Cunde el «cabizbajismo». El estado de ánimo de los dueños de fábricas atraviesa por un momento difícil, según dejaron entrever en los momentos de café, entre una conferencia y otra. El motivo del «cabizbajismo», de acuerdo con la definición de un consultor local, no son solo las complicaciones de la economía, con una absoluta falta de perspectivas sobre todo para la inversión y la generación de empleo, sino también por la incertidumbre política.
Algunos que se habían entusiasmado con las chances de Mauricio Macri, comenzaron a replegar sus expectativas a partir de las últimas definiciones del candidato. Otros, confiados en las condiciones de Daniel Scioli, entienden que su Gobierno estaría permanentemente sometido a las tensiones internas de la alianza con el kirchnerismo cristinista.
Quedan, con algo más de optimismo, aquellos pragmáticos que entienden que cualquiera sea el destino político de la Argentina, las reformas en el país son ineludibles y es ahí donde reverdecerán las oportunidades.
El resultado más importante. Como siempre ocurre en este tipo de debates, el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, es uno de los personajes más buscados por la prensa. Con algunos kilos menos y algo más canoso, el «tano» (en realidad nació en Buenos Aires) insistió como desde hace ocho años con el impacto negativo que la alta inflación tiene en la economía.
Algunos periodistas intentaron de varias maneras distintas hacerle decir que en la Argentina hacía falta un «ajuste» con «devaluación», pero Rattazzi se cuidó de no mencionar esas palabras. Sobre el primer tema, dijo que en cualquier familia donde no alcanza la plata hay que recortar el gasto, y le apuntó a los subsidios sobre los servicios públicos que benefician a «hogares ricos». Y acerca el nivel del dólar, planteó que antes de achicar las brechas entre los tipos de cambio es necesario alcanzar ciertos consensos entre el futuro gobierno, las empresas y los sindicatos.
Pero directivo reconoció que el dato más importante de los últimos días no provenía de la economía ni de la política, sino del deporte. La «scudería» Ferrari volvió a ganar un Gran Premio, el de Hungría, de la mano de Sebastián Vettel y se ilusiona con el campeonato. Rattazzi es, como se sabe, un piloto de carreras de nivel senior.
Techint no se va… La noticia de que un alto directivo del grupo Techint era investigado en Brasil por corrupción disparó numerosas conjeturas en el Coloquio cordobés. En efecto, Ricardo Ourique Marques, director general de Ingeniería y Construcción de la compañía tuvo que declarar junto a otros ejecutivos en el marco del operativo denominado Lava Jato, que comenzó con la investigación por las denuncias de corrupción en Petrobras y se expandió hacia otras empresas estatales.
De inmediato, corrió la versión de que Techint dejaría los cargos que tiene asignados en la Unión Industrial Argentina (UIA), pero la versión duró apenas unos minutos. Luis Betnaza, vicepresidente de la compañía, presente en el 8º Coloquio negó en el acto esa alternativa. «Además de que es una investigación en marcha, Techint Argentina tiene escasa participación en la gestión de la compañía en Brasil», dijeron allegados a la compañía.
¿La Justicia anda con GNC? José Manuel de la Sota desgranó en su presentación de ayer algunos aspectos del plan económico que propone como precandidato presidencial. Destacó la necesidad de alcanzar un gran acuerdo sectorial, darle un fuerte impulso a la inversión, proponer metas inflacionarias sin shock y acceder a crédito internacional a baja tasa para reducir drásticamente la emisión, entre otras cosas.
La propuesta sonó como un violín afinado a los oídos de los empresarios, en particular cuando habló de la necesidad de reducir la presión fiscal, tanto para las empresas como para los trabajadores que pagan Ganancias.
Pero quizás lo que más llamó la atención fue la dureza del mandatario cuando habló del narcotráfico. Propuso poner a las Fuerzas Armadas en las fronteras para frenar el avance colombiano y mexicano y se refirió al proceso judicial que involucra a seis miembros de la Policía de la Provincia de Drogas Peligrosas. Ahí De la Sota planteó la necesidad de que se resuelva el proceso. «La Justicia Federal es muy lerda», se quejó. Por lo bajo, un empresario musitó: «Que la pasen a nafta».
Algunos que se habían entusiasmado con las chances de Mauricio Macri, comenzaron a replegar sus expectativas a partir de las últimas definiciones del candidato. Otros, confiados en las condiciones de Daniel Scioli, entienden que su Gobierno estaría permanentemente sometido a las tensiones internas de la alianza con el kirchnerismo cristinista.
Quedan, con algo más de optimismo, aquellos pragmáticos que entienden que cualquiera sea el destino político de la Argentina, las reformas en el país son ineludibles y es ahí donde reverdecerán las oportunidades.
El resultado más importante. Como siempre ocurre en este tipo de debates, el presidente de Fiat, Cristiano Rattazzi, es uno de los personajes más buscados por la prensa. Con algunos kilos menos y algo más canoso, el «tano» (en realidad nació en Buenos Aires) insistió como desde hace ocho años con el impacto negativo que la alta inflación tiene en la economía.
Algunos periodistas intentaron de varias maneras distintas hacerle decir que en la Argentina hacía falta un «ajuste» con «devaluación», pero Rattazzi se cuidó de no mencionar esas palabras. Sobre el primer tema, dijo que en cualquier familia donde no alcanza la plata hay que recortar el gasto, y le apuntó a los subsidios sobre los servicios públicos que benefician a «hogares ricos». Y acerca el nivel del dólar, planteó que antes de achicar las brechas entre los tipos de cambio es necesario alcanzar ciertos consensos entre el futuro gobierno, las empresas y los sindicatos.
Pero directivo reconoció que el dato más importante de los últimos días no provenía de la economía ni de la política, sino del deporte. La «scudería» Ferrari volvió a ganar un Gran Premio, el de Hungría, de la mano de Sebastián Vettel y se ilusiona con el campeonato. Rattazzi es, como se sabe, un piloto de carreras de nivel senior.
Techint no se va… La noticia de que un alto directivo del grupo Techint era investigado en Brasil por corrupción disparó numerosas conjeturas en el Coloquio cordobés. En efecto, Ricardo Ourique Marques, director general de Ingeniería y Construcción de la compañía tuvo que declarar junto a otros ejecutivos en el marco del operativo denominado Lava Jato, que comenzó con la investigación por las denuncias de corrupción en Petrobras y se expandió hacia otras empresas estatales.
De inmediato, corrió la versión de que Techint dejaría los cargos que tiene asignados en la Unión Industrial Argentina (UIA), pero la versión duró apenas unos minutos. Luis Betnaza, vicepresidente de la compañía, presente en el 8º Coloquio negó en el acto esa alternativa. «Además de que es una investigación en marcha, Techint Argentina tiene escasa participación en la gestión de la compañía en Brasil», dijeron allegados a la compañía.
¿La Justicia anda con GNC? José Manuel de la Sota desgranó en su presentación de ayer algunos aspectos del plan económico que propone como precandidato presidencial. Destacó la necesidad de alcanzar un gran acuerdo sectorial, darle un fuerte impulso a la inversión, proponer metas inflacionarias sin shock y acceder a crédito internacional a baja tasa para reducir drásticamente la emisión, entre otras cosas.
La propuesta sonó como un violín afinado a los oídos de los empresarios, en particular cuando habló de la necesidad de reducir la presión fiscal, tanto para las empresas como para los trabajadores que pagan Ganancias.
Pero quizás lo que más llamó la atención fue la dureza del mandatario cuando habló del narcotráfico. Propuso poner a las Fuerzas Armadas en las fronteras para frenar el avance colombiano y mexicano y se refirió al proceso judicial que involucra a seis miembros de la Policía de la Provincia de Drogas Peligrosas. Ahí De la Sota planteó la necesidad de que se resuelva el proceso. «La Justicia Federal es muy lerda», se quejó. Por lo bajo, un empresario musitó: «Que la pasen a nafta».