El bloque continental condenó la destitución del presidente paraguayo Fernando Lugo. También resolvió conformar un grupo de alto nivel para el seguimiento de la situación en Paraguay y se desplazó a ese país de la presidencia pro tempore.
Desde Mendoza
Nos rige el principio de defensa a ultranza de los procesos democráticos; ése es el único principio que nos guía, aseguró el canciller argentino Héctor Timerman al informar, a última hora de anoche, acerca de las decisiones tomadas por el bloque continental respecto del estado de las cosas en Paraguay. Siguiendo el rumbo marcado por el Mercosur a la mañana, la Unasur decidió suspender a ese país hasta tanto no se restablezca el orden democrático, condenó fuertemente la interrupción institucional que sufrió Fernando Lugo y decidió conformar un grupo de alto nivel para el seguimiento de la situación paraguaya. Están preocupados porque no se repita la situación. Es importante dejar testimonio de que esto es favor del pueblo paraguayo y los pueblos de América latina en general, completó el ministro de Relaciones Exteriores en rueda de prensa.
No puede desestimarse que en los últimos años hubo golpes e intentos de golpes de Estado en varios países sudamericanos, agregó Timerman, que dio los ejemplos de Ecuador, Bolivia, Paraguay y Honduras. Según informó, durante el plenario se habló de que existen potencialidades de grupos concentrados de poder con la intención y capacidad de interrumpir o condicionar los procesos democráticos en América del Sur, por lo que la decisión de los jefes de Estado es contrarrestar a esos poderes fácticos con unidad regional.
La decisión de suspender a Paraguay se tomó en base a los informes de once de los doce cancilleres de la región que acudieron a Asunción para negociar una salida antes de que se concretara el juicio político contra Fernando Lugo (el único ausente en aquella ocasión fue el representante de Guyana), y que coincidieron en caracterizar el proceso como interrupción del orden democrático.
Ayer, para ratificar el diagnóstico y actuar en consecuencia, estaban presentes los mandatarios de casi toda la región: además de la local Cristina Fernández de Kirchner y sus socios en Mercosur, Dilma Rousseff (Brasil), José Mujica (Uruguay), Sebastián Piñera (Chile) y Evo Morales (Bolivia), se hicieron presentes Rafael Correa (Ecuador), Ollanta Humala (Perú) y Desiré Bouterse (Surinam).
Las excepciones fueron el venezolano Hugo Chávez, que canceló su viaje a Mendoza a último momento; el colombiano Juan Manuel Santos y el presidente de Guyana, Donald Ramotar. Ellos tres estuvieron representados por sus respectivos ministros de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, Angela Holguín y Carolin RodriguesBirkett.
Según pudo reconstruir Página/12, a pesar de que el resultado de la matutina reunión de Mercosur trazó el camino a seguir por la Unasur, hubo discusiones sobre la magnitud de las medidas a adoptar para sancionar al gobierno golpista paraguayo. Los países del ALBA fueron los que buscaban penas más duras, mientras que Chile fue quien llevó la batuta conciliadora.
Por otra parte, se decidió en consecuencia concluir con la presidencia pro témpore que ejercía Paraguay en la Unasur y transferírsela a Perú, al que de todas formas le correspondía asumirla el mes próximo (la sucesión se hace en orden alfabético por períodos de un año).
Desde Mendoza
Nos rige el principio de defensa a ultranza de los procesos democráticos; ése es el único principio que nos guía, aseguró el canciller argentino Héctor Timerman al informar, a última hora de anoche, acerca de las decisiones tomadas por el bloque continental respecto del estado de las cosas en Paraguay. Siguiendo el rumbo marcado por el Mercosur a la mañana, la Unasur decidió suspender a ese país hasta tanto no se restablezca el orden democrático, condenó fuertemente la interrupción institucional que sufrió Fernando Lugo y decidió conformar un grupo de alto nivel para el seguimiento de la situación paraguaya. Están preocupados porque no se repita la situación. Es importante dejar testimonio de que esto es favor del pueblo paraguayo y los pueblos de América latina en general, completó el ministro de Relaciones Exteriores en rueda de prensa.
No puede desestimarse que en los últimos años hubo golpes e intentos de golpes de Estado en varios países sudamericanos, agregó Timerman, que dio los ejemplos de Ecuador, Bolivia, Paraguay y Honduras. Según informó, durante el plenario se habló de que existen potencialidades de grupos concentrados de poder con la intención y capacidad de interrumpir o condicionar los procesos democráticos en América del Sur, por lo que la decisión de los jefes de Estado es contrarrestar a esos poderes fácticos con unidad regional.
La decisión de suspender a Paraguay se tomó en base a los informes de once de los doce cancilleres de la región que acudieron a Asunción para negociar una salida antes de que se concretara el juicio político contra Fernando Lugo (el único ausente en aquella ocasión fue el representante de Guyana), y que coincidieron en caracterizar el proceso como interrupción del orden democrático.
Ayer, para ratificar el diagnóstico y actuar en consecuencia, estaban presentes los mandatarios de casi toda la región: además de la local Cristina Fernández de Kirchner y sus socios en Mercosur, Dilma Rousseff (Brasil), José Mujica (Uruguay), Sebastián Piñera (Chile) y Evo Morales (Bolivia), se hicieron presentes Rafael Correa (Ecuador), Ollanta Humala (Perú) y Desiré Bouterse (Surinam).
Las excepciones fueron el venezolano Hugo Chávez, que canceló su viaje a Mendoza a último momento; el colombiano Juan Manuel Santos y el presidente de Guyana, Donald Ramotar. Ellos tres estuvieron representados por sus respectivos ministros de Relaciones Exteriores, Nicolás Maduro, Angela Holguín y Carolin RodriguesBirkett.
Según pudo reconstruir Página/12, a pesar de que el resultado de la matutina reunión de Mercosur trazó el camino a seguir por la Unasur, hubo discusiones sobre la magnitud de las medidas a adoptar para sancionar al gobierno golpista paraguayo. Los países del ALBA fueron los que buscaban penas más duras, mientras que Chile fue quien llevó la batuta conciliadora.
Por otra parte, se decidió en consecuencia concluir con la presidencia pro témpore que ejercía Paraguay en la Unasur y transferírsela a Perú, al que de todas formas le correspondía asumirla el mes próximo (la sucesión se hace en orden alfabético por períodos de un año).