La suba de 13% en los despachos de soja no compensaron la abrupta caída en los embarques de trigo, maíz y aceite de soja. Economías regionales, muy comprometidas
Las exportaciones agrarias argentinas están de capa caída. Según datos oficiales, los embarques de cereales, oleaginosas y subproductos, certificados por el Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa), cerraron el primer semestre de 2014 con una retracción de 33% interanual.
Entre enero y junio últimos, se despacharon al exterior 21.925.490 toneladas de cereales, oleaginosas y subproductos, contra las 32.786.961 toneladas del mismo período de un año atrás, de acuerdo con las cifras difundidas por el Senasa.
Las razones pueden encontrarse en varios frentes. Por un lado el cepo a la exportación de trigo y maíz (dos de las fuentes que hace unos años eran habituales de ingreso de divisas en los primeros tres meses de cada año cuando escasea la soja).
A esas autorizaciones a cuentagotas para vender al exterior esos productos se sumaron este semestre problemas climáticos que demoraron en más de un mes las tareas de cosecha gruesa (en un hecho inédito, todavía quedaban algunos lotes remanentes de soja por recoger y bastante maíz), inconvenientes logísticos, con varios frentes de conflicto gremial en el polo agroexportador de Rosario, y la ya arraigada retención de cosecha que aplican los productores como salvaguarda de valor ante una eventual devaluación.
Así las cosas, en los primeros seis meses del año, las ventas externas de cereales sumaron 9.456.796 toneladas en los primeros seis meses del año, 55% menos que en el mismo semestre de 2013, cuando se habían embarcado 20.832.602 toneladas, en medio de la peor campaña triguera en más de 60 años.
Mientras, las exportaciones de oleaginosas (principalmente soja) subieron 9%, al pasar de 3.491.488 toneladas en enero-junio de 2013 a 4.200.924 toneladas en los primeros seis meses de este año.
En el desagregado por producción, en el primer semestre de 2014, los dos cultivos que sufren, desde hace 7 años, un férreo control oficial, el maíz y el trigo, tuvieron los peores desempeños en el comercio exterior. En ese sentido, las exportaciones maiceras se derrumbaron 62% en el período informado, al alcanzar 4.946.067 toneladas en los primeros seis meses del año, contra 13.027.509 toneladas exportadas en la primera mitad de 2013.
Las ventas al mundo de trigo, por su parte, cayeron 53% interanual: de 2.599.934 toneladas entre enero-junio 2013 a 1.223.057 toneladas en el mismo lapso de este año. Brasil, principal y casi excluyente destino del trigo local, compró en los primeros seis meses 1.195.427 toneladas, 43% menos que las 2.109.582 toneladas de igual período del año pasado.
También retrocedieron fuerte las ventas externas sorgo (77% de caída interanual) y la cebada (23% menos). El arroz fue la excepción: un alza de 14%, con compras de Irak subiendo 343% interanual.
En cuanto a las oleaginosas, la soja tuvo una expansión de 13% interanual. En el primer semestre, se despacharon 3.953.501 toneladas del poroto sin procesar, la mayor parte a China, contra 3.491.488 toneladas del año anterior. Las ventas al exterior de harina de soja sumaron apenas 2% interanual, mientras las colocaciones de aceite de soja retrocedieron 10% interanual: 486.286 toneladas entre enero-junio 2014, contra 537.345 toneladas de un año atrás.
Las estadísticas del Senasa también dan cuenta de la crisis de las economías regionales: la exportación de frutas, hortalizas y legumbres se derrumbaron 28% interanual en el primer semestre. Limones (derrumbe de 69%); Uvas (baja de 62%); Membrillo (20%); Peras (11%) y Manzanas (11%) las más perjudicadas.