División
Un estudio del instituto Pew reveló que hay más intolerancia y menos personas que se definen de centro
WASHINGTON.- Los norteamericanos están hoy mucho más divididos en líneas políticas que hace diez años; toleran menos las diferencias ideológicas y muestran una aguda tendencia a la polarización política que les hace difícil encontrar consensos.
¿Hablamos del Capitolio norteamericano? No, claro que no: la afirmación se refiere a la sociedad norteamericana como conjunto, que, de acuerdo con un estudio masivo del instituto Pew , muestra inequívocos rasgos de polaridad.
Si la presidencia de Barack Obama se ha caracterizado por una disfuncionalidad en el Congreso, con republicanos y demócratas incapaces de encontrar acuerdos para sacar una agenda hacia adelante, el estudio de Pew viene a demostrar que ese comportamiento no hace más que reflejar el de la sociedad.
«Los norteamericanos están más divididos en líneas políticas que en cualquier otro momento en dos décadas», afirma el estudio. Sus conclusiones se basan en una muestra consistente: más de 10.000 consultas.
Son actitudes sumamente reveladoras. La primera de ellas es que se duplicó la cantidad de personas que declaran tener una ideología consistente -demócrata o conservadora- y una menor tolerancia hacia la opuesta. Si en 1994 el 10% de la población se reconocía en esa actitud, hoy lo hace el 21% de los norteamericanos.
Eso es sólo el comienzo. El diagnóstico muestra luego una tendencia a la radicalización dentro del mismo territorio ideológico, lo que lleva a que el Pew haga un diagnóstico inapelable.
Además de la fractura, el instituto nota que «los republicanos tienen convicciones cada vez más conservadoras y los demócratas, cada vez más progresistas». Un rasgo que se traduce en un amplio abanico de cuestiones. Valores religiosos, solidaridad social, casamiento homosexual y aborto.
«En 1994, el 23% de los republicanos era más progresista; hoy, sólo el 5% se ubica con sus respuestas en ese territorio», dice el Pew. La misma tendencia se refleja entre los demócratas: si hace 20 años había entre ellos una buena porción de conservadores, esa franja hoy se redujo.
Ese escenario se traduce en una mayor dificultad para encontrar valores o propuestas compartidas, así como para la disposición firme a una causa común o a un compromiso político.
La cuestión salió a la luz cuando, en términos políticos, todavía no se sale aquí de la sorpresa que acaba de producir la inesperada derrota del «número dos» de los republicanos en la Cámara de Representantes. Eric Cantor, el renunciante jefe del bloque en ese cuerpo, se vio superado en las primarias de Virginia por un candidato desconocido, pero con sintonía con el ultraconservador Tea Party y de posiciones mucho más extremas que las suyas. Y eso que Cantor no es precisamente un moderado.
«Lo que acaba de ocurrir con los republicanos de Virginia es una muestra perfecta de este revelador estudio del Pew», sintetizó Carl Nebot, de la George American University, en diálogo con la Radio Pública (PBS).
Reflejo de un humor social complejo e impaciente, las conclusiones del estudio se convirtieron ayer en uno de los temas del día. Uno de los interrogantes planteó la posible influencia de las redes sociales -en especial Twitter- en esa polarización.
«Es una fantástica herramienta de movilización social. Pero sería un error pensar que sirve para el debate y el intercambio de ideas», apuntó el politólogo Terence Rodhman en diálogo con la cadena CNN.
«En la mayoría de los casos, lo que hacen esas redes sociales es ratificar al que ya está convencido y alejarlo de la posibilidad de que abra su pensamiento a otra corriente», añadió.
«Las usamos todos los días y todo el tiempo. Pero esas redes sociales no son la panacea del debate, sino de la ratificación del pensamiento propio y de la destrucción del que expone el adversario», sostuvo.
Además de valores, el estudio de Pew identifica ideologías con hábitos y preferencias. Por ejemplo, entre quienes se declaran progresistas hay una mayor tendencia a vivir en zonas urbanas -con escuelas y centros comerciales «accesibles a pie»-, mientras que los conservadores prefieren las áreas rurales, con casas más grandes y distanciadas unas de otras.
21%
De la población
En 1994, sólo el 10% de los norteamericanos reconocía tener una ideología consistente y menor tolerancia a la opuesta; hoy son el 21%.
Un estudio del instituto Pew reveló que hay más intolerancia y menos personas que se definen de centro
WASHINGTON.- Los norteamericanos están hoy mucho más divididos en líneas políticas que hace diez años; toleran menos las diferencias ideológicas y muestran una aguda tendencia a la polarización política que les hace difícil encontrar consensos.
¿Hablamos del Capitolio norteamericano? No, claro que no: la afirmación se refiere a la sociedad norteamericana como conjunto, que, de acuerdo con un estudio masivo del instituto Pew , muestra inequívocos rasgos de polaridad.
Si la presidencia de Barack Obama se ha caracterizado por una disfuncionalidad en el Congreso, con republicanos y demócratas incapaces de encontrar acuerdos para sacar una agenda hacia adelante, el estudio de Pew viene a demostrar que ese comportamiento no hace más que reflejar el de la sociedad.
«Los norteamericanos están más divididos en líneas políticas que en cualquier otro momento en dos décadas», afirma el estudio. Sus conclusiones se basan en una muestra consistente: más de 10.000 consultas.
Son actitudes sumamente reveladoras. La primera de ellas es que se duplicó la cantidad de personas que declaran tener una ideología consistente -demócrata o conservadora- y una menor tolerancia hacia la opuesta. Si en 1994 el 10% de la población se reconocía en esa actitud, hoy lo hace el 21% de los norteamericanos.
Eso es sólo el comienzo. El diagnóstico muestra luego una tendencia a la radicalización dentro del mismo territorio ideológico, lo que lleva a que el Pew haga un diagnóstico inapelable.
Además de la fractura, el instituto nota que «los republicanos tienen convicciones cada vez más conservadoras y los demócratas, cada vez más progresistas». Un rasgo que se traduce en un amplio abanico de cuestiones. Valores religiosos, solidaridad social, casamiento homosexual y aborto.
«En 1994, el 23% de los republicanos era más progresista; hoy, sólo el 5% se ubica con sus respuestas en ese territorio», dice el Pew. La misma tendencia se refleja entre los demócratas: si hace 20 años había entre ellos una buena porción de conservadores, esa franja hoy se redujo.
Ese escenario se traduce en una mayor dificultad para encontrar valores o propuestas compartidas, así como para la disposición firme a una causa común o a un compromiso político.
La cuestión salió a la luz cuando, en términos políticos, todavía no se sale aquí de la sorpresa que acaba de producir la inesperada derrota del «número dos» de los republicanos en la Cámara de Representantes. Eric Cantor, el renunciante jefe del bloque en ese cuerpo, se vio superado en las primarias de Virginia por un candidato desconocido, pero con sintonía con el ultraconservador Tea Party y de posiciones mucho más extremas que las suyas. Y eso que Cantor no es precisamente un moderado.
«Lo que acaba de ocurrir con los republicanos de Virginia es una muestra perfecta de este revelador estudio del Pew», sintetizó Carl Nebot, de la George American University, en diálogo con la Radio Pública (PBS).
Reflejo de un humor social complejo e impaciente, las conclusiones del estudio se convirtieron ayer en uno de los temas del día. Uno de los interrogantes planteó la posible influencia de las redes sociales -en especial Twitter- en esa polarización.
«Es una fantástica herramienta de movilización social. Pero sería un error pensar que sirve para el debate y el intercambio de ideas», apuntó el politólogo Terence Rodhman en diálogo con la cadena CNN.
«En la mayoría de los casos, lo que hacen esas redes sociales es ratificar al que ya está convencido y alejarlo de la posibilidad de que abra su pensamiento a otra corriente», añadió.
«Las usamos todos los días y todo el tiempo. Pero esas redes sociales no son la panacea del debate, sino de la ratificación del pensamiento propio y de la destrucción del que expone el adversario», sostuvo.
Además de valores, el estudio de Pew identifica ideologías con hábitos y preferencias. Por ejemplo, entre quienes se declaran progresistas hay una mayor tendencia a vivir en zonas urbanas -con escuelas y centros comerciales «accesibles a pie»-, mientras que los conservadores prefieren las áreas rurales, con casas más grandes y distanciadas unas de otras.
21%
De la población
En 1994, sólo el 10% de los norteamericanos reconocía tener una ideología consistente y menor tolerancia a la opuesta; hoy son el 21%.