Casaretto, Morandini y Larrabure exigieron una mirada completa de la violencia de los setenta; críticas a los candidatos
Una convocatoria de la Universidad Católica Argentina (UCA) reunió ayer a víctimas de la violencia de los años setenta ubicadas en bandos contrarios. Entre la senadora Norma Morandini, que tiene dos hermanos desaparecidos por la dictadura militar en 1977, y Arturo Larrabure, cuyo padre fue asesinado por el ERP en 1975, afloraron las coincidencias al pedir reconciliación y superar divisiones que el país acarrea desde aquellos años.
En el mismo sentido se pronunció el obispo Jorge Casaretto, que completó el panel que moderó Marco Gallo, director de la Cátedra Pontificia de la UCA. El encuentro se realizó en el auditorio Monseñor Octavio Derisi, con el título «Una reflexión sobre los años setenta: de la lógica del enfrentamiento a la cultura del diálogo».
Gallo introdujo el debate con una definición sobre el espíritu del encuentro: «La reconciliación es con nosotros mismos, no con los represores».
Morandini consideró que «los derechos humanos no son de izquierda ni de derecha; son un valor». La senadora del Frente Cívico leyó una carta que le envió el papa Francisco como respuesta a un libro que ella le hizo llegar. «Deseo de corazón que el mensaje de perdón y reconciliación ilumine a más personas. El perdón construye y une», señala la misiva en uno de sus pasajes.
«Tengo un cementerio generacional. Y una madre de pañuelo blanco que pidió verdad y justicia, y que no saltó de la plaza al palacio», aseveró la senadora.
Larrabure, hijo del coronel Argentino del Valle Larrabure, remarcó que no se necesita del arrepentimiento del agresor para perdonar, porque el perdón es un acto íntimo y personal. Emocionó al auditorio leyendo fragmentos del diario personal de su padre, en el que contaba su cautiverio. Y resaltó que «sus ocho cartas ratifican su perdón a sus asesinos».
«¿Existieron los derechos humanos para mi padre?», se preguntó Larrabure en un tramo de su participación. «Ansío la verdad y la justicia para todas las víctimas, sin distinciones», afirmó.
Casaretto comenzó con un mea culpa. «Vengo de un Episcopado que tuvo que pedir perdón dos veces por no haber estado a la altura», señaló.
Pero inmediatamente destacó que la Iglesia vivió tres reconciliaciones: la de los obispos, posterior a los setenta; la de las diferentes religiones, que propició encuentros interreligiosos, y la de la Iglesia con el peronismo.
«Estamos anclados en el pasado porque no tenemos un proyecto de futuro», evaluó el obispo, que fue el primero de los expositores en pedir compromiso a la clase política para reconciliar a la sociedad.
Aunque no hubo menciones directas para los principales aspirantes presidenciales que competirán en las PASO del domingo próximo, sí se escucharon pedidos de un mayor compromiso para superar las divisiones que surgieron a partir de los setenta.
«Ninguna fuerza política ha presentado proyectos para la reconciliación de los argentinos. Puede ser que eso no aporte votos. La política no se hace eco y nosotros, como sociedad civil, tenemos que hacer algo», reclamó Casaretto.
La exigencia del obispo encontró la rápida coincidencia de Morandini y Larrabure.
«A la política no le interesan estos temas. Si no, no se hubieran permitido la sectarización y la partidización de los derechos humanos, que son universales», subrayó Morandini.
«La memoria no puede estar sujeta a interpretación. La historia no puede perpetuarse como resentimiento», añadió la senadora.
Larrabure fue contundente. «Necesitamos comenzar a solucionar esto y no quedarnos en simples palabras. Los argentinos estamos totalmente divididos, algo debemos hacer, pero debemos hacerlo entre todos. La política y la Iglesia deben marcar el rumbo», aseguró.
El obispo Casaretto cerró el encuentro con una mirada distinta a la de Larrabure. «Yo no tengo una visión negativa del futuro. Es un camino difícil. Tengo una visión esperanzada del futuro. Esto no son sólo palabras, es un deseo en el corazón de la sociedad», concluyó el referente de la Pastoral Social.
Reclamos de dos víctimas
Norma Morandini
Senadora nacional
«A la política no le interesan estos temas. Si no, no se hubieran permitido la sectarización y la partidización de los derechos humanos»
Arturo Larrabure
Hijo del Coronel Larrabure
«Ansío la verdad y la justicia para todas las víctimas, sin distinciones».
Una convocatoria de la Universidad Católica Argentina (UCA) reunió ayer a víctimas de la violencia de los años setenta ubicadas en bandos contrarios. Entre la senadora Norma Morandini, que tiene dos hermanos desaparecidos por la dictadura militar en 1977, y Arturo Larrabure, cuyo padre fue asesinado por el ERP en 1975, afloraron las coincidencias al pedir reconciliación y superar divisiones que el país acarrea desde aquellos años.
En el mismo sentido se pronunció el obispo Jorge Casaretto, que completó el panel que moderó Marco Gallo, director de la Cátedra Pontificia de la UCA. El encuentro se realizó en el auditorio Monseñor Octavio Derisi, con el título «Una reflexión sobre los años setenta: de la lógica del enfrentamiento a la cultura del diálogo».
Gallo introdujo el debate con una definición sobre el espíritu del encuentro: «La reconciliación es con nosotros mismos, no con los represores».
Morandini consideró que «los derechos humanos no son de izquierda ni de derecha; son un valor». La senadora del Frente Cívico leyó una carta que le envió el papa Francisco como respuesta a un libro que ella le hizo llegar. «Deseo de corazón que el mensaje de perdón y reconciliación ilumine a más personas. El perdón construye y une», señala la misiva en uno de sus pasajes.
«Tengo un cementerio generacional. Y una madre de pañuelo blanco que pidió verdad y justicia, y que no saltó de la plaza al palacio», aseveró la senadora.
Larrabure, hijo del coronel Argentino del Valle Larrabure, remarcó que no se necesita del arrepentimiento del agresor para perdonar, porque el perdón es un acto íntimo y personal. Emocionó al auditorio leyendo fragmentos del diario personal de su padre, en el que contaba su cautiverio. Y resaltó que «sus ocho cartas ratifican su perdón a sus asesinos».
«¿Existieron los derechos humanos para mi padre?», se preguntó Larrabure en un tramo de su participación. «Ansío la verdad y la justicia para todas las víctimas, sin distinciones», afirmó.
Casaretto comenzó con un mea culpa. «Vengo de un Episcopado que tuvo que pedir perdón dos veces por no haber estado a la altura», señaló.
Pero inmediatamente destacó que la Iglesia vivió tres reconciliaciones: la de los obispos, posterior a los setenta; la de las diferentes religiones, que propició encuentros interreligiosos, y la de la Iglesia con el peronismo.
«Estamos anclados en el pasado porque no tenemos un proyecto de futuro», evaluó el obispo, que fue el primero de los expositores en pedir compromiso a la clase política para reconciliar a la sociedad.
Aunque no hubo menciones directas para los principales aspirantes presidenciales que competirán en las PASO del domingo próximo, sí se escucharon pedidos de un mayor compromiso para superar las divisiones que surgieron a partir de los setenta.
«Ninguna fuerza política ha presentado proyectos para la reconciliación de los argentinos. Puede ser que eso no aporte votos. La política no se hace eco y nosotros, como sociedad civil, tenemos que hacer algo», reclamó Casaretto.
La exigencia del obispo encontró la rápida coincidencia de Morandini y Larrabure.
«A la política no le interesan estos temas. Si no, no se hubieran permitido la sectarización y la partidización de los derechos humanos, que son universales», subrayó Morandini.
«La memoria no puede estar sujeta a interpretación. La historia no puede perpetuarse como resentimiento», añadió la senadora.
Larrabure fue contundente. «Necesitamos comenzar a solucionar esto y no quedarnos en simples palabras. Los argentinos estamos totalmente divididos, algo debemos hacer, pero debemos hacerlo entre todos. La política y la Iglesia deben marcar el rumbo», aseguró.
El obispo Casaretto cerró el encuentro con una mirada distinta a la de Larrabure. «Yo no tengo una visión negativa del futuro. Es un camino difícil. Tengo una visión esperanzada del futuro. Esto no son sólo palabras, es un deseo en el corazón de la sociedad», concluyó el referente de la Pastoral Social.
Reclamos de dos víctimas
Norma Morandini
Senadora nacional
«A la política no le interesan estos temas. Si no, no se hubieran permitido la sectarización y la partidización de los derechos humanos»
Arturo Larrabure
Hijo del Coronel Larrabure
«Ansío la verdad y la justicia para todas las víctimas, sin distinciones».