Pérez Rubalcaba en el cara a cara televisado.
La distribución equitativa de los tiempos se tradujo en un empate en el uso de palabras (8.845 utilizadas por Rajoy, por las 8.836 que pronunció Rubalcaba). Y ambos ocuparon más de la mitad de los términos para expresar emociones, juicios de valor, opiniones o dudas, que coparon el 48,1% de la intervención del candidato socialista, por el 46,4% del popular, con lo que los expertos infieren que se trató de “un debate más de percepciones que de argumentos racionales”.
Las conclusiones otorgan, en cualquier caso, el triunfo del debate electoral al líder del PP, ya que la estructura de su discurso estuvo mejor construida que la de Alfredo Pérez Rubalcaba. Mariano Rajoy utilizó en mayor medida, pero de forma equilibrada, los datos y su exposición se decantó por el planteamiento de un mayor número de escenarios negativos que positivos. Sin embargo, una de cada diez de las palabras utilizadas por Rubalcaba plasmó “una debilidad”.
¿Quién crees que ha ganado el debate?
El análisis sobre la estructura del discurso desvela que el punto más fuerte del candidato del PP fue su argumentario principal y que la frase “la situación ha llegado a un extremo insostenible y hay que ponerle remedio”, marcó la agenda inicial del debate. Sus intervenciones navegaron entre la opinión, el dato, el ataque y “eventualmente la sorna”, destacan los expertos. Utilizó un tono emocional apropiado, con lenguaje coloquial y salpicado de sus propias experiencias. En la parte negativa, el análisis desvela que se mostró “evasivo” a la hora de abordar temas difíciles y que su discurso estuvo “lleno de ideas generales”.
La estructura del discurso de Rajoy estuvo mejor construida y ha obtenido una nota de siete, por encima del seis de Rubalcaba
La evaluación de la estadística estructural de su planteamiento otorga una nota de siete sobre diez a su discurso. El argumentario logró la calificación más alta, un ocho, mientras que los soportes a esta argumentación obtuvieron la más baja, con un seis. En medio se situaron la lógica de la argumentación, el tono emocional y el cierre, aspectos evaluados, todos ellos, con un siete, lo que refleja una exposición equilibrada y bien estructurada.
Inicio confuso de Rubalcaba
El inicio del discurso de Rubalcaba fue “confuso”, según el análisis. Sus intervenciones estuvieron cargadas de retos a las ideas de su adversario y de la indagación en el programa electoral del PP, pero sin mencionar el propio. Buscó un enfrentamiento directo “que no logró” y su argumentación, en cualquier caso, fue comprensible. La nota que otorga la evaluación a la intervención del candidato socialista es de seis. Su punto fuerte fue la lógica de la argumentación, con un siete, pese a que el argumento principal solo alcanzó el cinco. El tono emocional y los soportes de su argumentación obtuvieron un seis, lo que sitúa estos conceptos en la media de la exposición.
El informe destaca también lo señalado por otros analistas respecto al tono agresivo de Rubalcaba que, según indican estos expertos, “buscó el golpe letal durante todo el debate, con momentos de “cierta desesperación”, cuestionando a Rajoy sistemáticamente.
Las intervenciones estuvieron plagadas de opinión y dejaron poco lugar a datos y hechos
Pero así como el cierre de Rajoy fue claro, con una fuerte invitación a un cambio urgente y evaluado con un siete, Rubalcaba no fue contundente y solo alcanzó el cinco. Los expertos opinan que la frase “no tengo las soluciones para todos los problemas, no creo que nadie la tenga”, es “poco afortunada”.
En lo que se refiere a la medición cognitiva, el análisis observa en el discurso de Rajoy la utilización de un correcto porcentaje de hechos y datos, que ocuparon el 17,3% de su intervención ante las cámaras. Las propuestas llenaron un espacio menor y quedaron plasmadas en el 15,8% de sus palabras, de las que la mayor parte se refirió a objetivos. Sin embargo, su discurso se caracterizó por el elevado nivel de percepciones utilizadas, que coparon el 46,6% de su discurso. Entre estas, la opinión fue el patrón más utilizado (23%), seguido de las dudas (9,6%), las referencias a terceros (7,8%)y los juicios de valor (6%).
El líder del PP mostró un panorama negativo, y así lo demuestra la creación casi tres veces más escenarios negativos que positivos. Los primeros alcanzaron casi el 15% de sus planteamientos, mientras que el optimismo quedó relegado a un 5,6%.
AdQat, una herramienta novedosa
Gestión Orientada al Humano S.C. es la empresa que ha desarrollado la herramienta AdQat (Advanced Discourse Quality Analysis Tool) para el análisis de la calidad de los discursos políticos. No entran en ideologías. AdQat analiza los discursos partiendo de la base de que el que cuenta con una estructura y distribución cognitiva correcta tiene mayor capacidad de influencia. Tras estudiar la bibliografía internacional en ciencias políticas, psicología del discurso, marketing político y teoría del discurso, entre otros campos, la evaluación se aborda desde dos perspectivas: la estructura del discurso y la categorización y medición porcentual de los patrones cognitivos de las frases.
Los cinco elementos estructurales que analiza esta herramienta son el argumento principal, la lógica de la argumentación, el tono emocional, los soportes a la argumentación y el cierre a la intervención. Sobre la caracterización cognitiva de las frases del discurso, a través de un software, AdQat permite comprender con qué tipo de cognición se asocia cada una de las frases del discurso. Así, cada enunciado se relaciona con uno de los cinco patrones específicos de pensamiento: hechos y datos, percepciones, escenarios negativos, escenarios positivos y propuestas. Cada uno de estos cinco elementos se descompone en 19 sub-dimensiones.
Alfredo Pérez Rubalcaba utilizó “pocos datos” y estos, junto a la exposición de hechos, no lograron abarcar ni siquiera una décima parte de su intervención. Sin embargo, no fue tan negativo como Rajoy y resultó equilibrado a la hora de exponer escenarios negativos (15,1%) y positivos (14,4%), aunque una de cada diez de sus palabras plasmó una debilidad. El análisis señala que su nivel de propuestas no fue mayor que el de Rajoy, incluso sitúa la dedicación a las mismas más de un punto por debajo que su oponente. Y, al igual que este, las percepciones ocuparon casi el 50% de su intervención y expresaron alguna forma de emoción, sobre todo, bajo el prisma de la opinión (25,2%), seguido de las dudas (12,8%), las referencias a terceros (5,3%) y los juicios de valor (4,3%).
La distribución equitativa de los tiempos se tradujo en un empate en el uso de palabras (8.845 utilizadas por Rajoy, por las 8.836 que pronunció Rubalcaba). Y ambos ocuparon más de la mitad de los términos para expresar emociones, juicios de valor, opiniones o dudas, que coparon el 48,1% de la intervención del candidato socialista, por el 46,4% del popular, con lo que los expertos infieren que se trató de “un debate más de percepciones que de argumentos racionales”.
Las conclusiones otorgan, en cualquier caso, el triunfo del debate electoral al líder del PP, ya que la estructura de su discurso estuvo mejor construida que la de Alfredo Pérez Rubalcaba. Mariano Rajoy utilizó en mayor medida, pero de forma equilibrada, los datos y su exposición se decantó por el planteamiento de un mayor número de escenarios negativos que positivos. Sin embargo, una de cada diez de las palabras utilizadas por Rubalcaba plasmó “una debilidad”.
¿Quién crees que ha ganado el debate?
El análisis sobre la estructura del discurso desvela que el punto más fuerte del candidato del PP fue su argumentario principal y que la frase “la situación ha llegado a un extremo insostenible y hay que ponerle remedio”, marcó la agenda inicial del debate. Sus intervenciones navegaron entre la opinión, el dato, el ataque y “eventualmente la sorna”, destacan los expertos. Utilizó un tono emocional apropiado, con lenguaje coloquial y salpicado de sus propias experiencias. En la parte negativa, el análisis desvela que se mostró “evasivo” a la hora de abordar temas difíciles y que su discurso estuvo “lleno de ideas generales”.
La estructura del discurso de Rajoy estuvo mejor construida y ha obtenido una nota de siete, por encima del seis de Rubalcaba
La evaluación de la estadística estructural de su planteamiento otorga una nota de siete sobre diez a su discurso. El argumentario logró la calificación más alta, un ocho, mientras que los soportes a esta argumentación obtuvieron la más baja, con un seis. En medio se situaron la lógica de la argumentación, el tono emocional y el cierre, aspectos evaluados, todos ellos, con un siete, lo que refleja una exposición equilibrada y bien estructurada.
Inicio confuso de Rubalcaba
El inicio del discurso de Rubalcaba fue “confuso”, según el análisis. Sus intervenciones estuvieron cargadas de retos a las ideas de su adversario y de la indagación en el programa electoral del PP, pero sin mencionar el propio. Buscó un enfrentamiento directo “que no logró” y su argumentación, en cualquier caso, fue comprensible. La nota que otorga la evaluación a la intervención del candidato socialista es de seis. Su punto fuerte fue la lógica de la argumentación, con un siete, pese a que el argumento principal solo alcanzó el cinco. El tono emocional y los soportes de su argumentación obtuvieron un seis, lo que sitúa estos conceptos en la media de la exposición.
El informe destaca también lo señalado por otros analistas respecto al tono agresivo de Rubalcaba que, según indican estos expertos, “buscó el golpe letal durante todo el debate, con momentos de “cierta desesperación”, cuestionando a Rajoy sistemáticamente.
Las intervenciones estuvieron plagadas de opinión y dejaron poco lugar a datos y hechos
Pero así como el cierre de Rajoy fue claro, con una fuerte invitación a un cambio urgente y evaluado con un siete, Rubalcaba no fue contundente y solo alcanzó el cinco. Los expertos opinan que la frase “no tengo las soluciones para todos los problemas, no creo que nadie la tenga”, es “poco afortunada”.
En lo que se refiere a la medición cognitiva, el análisis observa en el discurso de Rajoy la utilización de un correcto porcentaje de hechos y datos, que ocuparon el 17,3% de su intervención ante las cámaras. Las propuestas llenaron un espacio menor y quedaron plasmadas en el 15,8% de sus palabras, de las que la mayor parte se refirió a objetivos. Sin embargo, su discurso se caracterizó por el elevado nivel de percepciones utilizadas, que coparon el 46,6% de su discurso. Entre estas, la opinión fue el patrón más utilizado (23%), seguido de las dudas (9,6%), las referencias a terceros (7,8%)y los juicios de valor (6%).
El líder del PP mostró un panorama negativo, y así lo demuestra la creación casi tres veces más escenarios negativos que positivos. Los primeros alcanzaron casi el 15% de sus planteamientos, mientras que el optimismo quedó relegado a un 5,6%.
AdQat, una herramienta novedosa
Gestión Orientada al Humano S.C. es la empresa que ha desarrollado la herramienta AdQat (Advanced Discourse Quality Analysis Tool) para el análisis de la calidad de los discursos políticos. No entran en ideologías. AdQat analiza los discursos partiendo de la base de que el que cuenta con una estructura y distribución cognitiva correcta tiene mayor capacidad de influencia. Tras estudiar la bibliografía internacional en ciencias políticas, psicología del discurso, marketing político y teoría del discurso, entre otros campos, la evaluación se aborda desde dos perspectivas: la estructura del discurso y la categorización y medición porcentual de los patrones cognitivos de las frases.
Los cinco elementos estructurales que analiza esta herramienta son el argumento principal, la lógica de la argumentación, el tono emocional, los soportes a la argumentación y el cierre a la intervención. Sobre la caracterización cognitiva de las frases del discurso, a través de un software, AdQat permite comprender con qué tipo de cognición se asocia cada una de las frases del discurso. Así, cada enunciado se relaciona con uno de los cinco patrones específicos de pensamiento: hechos y datos, percepciones, escenarios negativos, escenarios positivos y propuestas. Cada uno de estos cinco elementos se descompone en 19 sub-dimensiones.
Alfredo Pérez Rubalcaba utilizó “pocos datos” y estos, junto a la exposición de hechos, no lograron abarcar ni siquiera una décima parte de su intervención. Sin embargo, no fue tan negativo como Rajoy y resultó equilibrado a la hora de exponer escenarios negativos (15,1%) y positivos (14,4%), aunque una de cada diez de sus palabras plasmó una debilidad. El análisis señala que su nivel de propuestas no fue mayor que el de Rajoy, incluso sitúa la dedicación a las mismas más de un punto por debajo que su oponente. Y, al igual que este, las percepciones ocuparon casi el 50% de su intervención y expresaron alguna forma de emoción, sobre todo, bajo el prisma de la opinión (25,2%), seguido de las dudas (12,8%), las referencias a terceros (5,3%) y los juicios de valor (4,3%).
Esto quizas entusiasme a algún politólogo, pero publicar una nota así del debate presidencial en medio de una crisis económica y social tan profunda es un insulto al público español.