El 74% de las empresas argentinas obtuvo durante 2015 un incremento en las ventas y la rentabilidad en dólares mayor a la que esperaba, aunque la mayoría de ellas cree que en 2016 le irá peor que durante este año. Y, en sintonía, el 64% piensa que la situación internacional va a afectar negativamente a su negocio en los próximos años.
Los datos surgen de la encuesta sobre las fuentes de financiamiento y las perspectivas de inversión de las empresas, de la Consultora EY, que fue difundida ayer en la 36a. Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), en Bariloche.
Del sondeo participaron «más de 100 compañías que representan a los principales sectores de la economía argentina», que juntas facturan alrededor de $ 800 mil millones, informó EY.
Según analizó Pablo De Gregorio, socio de la Consultora, «ha habido un crecimiento en la rentabilidad de las empresas medidas en pesos o en dólares, incluso respecto de las expectativas que había previamente sobre 2015», aunque ese dato no muestra «relación directa con la capacidad instalada». «Esto nos hace pensar que hay un efecto monetario asociado al tipo de cambio», evaluó.
Por ello, para De Gregorio habrá en 2016 un «ajuste gradual» en el escenario que atravesaron las firmas durante este año, «ya que las expectativas de rentabilidad son algo menores a las que se produjeron».
La encuesta muestra además que desde hace tres años viene bajando el nivel de endeudamiento de las compañías. Según esos datos, el 30% de las empresas redujo su deuda, mientras que el 33% la mantuvo constante y el 37% la aumentó. Pero, advirtió De Gregorio, «este fenómeno se refleja también en las inversiones».
Según detalló, «el 75% de las inversiones son pequeñas o asociadas a proyectos que ya existen, y pocas son estructurales o de mayor envergadura». Para el consultor, esa situación se explica porque las empresas argentinas exigen a sus proyectos rentabilidades muy elevadas en comparación con las expectativas en otros países. Más del 60% de las empresas requiere que sus inversiones reditúen de 11 a 20% para tomar la decisión de iniciarlas. «Por ende, solo encuentran financiamiento proyectos de menor envergadura con altos rendimientos», señaló y relacionó esas decisiones empresarias con la falta de previsibilidad.
«Cuando uno no tiene previsibilidad busca rentabilidades rápidas y proyectos cortos», evaluó el consultor, que detalló que las empresas piden «austeridad fiscal, buenos marcos regulatorios y un adecuado funcionamiento del poder judicial».
Aun así, el 81% de los encuestados aseguró tener proyectos de gran envergadura, de más de u$s 50 millones de inversión, para los próximos dos años. Y además, el 95% cree que sus empresas van a valer más o van a generar valor en los próximos cinco años.
Por otra parte, la intención de tomar endeudamiento sigue vigente, aunque de 2002 en adelante primó el financiamiento bancario local de corto plazo. Y si bien más del 50% de las empresas pensó en usar el mercado de capitales para financiarse, sólo el 8% lo consiguió. «Esto demuestra que la ley del año pasado no logró sus objetivos», sopesó De Gregorio.
Los datos surgen de la encuesta sobre las fuentes de financiamiento y las perspectivas de inversión de las empresas, de la Consultora EY, que fue difundida ayer en la 36a. Convención Anual del Instituto Argentino de Ejecutivos de Finanzas (IAEF), en Bariloche.
Del sondeo participaron «más de 100 compañías que representan a los principales sectores de la economía argentina», que juntas facturan alrededor de $ 800 mil millones, informó EY.
Según analizó Pablo De Gregorio, socio de la Consultora, «ha habido un crecimiento en la rentabilidad de las empresas medidas en pesos o en dólares, incluso respecto de las expectativas que había previamente sobre 2015», aunque ese dato no muestra «relación directa con la capacidad instalada». «Esto nos hace pensar que hay un efecto monetario asociado al tipo de cambio», evaluó.
Por ello, para De Gregorio habrá en 2016 un «ajuste gradual» en el escenario que atravesaron las firmas durante este año, «ya que las expectativas de rentabilidad son algo menores a las que se produjeron».
La encuesta muestra además que desde hace tres años viene bajando el nivel de endeudamiento de las compañías. Según esos datos, el 30% de las empresas redujo su deuda, mientras que el 33% la mantuvo constante y el 37% la aumentó. Pero, advirtió De Gregorio, «este fenómeno se refleja también en las inversiones».
Según detalló, «el 75% de las inversiones son pequeñas o asociadas a proyectos que ya existen, y pocas son estructurales o de mayor envergadura». Para el consultor, esa situación se explica porque las empresas argentinas exigen a sus proyectos rentabilidades muy elevadas en comparación con las expectativas en otros países. Más del 60% de las empresas requiere que sus inversiones reditúen de 11 a 20% para tomar la decisión de iniciarlas. «Por ende, solo encuentran financiamiento proyectos de menor envergadura con altos rendimientos», señaló y relacionó esas decisiones empresarias con la falta de previsibilidad.
«Cuando uno no tiene previsibilidad busca rentabilidades rápidas y proyectos cortos», evaluó el consultor, que detalló que las empresas piden «austeridad fiscal, buenos marcos regulatorios y un adecuado funcionamiento del poder judicial».
Aun así, el 81% de los encuestados aseguró tener proyectos de gran envergadura, de más de u$s 50 millones de inversión, para los próximos dos años. Y además, el 95% cree que sus empresas van a valer más o van a generar valor en los próximos cinco años.
Por otra parte, la intención de tomar endeudamiento sigue vigente, aunque de 2002 en adelante primó el financiamiento bancario local de corto plazo. Y si bien más del 50% de las empresas pensó en usar el mercado de capitales para financiarse, sólo el 8% lo consiguió. «Esto demuestra que la ley del año pasado no logró sus objetivos», sopesó De Gregorio.
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